domingo, 30 de noviembre de 2014

EL EXTRAÑO ASCENSO DE MARIANO

 


 Siempre me pareció que a Mariano Rajoy le venia muy grande el traje de presidente del gobierno. Dio muestras de ello siendo ministro de Aznar. Cuando fue designado como candidato por éste, quedó en evidencia que lo hacía porque así podría manejar el expresidente del gobierno desde su cómodo retiro teniendo un personaje como Rajoy en lugar de otro con capacidad de tomar las decisiones que un presidente del gobierno ha de tomar. Después por la aventura bélica y lacayuna de Aznar con Bush, perdió las elecciones, que fue cuando tuvimos que padecer el nefasto periodo –otro mas– de un gobierno de España con Zapatero. Hasta que llegó Rajoy.

   El estilo Rajoy de no abordar los problemas de forma inmediata, dejándolos pudrir a la espera de que se solucionen solos, fue ensalzado por sus propagandistas, como un método que hacía poner nerviosos a sus contrincantes, para acabar venciéndolos por cansancio. Y si bien pareció funcionarle en cuestiones menores, en realidad lo que se demostraba, más que habilidad política era su incapacidad para abordar los problemas, que como presidente del gobierno de España la ciudadanía le demandaba. 

   Se vio envuelto en la cada vez mas insoportable corrupción, con acusaciones a su propias persona, de connivencias extrañas y "ensobradas" con el tesorero de su partido que él había designado; lo que en cualquier país de Europa le hubiera hecho dimitir, por el bien de las instituciones democráticas. Mariano se enrrocó, ante la inexistencia de una costumbre ética política o instrumentos legales y EFICACES para hacerle dimitir.  Y miró para otro lado como de costumbre, a la espera de que los problemas se solucionaran solos, por cansancio de la oposición, sin importarle el daño que hacía a las instituciones democráticas con su empecinamiento, que perdían crédito y confianza entre los españoles.

    En 2012, ante el insólito desafío desde dentro de las instituciones del Estado, la Generalidad, de un responsable político en una democracia, de un aventurero como  Arturo Mas, echado al monte, para apropiarse del discurso del talibanismo independentista que encabezaba principalmente los ERC, a lo que dócilmente siguieron el resto de los partidos nacionalistas, el PSC e ICV-EUiA, Mariano no cambió de estrategia. 

     En aquella ocasión a Mariano Rajoy sólo se le ocurrió responder al desafío del gobierno de la Generalidad y del aventurero Arturo Mas, que tildándolo de "algarabía". En lugar de ver la realidad de que estábamos ante un ataque frontal y brutal a la democracia y a la convivencia por parte de los privilegiados de la burguesía catalana, insolidaria y egoísta, como siempre. Los que habían decidido siempre, invocaban el derecho a decidir, naturalmente lo que ellos querían. 

   Mariano se pasó los dos años siguientes sin saber qué hacer, y alimentando toda clase se desafíos, inmovil, silbando como el baturro del tren, sin darse cuenta de que mientras contemplaba el paisaje, el tren arrollaba la democracia y las libertades ciudadanas en Cataluña. 

   Todos los medios de manipulación catalanes –los públicos pagados por todos y los privados subvencionados, obviamente también con dinero público–, puestos al servicio del independentismo, sin el menor disimulo. Los medios catalanes absolutamente entregado a la causa del poder. Lo que más bien parece que Goebbels ha resucitado y se pasea tan campante todos los días por ellos.

   ¿Y qué hacían mientras tanto los medios catalanes controlados por el gobierno, TVE y RNE y el resto de los medios en sus desconexiones, la SER, ONDA CERO? Pues comportarse como los medios nacionalistas, abundando en la misma idea. Mientras que en los controlados por la Generalidad apenas es posible discrepar del pensamiento único del régimen, en los que controla el gobierno tienen abiertos sus micrófonos y espacios televisivos para su propaganda, con el mismo comportamiento servil que los que controla Mas, todo independentista que lo desee. Los medios que controla el gobierno, tan manipulados como los de la Generalidad en otros terrenos, son incapaces de desenmascarar las sarta de mentiras que las 24 horas del día lanzan contra el ciudadano indefenso los medios nacionalistas. 

