domingo, 31 de julio de 2011

LOS AGOREROS DEL 15-M

Los mercenarios al servicio del poder, ya sea en las corrosivas tertulias radiofónicas o de la basura televisiva cavernaria;  e incluso en algunas emisoras  que se presentan como progres para mejor engañar al los ciudadanos, montadas para difundir las ideas  de sus amos;  o en los medios de manipulación a su servicio, que como sabemos son la inmensa mayoría, desde el primer momento de la aparición del movimiento democrático 15-M, están certificando su defunción  o sentencia de muerte.

Al principio, es de suponer que algunos lo hacían por el puro despiste que les causó el hecho de que, sin participación de las castas política ni sindicales, beneficiarias del sistema corrupto y antidemocrático del que disfrutan, y que creían tener  controlado,  los ciudadanos respondieran a un llamamiento de anónimos indignados.

A pesar de eso los más militantes lacayos profesionales de las tertulias, un día sí y otro también, manifestaban haber viajado a Delfos cuyo oráculo les aseguraba, "sin ningún género de duda",  que los Indignados del 15 M no pasarían de 22 de mayo, fecha de las elecciones municipales y regionales. 

Algunos empujaban con sus consejos para  que fueran expulsados violentamente de las plazas, con el peregrino argumento de que interrumpían el normal desarrollo de la vida en la calle, y molestaba a los ciudadanos. Ese argumento es el que utilizó el violento e irascible conseller de Interior de la Generalitat, de Cataluña, Felip Puig, en un acto de irresponsabilidad antidemocrática, logrando que el movimiento, a partir de entonces un apoyo mayoritario de los ciudadanos, que a día de hoy se mantiene y se  incrementa.

A  pesar de que el movimiento de Indignados del 15-M, que piden Democracia Real Ya, vienen demostrando decisión y solidez, sobre todo a partir de las manifestaciones de 19 de junio en toda España, que sorprendió una vez más a todos por su éxito de convocatoria; y  del éxito de las concentraciones de Madrid a la que han acudido indignados de toda España, en pleno julio, y con propuestas ya elaboradas, los asalariados de la manipulación siguen con su  cruzada,  con  servil constancia, una y otra vez dan por acabado al  movimiento de indignados contra la caótica situación de desigualdad e injusticia que padece la población.

Y lo hacen de mil maneras. Ponen toda su fe en darle al movimiento consejos paternalistas con el mismo acierto y utilidad que los economistas  de la derecha a la hora de vaticinar la crisis económica. O  se convierten en cronistas que dicen observar cada paso y acción del 15-M, y afirman creer   que el movimiento se está extinguiendo. Incluso los hay que dicen apoyar los objetivos del 15-M en sus artículos periodísticos, pero que encuentran deficiencias en él. Por lo que, de una forma más fina, más sutil, en realidad también contribuyen al objetivo común del poder: desacreditar el movimiento, aduciendo que sus objetivos son loables, pero inalcanzables, cuando no innecesarios, ya que–dicen–hay algún partido que han recogido el guante y está dispuesto a defender algunas de las propuestas. Eso sí, siguen sin explicar por qué no las ha llevado ya al parlamento, ni ha dado un paso desde el gobierno.

Nada es nuevo. El poder utiliza diversas formas para liquidar aquello que puede  crearle problemas,  y más si de lo que se trata es de un movimiento democrático que pone en cuestión sus abusos. Y cuando no lo logra por la vía del enterramiento inmediato,  con la represión directa,  utiliza otros métodos, a veces que hasta  parece fuego amigo

El problema para el poder con el movimiento 15-M  es que no se trata de algo artificial. No responde a los deseos de unos iluminados que de pronto deciden  ponerse en marcha como si de un juego se tratara. Sino de que los problemas que sufre la población por el saqueo a que está sometida por  los poderes financieros, a los que sirve el poder político, son reales. Y que si lograran, por la vía que fuera, que el movimiento dejara de existir, resurgiría una y otra vez. 

Así que, aunque  los cruzados contra el 15-M, o contra cualquier otro movimiento que surgiera,  los agoreros, incluidos   bienintencionados consejeros, traten de confundir, la realidad objetiva de un poder injusto y antidemocrático, que le ha robado el pasado a muchos ciudadanos que perdieron la juventud luchando contra la dictadura, volverá una y otra vez; porque sigue  empañado en robarle también el futuro a la inmensa mayoría de la juventud. Y ésta, por propia supervivencia, está obligada a hacerle frente,  a no  permitírselo. 

U. Plaza

sábado, 30 de julio de 2011

ENTRE PATRIOTAS

Pocas dudas caben de que Cataluña es una tierra con el mayor número de patriotas por metro cuadrado. Y menos duda cabe aún de que el patriotismo de estos indiscutibles patriotas lo son por sus relaciones y vinculación financiera, y que cada uno de estos patriotas lo son en función del grosor de su cuenta corriente. El patriota Pujol fue el primero en preocuparse de la patria,  fer país lo llamaba el Molt Honorable y lo demostró como sabemos con  Banca Catalana. Todo un ejercicio patriótico. 

Pero los patriotas son de todo pelaje y a diversos niveles y responsabilidades,  a pesar de lo cual, siempre como denominador común,  está la cuestión del vellocino  de oro, sin el cual el patriotismo pierde mucho como se sabe.

Sin pretensión de ser exhaustivo ni mucho menos, referiremos algunos de los más destacados patriotas que nos han ido deleitando a lo largo de los años con sus gestos y acciones de altruismo patriótico, digno de estar grabado en letras de oro–nunca mejor dicho– en el escudo o el frontispicio de la Generalitat y del Ayuntamiento de Barcelona, al mismo tiempo, y porqué no, de todas las instituciones patrióticas.

Uno de los ejemplos de patriotismo más significativo lo pusieron en escena dos de los patriotas más notorios en aquel debate del  tres por ciento, cuando el patriota Maragall le reprochaba su exceso  de patriotismo a Artur Mas. Fue tan sabroso   dicho debate que ambos patriotas tuvieron que ajustar sus niveles efusivos de patriotismo, para que ni uno ni otro se sintiera agraviado por el exceso de patriotismo del contrario. ¡Todo un ejemplo de solidaridad, de patriotismo solidario!

Llegando a la conclusión en esa conversación entre tal excelsos patriotas, de que todo se podía arreglar entre ambos patriotas, para que todo se pudiera controlar, sin necesidad de sacar trapos sucios que, pensándolo bien, sólo perjudicaría al patriotismo mismo. Porque dicho patriotismo, como los antiguos dioses, cambiaban de forma y se transformaban en números con muchos ceros, que mareaban. Y no era caso de molestar al pueblo en semejantes menesteres, propios de entendidos patriotas, ajenos a los que no lo son y por tanto no lo comprenden.

También, el izquierdista Àngel Colom i Colom (seis alas), antiguo jefe de ERC, y que tras el fiasco de la aventura–la ocurrencia– del patriota Partido de la Independencia, viéndose ahogado en deudas patrióticas, se despertó súbitamente del sueño y comprobó la realidad: que el partido que hasta entonces se suponía era su contrincante, la derecha pura y dura, de CiU, era en realidad el más patriótico y que por tanto le podía solucionar sus patrióticos problemas financieros, y se afilió a él como un verdadero y sin fisuras patriota, partidario del, ahora, partido de la derecha.

Para ello, qué mejor que recurrir a uno de los agentes más patrióticos y de fiar, como  el patriota Félix Millet, –como sabemos por su patriótica actuación en la dirección del Palau–, que con todo el patriotismo que lo caracteriza, y sin duda con alguna consultita  patriótica a algún destacado despacho patriota mayor, le solucionó el patriota problema, con dinero patriota, al parecer, del Palau de la Música Catalana. Pero, ¿que mejor provecho se le podía dar al dinero del Templo de la Cultura Catalana que dárselo al patriota Àngel Colom  i Colom, para que lo empleara en obra tan patriótica por los desvaríos contables de tan patriota personaje?

