jueves, 29 de noviembre de 2018

¿LAS LISTAS DE ESPERA? ESO NO IMPORTA


La Genealogía ideológica de la derecha corrupta catalana (tan corrupta como la derecha del resto de España, en eso no hay diferencia), la que ha arruinado los derechos sociales, enmascarados con falsas promesas, que nos iban a llevar al paraíso, un lugar en el que íbamos a vivir como ellos ya viven ahora, (suponemos que pensaban  en sí mismos) han llevado al límite  el deterioro de la Sanidad Pública, para que los amigos de la sanidad privada con dinero público hagan pingües negocios, aunque eso sea a costa de la salud y hasta la vida de los ciudadanos. Poco les importaba como en un gesto de sinceridad ha dicho en la radio uno de los emisarios del escapado de Flandes.

Porque, si hasta ahora se disimulaban para vender el producto averiado, con las promesas y mentiras yendo hacia adelante, hacia el fangal en el que nos han metido a todos los catalanes, independentistas incluidos, para tapar sus fechorías, ahora uno de los máximos  representantes de esta rancia derecha carlista, decimonónica, sin el menor rubor, se le ha soltado la lengua y ha declarado lo que de verdad piensan: que lo de la sanidad, lo de las listas de espera que ha llevado a muchos usuarios al desespero durante años, cuando no a su final; y a  un colectivo profesional, nada propensos a la protesta, a la huelga, carece de importancia para los talibanes del procés. Que lo importante es la independencia. La gente, los ciudadanos, para estos reaccionarios, carecen de importancia. Ellos deben tener Sanidad privada asegurada sin listas de espera. Que para eso llevaron acabo los recortes.

Por cierto que, igual que jamás vimos a los de ERC en ningún conflicto laboral, apoyando a los obreros durante la larga dictadura, tampoco hemos vista al valido Torra en las manifestaciones de protesta, ni animando a esos colectivos a que aprieten., como sí hizo con sus agitadores de la CUP. 

Por cierto que estos, que hoy van en las manifestaciones con sus esteladas, son los  responsables en parte de los recortes, y apoyaron al Huido en su día, y a su valido, el xenófobo Torra designado a dedo, sin problemas. Los cupidos, como toda la derecha, al final sus objetivos coinciden. 

¡Que los dioses del Olimpo nos protejan, si alguna vez estos depredadores consiguen aunque sea sólo una parte de sus objetivos¡

Ubaldo

martes, 27 de noviembre de 2018

LA HUELGA DE LOS MÉDICOS CATALANES.

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Lo extraño no es que los médicos catalanes de la Sanidad Pública hayan ido a la huelga. Lo extraño es que hayan aguantado tanto desde que el converso al independentismo, Artur Mas, para tapar las corrupciones de su formación, CDC, y su gobierno de la derecha corrupta catalana  decidieran los mayores recortes asestados a los derechos sociales de los catalanes, para favorecer el negocio de la sanidad privada, con dinero público. 

Porque si hasta que empezaron los recortes, la sanidad privada con dinero público ya era un robo, tras el hachazo de Artur Más y sus continuadores como el carlista, decimonónico, de la Cataluña profunda y huido de la Justicia, Puigdemón,  aumentado por su valido Torra, es un crimen, estando al frente de Sanidad Boi Ruiz. Porque mucha gente mayor pereció antes de ser atendido por el retraso impuesto por los recortes.  

Pero lo más extraño todavía es que la población, víctima de los recortes no se rebelara, echándose a la calle masivamente, contra semejante agresión, tapándolo con el patrioterismo de banderas y enajenaciones colectivas, en lo que en la derecha es tan habitual: echarle la culpa al enemigo exterior...o interior si lo consideran molesto. Como que los sindicatos llamados de clase, hayan sido tan comprensivos con la mayor agresión contra las clases populares, desde hacía mucho tiempo.

Es sabido, y cualquiera que haya tenido la necesidad  de asistir a los centros de Salud (sean los CAP, las Urgencias o los Hospitales), que la Sanidad Pública, deteriorada por expreso deseo de los dirigentes de la derecha (Convergentes y la ERC del beato Junqueras, que sostuvieron a Boi Ruiz al frente de la Conselleria de Sanidad, cuya misión era liquidarla como bien social y privatizarla para el negocio) se ha aguantado por el sacrificio y la profesionalidad del personal sanitario; que de no ser así habría colapsado hace ya mucho tiempo. Eso lo saben todos los ciudadanos catalanes. Y cabe preguntarse si de no haber sido tan celosos con su trabajo los profesionales, los ciudadanos habrían respondido al saqueo sanitario con contundencia. Pero veían, que mal que bien, con todas las deficiencias de retardo, iba funcionando. Hasta que los sanitarios no han podido más y se han decidido a protestar con la huelga, legítima y lógica.

Ante la huelga de los sanitarios, lo que cabe ahora  es la solidaridad ciudadana frente a unos gobiernos irresponsables, que llevan años deteriorando los servicios sociales, adoctrinando a la gente con mentiras patrioteras. 

Y los trabajadores sanitarios, a parte de reivindicar sus derechos profesionales, de lo que han perdido en la Gran Estafa, llamada crisis, en estos años (se habla de unos 60.000 euros de media), reivindican mejores condiciones de trabajo, que repercutirían en la mejora del servicio para todos. 

Ahora, los responsables de este desaguisado, como siempre suele pasar con los tramposos, echan las culpas a los demás, sin hacer mención del dinero gastado en delirios estériles, que sólo les sirven a unos cuantos para mantener encendida la llama que hace posible mantener en pie el castillo de mentiras, a pesar del evidente fracaso.  