   Pero Mariano siguió y sigue en el guindo. Se ha pasado dos años diciendo que haría cumplir la legalidad en Cataluña, al tiempo que Mas y sus pretorianos de los partidos que siguen llamándose de izquierdas, arreciaban los pasos para subvertirla. Tanto insistía el presidente en sus afirmaciones de que se cumpliría le legalidad, que los catalanes, primeras víctimas de Mas y sus mamporreros, los que han dividido a la sociedad, familias y amistades inculuidos, pensaban que tendría algún plan que impidiera que los catalanes hiciéramos el ridículo ante el mundo civilizado, con una farsa bananera como la del 9-N. 

  Pero llegó ese día. Y Mariano desapareció. Según cuentan las malas lenguas, se metió bajo la cama, asustado, con el único soporte intelectual que dicen utiliza, del periódico Marca, esperando que pasara todo. Pasaron tres días. Hasta que hubo que sacarlo arrastras –era la segunda vez tras la de los mensajes a Barcenas–, traquetearlo,  ducharlo y empujarlo para que saliera al ruedo, sin plasma, para que diera la cara. No debió ser fácil.

  El sábado ha venido a Barcelona. ¿Y qué? Lo que los ciudadanos desean no son reuniones con su partido a los que dejó en pelotas el día 9-N. Lo que los ciudadanos esperan es saber qué medidas, políticas, legales y de estrategia va a emprender, para que un gobierno –es un decir– como el de Mas, deje de serlo sólo de una parte, de sus adictos. 

    Hoy por hoy, a parte de algunas obviedades de pura propaganda de consumo interno del PP, no vemos nada diferente. O sea, que Mariano sigue silbando  a la luna, a la espera de que cambie su ciclo, sin otra proyección de futuro. Y mientras, se gastan el dinero en las aventuras de un pésimo gobernante, al tiempo que los servicios públicos  son desmantelados, con la inopia o complicidad de la otrora izquierda, abducida por el desvarío de la derecha nacionalista. Esa, digámoslo una vez mas, que siempre decide. 

    Así que, vistos los resultados, nos resulta extraño el ascenso de Mariano a la presidencia del gobierno  que dice presidir, de todos los españoles.

  Ubaldo Plaza

lunes, 24 de noviembre de 2014

LAS OCURRENCIAS DE PEDRO SÁNCHEZ


   El recientemente nombrado secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, lleva desde que accedió al cargo, dando bandazos como pollo sin cabeza. Se le ocurren las más estrambóticas propuestas. La última de verdadero calado destructor, como blindar la competencias en materia de enseñanza, para intentar contentar a los nacionalistas. Que todo el que conozca el percal sabe que es tarea imposible. 

    Es inconsistente por antidemocrática, que los nacionalistas, que no los catalanes, que somos muy diversos, se sientan cómodos y "encajen" en España. Es decir una minoría, que por el hecho de tener controlados todo el arsenal propagandístico pagado con dinero público, se erigen como "representantes del pueblo de Catalán". Cuando en realidad se trata de la minoría que ha mandado siempre: la burguesía que fue franquista, y hoy es nacionalista. Porque todo es cuestión de dividendos, no de patrias.

   Sánchez, este pipiolo de la política, al menos en cuanto al conocimiento de la naturaleza del caciquismo nacionalista, parece no darse cuenta de lo antidemocrático de su propuesta.  Porque lo que está proponiendo no es ni más ni menos que darle categoría legal a la exclusión ya existente, por la irresponsabilidad de los gobiernos de España, de más de la mitad de la población. 

   Es decir excluir como ciudadanos a aquellos que tienen como lengua el castellano, la lengua oficial en todo el Estado. Pero no sólo a estos; sino a todos aquellos catalanes que, aun teniendo el catalán como lengua materna, no quieren verse excluidos de la posibilidad de aprende la que hablan 500 millones de personas en todo el mundo, con políticas de campanario, provincianas del nacionalismo. Los que desean que ambas lenguas sean impartidas en la enseñanza pública y utilizadas en la administración, como debiera ser en un país democrático.  

