miércoles, 22 de septiembre de 2010

MEMORIA TARDÍA

El PSOE lleva desde que se lograron las libertades políticas –que no la democracia–, hace más de 30 años gobernando Andalucía, siempre con mayoría absolutas. A su vez el mismo partido socialista en esos 30 años ha gobernado España durante más de 20, incluyendo los casi 14 del inefable González y los más de seis que lleva Zapatero. A pesar de lo cual en ningún momento han movido un dedo para dignificar a todas aquellas víctimas de la dictadura que pagaron con humillaciones y con los "paseos" de las mujeres de los "rojos", peladas al cero, y obligándolas a tomar aceite de ricino, cuyas miserables actitudes hacían las delicias de aquellos matones falangistas. Sin embargo, es ahora que el gobierno andaluz ha recuperado la memoria y se ha decidido a "compensarlas" con 1.800 euros. Fueron muchas miles las que tuvieron que pasar el calvario del fascismo y el militar-catolicismo por se mujeres, hermanas, madre o hijas de hombres que defendieron la legalidad democrática contra unos bandidos que no respetaron el deber que habían prometido o jurado.

Bienvenida sea cualquier iniciativa que, si más no, por lo menos sirva para que algunas personas de las nuevas generaciones conozcan la barbarie fascista a la que, con un pacto tácito–vergonzoso pacto sobre todo para aquellos que se llaman demócratas y de izquierdas–, pusieron  un tupido velo y sordina a las reclamaciones durante todos estos años para que se hiciera algo de justicia. Ahora resulta que según dicen los mismos promotores, sólo han podido  localizar a seis u ocho ancianas con más de noventa años, que reúnan las condiciones para ser "desagraviadas" con esos 1800 euros. Al parecer han calculado mal el tiempo y aún quedan esas pocas, porque si esperan un poco más no queda ninguna viva. Hubiera sido mucho mejor que hace 20 ó 25 años se hubieran acordado de aquellos crímenes. Y si ahora se han acordado ¿es porque pronto habrá elecciones? Porque sus conciencias parece que han estado bastando dormidas durante estas tres décadas de euforia en el cortijo andaluz de los gobernantes "socialistas".

UP