También en Santa Coloma, en la llamada Operación Pretoria, unos patriotas de primer orden, algunos antiguos consellers  del Molt Honorable patriota Jordi Pujol,  trataron de continuar fent país por la vía patriótica de, presuntamente, meter mano en la orza de la patriótica  manteca. Y la guardia civil tuvo la osadía de mostrarlos esposados ante la opinión pública–como hacen con todos los que son conducidos ante los tribunales–sin tener la delicadeza de tratarlos como los patriotas que son. Semejante actitud fue afeada y criticada, con razón, por toda una recua de patriotas de todo pelaje,  prensa patriótica incluida, con el patriota argumento de que aquello era una afrenta a tan patriotas personajes representantes de nuestra patria:  "una condena de telediario, dijeron visiblemente molestos. Y hasta el propio patriota y Molt Honorable Jordi Pujol, como no podía ser de otra manera entre patriotas, se solidarizó con ellos, con un patriota gesto de reconocimiento patriótico de amistad.

El superpatriota Joan Laporta, ha sido denunciado por el Fútbol Club Barcelona, patriota en sí mismo dicho club por, al parecer, algunas irregularidades patrióticas, que según dicen, son del orden  de varias decenas de patrióticos millones de euros. Parece que el Club patriótico por excelencia de Cataluña, en una pérdida del sentido patriótico de la situación, en lugar de optar por la vía patriótica del tres por ciento de Maragall-Mas, lo ha hecho por la de exigir el dinero de forma tan poco patriótica de llevarlo a los tribunales. Por lo que nos hemos enterado de algunas cosillas de forma innecesaria; ya que de una forma discreta se resuelven los problemas  mucho mejor en el campo patriota  como, por otra parte, viene haciéndose desde siempre. Por lo que en el lago patriota las aguas siempre están tranquilas, aunque como es obvio, un centímetro más abajo, las mismas sean pestilentes. Pero el patriotismo solidario ayuda a perfumarlas, y a que pase desapercibido el hedor. Porque el patriotismo es la verdadera seña de identidad y el que aporta grandes dividendos a los patriotas.


Los patriotas Josep Núñez i Navarro, y su cachorro, con otros cuantos más, defraudaron a Hacienda, con la patriótica idea de fer país por la vía de defraudar al Fisco, que parece ser una tareas muy patriótica, pero que el Tribunal, poco dado al patriotismo no lo ha entendido así. Por lo que, ¡20 años después de los hechos! los han condenado a diversas penas de prisión.  Y sin tener en cuenta el dicho  Tribunal la personalidad patriótica de los condenados, por lo que se nos antoja una falta de consideración de dicho Tribunal  al patriótico comportamiento tan habitual de estos y otros patriotas, que los catalanes tanto hemos de agradecerles; siempre y sin descanso, pensando en hacer país, fer país

Que la manera de hacerlo coincida con el crecimiento de sus cuentas corrientes, no es más que pura coincidencia. Los patriotas siempre se salvan porque sus desvelos van dirigidos a hacer patria. Y cualquier otro pretexto para atacar el patriotismo de tan destacados representantes de los patriotas catalanes, es pura envidia de quienes no sienten la patria en sus corazones–que están muy cercanoa al bolsillo de sus carteras–como lo sienten nuestros insignes patriotas.

Sin ninguna duda, Cataluña, nuestra querida patria, es la que más patriotas posee por metro cuadrado. ¿Qué digo por metro cuadrado?  ¡Por centímetro cuadrado! Basta ver los patrióticos deseos de privatizar la Sanidad y la Enseñanzas públicas, con el patriótico deseo de ayudar financieramente a otros patriotas para continuar fent país, que como sabemos, se trata sólo del de ellos, del país de los patriotas. ¿Que por hacer semejantes negocios patriotas mueran gentes por no poder ser atendidas? Eso no es importante ya que sin duda se tratará de enemigos de la patria. Y al contrario, será un acto más de patriotismo que los verdaderos patriotas–los amigos–lo agradecerán.

U. Plaza

miércoles, 27 de julio de 2011

LOS SINDICATOS

Los sindicatos de los trabajadores son instrumentos  imprescindibles para la defensas de sus intereses para combatir las agresiones de la patronal y de sus gobiernos, siempre dispuestos a aumentar los beneficios y explotación con el mínimo coste, sin importarles en las condiciones en que se deba trabajar. Lo importante para el capital son los resultados económicos, cuanto más mejor sin otras consideraciones. Así es el capitalismo.


Cuando los trabajadores han logrado que las condiciones mejoren, ya sea en los salarios, descanso o condiciones de salubridad, ha sido por la lucha sindical, a veces titánica, contra un poder muy superior a ellos, y con costes a veces muy altos, incluso con muchos años de cárcel, cuando no con sus propias vidas dejadas en en manos de los esbirros torturadores del capital en las comisarías, o con la represión en las luchas callejeras, ya que la patronal cuenta con todo el apoyo de sus gobiernos, que reprimen las protestas salvajemente  a la mínima que ven peligrar sus privilegios.

La fuerza de los trabajadores es la unidad. De ahí la conciencia de agruparse, de crear sindicatos cuando no existen,  o éstos  son amarillos al servicio del gobierno y la patronal. Y esa tarea la emprenden los trabajadores más avanzados socialmente, a veces en condiciones desalentadoras, enfrentándose a todo tipo de dificultades por la represión, hasta lograr una organización propia, por incipiente que ésta sea, que cumpla la función de sindicatos, incluso en condiciones adversas, en la clandestinidad.

Así sucedía durante la dictadura fascista de Franco. La creación del sindicato vertical por la dictadura, en el que se integraban en él por decisión del régimen, además del aparato represivo falangista que lo dirigía,  la patronal y los trabajadores, con la absurda idea de abolir–decían los teóricos del fascismo– la lucha de clases. Los trabajadores, que la dictadura  convirtió en productores, nunca se sintieron representados  en aquel tinglado. Por eso lucharon para crear las condiciones que les permitiera organizar  un sindicato que respondiera a sus intereses de clase. En  un principio fue con luchas aisladas, por empresas o sectores, ateniéndose a las condiciones de cada lugar, y organizando comisiones para discutir con la patronal,  culminando al final en la creación permanente de comisiones de obreros: Comisiones Obreras.


Aquel sindicato nació con vocación unitaria, ya que no existía ningún otro con su influencia–UGT estaba tan ausente de la lucha como lo estaba en el terreno político su hermano PSOE–. Y se creó como "Sindicato Unitario, Sociopolítico de nuevo tipo", para diferenciarlo de los antiguos sindicatos que habían sido correas de transmisión de los partidos. 


Fue la agrupación de trabajadores que más hizo por las reivindicaciones de los derechos laborales y por las conquista de las libertades. Movilizaba a millones de trabajadores por sus derechos a todos los niveles, a pesar de su ilegalidad. Fue la mejor experiencia de aquellos años en que todo el mundo reconocía a Comisiones Obreras como la fuerza sindical y social más combativa contra la dictadura y por los derechos de los trabajadores, como fuerza social efectiva, es decir como una organización sindical, pero estando presente en todos los ámbitos de la vida social.


Tras la llegada del posfranquismo, y durante bastante tiempo, Comisiones, ya como sindicato, que muy a pesar de sus dirigentes de entonces, como Marcelino Camacho no fue posible la unidad, porque UGT necesitaba organizarse para recuperarse de la inactividad durante toda la dictadura, jugó papeles importantes. Pero fue entrando poco  poco en una suerte de burocracia gestora, que sus dirigentes, sobre todo tras la liquidación de Marcelino Camacho– su forma de entender el sindicalismo y en su ética–, por los sectores encaramados a la dirección, con intereses que ya no se correspondían con los iniciales, que se fueron acomodando a negociar desde cómodas moquetas alejados de la realidad en los centros de trabajo. 


Se olvidaron, de hecho, de uno de los principales haberes de un sindicato obrero, que es la solidaridad; muchos sectores entraban en lucha y las burocracias sindicales, a lo más que llegaban era a una solidaridad testimonial, cuando no a condenar directamente "el aventurerismo" de los trabajadores en lucha.  Así muchos trabajadores se fueron alejando en la práctica del que había sido la fuerza sindical mayor y mejor organizada para la lucha durante años. 