   Porque el nacionalismo, per se,  no respeta aquellos acuerdos que no le sirvan para sus propósitos venideros, como sabemos de los últimos 34 años. Ya que, una vez los nacionalistas lo logran en una materia determinada, tras negociaciones con los gobiernos, de inmediato ya cavilan  y preparan el siguiente chantaje, sin tener en cuenta que lo logrado por cesión por parte del Estado,  es precisamente para mejorar la posición del gobierno autonómico, en favor de los ciudadanos; no para que sea utilizado como munición para el siguiente envite, que sin duda emprenderán de inmediato. Es la historia de un chantaje de las últimas tres décadas.

  Todo esto, la naturaleza antidemocrática del nacionalismo, parece ignorarlo el Señor Sánchez. Como lo han ignorado sus compañeros del PSC. Partido que jamás ganó unas elecciones catalanas; mientras ganaban por goleada las generales. Y nadie, ni en el PSC ni en el PSOE, se preguntó nunca el porqué de este hecho. Ni si convenía cambiar de estrategia tras tantos fracasos: Dejar de ser un "partido con dos almas", de las que siempre prevalecía la nacionalista. 

   Pero si ganaban las las elecciones generales, lo hacía la "socialista". En realidad el PSOE, no el PSC. Y era con los votos del Cinturón obrero de Barcelona, que ni poco ni mucho son nacionalistas, como es obvio; a pesar de que la dirección del PSC copada por nacionalistas, o conversos, hizo cuanto pudo para llevar el mensaje "catalanista –forma vergonzante  nacionalista–, calcado al de la derecha de CiU y ERC, a los que se sumaban los "iniciativos" pos PSUC. 

  Es más, muchos de aquellos trabajadores de Cinturón de Barcelona que votaban al PSOE, consideraban el PSC "cosa de los nacionalistas catalanes", o muy parecidos, por la políticas lingüísticas que emprendían unos y otros: calcadas a las de CiU y ERC.

   Desconocemos si semejante ocurrencia de blindar las competencias de la enseñanza en manos del nacionalismo, y la exclusión de la lengua de la mayoría de los catalanes, el castellano,  la ha elaborado Pedro Sánchez solo. O si ha contado con el consejo de alguien más. Por ejemplo, por Felipe González –su referente–, que últimamente se dedica a impartir admoniciones desde un puesto tan "socialista" como es el Consejo de administración de una multinacional. Él mismo responsable, con otros, de la situación en la que nos encontramos los catalanes ante el desafío a la democracia de la derecha nacionalista.

   O quizás  haya sido Zapatero –su otro referente, mira por dónde–, el que, demostrando cuando gobernaba el mismo desconocimiento del nacionalismo que ahora demuestra Sánchez, le vino a decir a Maragall, que estaba dispuesto a renunciar de sus responsabilidades como gobernante de todos los españoles, y aceptar lo que decidieran los nacionalistas catalanes; que repitámoslo una vez más, no somos todos los catalanes, ni de lejos.

    Porque no creemos que hayan venido semejantes disparatados consejos del bushiano Aznar, aunque no es descartable; aquel que, por acceder al poder, vendió su alma al diablo Pujol, desmantelando su partido en un momento en alza. Porque el PP catalán hacía precisamente todo lo contrario que el resto de los partidos, y se enfrentó al pujolismo. Haciendo  desde la derecha, lo que debía haber hecho la izquierda de no haber estado abducida. Además de haber garantizado los derechos de todos los catalanes, en lugar de unir sus propósitos a los nacionalistas, hasta llegar a la inanición ideológica de hoy, de lo que fue la izquierda.

  Se sabe que el PSOE nunca podrá acceder al gobierno de nuevo sin los votos catalanes. Pero en ese intento de contentar a los ambiguos militantes del PSC, que cada día son más los que desertan hacia su lugar natural, el nacionalismo, va en dirección contraria. 

   Si no se les ocurrió averiguar los motivos por los cuales el PSC nunca ganó una elecciones regionales, quizá sí deberían averiguar ahora si el PSC no es un obstáculo; y si debieran presentar candidaturas como PSOE, en Cataluña. Como, por otra parte también debiera hacer Izquierda Unida. 

 La propuesta de blindar las competencias de enseñanza, qué duda cabe que a la derecha nacionalista (CiU-ERC e ICV-EUiA) no tiene por qué parecerle mal; toda vez que es una trinchera más y un arma para próximas contiendas hacia sus objetivos, que siempre tuvo presente: el independentismo.  Más bien habría que pensar si no ha llegado el momento en que el Estado se dote de autoridad y recupere las competencias en materia de Enseñanza –también sanitaria–, para que nuestros hijos dejen de estar adoctrinados en fanatismos, en lugar de crear ciudadanos libres y no manipulables por fabricantes de humo e inventores de patrias, que dividen al ciudadano. Y esto, o lo hace la izquierda, recuperando su origen solidario e internacionalista, o no lo hace nadie.

