sábado, 25 de junio de 2011

¿PUEDE HABER UN PLAN B GRIEGO...Y EN TODA EUROPA?

Ante las terribles presiones que los mercaderes de la Unión Europea están llevando a cabo contra el pueblo griego, principalmente los insaciables financieros alemanes, franceses e ingleses, cuyos gobiernos están apoyando a los delincuentes financieros–por ser sus bancos los principales beneficiarios de la crisis en Grecia–, cabe pensar si no se estará yendo demasiado lejos en la agresión criminal contra los ciudadanos más pobres, ya al borde de la indigencia, a los que se les exige que sigan apretándose el cinturón mucho más allá del posible aguante del pueblo griego–inocente de las trapacerías criminales de sus dirigentes y los bancos, nacionales y extranjeros–, principal víctima de los negocios de los grandes depredadores, que están aprovechando la crisis provocada por éstos para empobrecerlo, para enriquecerse con la miseria de la ya mísera situación de los ciudadanos griegos. 

Dicen los servidores de los especuladores financieros, los políticos, con advertencias de buitres a punto de devorar su presa, que no hay un plan B para Grecia; que, o  acepta ser devorado tal como deciden los mercaderes, o nada. Y es muy posible que no haya un plan B de los mercaderes esclavistas de la Unión Europea. Pero si les siguen apretando la cuerda al cuello a millones de ciudadanos, en ese caso puede que sean los griegos o cualquier otro pueblo–Grecia puede ser el laboratorio-patíbulo para aplicar sus política asesinas después contra todos los pueblos europeos–es posible que el plan B sea de los griegos, de la mayoría del pueblo griego atacado por las bandas financieras. Y  que diga ¡basta ya! Que ya es suficiente tanta humillación y tanto robo de los más  ricos a los más pobres. Y que decidan que si han de pasar hambre prefieran mandar ellos mismos en su propia hambre, sin que sean esos criminales de las finanzas, su bancos, los políticos  los que lo decidan. Que rompan la baraja, y que por fin se den cuanta que este montaje, este desorden económico, sólo beneficia a unos pocos delincuentes. Y que por fin ha llegado la hora de echarlos y meterlos en la cárcel. Donde deben estar los delincuentes, no dirigiendo el mundo. Sería un ejemplo a seguir por todos los pueblos europeos. Y una acción de saneamiento público.

U. Plaza