Un sindicato ha de saber conjugar lucha y negociación. Ambas son fundamentales si se quiere eficacia. Si sólo se negocia, sin movilizar a los trabajadores, todo acaba con la imposición patronal, con ciertos retoques, si es que a ésta le interesa contentar a los negociadores, antes de que surjan otros más combativos. Y por contra, si sólo hay acción sin tener la claridad de que en toda lucha  hay que negociar, el esfuerzo de los trabajadores es ineficaz.


Comisiones, ya en perfecta sintonía con el sindicato reformista UGT, y reformista él mismo, se ha olvidado por la comodidad de sus principales dirigentes, alejados del mundo del trabajo y recluidos en despachos, se ha dedicado más a considerar el sindicato un fin en sí mismo, olvidando cuál es su cometido: la defensa de los trabajadores utilizando ambos conceptos de lucha y negociación. Pero también estando cerca de ellos asesorándolos para futuras luchas que necesariamente habrán de aparecer.


Tanto se han ido  alejando de la realidad los sindicatos, que cuando han querido hacer una acción de envergadura, más para justificar su propia existencia que como reivindicativa, que los trabajadores no responden con la decisión que requiere la lucha. Han perdido la confianza en unas organizaciones burocratizadas y sin nervio. Y cuando se convoca una huelga general, aparte de ser ineficaz, porque la patronal sabe que no tendrá continuidad, crea un estado de frustración entre los trabajadores al comprobar que "la jornada de lucha", se acaba en sí misma. 


Es un círculo vicioso: los sindicatos no pueden extender  las luchas  porque saben que los trabajador no los seguirán, y los trabajadores no creen que esos sindicatos deseen en realidad una lucha que se salga de los "correcto", y tácitamente pactado entre bambalinas con la patronal y el gobierno, como sindicato reformista, incapaz de alterar el pulso del sistema.


Así que muchos trabajadores se lanzan a la lucha sin contar con los sindicatos llamados mayoritarios, cuando no con su oposición. El nacimiento del movimiento 15-M de Indignados que piden Democracia Real Ya, hay que encuadrarla en este marco, ante la falta de verdaderos partidos políticos que defiendan los intereses populares, pero también de la ausencia de sindicatos dispuestos a luchar por ellos y a encabezar las luchas. 


La ausencia de los sindicatos en las movilizaciones de los Indignados, es clamorosa, y demuestra que no han entendido nada al querer ignorarlos en lugar de unirse a ellos, y esperan   ver si su aparición  es un sarpullido, un sarampión que pasa pronto,   y vuelva todo a ser como antes, sin alterar su tranquilidad negociadora y claudicante ante la patronal y su gobierno.


La actitud que los sindicatos están tomando ante el mayor saqueo de la historia de lo público, sobre todo el expolio de la Sanidad y la Enseñanza en Cataluña, sólo se puede calificar de sumisión a los intereses de la casta de depredadores, negociando siempre al gusto de los saqueadores. Y a lo más que llegan es a modificar, –o así tratan de venderlo–, algunas de las agresiones patronales y del Govern de CiU ya previamente escandalosas, para decir que "algo se ha logrado". Aunque hagan lo que jamás un sindicato que responda a los intereses de los trabajadores, debe hacer: negociar a la baja, aceptando la derrota de antemano, por la vía de la claudicación, como se está haciendo en los hospitales de Cataluña donde pueden;  y presentar la derrota como un triunfo, que más parece una forma vergonzante de salvarse ellos. Si la patronal y su gobierno saqueador  de lo público consiguen sus propósitos, porque los trabajadores no hayan logrado vencer, que no sea con el beneplácitos sindical como está ocurriendo. Una derrota necesariamente no ha de ser vergonzosa. El entreguismo, la claudicación, cuando no la colaboración, sí lo es.


Es evidente que históricamente estos sindicatos están caducos. Y de que es necesario, una vez más, que los trabajadores se doten de organizaciones sindicales que de verdad los representen. En estos momentos los sindicatos mayoritarios, los que cuentan con el favor mutuo de los poderes, no sólo no son eficaces para la defensa de los trabajadores, sino que constituyen el mayor obstáculo para el resurgir de verdaderas organizaciones sindicales combativas.


Su creación debe ser una tarea fundamental. Por el hecho de que los sindicatos que hoy se plegan a los deseos de la patronal, claudicando y dimitiendo de sus verdaderas responsabilidades, no debe crearse en el seno de la clase trabajadora la idea de que todos son iguales. Ese es el deseo de la patronal, que los trabajadores carezcan de instrumentos de defensa, y la que mejor les va es el desafecto al deseo de organizarse, y que asuman su derrota antes de de iniciar la lucha.


Lo que sí hay que hacer es que las organizaciones sindicales que se creen, se doten de instrumentos democráticos que eviten situaciones burocráticas y de dominio de unos cuantos dirigentes como pasa ahora. Pero sin sindicatos, sin la agrupación de intereses de los trabajadores explotados, sin su plena solidaridad, la lucha se hace muy difícil, por no decir imposible. La historia del movimiento obrero nos lo enseña machaconamente, una y otra vez.


Lo estamos viendo en este momento, cuando los trabajadores carecen de esos instrumentos eficaces, habiendo como hay motivos más que nunca para la lucha, no sólo obrera, sino en general por afectar el latrocinio a la inmensa mayoría. Y, aunque hay que partir casi de cero, con acciones casi voluntariosas para organizarla en cada centro de trabajo, en cada sector, no hay otro camino.  Es el momento de tomar conciencia de que, a pesar de las derrotas, la lucha es muy larga y hay que aprender de ella para organizar la defensa de los trabajadores. Y hoy, el termino "trabajador" es tan amplio como la misma sociedad, siendo la inmensa mayoría de los ciudadanos susceptible de encuadrarse en él, por ser víctima de las agresiones del gobiernos y de las patronales.


U. Plaza










lunes, 25 de julio de 2011

EL MOVIMIENTO 15-M, Y LOS "TREPAS"

Una de las mayores virtudes que tiene que movimiento del 15-M es su absoluta y total  trasparencia a la hora de las discusiones, tanto en las asambleas como en las comisiones. En ellas pueden participar todos los ciudadanos que lo deseen sin otra representación que la propia, habiéndose  convertido el movimiento  en el único foro de discusión verdaderamente democrático de toda España. Y eso lo percibe el ciudadano que asiste a las discusiones, sobre todo cuando ve que en todos los foros políticos institucionales,  la discusión y el debate es puro teatro, además de estar encorsetados  en reglamentos que sólo sirven para que los de siempre, los beneficiarios del sistemas, saquen adelante sus intereses de grupo con apariencia democrática.

La total libertad del ciudadano para expresarse, y la no existencia de líderes, que no de dirigentes, que sí los hay, aunque sean rotativos y cambiantes en función del tema que se discute, es lo que hace que el movimiento arraigue y pueda avanzar, junto con la decidida voluntad de defender un programa de mínimos, horizontal, susceptible de englobar los intereses de la inmensa mayoría de la población, víctima del poder plutocrático, y de sus servidores políticos.

Pero al mismo tiempo no se debe caer en la ingenuidad de que los poderes oligárquicos que ordenan el saqueo de lo público,  se vayan a quedar quietos; van intentar reventar de diversas maneras el movimiento reivindicativo. El primer intento fue–y seguirá siéndolo–,  el represivo. Y buscarán la ocasión para ello, como ya lo hizo el ultra Pelip Puig en su irracional y primaria acción represiva en la Plaza de Cataluña. Y también  con la utilización de los medios de manipulación intentando desprestigiarlo como un movimiento violento.

Pero precisamente porque el cariz pacífico y democrático de la lucha ciudadana les crea dificultades  para la represión violenta, intentarán otros más sutiles y que creen les serán mucho más eficaces, como es la infiltración de algunos elementos, con pretensiones de líderes. Podrán venir directamente de parte de los poderes a todos los niveles–sobre todo de los ayuntamientos–,  como representantes de algunas asociaciones vecinales dominadas hasta ahora por aquellos, a los que en definitiva defienden, con algún matiz discrepante, para justificar su existencia, y que de pronto descubren la bondad del M-15,  y se adhieren de forma entusiasta, aunque durante  todo el tiempo transcurrido desde su nacimiento no se hayan preocupado  de sus existencia.