Ubaldo Plaza


sábado, 22 de noviembre de 2014

ENTRE LA REALIDAD Y LA FICCIÓN

    
Todos hemos podido ver la teatralidad del estafador Jordi Pujol, el que fue presidente del cacicato catalán en el parlamento de Cataluña; el que se mantuvo impune durante décadas gracias a la colaboración de los gobiernos de España, que con políticas de vuelo gallináceo se le permitió todo lo que quiso desde su invulnerable cacicato.

  La actitud de los representantes de los partidos para con el confeso defraudador en su comparecencia, fue de guante blanco y de bochorno público. Tan seguro estaba el estafador de que jugaba en terreno propio –nunca mejor dicho, porque siempre ha considerado, no sólo que Cataluña era suya, sino que ésta era él mismo–, que lo que hubiera hecho avergonzarse a cualquier mortal, o al menos  disimularlo con cierta humildad, en él no hizo la menor mella. Sabía mejor que nadie que aquello era una farsa, una puesta en escena por la mayoría de los partidos que han estado siempre en su órbita de intereses. 

    Por eso carecía de importancia a qué lugar iba lo que se llevaba y adónde lo  depositaba. Un patriota como Pujol y su familia, no tenía bastante con una sola patria; necesitaba más. Así que se buscó Andorra, Suiza y cuantas necesarias fueran para dar satisfacción a su ancho corazón de patriota, en las que repartir aquello que "solidariamente" a su patria catalana le sobraba. Pero de eso ya han hablado mucha gente y se ha publicado lo suficiente, aunque no en la prensa del pesebre catalán, que ese es otro cantar. 

   A lo que me quiero referir, porque no se ha publicado que yo sepa, más que a la comparecencia-teatro de la bronca a los diputados de la taifa catalana, y a las-ramas-del-árbo-que-si-cae-se-puede-venir-todo-abajo, que los acojonó –quizá con la excepción de Ciudadanos, que son catalanes de segunda, o simplemente no son catalanes, porque tal categoría es un título que como sabemos otorgaba el patriarca– es a lo que pasó inmediatamente después de la bronca, en la que la presidencia de la comisión, en vez de hacerle callar y recordarle cuál era su papel allí, lo dejo explayarse. Convertirse en  chantajista, papel tan bien entrenado por los nacionalistas. 

   Pues bien. Mientras se iba vaciado el local de satisfechos diputados por haber cumplido en engorroso trámite, el locutor, micrófono en mano iba explicando innecesariamente lo que todos ya habíamos visto. Y lo hacía con las imágenes en directo a sus espaldas. 

  Para mí aquellas imágenes fueron mucho más esclarecedoras de la verdadera situación en la que está enfangada la putrefacta política en Cataluña.

   Todos pudimos ver cómo los jefes o notables de los distintos partidos –no sé si con la excepción de alguno, pero sí los de  PUC (Partido Único Catalan), de los que "deciden"–, fueron acercándose hasta el interpelado por haber estafado durante 34 años, para estrecharle la mano. Lo hacían como si lo estuvieran felicitando tras una buena exhibición, o quizá pidiéndole disculpas por haber tenido que hacer aquella puesta en escena para seguir vendiendo humo. Se desconoce si  alguno de ellos se sonrojó. 

   No sé por qué, pero a mí me viniéron enseguida a la memoria las imágenes de los primeros momentos de la película El Padrino I. Mientras en el jardín todos los invitados se divertían en la boda, dentro, el padre de la novia, don Vito Corleone recibía a los jefes de las otras familias, a los que había hecho favores, o los que se los pedían. Todos saludaban respetuosamente al benefactor. 

   Desconozco qué motivaría aquella asociación de ideas en mi cabeza entre dos hechos, ¿distantes? El uno de ficción, el otro muy real. ¿Debe ser cosa de la psicología,  de recuerdos perdidos en el tiempo? Me pareció mucho más real la escena del parlamento catalán que la película. ¿Será por aquello de que la realidad supera siempre a la ficción?  

