sábado, 2 de octubre de 2010

PREPARANDO LA DERROTA

Parece que Montilla definitivamente da por perdidas las elecciones, a pesar de que en los primeros momentos trató de hacer creer que daba un viraje en su política de sumisión a la derecha nacionalista, que corroe y desfigura lo que debiera ser un partido de izquierdas, y no digamos socialista. Hizo un gesto, consciente de que la abstención entre los votantes progresistas sería determinante, por la desastrosa deriva de su gobierno en los últimos cuatro años al servicio de lo identitario que  profesan los Castells, Tura o Maragall, entre otros.

De nuevo se visualiza el carácter claramente de derechas y nacionalista de sus propuestas, colocando como "numero dos" a la señora Tura, una nacionalista de lo más corrosivo y reaccionario del panorama político, y de su partido. Y si a eso le sumos que también mantendrá en las listas al desacreditado representante de la derecha nacionalista, Ernest Maragall, y seguro que habrá otros destacados del mismo signo,  es evidente que lo de aquel intento de Montilla que recobró el interés en los olvidados votos de los barrios obreros, recuperando el empleo del castellano –sin el acento ridículo que ponía a sus palabras como si fuera de l´Empordà–, provocando vergüenza, no a él, pero sí ajena,  a los ciudadanos.

Montilla ya parece haber asumido que perderá las elecciones y se prepara para seguir conviviendo con el apoyo de los que hasta ahora han dominado el PSC, los nacionalistas, a pesar de que las bases sean socialistas y obreras, para intentar seguir siendo el capitán de la nave.  Los votantes de izquierdas, que no deseen votar otras opciones–difícil lo tienen en una Cataluña sin partidos de izquierda–se quedarán en casa; y los otros, los más o menos nacionalistas, despistados o resignados, lo harán por el original, CiU, en lugar de por la copia que ha intentado crear el capataz Montilla, usufructuando y torciendo la voluntad de los votantes de los barrios obreros, que los dieron, no precisamente para que emulara, e incluso empeorara, los 23 años de Pujol.

U. Plaza