Y sobre todo podrán aparecer algunos oportunistas de algunos partidos, que han fracasado en su intentos de trepar a la política, que tratarán de hacerse un hueco. Son de fácil reconocimiento porque sus intereses son opuestos al verdadero proyecto del 15-M; tienen prisa en ser reconocidos cómo líderes y se conocen por los defectos que traen de sus partidos, defendiendo en realidad las propuestas partidistas,  y como muy enteraos.

Suelen prodigarse en largas y tediosas verborreas mitineras, mostrando una supuesta experiencia de largas lucha, que aseguran tener a cada paso, y que casi siempre se aparta del interés y el orden de la asamblea; y acaparando cuanto más tiempo mejor los tiempos en las  mismas, con exhibiciones de sus supuestos conocimientos, que dan por descontado que los demás ignoran, para intentar ganar adictos creyendo que de esta forma alcanzarán mejor el liderazgo,  y que todo el mundo los tendrá en cuanta. 

Son muy peligrosos para la estabilidad y desarrollo del movimiento y de la lucha democrática, porque al introducir temas que en lugar de unificar criterios, los dispersa, crean malestar al propiciar discusiones estériles, por una parte; pero también porque otros ciudadanos que asisten a las asambleas   con sus criterios, pero que se los guardan respetuosos, precisamente para no distorsionar el espíritu unitario, pueden estar tentados de responder ante semejante   manipulación. Con  lo que la discusión se aparta de los objetivos, y los enemigos del 15-M,  logran lo que de verdad los ha llevado a participar: su liquidación por la vía de que muchos participantes no vean reflejadas sus reivindicaciones, sino las discusiones o exposiciones políticas de algún partido, y abandonen.

Es una táctica muy  recurrente, sobre todo entre los llamados partidos que hasta hace poco eran considerados de la izquierda, que están acomodados con sus prebendas y alejados de la realidad de la calle, y son conscientes de que el 15-M es un obstáculo para su tranquilidad. Y lo más que desean es que fracase. Son la mismas tácticas usadas a la hora del desmantelamiento de los movimientos vecinales, que la mayoría quedaron ineficaces en los años 80. Algunos de ellos siguen viviendo de aquellas rentas. Y no hay que descartar que incluso algunos de esos ambiciosos trepas, motu proprio, vean en el movimiento la oportunidad de lograr lo que no han conseguido en sus partidos. Si no se detecta y corrige este intento, se podrán tener serios problemas

U. Plaza

domingo, 24 de julio de 2011

CARO CHANTAJE POR UN CADÁVER POLÍTICO

El precio que el gobierno pagará al partido-chantaje de CiU por su apoyo, entre otras muchas cosas, son la entrega de decenas de edificios de la Seguridad Social en manos del gobierno hasta ahora. En sí mismo no es que este hecho pueda considerarse ni bueno ni malo, si de lo que se tratara fuera de hacer funcionar mejor el sistema público de sanitario. 


Pero es que se trata de todo lo contrario, teniendo en cuenta los proyectos saqueadores   de la Sanidad Pública por parte de la banda de CiU en pro de la los negocios de sanidad privada–ahora cogidos de la manita de la cúpula del PSC–, lo que ha hecho el gobierno es comprar el apoyo de CiU; pero no para la mejora de nada de lo público, ya que jamás la derecha catalana–ahora ya ultraderecha descarada– jamás se siente solidaria con nada que no repercuta en sus negocios, sino para que de esta forma los expoliadores dispongan de un  montón de patrimonio, en forma de edificios, de los que antes no disponían, para hacer caja, privatizándolos, con lo que el gobierno ha hecho un pan como unas tortas con lo que es de todos, dándonos una patada en nuestro trasero, pagando muy caro el apoyo de los saqueadores de CiU para su efímera estabilidad como gobierno, en coma y en la UCI. 


Esto es posible, siempre como consecuencia de la falta de una ley electoral democrática, que de haberla, los partidos-chantaje, dedicados al mercantilismo de sus intereses de clanes  no pintarían nada en el teatro político nacional,  por su escaso 3 ó 4 por ciento de votos en el caso catalán, y del uno por ciento, o menos en el vasco.


Pero es que en este caso aún es mucho más relevante, teniendo en cuenta que de lo que se trata es de sostener unos meses a un gobierno por el que ya doblan las campanas. Y no se nos escapa que en el paso adelante dado por de PSC,  para apoyar  el saqueo de sus camaradas de CiU, quitándose la careta de la confusión y el disimulo, algo habrá tenido que ver también con la asistencia, en su lecho de muerte, al gobierno. Rodríguez Zapatero se ha convertido a un tiempo en cadáver político, y en sepulturero de su partido, o por lo menos lo ha dejado a punto de recibir la extrema unción, que veremos hasta cuándo le dura la enfermedad en la travesía del desierto. 


U. Plaza

sábado, 23 de julio de 2011

El PSC y CiU: EL FRAUDE DE LA DERECHA CATALANA

La sorpresa que han tenido muchos ciudadanos, e incluso militantes honestos del PSC, no se puede atribuir más que al despiste de estos, que aun a sabiendas de que tal partido es fruto del pacto de la derecha catalana para repartirse el electorado, siguen considerándolo un partido que tenga algo que ver en su dirección con la izquierda. Basta recordar la composición social y orientación políticas de su dirección durante estas últimas más de tres décadas.


Toda esa ficción del tinglado montado hace ahora treinta y tantos años, se ha sostenido por la eficaz propaganda, y que, colocando en su cúpula algunas veces a personajes equívocos y serviles, seguían dando la apariencia de que el partido estaba dirigido por los nuestros, según querían creer, por el hecho de que algunos populistas aupados como alcaldes de ciudades populosas y obreras, que con más ambición que letras, y menos ideología, bien asesorados para que colara su socialismo de arbolito y banco de parque, obnubilaran al ciudadano llamándose socialistas, al tiempo que mostraban ver sus apegos nacionalistas, propios de la burguesía oportunista; y en  ningún momento cuestionaran el sistema ni dieran un sólo paso para modificarlo


Se presentaban como el contrincante de la derecha salvaje y depredadora que ese sector de ingenuos, hoy sorprendidos, consideraba a CiU, sin darse cuenta de que en realidad lo que existía no era más que un intercambio de papeles para que la obra teatral, escrita y representada desde hace tanto tiempo fuera creíble a ambos lados del embuste; tanto en el lado de la derecha convergente más reaccionaria y cavernícola–lo podemos ver  ahora, más si cabe, en la forma de reprimir al ciudadano en las medidas saqueadoras y represivas por el Conseller de Interior–, que hacía creer que defendía los intereses de esa parte de la población secuestrada, por la utilización política de unos sentimientos naturales, que todo pueblo tiene por su terruño, su cultura y su forma de ser,  para los  negocios oligárquicos. 


Como en el lado de la tribu socialista, que por apropiarse y enarbolar semejante nombre histórico, hacía que la gran mayoría de los trabajadores y clases explotadas, no se percataran de que estaban ante la otra cara de la misma moneda. Y se creyeran que votaban a un partido, no ya de izquierdas, sino hasta socialista, sin pararse a pensar en que las medidas tomadas por ellos nada tenían que ver con el supuesto socialismo, sino con los mismos sosias de clase, los convergentes.


En ese reparto de papeles les ha funcionado todo a la perfección. Y cuando algo parecía que se les escapaba, de inmediato lo corregían. Recordemos como ejemplo el  contubernio entre ambas caras de la misma cosa,  el esperpento ya clásico de Maragall a Artur Mas: "El seu problema, Senyo Mas, és el tres per cent". Un desliz que de inmediato corrigieron de consuno, ya que el teatro se torno en realidad, al querer darle tanto realismo a la obra; y lo hicieron en otra puesta en escena, al día siguiente, que rayaba el ridículo, ya que se invirtieron los papeles apoyándose mutuamente para deshacer el patinazo. 