Ubaldo Plaza

viernes, 21 de noviembre de 2014

¡A SALVAR AL AVENTURERO SOLDADO RYAN-MAS!

   


   No es poco lo que la burguesía nacionalista catalana debe a ICV; incluso desde mucho antes de que éstos nacieran. Desde dentro del PSUC ya trabajaron como se sabe, la liquidación del Partido como organización al servicio de la clase obrera y de las clases populares, para convertirlo en un partido nacionalista de la burguesía. No era una tarea menor; se trataba de acabar con el único partido que podía hacer frente, por sus planteamientos políticos y la composición de sus militancia obrera, a la derecha nacionalista, reconvertida del franquismo al nacionalismo catalán, para poder seguir defendiendo sus intereses de clase, como siempre. En eso no ha cambiado nada, Sólo los incautos o los indocumentados pueden creer lo contrario.  


    Tras la desaparición de la dictadura y el nacimiento del partido de la gran derecha catalana, CDC, la tarea de acabar con el PSUC se vio como una necesidad imperiosa, que aceleraron, hasta lograr sus objetivos. La izquierda estaba liquidada ya entonces en pro de la idea reaccionaria de la burguesía, del nacionalismo, que integraba a todos los partidos. Declaraciones para momentos electorales aparte,  todos defendían la misma idea; todos en la práctica estaban en la órbita de la derecha, poniendo siempre por delante la defensa del la soberanía patriotera, a la de los intereses de clase. El resto del juego político no era más que eso, un juego y un disimulo en momentos puntuales para no perder los votos de los que todavía los consideraban de alguna manera herederos del PSUC. Pero la apuesta estaba bien definida. Entre elegir los intereses de las clases populares y servir a la derecha nacionalista que encarnaba el estafador y jefe de cacicato Jordi Pujol, no tenían duda: servir al amo patriota, que tan patriota era que acumulaba varias patrias, si estas eran paraísos fiscales.

  Durante mucho tiempo, porque así lo demandaban las circunstancias, los iniciativos hacían el gallito y trataban de disimular su integración en el "bloque nacionalista" liderado por la derecha de CDC. En los últimos dos años, mientras los ciudadanos se desgañitaban en las calles luchando contra los recortes, los iniciativos, acompañados en el desvarío por los "alternativos" seguían a los suyo, sólo con leves intervenciones en el parlamento-teatro sin llegar a más, si ponerse como les hubiera correspondido al frente de la lucha organizando a las víctimas de Artur Mas y su gobierno. 

    Cuando el aventurero y jefe de la derecha por designación, Artur Mas, se desmelenó y se creyó Moisés; y de un día para otro izó la bandera de independentismo para tapar su desgobierno y el desmantelamiento de los servicios públicos, en ICV-EUiA no lo dudaron. Con declaraciones confusas para hacer tragar la rueda de molino, se unieron al bloque que lideraba el jefe de la derecha con eso del "derecho a decidir", sin comprender que la derecha a la que servían había decidido siempre. Y que lo único que les pedía era que ellos, los supuestos representantes de la izquierda, les ayudaran a seguir decidiendo diluyendo sus intereses como si fueran los de todos los catalanes.

    Así que no han hecho más que ser meros instrumentos de la derecha nacionalista, integrados totalmente en su órbita. Y hasta cuando fue declarado ilegal el referéndum, y el cacique mayor decidió montar el simulacro bananero, en un principio Herrera acertadamente dijo que aquello era una forma de ayudar a Mas, y que él no participaría. Palabras que se tragaría de inmediato, para decir que se implicaría de lleno en el "prucés" del amo. Su ADN ya esta tan contaminado que le era imposible decidir otra cosa. 

    Creíamos que los jefes de los iniciativos había cubierto ya todo el cupo de entrega a la derecha nacionalista del cacique irresponsable Artur Mas. Pero no. Resulta que ante el hecho de que el Fiscal ha ordenado que se abran diligencias contra el jefe de la cosa, además de contra  Ortega y Rigau, por varios delitos, los iniciativos, se ponen, ahora sí, al frente de la manifestación para salvar al soldado Ryan-Mas, inculpándose de los  presuntos delitos de los reaccionarios del gobiernos catalán para, en un gesto solidario con la derecha, digno de mejor causa, los que está dejando Cataluña sin servicios públicos, mostrar que ya han perdido sin ningún género de duda cualquier barniz que les pudiera quedar de algo que se llame de izquierda, progresismo, o simplemente de sentido de la decencia política. 

