lunes, 9 de octubre de 2017

UN NUEVO 23-F PARA FELIPE VI, REFORZAMIENTO DE LA REACCIÓN


Ante el absoluto desnorte de la izquierda, que ya viene de lejos por la pérdida de los valores que la definen, el internacionalismo, por su connivencia con el nacionalismo desde hace varias décadas, creíamos que la llamada nueva izquierda (Unidos Podemos), iba a enmendar aquel desastre provocado por su entrega al nacionalismo que la hizo desaparecer como instrumento de cambio. Pero hemos visto que contrariamente a aprender de los errores del pasado la supuesta nueva izquierda incide en ellos y hasta los multiplica, al hacer, como antes lo hiciera  la izquierda liquidada, o autoliquidada podríamos decir, miméticamente con el mismo recorrido, considerando a la derecha nacionalista sus referentes de alguna forma y en algunos casos sus aliados, como hemos podido ver ante el golpe de Estado parlamentario provocado por la derecha corrupta nacionalista catalana. 


Lo han llevado a cabo con un aparato de agitación y propaganda al más puro estilo goebbeliano desde hace décadas, y sobre todo en los últimos cinco años, cuando Artur Mas se desmelenó y apostó por el abismo, que sin embargo, frenó su aventura ante los tribunales, negando que hubiese desobedecido. Por lo que parece, el jefe de la rebelión, de épica, poca. Pues ya puesto a ser mártir, podría haberse inmolado, no ir al tribunal en lugar de convocar aquella charanga de adheridos, subvencionados o enfanatizados,  y negar su reconocimiento al mismo. Pero no lo hizo, como tampoco algunos de sus adictos desearon poner en peligro sus patrimonios. Hasta ahora les ha funcionado la agitación, por la incomprensible incomparecencia del Estado, que les ha permitido afirmar algo tan estúpido como que en 18 meses se iba a crear un nuevo Estado, a pesar de que todo, exceptuando sus delirios, les decía lo contrario.

Con sus medios de comunicación públicos que, aunque los pagamos todos se han apropiado de ellos una minoría sin el menor sonrojo, principalmente la vomitiva TV3 y Catalunya Radio, dedicados por entero a agitar y embrutecer  a las masas, en favor de la locura que han emprendidos las élites de la burguesía política nacionalista, de las tres formaciones que la sustenta, partidos reaccionarios hasta el límite, por más que alguna se ponga el traje de esquerra que nunca ejercieron cuando era necesario en la dictadura, y del otro, de los cachorros de esa misma burguesía, que se repite en Cataluña como en otro tiempo en España y Europa.  Y bien es cierto que el caldo de cultivo se está cociendo desde hace 35 años en las escuelas. Otro hecho que debieran tener en cuenta los nuevos gobernantes, para enmendar el despropósito llevado a cabo por los gobiernos españoles anteriores. 

Además de la mayoría de los medios privados por vía de la subvención con dinero, también público, ¡faltaría!, que siguen las orientaciones, descaradamente algunos, sibilinamente otros; y hasta los medios españoles privados, e incomprensiblemente los estatales (TVE y RNE), le dan cobertura a los talibanes del "prucés", cuando en los del régimen nacionalista difícilmente se cuela un discurso discordante; y cuando lo hace alguno, es indignamente apabullado, está en franca minoría, siendo hasta los presentadores, agitadores militantes contra el solitario discordante, que ha de armarse de paciencia de forma casi heroica. 

La deriva incomprensible de la nueva izquierda para cualquier persona que así se considere, que se haya parado a pensar por un momento en el escenario político,  puede intuir, contrariamente a lo que algunos piensan, que podría tener el efecto contrario al deseado como meta:  expulsar al PP del gobierno, corrupto hasta la médula, paralela a la corrupción del partido de la burguesía catalana, como es sabido.  La que ha llevado a cabo el golpe institucional, de la manera más burda y antidemocrática posible, que recuerda escenarios pasados, rompiendo todos los instrumentos parlamentarios democráticos. 

Llegado al límite al que se ha llegado, ante el desamparo de amplias capas de la población con la que hasta ahora no se ha contado, se ha ignorado y los golpistas hablan de tot un poble unit, dando por hecho de que los que no piensan como ellos no son catalanes, o lo son de segunda. Ese escenario de "la mayoría silenciada", se empezó a romper ayer rompiendo el sielencio al que ha sido sometida la mayoría de la población.

