sábado, 25 de abril de 2015

¿SE REPETIRÁ LA HISTORIA?

Si no a puro oportunismo del que por desgracia también ha sido víctima Izquierda Unida de Madrid –sin exonerar un ápice de la responsabilidad a la propia IU–, que se llaman "progres", pero con idénticas intenciones de arrimarse a un árbol que creen que les dará más sombra a corto plazo, que ya veremos lo que les da de sí, tras el fraude a lo felipista que se vislumbra a pasos agigantados. 

Lo ultimo, muy significativo al menos para la estética de un partido que aspira a que se deje atrás a la Casta, renunciar a la reivindicación de la República, y rendir pleitesía al monarca, por más que se haya adornado con aires desenfadados. Lo que puede llevarlos a corto o a medio plazo a ganarse la confianza de los poderosos –sin excluir  que ya esté en el guión–; pero que la pierda entre los que habían despertado tantas ilusiones, tras tanta mentira acumulada de los franquista conversos y "socialistas" de diseño y sucedáneo. 

Confieso que quisiera equivocarme. Pero mi ya vieja vida me avisa de que lo que nos rodea es lo más parecido  al "fraude González" de los ‘80, –éste hoy tan "solidario" con los enemigos de los gobiernos que se enfrentan al Imperio–, de tan pésimas consecuencias para la democracia, pero que le sirvió a las clases dominantes para lavarle la cara al franquismo, y mantener sus privilegios, sin ni siquiera exigir una recompensa a las víctimas, aunque  fuera moral.

Cabe preguntarse si lo que se fragua hoy no será una nueva ingeniería  de esos poderes siniestros, que como sabemos no dan puntadas sin hilo; si no será otra estratagema para seguir dominando –cambiando lo superfluo, si es necesario–,  durante otras tres décadas, ahora, con el señuelo de “la renovación democrática”.

 Y que de nuevo el personal descubra que ha sido timado, como con el famoso "cambio" felipista, que resultó el asentamiento oligárquico de los dos partidos que defendían el régimen, con iguales armas y métodos; sólo diferenciados en cuestiones que no afectaban en lo más mínimo los pilares de la oligarquía que lleva gobernando España desde siempre. 

Sabemos que en toda época hay quien, carente de escrúpulos, se presta a ser el ilusionista, el encantador de serpientes, como lo fue  el diseñador "socialista"; y que tras descubrirse los trucos la gente salga del teatro sabiendo más de tramoya que de ilusión.  Porque ya habrá pagado la entrada. 

Iremos viendo. Pero de aquellas propuestas de inicio, rupturistas e ilusionantes, se ha pasado a reunirse con el embajador del imperio. Y eso, para muchas de las víctimas del mismo, es muy significativo. Si se firman pactos con el diablo, como de hecho lo tienen firmado todos los gobiernos con el diablo financiero, al que sirven indecentemente, deben saber que los obligaran a  cumplirlos. 

 Porque si se está dispuesto a aceptar la bota que te pisa el cuello, y que se la pisan a millones de ciudadanos, entonces es poco creíble que se desee un cambio. O que éste quede como antaño, en mera cosmética, cuando lo que hace falta es limpiar los establos de toda la basura que se ha ido acumulando en los cuarenta años de posfranquismo, que tan bien le ha ido a la banca, a la Iglesia, y, en definitiva a los de siempre. 

Repito, quisiera poder decir dentro de un tiempo que me he equivocado. Que mi escepticismo por tantas derrotas acumuladas por los míos, por los que están abajo, como gusta decir, no estaba justificado. Y lo celebraré. Pero...


Ubaldo Plaza