   Habría que rebuscar muy concienzudamente en la historia –dejando al margen la socialdemocracia que ya lo hizo hace un siglo– entre los partidos que se consideraban de izquierda, para hallar uno tan entregado a los intereses de la derecha. Y no a cualquier derecha. Sino a la peor posible, la nacionalista.  

  Cabe preguntarse qué réditos políticos puede cosechar una formación política cuyos votantes todavía están entre los trabajadores confundidos, pero trabajadores, de los barrios más apaleados por Artur Mas y su gobierno de los recortes, para que se decidan a inculparse para defender al responsable. Cabe pensar, en que si no se han integrado todavía en CDC se deba a que así en más fácil servir al amo, confundiendo a su ya escaso electorado. De todas formas los pasos dados en defensa de la idea reaccionaria defendida por Artur Mas, viene de lejos. Pero se han superado a sí mismos con esta "acción solidaria" patriotera. 

Ubaldo Plaza

jueves, 20 de noviembre de 2014

FUGA DE "CELEBROS"


La tonadillera Isabel Pantoja debe entrar en prisión  por un delito de blanqueo de dinero. Lo hará tras haber agotado todos los recursos posibles. Ante ese hecho ya "inminente", aunque es inminente desde hace varios meses, parece que esta vez sí lo es. Y en el plazo de tres días –se dice que no más allá del próximo domingo– no tendrá más remedio que aceptar  su ingreso en un centro penitenciario.

  Ante "semejante injusticia", su hijo más visible en todo tipo de eventos de las revistas de cotilleo, se ha cabreado como una mona, como es lógico. Una madre siempre es una madre aunque sea tonadillera y delincuente. Y el hijo, más conocido como el "Pantojillo", ha cogido una perra de no te menees contra "este país de mierda". Tras intentar una recogida de firmas, que parece no ha ido muy allá, pidiendo que su señora madre sea perdonada. Ante lo inevitable del ingreso en la cárcel,  ha dicho que se va de España. ¡Menudo carácter tiene el mozo!

  En los últimos años han sido expulsados de España miles de médicos, ingenieros, arquitectos; otros tantos miles de jóvenes muy preparados de todas las profesiones, por este régimen, con gobiernos más al servicio de los intereses de los depredadores de la Troika, que de sus ciudadanos. Los científicos han tenido que huir de España si querían seguir con sus investigaciones, o simplemente para no morirse de hambre; por lo que, al parecer, a nuestros gobernantes les importa un bledo la ciencia, porque así se lo ordenan desde las alturas de de IV Reich o desde cualquier otra instancia dedicada a empobrecer a los más pobres y a enriquecer aún más a  los más ricos. 

   Pues bien, todas esas calamidades de fuga de cerebros de España, provocadas por el salvaje capitalismo al que sirven nuestros gobernantes –lo de "gobernantes" es una manera de hablar–, lo puede aguantar sin ningún tipo de duda este país de sufridores y apaleados ciudadanos, secuestrados por lo que llaman "mercados", que es España, donde los mercaderes son los reyes que ponen en venta todo lo público sin que pase nada.

  Pero de lo que no estoy muy seguro es de si podrá aguantar  la fuga de este "celebro", el Pantojillo, que con tanto énfasis ha amenazado con irse de España por lo que le sucede a su señora madre. ¡Eso es terrible! Lo que debiera hacer saltar todas las alarmas en todos los ministerios, organizaciones sociales y demás organismo, para que los poderes públicos, tan poco dispuestos a evitar el éxodo de miles de jóvenes sin futuro, hicieran una excepción para evitar semejante catástrofe social. Porque hay amenazas que son letales para la sociedad, sólo con anunciarlas. ¡No quiero ni imaginar que la amenaza pasara a mayores!

Ubaldo Plaza 


miércoles, 19 de noviembre de 2014

LOS "TRILEROS" DEL RÉGIMEN, CADA VEZ MÁS DESNUDOS.


