sábado, 23 de octubre de 2010

LA CAVERNA

La derecha española siguen siendo igual que siempre, sigue anclada en los mismos postulados reaccionarios de toda la vida, de forma secular. A pesar de que por el cambio de los tiempos parezca que se contenga, para aparecer como "centrista", ese eufemismo que utilizan todos los partidos de la derecha; pero lo cierto es que son cavernícolas  en cuanto a considerar sus ideas como inamovibles y que les asiste la razón, y naturalmente La Razón, el periódico ultra,  por herencia divina y  secular. 

Por eso, en cuanto se descuidan los traiciona el subconsciente. Es lo que le ha pasado al alcalde de Valladolid poniendo de manifiesto lo que de verdad piensa acerca de muchas cosas, en especial sobre la mujer. Porque este sujeto, no ha criticado una acción de gobierno de la ministra Pajín, a lo que tendría todo el derecho como cualquier ciudadano, no. No se trata de eso; se trata de que es una mujer, y en el fondo en su carca ideología, en un momento dado, y rodeado de periodistas de su cuerda, de una emisora ultra, pierde los papeles y la compostura y suelta lo que de verdad piensa. Porque de entre todos los ministros del gobierno ha considerado, en su machismo oxidado,  que una mujer es más vulnerable. El PP y su corifeos desde los medios ultras, ha estado acosando desde el minuto cero a la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, mucho antes de que demostrara nada, también por considerar que era un ángulo débil, al margen de su capacidad o no para llevar los asuntos de su departamento.  

La derecha sigue siendo igual que siempre. A las pocas horas de ser nombrado el gobierno, que sotto voce, cuando creían que nadie los oía, confesaron que el gobierno era mejor que el anterior. Sin embargo, en lugar de esperar, al menos unos días a ver cómo se desenvuelve, Felix Pons, sin embargo una de las caras menos desagradables de la derecha en su puesta en escena,  ya anda pidiendo dimisiones y desacreditando todo lo que se mueve.  Demostrando que en realidad el único discurso de esta derecha es ansiar ver pasar el cadáver del enemigo, aunque se hunda el mundo, sin que ellos tengan ningún otro proyecto, por otra parte que sería  parecido al del gobierno, cuando no peor, por lo que no lo muestran, sólo critican.

Lo grave es, más que por lo dicho por el cacique alcalde de Valladolid, por el comportamiento de la dirección del partido al respecto, que debiera hacerlo dimitir, dando ejemplo, en lugar de recurrir a "y tú más". Es lo normal; tampoco han hecho nada por enderezar a tanto imputado, que casi podrán hacer las asambleas en las dependencias judiciales.

En definitiva, la derecha española no ha cambiado un ápice y sigue anclada donde ha estado siempre, desde  don Pelayo: en la caverna. 

U. Plaza