Sí, ahora, la cúpula del PSC, en realidad no ha hecho más que salir en ayuda de su otra parte de la derecha, cumplir el pacto sellado al principio del posfranquismo. Toda la ficción anterior que servía para sacar provecho de esa supuesta rivalidad de clase, ha quedado obsoleta por los acontecimientos. Y hoy, ante  peligro de que los ciudadanos, cada día más indignados por las medidas de saqueo a las que están siendo sometidos,  respondan con más contundencia, y crezcan las protestas, como así esta pasando,  creen que ha llegado el momento de quitarse la careta y hacer un frente común sin disimulos, a las luchas ciudadanas como lo que son: una sola cosa que se enfrentan a sus enemigos de clase: la mayoría ciudadana.


Y ante semejante disyuntiva  no caben medias tintas. Y los convergentes le han debido decir a sus colegas de la otra mitad del tinglado de clase algo así: "Se acabó el disimulo. Ambos estamos en la misma trinchera y defendemos los mismos intereses, y no queremos ser nosotros los únicos que carguemos con el sambenito del saqueo de lo público; así que vosotros debéis ser corresponsables y asumir también la parte fea de la obra que pusimos en marcha, que tantos beneficios nos ha dado, pero que hay que modificar la escena, los tiempos requieren que así sea."


De ahí esa súbita y desconcertante, para los desinformados, la decisión del PSC de colaborar con el partido de la derecha salvaje, que está saqueando la Sanidad y la Enseñanza públicas en defensa de lo privado. Lo que sí debieran sacar todos esos "sorprendidos" ciudadanos y militantes socialista, la inmensa mayoría gentes honestas, son las consecuencias del fraude histórico, cocinado por la derecha catalana, y que nos han ido haciendo tragar a los catalanes, como una medicina alienante, olvidadiza, que garantizó la estabilidad del sistema depredador capitalista. Y debieran decirles a esos supuestos dirigentes socialistas asentados en los muy bien remunerados cargos, que se acabó la fiesta. Que queremos participar todos.


U. Plaza

viernes, 22 de julio de 2011

BONO EQUIPARA A LAS VÍCTIMAS DEL FASCISMO CON SUS VERDUGOS

Si en España hubiera una democracia en lugar de un sistema al servicio de las grandes fortunas, de los banqueros; y si hubiera en el gobierno, no ya un partido socialista, sino simplemente un partido con el sentido ético de la lógica y la razón, a estas alturas el señor José Bono habría sido fulminantemente destituido. Y habría sido destituido por equiparar a una serie de felones y bandidos sin honor, que dieron un golpe de Estado, provocaron una guerra civil que llevó a España a una dictadura fascista durante cerca de cuarenta años, un exilio de cientos de miles de españoles y un regreso a las tinieblas de la Inquisición, en este caso fascista, con sus víctimas, con los fusilados durante toda la dictadura; por equiparar a aquellos golpistas que planificaron el exterminio de todos aquellos que no estaban de acuerdo con la España bárbara que proyectaron y llevaron a cabo hasta las últimas consecuencias criminales.

Pero es que en una España democrática sería impensable que un señor de la vieja escuela del pensamiento de la derecha más rancia– el mismo que le recriminó a un luchador  y resistente al fascismo, un demócrata, en un forzado homenaje rendido a las víctimas del fascismo,  que ondeara su bandera, de España, es decir la republicana–, fuera el presidente del Congreso de los Diputados. Y mucho menos que lo fuera por un partido que,   retorciendo el   lenguaje hasta la incomprensión,   y modificando la realidad política y práctica,  se sigue llamando "socialista.

Pero nada de eso sucederá. Más bien todo lo contrario, tendrá apoyos de su partido.  El mismo que ni tan siquiera, tras casi 22 años de gobiernos, han promovido una lógica condena del golpe de Estado, la dictadura y todos los crímenes de esta, al tiempo que promover una  verdadera limpieza de todo lo que huela al régimen dictatorial, resultado de aquella traición. No se ha hecho lo debido, dilatando hasta la exasperación el hacer justicia a la víctimas hasta que prácticamente no quede apenas algunos vivo.  

Y sigue siendo una afrenta para todos los demócratas, que tras la ocurrencia de Bono de equiparar a las víctimas con sus verdugos, para contentar a aquellos con los que se siente más identificado, los herederos de la dictadura, siga presidiendo lo que debiera ser el indiscutible foro de libertad,  justicia y democracia.

Como  proclaman los Indignados, "no nos representan, que no";  y "le llaman democracia y no lo es". Y la postura incomprensiblemente torticerera de Bono, lo demuestra. 

U. Plaza

jueves, 21 de julio de 2011

LA ESTÉTICA DEL TERROR





Todo poder es una dictadura. Y es una dictadura de una oligarquía, de una minoría muy minoritaria. La dictadura puede estar revestida de formas aparentemente democráticas, con rituales electorales y otras parafernalias,  que en realidad  ayudan al poder a mostrar una cara amable, y hasta a presentarse como el paradigma de la democracia; eso si la situación la controlan y no están en peligro los intereses políticos, ideológicos, mediáticos y sobre todo económicos, fin único de toda la arquitectura de los anteriores anteriores. 

Es sabido que en las luchas sociales la violencia siempre parte desde el poder de esa oligarquía, que intentará, primero cortarla con argumentos de "preservar el orden público",  para poder mantener el desorden social de injusticia, que es la esencia de la existencia de ese poder oligárquico. Y lo hará con toda  mesura. Permitirá las protestar siempre que las controle, e incluso pondrá, en un alarde de aparente tolerancia democrática, a las fuerzas de orden publico a disposición del buen transcurrir de las manifestaciones, con policías perfectamente identificables, con sus uniformes reglamentarios "normales", por así decirlo, casi como ciudadanos, que parezcan estar formando parte del "servicio de orden" que toda concentración humana numerosa requiere.

Pero eso se acaba en cuanto el poder, la oligarquía, intuye por sus propias actuaciones expoliadoras, que las protestas irán a más cada día, que se multiplicarán por todas partes, y que pueden alcanzar tintes de peligrosidad para sostener sus especulaciones, manejos e intereses, que creen, o creían hasta entonces, sólidamente afianzados por todo el tejido legislativo, judicial y policial, elaborados para su defensa, y  que ellos llaman democracia, pero que todo aquel que se preocupe lo más mínimo de ver con atención, sabe que es falso: "lo llaman democracia y no lo es", gritan los ciudadanos.

Esa minoría oligárquica, que en Cataluña la representa CiU, pero también la cúpula del PSC, unidos por razón de clase en el saqueo de los bienes públicos proyectados por el primero, pero apoyado sin disimulo por el segundo, ya no se pueden permitir la tolerancia supuestamente democrática. Y prescinden de ella a pasos agigantados. Ya no les sirven la presencia policial como tal servicio de orden y tranquilidad durante el decurso de la protesta. 

Mas, tampoco, debido a que la misma transcurre de forma pacífica, puede la oligarquía justificar, sin tener unos costes imprevisibles, incontrolables, la represión dura y pura que es en realidad en la que piensa en todo momento; incluso mucho antes de que aflore la más mínima protesta, ya los oligarcas,  han colocado a sus servidores a preparar la represión, dotándose de todo tipo de pertrechos represivos, porque saben que llegará el momento en que el pueblo tendrá que salir a la calle para hacerle frente al saqueo y la ruina en que tratarán de sumirlo. Lo saben muy bien y se preparan para reprimirla, contando para ello con todos los resortes pagados por los que, cuando llegue el momento,  serán reprimidos.

En ese intervalo de creciente tensión, pero aún sin la explosión generalizada, mas in crescendo –y lo sabe muy bien porque es ella, la oligarquía, quien lo provoca por sus medidas saqueadoras de los publico–, cuando se empieza a despojar de la cara amable, artificialmente utilizada,  y  a mostrar todo el aparato represivo, a pesar de la inutilidad práctica de su intervención; porque todo sigue igual de pacífico, aunque desearían justificar "algo" la presencia con algún atisbo de desmán por parte de los ciudadanos que justificara todo el enorme gasto que supone movilizar lo más selecto del aparato represivo, que nos cuesta mantener un dineral para que sea utilizado contra nosotros mismos. Y lo necesitarían porque así su aparato de propaganda–la inmensa mayoría de los medios en el pesebre o directamente de su propiedad–podrían explayarse, criminalizando al ciudadano que protesta, y justificar la represión  como  necesaria, para defender al propio ciudadano. 