Esta situación, como decimos, puede tener el efecto contrario, porque ante la orfandad de amplias capas de la población que carecen de referente, pueden pensar que ante el abismo al que los han abocado,  como suele pasar en tiempos de inestabilidad, se tornen conservadoras, y que el PP y sus apoyos refuercen sus perspectivas en lugar de mermarlas. 

Y en este escenario, también se podría dar que el nuevo rey haya encontrado en el disparate de la derecha catalana y sus corifeos, un 23-F, que aupó a su padre, cuando la mayoría de los españoles no daban mucho tiempo a la monarquía decidida por el dictador; y que Felipe VI salga reforzado, en lugar de avanzar hacia la Tercera República, como se venía intuyendo hasta hace pocos años. Además, de que todo el andamiaje construido tras el 15-M se derribe por los propios que dicen representarlo con el mismo sinsentido en que lo hizo la antigua izquierda con sus alianzas o "compresión" de facto con la derecha catalana. 

Tampoco hay que olvidar, y parece, según los discursos de los dirigentes de UP, que  los poderosos nunca dan puntadas sin hilo. Y, claro, siguen cosiendo, mientras los partidos de izquierdas descosen, y hasta rajan el componente popular, con sus adhesiones antinatura.

Ubaldo Plaza


sábado, 7 de octubre de 2017

¿NEGOCIAR?



Corren en los dos o tres últimos días informaciones difusas y confusas de que se está negociando para desatascar, dicen, el "problema catalán". 

Las negociaciones siempre sean bien venidas. Hay que negociar  evidentemente para que el inmenso daño hecho por los golpistas de la Generalitat y sus compañeros de viaje, desistan en el empeño en seguir abriendo heridas en una sociedad, la catalana, pero también la española en general, que cada día se siente más indefensa ante los acontecimientos. 

Negociar para que los irresponsables dejen de hablar en nombre de todos los catalanes y que sigamos pagando las facturas de sus aventuras, que siendo mucho nunca será tanto como el daño en división provocado a la sociedad. Debe negociarse que los golpistas instalados en lo imposible, y los jefes lo saben a pesar de que continúan manipulando a cientos de miles de catalanes honestos, vuelvan a recomponer los trozos del desaguisado, devuelvan las competencias  que les usurparon al Parlament, y que a continuación actúen los tribunales para que estos depuren responsabilidades, desde Puigdemont, Junqueras, su gobierno y todos los diputados que colaboraron, con la presidenta al frente, así como los componentes de la Mesa de aquellos miembros de la misma que acompañaron el desafío golpista, algunos que provocan verdadero bochorno por seguir autodenominándose de izquierdas.

Pero, la noticia de los contactos negociadores, huelen a globo sonda para que se acepte que aquí estamos en tablas, y aquí paz y después gloria. Y no es así. Aquí hay muchos responsables –o irresponsables– políticos desde hace décadas, y sobre todo del PP y su presidente en la última etapa, que con toda la información de la que debe gozar un presidente de gobierno dejó que las cosa se pudrieran. Pero los verdaderos responsables del golpe son los que rompiendo las normas democráticas han perpetrado su aventura contra sus propios asesores jurídicos. 

Así que mucho nos tememos que la negociación consista en que, como no han sido capaces de llevarlo a cabo en su plenitud, quedan como están, pero con algunas concesiones más, para quedar mejor situados, para la próxima aventura, que será más pronto que tarde.

Así que los golpistas pueden estar poniendo encima de la mesa para  negociar algunos de los asuntos por los que dieron en acelerón independentista: salvar de los tribunales a toda la pléyade de corruptos de su cuerda, principalmente a la familia Pujol. Familia extensa, más allá de la consanguínea. 

Y también el blindaje de competencias que jamás debieron estar en manos autonómicas, como la enseñanza, caballo de Troya del independentismo desde hace 35 años. 

Si los negociadores aceptan semejante negociación, mirando el cortoplacismo en lugar de mirar al futuro, para quitarse de encima el marrón, y que los gobiernos que vengan después arreen, se habrá hecho un pan como unas tortas, y a no tardar mucho, el efecto demoledor de adoctrinamiento, será imparable. Ver niños de corta edad colocando carteles de los manipuladores, con algunos maestros al frente, debiera hace reflexionar.

También es importante democratizar los medios públicos, como TV3 y Catalunya Radio, militantes a tiempo completo en el despropósito de la manipulación. Y debiera estar encima de la mesa, una vez recompuesta la situación.

Ubaldo Plaza