   Los dos partidos oligárquicos  que controlan el régimen desde la llamada transición, en constante desprestigio, cuando intentan tapar sus escandalosas vergüenzas, quedan más desnudos y más en evidencia sus trampas. Y quedan claras las afinidades de ambos partidos, a la hora de defender los mismos intereses. 

   Sólo en cuestiones menores que no pone en entredicho el poder oligárquico que representan pueden aparecer como adversarios. No cuando se trata de pronunciarse por políticas verdaderamente importantes, que haga posible que el voto a una opción u otra se diferencie para atender el verdadero sentido del mismo,  atendiendo a su electorado que los ha puesto en el cargo. Es un hecho que el voto popular al partido que todavía se denomina como "socialista" a pesar de los muchas evidencias de los contrario, a la hora de la verdad une sus fuerzas con el otro partido, el de la derecha pura y dura –con sus apéndices catalán y vasco–, se unen para defender las mismas políticas reaccionarias que interesan a los poderosos. 
  
   Es clamoroso cómo cambiaron la Constitución en el artículo 135 de consuno, sin que apareciera la menor discrepancia entre ambos, sobre todo porque la orden vino de poderes ajenos a los intereses españoles. Un artículo que, miren por donde, semejante cambio va en defensa de los intereses de la oligarquía, los verdaderos mandatarios, sin que los haya elegido nadie, sus verdaderos jefes. 

   Es curioso que ambos partidos, PP y PSOE, nunca se ponen de acuerdo para beneficiar a los más débiles. Por ejemplo blindar la Sanidad publica en lugar de favorecer el negocio sanitario con la vida de los ciudadanos. Tampoco les pasó por la cabeza a los dos principales partidos beneficiarios del  régimen que hace aguas por todas partes rodeado de corrupción, impedir esa vergüenza de favorecer a la banca contra indefensos ciudadanos, con miles de desahucios, sin que eso les quite el sueño. Ni se ponen de acuerdo para evitar la existencia de cientos de miles de familias sin ningún ingreso, con miles de niños desnutridos.  Tampoco les preocupa como estamos viendo, hipotecar el futuro de los españoles ante el flagrante abandono de la investigación científica; que como todo el mundo sabe, menos –al parecer– los jefes de los partidos del régimen, un país que no atiende al desarrollo de la ciencia, a sus científicos, que hoy han de emigrar, es un país siempre empobrecido, dependiente y subordinado a aquellos que sí lo tienen en cuenta. 

    Lo sucedido ayer en el parlamento,  tratando de que parezca que hay transparencia en los gastos de los diputados y senadores –esa Cámara inútil, por lo tanto clarísima–, no es más que otro movimiento de trileros a los que nos tienen acostumbrados, que los deja en evidencia y desnudos ante los ciudadanos. Porque mostraron, una vez más,  que eso de la transparencia del gasto del dinero público, no está en sus proyectos por más que lo anuncien cada día. Y si han decidido ese juego de cambio de bolas de un cubilete a otro como hicieron ayer, para que se publique el gasto total de los viajes, pero no el pormenorizado que es lo que interesa al ciudadano, es por el escándalo que ha supuesto lo de Monago, que ha mentido descaradamente –además de emular al estafador Pujol envolviéndose en la bandera de su cacicato–, ni en sus mejores y escasos sueños regenerativos se les hubiera ocurrido. 

    Es asombroso que ante el desprestigio cosechado por los partidos del régimen, en lugar de hacer algo que limpie  los establos de Augías en que se ha convertido la vida española, prefieran tomar a los ciudadanos por tontos y abunden en el secretismo. Y que lo hagan en unos momentos en que los casos de corrupción son el desayuno diario de todos los españoles. 

    Llevan tanto tiempo despreciando a la opinión pública, que desde sus torres de marfil creen que no hay problema, que la gente lo aguanta todo y que nada les afecta. Y todo esto cuando  cada día el  régimen se hunde más y más. A la vez que el Estado va perdiendo autoridad, porque sus gestores la han perdido hace mucho tiempo.  Porque desde el mismos Estado se subvierte la ley, sin que lo evite quien tiene los instrumentos para hacerlo.  