Entonces,  ¿qué sentido tiene todo el espectacular despliegue  que tuvo lugar ayer en Barcelona, de policías especializados en reprimir al ciudadano descontento, salvajemente exprimido por la oligarquía, repetimos –con un costo carísimo que debieran dedicar en buena lógica a otros menesteres sociales–,  sin identificación, y con unos pertrechos como si fueran a enfrentarse a una legión de terroristas? ¿Cómo es posible que esas fuerzas represivas estuvieran en lugares alejados, pero visibles, siendo  innecesarias–salvo en la puerta de la Bolsa de Barcelona, que aunque tampoco las necesitaran, no hay que olvidar que para el Poder oligárquico y sus lacayos de los gobiernos,  la Bolsa es el Templo totémico de sus plegarias especulativas a los dioses del dinero, únicos en los que creen–;  porque estaban en lugares simplemente para que se les viera y se intuyera de lo que serán capaces de hacer para defender los intereses de la oligarquía cuando llegue el momento.

Sencillamente, se trata de ir creando las condiciones de miedo, de temor, de terror al ciudadano. De advertencia. De que sepamos que todo nuestro dinero, será utilizado contra nosotros, los ciudadanos. Se trata de desplegar una especie de "estética del terror", sutil todavía, perfectamente visible, para atemorizar a la población; no para  el momentos de ayer,  que sabían  mejor que nadie que era inútil, porque  aún lo controlan, sino para el futuro cercano que saben llegará por los terribles azotes que provocará el saqueo por esta oligarquía delincuente, insaciable, contra la mayoría de la población, que provocará desesperación y necesidad de defenderse de las agresiones, si no quiere regresar al siglo XIX, en cuanto a derechos sociales, e incluso a diversas formas de esclavitud, ya existentes en esta Europa teoricamente democrática. Esa es la única función del despliegue represivo de ayer: en terror al ciudadano. La estética del terror, que es tan vieja como el propio capitalismo.

U. Plaza

miércoles, 20 de julio de 2011

LA ARTILLERÍA DE "EXPERTOS", LA SOCIALDEMOCRACIA Y EL FIN DE UNA ERA



Cada vez que los poderosos, a través de sus empleados los políticos gobernantes, urden algunas maldades contra los ciudadanos, tienen necesidad de enmascararlas,  contratando supuestos expertos, con la intención de que cuelen sus recetas, como medidas "absolutamente necesarias", y, de esa manera nos prometerán el paraíso futuro, si aceptamos jorobarnos  en el presente, para que ellos sigan engordando sus cuenta de resultados. Más o menos igual que la Iglesia lleva siglos haciendo.

Dichos mercenarios expertos, qué duda cabe, serán los más cualificados en la materia, según declararán los amos que los eligen, que curiosamente gozarán de toda su confianza y  solvencia, que validarán sus deseos de aplicar políticas salvajes, inmorales hasta para sus propios parámetros ya en sí muy elevados, y rayando la criminalidad,  insolidarias que sólo favorecerán a los  urdidores de las maldades que los han elegido para semejantes tareas, para que maquillen la trastada  en ciernes. 

Ahora, de nuevo han vuelto a poner en marcha la artillería con una nueva hornada de nuevos lacayos de la reserva pesebrista de expertos, para asegurar, que de no haberse tomado las medidas de saneo de la banca, y del saqueo  de lo público–naturalmente ellos dices "ajustes" que es un eufemismo más engañoso–,  era imposible salir de la crisis; por lo que las reivindicaciones del movimiento democrático de Indignados del 15-M, de Democracia Real Ya, en este terreno, que piden que la crisis la paguen los culpables de la misma, no es factible. Es evidente que con tanto experto económico al servicio de la gran delincuencia financiera, que siempre adivinan las catástrofes cuando ya han pasado, carecen de credibilidad, por ser parte de la artillería del régimen, para su vergüenza, la de ellos, claro, que se prestan a semejante bajeza.


Pero estos mismos expertos son incapaces de explicarnos las razones por la cuáles, a pesar del saqueo criminal ejercido contra el pueblo griego, irlandés y portugués, siguen estado cada vez en peor situación, y no se atisba en el horizonte ninguna mejora, sino todo lo contrario: los buitres financieros apuran hasta la última posibilidad de tragarse la carroña por ellos provocada, para hundir más y más a los pueblos, cuyos gobiernos obedecen todas la señales y órdenes que les dan, aun a costa de los mayores costes sociales.


Pero es que esos "expertos" son incapaces de dar soluciones sencillamente porque no las hay.  Y no las hay porque el sistema ya está agotado y lo que hace falta es un cambio del mismo. El capitalismo sólo tiene posibilidad de subsistir mientras tiene un horizonte de permanente crecimiento económico. Su propia dinámica productiva, acelerada y sin otro horizonte la mayor ganancia posible, la  le lleva a su tumba. Es una ley social. Todo en el sistema es contradictorio, pero hasta ahora se lograba tapar con el colonialismo o el neocolonialismo, haciendo que los países ricos pudieran tener unos niveles de vida aceptables gracias al expolio de los pueblos del llamado Tercer  Mundo. Y eso se ha acabado. Su propia dinámica expansiva e insolidaria ha globalizado todo el planeta, toda la economía, destruyendo grandes recursos naturales, que cualquier cambio en positivo del sistema no hace más que ahondar la propia crisis. 


El problema está en que, como bien decía Gramsci hace casi un siglo, cuando el sistema capitalista estaba en su máxima expansión, a pesar de las crisis cíclicas que siempre ha sufrido, crisis de crecimiento: "Crisis es cuando el poder  ya está obsoleto, y el que lo ha de sustituir no está en condiciones de hacerlo". De no ser así, no lo llamaríamos crisis. 


Y ese es el momento actual. Y esto es así porque durante muchos años los que debieron trabajar para cambiarlo, la izquierda, no lo logró por muchos factores, no siempre atribuibles al enemigo de clase. Pero sobre todo, porque la socialdemocracia casi desde su nacimiento, se pasó con armas y bagaje al capitalismo, y en los últimos treinta años al liberalismo salvaje, desmantelando las organizaciones populares para que semejantes traiciones tuvieran limitadas contestaciones. Y si las había fueran controladas por ellos, ya fuera desde los partidos o de los grandes sindicatos burocratizados, como correas de transmisión de los primeros.


El momento actual es la culminación de la traición de muchos años. Los partidos socialdemócratas, gobernantes en muchos países durante décadas, fueron convirtiéndose en "los otros partidos de la derecha", con mayor garantías para ésta, ya que  lograba la cuadratura del círculo: que la masa popular de izquierdas avalara las políticas reaccionarias, por ser dirigidas por partidos con orígenes, aunque fuera sólo de nombre, socialistas o socialdemócratas. Los que hoy podían haber dado el salto hacía un cambio controlado–según la propaganda de estos partidos–en realidad son parte del sistema, que cualquier modificación progresista los aterra en la misma medida que aterra a la derecha de siempre. En realidad, han venido disfrutando de las ventajas del corrupto sistema a la par.


Por eso vemos que, cuando sin freno de ninguna clase, los delincuentes financieros provocan lo que tenemos encima, en lugar de llevarlos a la cárcel, pedirle responsabilidades con sus patrimonios, se ponen a su servicio para resucitar un sistema finiquitado por el desarrollo y por la Historia. Y lo hacen con la inmoralidad de la única manera que saben, que es saqueando los recursos públicos y asestando golpes a sus ciudadanos, diciéndoles que han de apretarse el cinturón, robándoles  logros de luchas de siglos, mientras que los culpables siguen amasando fortunas. 


