lunes, 25 de octubre de 2010

EL "BROTE" Y LA DIFERENTES VARAS DE MEDIR

 La mayoría de los medios de manipulación, después de pasar diez meses sin acordarse de  Haití tras el terremoto que asoló la capital y otras zonas, con cientos de miles de víctimas, ahora se han acordado del país caribeño;  porque según dicen ha habido un "brote" de cólera. A renglón  seguido sin inmutarse afirmaban en el primer momento que habían unos 140 muertos–horas después ya pasaban de los 250–. Y a esa catástrofe siguen refiriéndose  machaconamente de que en Haití hay  un "brote" de cólera.


Si algo parecido, incluso muchísimo menos grave hubiera tenido lugar en Europa por ejemplo, a estas horas todo el mundo estaría hablando de verdadera epidemia, de un plaga devastadora. Pero como es en un país pobre, es evidente que la vara de medir es otra, los muertos no tienen el peso específico que  tendrían aquí entre la todavía rica Europa. Se afirma que es la pobreza y las condiciones de vida en la que viven los pobres haitianos–porque no se olvide que si hay pobres en Haití, como en todas partes, es porque también hay escandalosamente ricos que son los responsables de esa pobreza–. Pero no se hace suficiente hincapié en que son las naciones ricas las que convirtieron aquel país en el estado mísero en que está hoy; primero explotándolo como colonia, Francia en primer lugar, pero también los Estados Unidos que apoyó a "sus" los dictadores que sangraban a ese pueblo,  que garantizaban a los colonizadores la explotación de sus recursos y la sumisión de sus habitantes. 

La miseria que ha hecho que, el terremoto  primero, y la epidemia de cólera ahora, hayan sido tan devastadores, no es una plaga venida del cielo, es provocada por la sinrazón y egoísmo de la explotación capitalista, que intentan disimular con sus enormes medios de manipulación llamando "brote" de cólera, a lo que es una verdadera epidemia, y ante la falta de la ayuda que prometieron, tras el terremoto. Lo que pone de manifiesto, aún más si cabe, su hipocresía. Se dirá que "estamos en un contexto de crisis económica" y eso dificulta dicha ayuda. Sin embargo con una mínima parte, insignificante, del dinero que le han regalado a los delincuentes que nos han llevado a la crisis, no sólo se hubiera solucionado lo de Haití, sino que el hambre del mundo hubiera empezado a remitir. 

U. Plaza