Ubaldo Plaza 


  



sábado, 15 de noviembre de 2014

UN ABRAZO VALE MÁS QUE MIL PALABRAS


   Cuando hace dos años los de la CUP lograron entrar en el parlamento catalán, muchos, que aun estando ideológicamente en las antípodas de los que decían defender, en cuanto a cuestiones sociales, lo consideraron positivo. Por primera vez –se decía– una mosca cojonera iba a romper ese baile de amiguetes que constituye la política catalana. Casi todos con el mismos discurso monocorde de fondo,  que no pone en cuestión nada que no esté previsto en el guión marcado por el régimen. Todo lo contrario: hacen la representación del papel que les toca, e inmediatamente sus afinidades patrioteras vuelven al encajar. Unos con mayores tintes reaccionarios; otros para justificar su existencia, con algún grito de falsa protesta sobre la situación social.  Renunciando  de hecho a combatirla, dedicándose por entero a lo que mueve sus afinidades: la cosa reaccionaria identitaria y el "derecho a decidir". Abandonando a millones de personas de las clases populares, que los han puesto donde están con sus votos, que no tienen la oportunidad de decidir nada, contrariamente a los que lo han decidido y lo deciden todo, contra esas clases populares.

    Poco duraron las expectativas de los cupidos de las sandalias y la camisetas –única "innovación" parlamentaria aportada por ellos–. En la primera exhibición del representante de la CUP quedó todo meridianamente claro.  En lugar de hacer un discurso reivindicativo y "rompedor" con el régimen de expolio que la derecha catalana estaba llevando a cabo –y está, ahora con la ayuda de la extrema derecha de ERC– en los servicios sociales fundamentales, nuestro flamante diputado David Fernández, se ofreció al que en teoría debía ser su mayor enemigo político, a acompañarlo en aquellos propósitos en los que está embarcado el jefe de la derecha catalana. Y lo hizo de tal manera que  provocó sonrojo y eso que llaman vergüenza ajena. Incluso entre aquellos que nunca tuvieron intención de votarle, por el bochornoso espectáculo servil, del de la camiseta y las sandalias, para con el que no debía haber pasado de vendedor de camisas y corbatas del Corte Inglés, el aventurero de la derecha, Artur Mas !Qué tierno encuentro! Un "antisistema"  de indumentaria con otro que se carga el sistema sanitario y el patrimonio publicó para hacer negocios privados. 

  Y hasta en un alarde, suponemos que incontrolado, por el momento cumbre que los dioses le habían otorgado de tener contacto con el gran jefe supremo de la cosa, reconociéndose inferior y acomplejado –amontillado–, se mostró sumiso acompañante del jefe; y casi pidiendo perdón por sus orígenes: "soc un català de Zamora" (Soy un catalán de Zamora); como diciendo, "no soy auténtico catalán, pero haré lo posible por complacer a los verdaderos catalanes, para ganarme el  favor de ser admitido, aunque sea como actor secundario o como mayordomo; no os defraudare, pero dejarme que asista a vuestras orgías aunque sea para servir las copas".  Lo que no coincide con el supuesto pensamiento que van vendiendo a incautos, no ya de la izquierda, sino simplemente de gente con sentido común democrático.

   Pero si había alguna duda de la entrega del "catalán de Zamora" a los intereses del frustrado vendedor de El Corte Inglés –¡lo que hemos perdido los catalanes en esta frustración!– pudimos volver a abochornarnos ante aquel abrazo en el que se fundieron ambos personajes, celebrando que una cuarta parte del cuerpo electoral –según las propias cifras controladas por entregados incondicionales a la causa del talibanismo patriotero, había dicho sí a los deseos de la derecha catalana sobre la independencia. Los que no se sintieron interesados en la aventura decimonónica de esta burguesía de campanario, más del triple, no cuentan. De eso se encargan los goebbelsianos medios de manipulación subvencionados con dinero público, sin que los poderes públicos se preocupen de semejante despilfarro, al tiempo que se cierran camas de hospitales y se deja de pagar a las farmacias. 

   Sesudos tratados políticos y hasta antropológicos, no hubieran sido tan clarificadores de las verdaderas intenciones ideológicas y políticas de ambos actores.  Un abrazo entre el jefe de la derecha que nos empobrece día a día Mas, y un supuesto izquierdista de salón lo dejó todo muy claro. Un abrazo vale más que mil palabras. ¡Enhorabuena! Ahora a ganarse la confianza como presidente de la comisión sobre el estafador ex honorable. No es extraña la elección.

Ubaldo Plaza