Por eso, aunque el camino sea largo, que lo será, nadie duda que estamos al principio de una nueva era de cambios sociales. Porque no hay otra salida; no es posible regenerar un cuerpo que ya es un cadáver, que ya ha cumplido su ciclo vital. Y lo que hacen  las fuerzas que otrora fueron  socialdemócratas, de consuno con el resto de las conservadores, es retrasar el devenir de lo nuevo, haciendo más doloroso el sufrimiento de los pueblos. Nunca, y eso lo hemos vistos en todos los procesos históricos, los poseedores del Poder, de las riquezas, han cedido nada por las buenas, sin resistirse; y han provocando desgracias a los pueblos, tratando de retrasar en lo posible su debacle. Va en los genes del que lo ostenta. Pero tampoco nunca el cambio ha sido de tal envergadura. Todos los cambios anteriores fueron pasando de una clase social explotadora a otra más explotadora, aunque más dinámica y productiva. Pero tampoco nunca los notables de la clase llamada a tomar el testigo, habían sido el principal obstáculo al cambio, por haberse convertido a la causa de lo social e históricamente liquidado.


U. Plaza

martes, 19 de julio de 2011

"EXCÉS DE MALA LLET (EXCESO DE MALA LECHE)

Los militantes de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), ese partido que lleva el nombre de esquerra, pero que en realidad es un representante de  una pequeña burguesía indefinida, desnortada  y sin peso, por su devaneos extemporáneos hacia no se sabe dónde,  lleva bastante tiempo que están a la greña, más porque todos quieren ser cabeza de ratón, todos quieren  mandar, para lo cual les importa muy poco descalificar a sus conmilitones, si eso les permite sacar la cabeza, hacerse notar y tener sus minutos de efímera gloria en la prensa afin. 

Desde que Carod-Rovira empezó a ir por su cuenta,  interesándole más por su muy bien remunerado cargo como vicepresidente del Govern de la taifa, que del asambleario partido del talibainismo  catalán, en lucha abierta con su contrincante de partido, el que tiene pinta de bronquista de verbena, Puigcercós, no hay sosiego.  Todo en esa formación es una jaula de grillos y son maestros en fagocitar  dirigentes y dirigentillos de toda pelaje: en cuanto uno alcanza cierta relevancia, de inmediato aparece otro para discutirle su liderazgo, haciendo propuestas distintas, apareciendo en su seno todo tipo de "independentistas más independentistas que los anteriores independentista", con acusaciones mutuas, fraccionándose constantemente y apareciendo grupos que van sangrando al original, sin que los demás contrincantes se vean beneficiados, todo lo contrario. 

Ahora ha tomado el relevo  un oscuro desconocido –o conocido entre sus familiares y amigos–,  Oriol Junqueras, al que han elevado al cargo por impulsión de los anteriores jefes, como único candidato, ante la imposibilidad de la presencia de otros, a los que se les exigía el seis por ciento de apoyo de los militantes para poder ser candidatos. 


Sería comprensible, que ante la debacle centrifugadora   sufrida por el grupo independentista a la deriva, de esta  derecha vergonzante, no se hubieran puesto trabas a los aspirantes, abriendo la mano y que fueran los militantes mismos los que seleccionaran con su voto a los más idóneos. Pero lo que se ha visto es que, pese a todo, las estructuras de los partidos, aun en caída libre,  son férreas y de cualquier manera los jefes tratan de evitar perder el control a la espera de tiempos más favorables para ellos. 


¿Y cuál creen ustedes que ha sido  la primera decisión de nuevo "líder", el iluminado Junqueras?  ¿Hacer un frente común con las personas víctimas de saqueo sanitario y de la Enseñanza por parte de CiU, al que ahora se ha unido  el otro partido de la derecha, el llamado "socialista", para consumar el saqueo apoyando la Ley Omnibus?  ¿Oponerse frontalmente contra la aberrante situación de privilegio de los bancos, y evitar a que el intento de esclavizar a los ciudadanos hipotecados se consume, con propuestas a favor de las decenas de miles de desahuciados? ¿Poner freno a los escándalos de sueldos de los políticos, dando ejemplo, al tiempo que se los limitan a los que los pagan, a los ciudadanos? ¿Exigir responsabilidades al Govern por la actuación violenta del irascible Felip Puig, ultra derechista, y peligro público?  


Pues no. Nada de eso parece estar en el centro de las preocupaciones del partido y de su nuevo jefe. Lo que realmente preocupa a lo que queda de la parte contratante de la última parte del sainete de este grupo, es que se haga una ley que permita tapar la E en las matrículas de los coches con el CAT.  Eso es lo verdaderamente  importante, con lo que está cayendo, para estos dirigentes de Esquerra. Lo raro es que todavía nadie se haya percatado, en este grupo a la deriva, por extemporáneo, si es necesaria su existencia, más allá de la satisfacción onírica de unos cuantos, más pensando en su propio futuro que en otra cosas, por más que todo el armazón  ideológico esté cimentado en la patria catalana.

Seguramente el que mejor ha dibujado la actual situación caótica del ERC, ha sido el candidato rechazado por no alcanzar el número suficiente de avales, Carles Bonet, dicendo que ERC és un partit amb excés de mala llet (ERC es un partido con exceso de mala leche); naturalmente lo ha dicho, para afirmar su pronóstico, también, según el tono empleado, amb molta mala llet (con mucha mala leche).

U. Plaza

lunes, 18 de julio de 2011

18 DE JULIO, RECUPERAR LA HISTORIA, FALSEADA, EN LA LUCHA POR LA DEMOCRACIA



Hoy se cumplen 75 años de la culminación del golpe de Estado fraguado desde el mismo 14 de abril de 1931, día de la proclamación de la IIª República, el primer intento serio de modernizar España,  a destiempo, un siglo después de que las burguesías europeas hicieran su revolución,  de que liquidara las viejas estructuras medievales, que se resistían a dejar paso a la modernidad.  

La derecha española–toda  la derecha española, incluida la catalana y vasca, que en eso son todo una–siempre ha sido cavernícola y resistente a la modernidad; prefirió sus alianzas con la aristocracia caduca y con la Iglesia reaccionaria, que jugar su papel histórico y romper las ataduras  con los que sumían a España en el negro túnel de la ignorancia, papel tan efectivamente  jugado por la Iglesia católica, siempre al servicio de los intereses de las castas que sesteaban a las sombras del hambre y la ignorancia del pueblo español. En lugar de ver en la llegada de la República una oportunidad para modernizar al país, situándose a la par de los otros países de Europa, los dueños desde siempre de todas las riquezas de España viraron la vista hacia los que en buena lógica histórica, eran sus enemigos: la aristocracia, y se aliaron con ellos. 

Y, ni una República burguesa, mandada y gestionada por su clase, por una parte de la burguesía más avanzada, que miraba hacia adelante, las viejas castas podían tolerar. Y prefirieron recurrir a unos generales  parásitos, mediocres y traidores, incapaces de ganar ninguna guerra que no fuera contra su propio pueblo, ahogar en sangre a España, antes que recurrir aceptar el curso de los tiempos.  El golpe de Estado de un grupo de felones, en los que el pueblo había depositado las armas en sus manos, fue la salida, su proyecto criminal. 

Hoy, tras 75 años de aquella traición, a la que se prestaron aquellos   bandidos con uniforme militar, sin honor y sin principios, para derribar  un Estado que, a pesar de todo, en el poco tiempo que tuvo, alcanzó las mayores cotas de modernidad en la cultura y el arte, y la ciencia se situó a la par de otros países modernos, y en algunos casos los superó; la juventud de España sigue desconociendo en toda su profundidad y dimensión aquella barbarie de las clases dominantes y su Iglesia, principal activo de los golpistas, en un pueblo dominado por su fanatismo, que comenzaba a desprenderse de ella. 

La Transición que nos llevó del fascismo franquista al posfranquismo actual, que no a la democracia, como está quedando claro estos últimos tiempos, por mucho ritual electoral con que la adornen, no sólo no ha abierto las páginas de la Historia a sus jóvenes generaciones, sino que incluso la siguen falseando. Los causantes o beneficiarios de la dictadura, que nos hizo retroceder a épocas  negras, siguen ocupando grandes espacios institucionales, que están recuperando el discurso de la dictadura, como vemos en ese hagiografía del dictador por los manipuladores de la historia. Y se persigue a los jueces que quieren ayudar a los familiares de miles de asesinados, cuando debiera ser delito, como lo es en otros países con regímenes similares, la apología del fascismo franquista.

Durante estos últimos 36 años de posfranquismo, y 33  de supuesta democracia, los que se arrogaron el nombre de "socialistas", como quien se hace con una marca de un periódico, recuperando la cabecera, el antiguo PSOE, ausente en la lucha contra la dictadura, 22 de estos años ha estado gobernando la marca PSOE. Este simple dato es suficiente para saber la génesis del actual PSOE. En todo este tiempo no han estado interesados–y se comprende sólo con averiguar los orígenes de muchos de sus dirigentes– en avanzar hacia una verdadera democracia. Entre otras muchas, no han hecho una ley de separación de la Iglesia y el Estado, sino que seguimos pagándole a  aquella ingentes cantidades de dinero, a pesar de lo cual, siguen desafiando a Estado, amenazando no cumplir las leyes del parlamento. No se ha hecho una verdadera Ley de la Memoria Histórica, con el compromiso de darle dignidad a los decenas de miles de asesinados que siguen bajo tierra en las cunetas o en las fosas comunes de los cementerios. Ni tampoco se ha hecho lo propio para avanzar hacia una  explicación en las escuelas a las nuevas generaciones, de los orígenes del golpe de Estado y sus razones de clase y consecuencias; y lo que ha significó la dictadura para España, no sólo en cuanto a las masacres y asesinatos, bendecidos por una prepotente Iglesia católica, sino en cuando a la orfandad de la inmensa mayoría de nuestros intelectuales, artistas y científicos que tuvieron que exilarse. Y muchos de los que no lo hicieron, se acogieron al silencio del exilio interior. Nada se ha hecho para el conocimiento por parte de la juventud, sin chalaneos, para no enfadar a los que de verdad ganaron la guerra y también la transición, los fascistas que se tornaron de la noche a la mañana en "demócratas de toda la vida", por profundizar en el conocimiento de nuestra historia reciente.

Así que no es extraño que hoy, tras los salvajes ataques que la derecha financiera, con los supuestos "socialistas" como sus servidores,  tras la aparición del movimiento  de los indignados del 15-M, que piden Democracia Real Ya, se hagan muchas preguntas y culpen a esta casta de políticos que los han mantenido en una  interesada ignorancia. Y que no se consideren representados por ellos, ni por una Constitución bordada para defender los intereses de los de siempre;  tutelada por los sables de unos militares defensores de la dictadura;  a pesar de lo cual, ni siquiera esta Constitución se cumplen, como todos sabemos. Basta echarle una simple ojeada al texto y ver en qué situación están los ciudadanos ante los poderes: desamparados. De nada sirve que en la Carta Magna se hable de derechos.

Es normal que los millones de jóvenes que no participaron en aquel cambalache constitucional no se sientan representados en ella. Y que no comprendan la razón de la existencia de una monarquía, decidida por el golpista sanguinario dictador, cuando lo más lógico hubiera sido–se dicen muchos de estos jóvenes– el restablecimiento de la República traicionada, si en realidad se trataba de recuperar la democracia. Para que, una vez existentes los controles democráticos, pedirle al pueblo su opinión sobre el tipo de Estado que éste deseaba, en un referéndum, tras cerca de cuarenta años, con varias generaciones, sin participación política.

Los jóvenes de hoy están armados de razón cuando se sienten al margen del sistema que les niega su futuro y se plantean cambiarlo. Y se niegan a reconocer como sus representantes a una casta que más se ha dedicado a sus asuntos, prebendas, sueldos y chalaneos de políticos incluidos en la escena, que a resolver los problemas. 

Hoy, tras 75 años de aquel golpe de Estado fascista de las clases que lo poseían todo y lo siguen poseyendo, conviene recordarlo, estudiarlo y mirar hacia adelante con la sana intención de conquistar de nuevo, y esta vez sin mentiras, la democracia, donde el ciudadano sea el centro de todas las preocupaciones y no los negocios de los políticos corruptos y sus amos.  Y hoy, en cualquier mente democrática que quiera proyectarse hacia el futuro, ha de tener en su proyecto democrático, la República como forma de Estado, que acabe con el trágico y largo paréntesis de barbarie y falsedad de 75 años desde aquella felonía del 18 de julio de 1936.

U. Plaza

sábado, 16 de julio de 2011

VIOLENCIA LA DEL PODER

El jueves, 14, en Gerona, el responsable del saqueo sanitario catalán, Baudilio Ruiz (Boi como converso), fue increpado  por los  ciudadanos víctimas de sus decisiones políticas, al servicio de la sanidad privada y avanzadilla para la privatización definitiva de la misma, para convertirla en negocio de unos pocos. Vaya por delante que es rechazable todo tipo de violencia, y ni tan siquiera a un personaje tan odiado por la ciudadanía, como el saqueador de la sanidad, ni nadie, merece ningún tipo de agresión física, aunque sólo fuera por el hecho de que de esa manera se colocan a su altura, violenta.  

Pero hay que comprender que ante la soberbia que exhiben los miembros de la banda de CiU, de saqueadores de lo público, la gente se indigne, y haya comportamientos  a veces nada deseables, y por supuesto que no están en el ánimo de los indignados ciudadanos mayoritariamente. Pero una vez más se magnifican unos actos mientras se ocultan o minimizan otros, como ha hecho el alcalde de Gerona, de la misma banda que el saqueador, que  ha dicho que ha habido violencia contra el tío Baudilio. Y uno se pregunta: ¿Qué entiende este hombre por violencia? Porque violencia es que nos despojen de  la sanidad y lo hagan con criterios mercantiles para hacer  negocios privados con la salud ciudadana. 

Violencia es que se apalee a ciudadanos pacíficos,  como  hizo en  la Plaza de Cataluña, el ultraderechista Felip Puig,  otro compinche del sorprendido alcalde de Gerona, y que ha sido hasta denunciado por Amnistía Internacional, pero que en su violenta soberbia irascible de la derecha más extrema, el jefe de la porra se ha mantenido en sus trece, sin siquiera reconocer que se pasó en su celo represor, incluso dentro de los parámetros violentos utilizados por la derecha, dentro de una  democracia formal, con la que a veces, tratan de guardar las formas.

Y semejantes palabras del alcalde derechista  de Gerona han tenido un amplio eco en la prensa del pesebre, como ya ha sucedido tantas veces.  Pero, sin embargo, no resaltan que la verdadera violencia no parte de los ciudadanos, sino de los que tienen el poder y lo utilizan; y lo hacen no para defender al ciudadano, que para eso ha puesto en sus manos los instrumentos, sino para defender sus privilegios, a pesar de que sólo han sido votados por un 22% de del electorado, cosa que  ocultan todos los mercenarios pesebristas de su prensa. Y que con ese exiguo apoyo, están saqueando el patrimonio de todos, sea la Sanidad o la Enseñanza, así como  la venta de hospitales públicos, y todo cuanto  se les antoja si les sirve para el negocio. Eso sí es violencia. Eso es verdadera violencia, porque muchas personas morirán por falta de asistencia médica, por las decisiones mercantiles de este sujeto y sus recortes, al que el alcalde gerundense, dice que se le agredió. 

Una vez más asistiremos al ritual de todos los partidos, que en lugar de limitarse a un rechazo de la violencia, si la hubo, volverán a hacer piña con el responsable del saqueo sanitario, como antes lo hicieron con el agresor de Interior,  en lugar de pedir la dimisión de ambos y unirse con los que protestan, si es que de verdad están contra el expolio.


Una vez más aprovecharán un acto no deseado de una minoría, para solidarizarse con su casta, en lugar de hacerlo con los verdaderamente agredidos: los ciudadanos. Y una vez más quedará clara la postura de los privilegiados, que en realidad defiende sus intereses, sus posaderas, contra los que piden democracia y  pueden  poner en peligro sus prebendas, los ciudadanos indignados. Los mismos que están hartos de tanto ritual de guante blanco, teatral, viendo cómo se "oponen" al saqueo, cuando en realidad todos, mientras no den un paso efectivo en otra dirección, están en el mismo lado de la barrera: junto a los saqueadores. Ya vemos cómo el PSC se presta a apoyar las leyes expoliadoras, con la engañifa de "mejorarlas", en lugar de hacer un frente único para que se retiren. Y eso, también es a parte de engañar al ciudadano, violencia contra él.

U. Plaza