Y algo tendrá que ver el deterioro de los servicios sociales, por ejemplo, lo que hoy salta a los medios que el hijo del capo de capi Pujol, cobró mordidas de las empresas de 6,7 millones de euros. Y siendo una pequeñez comparado con lo que han defraudado, ¿para cuántos servicios darían esos 6,7 millones?

Ubaldo



domingo, 25 de noviembre de 2018

LAS POLÍTICAS DE LA UE, HACEN CRECER LA EXTREMA DERECHA


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La Unión Europea despertó una gran ilusión entre los pueblos de Europa que veían en la misma una base de unidad y solidaridad, y el mayor espacio de libertad y progreso de los pueblos, que durante muchos años anduvieron enfrentados, provocando los mayores conflictos; horrorosas guerras que los intereses del capitalismo y el nacionalismo de los países, provocaron, con decenas de millones de muertos. 

Se decían, y así nos los vendieron, que con lo que al final se llamaría Unión Europea, la solidaridad era segura e inevitable.  Que seríamos ciudadanos europeos todos iguales. Que los ciudadanos, protegidos por la capa global y jurídica de Europa, nos llevaría a homogeneizar todo el territorio reduciendo desigualdades entre los países del norte y sur.

Luego vimos que lo que de verdad adquiría naturaleza eran los intereses de los países más poderosos, que desarrollaban sus políticas europeas, más en función de sus intereses nacionales y de clase, que los del conjunto de los  habitantes del Continente, como siempre ha hecho el capitalismo.

Algunos analistas lo percibieron desde el primer momento. Pues quedaba de manifiesto que las intenciones de los poderosos no eran la de una UE de todos los europeos, sino la de dos o más niveles, siempre con ventaja paras los mismos. Se pudo ver sobre todo con el tratado de Maastricht con la exigencia del control del déficit. 

Se creó el Banco de Alemania, controlado por este país, al que llamaron eufemísticamente Banco Central Europeo, que controla la UE, que decide sobre todo lo que corresponde a la economía, imponiendo sus criterios a los países más débiles, impidiendo que otros con dificultades puedan controlar su situación devaluando la moneda; y algo realmente escandaloso: se les presta el dinero a los buitres de los bancos privados, a muy bajo interés, para que éstos se lo presten a los Estados a intereses más altos, con lo que con el dinero que es de los ciudadanos, los bancos hagan sus negocios. 

Es decir los Estados quedaban maniatados, y potenciando el negocio privado de la banca, es decir de los capitalistas, como siempre, los insolidarios de siempre, los que provocan miseria, como hemos visto con la Gran Estafa, con la colaboración de los gobiernos. La UE se manifiesta como un instrumento de los grandes capitalistas, pero a lo grande, con los gobiernos a su servicio, como hemos visto en España en el Septenio Negro de Mariano Rajoy, pero al que le puso la alfombra Zapatero, sin olvidar la agresión que Artur Mas con sus recortes, que trataría de tapar con sus aventuras irresponsables.

La UE tras la Gran Estafa financiera, de lo que sólo es  una  más de las cíclicas crisis del capitalismo, se ha quedado desnuda ante millones de europeos que ahora se han dado cuentan de que las intenciones de los escandalosamente bien pagados dirigentes de la UE, que constantemente imponen a los gobiernos políticas de austeridad que rozan, cuando no traspasan, la criminalidad  por sus consecuencias sociales, nada tiene que ver con los propósitos vendidos durante años. 

La UE, con sus políticas, que no son ni más ni menos que las que la derecha ha impuesto siempre a sus pueblos, va perdiendo poco a poco entre los ciudadanos, el consenso que en general recababa. Hoy son discutidas entre amplias capas de la población que sufren sus consecuencia. Contribuyendo las mismas a que sectores de extrema derecha, el nacionalismo, el fascismo en definitiva, se nutra del descontento de millones de ciudadanos, que cada vez ven a la UE y a sus burócratas, como el problema más que la solución.

Lo estamos viendo con el auge de los partidos fascistas, nacionalistas  o fascistoides por toda la Europa, con el reclamo del impresentable presidente de los Estados Unidos, Trump, el que está dispuesto a asesinar emigrantes ordenando disparar a sus soldados contra indefensos ciudadanos desesperados. 

Partidos de extrema derecha que utilizan, como siempre hicieron, a los pobres, a los emigrantes huidos de las guerras provocadas por las mismas políticas de expolio, en los países en conflicto, para enfrentarlos con los trabajadores y las clases populares; con discursos de miedo, xenófobos, simples, y fácil de asimilar por gentes desesperadas, para desviar la atención de los verdaderos culpables: el gran capital y sus lacayos de los gobiernos. Culpan  a los que son aún más pobres, de todas sus desgracias, no a los verdaderos responsables. 

Ha sido la política del capitalismo desde siempre, que cuando no puede gobernar con la democracia, acude a su "fase superior", el fascismo, como explica la Historia. Ha sucedido siempre, inventándose enemigos exteriores o interiores. 

O la Unión Europea corrige sus políticas egoístas que van en favor de los poderosos sin el menor disimulo, o el auge del fascismo, el nacionalismo,  aumentará, paralelo al desespero de la gente. Sobre todo si no hay fuerzas políticas de izquierdas que abanderen las protestas; sindicatos menos dóciles dispuestos a combatir las políticas criminales con todo lo que eso significa. Partidos que se alejen de la connivencia con la derecha, y sobre todo, con la derecha nacionalista, como sucede en España con la descolorida, y desaparecida como tal, izquierda. 

Algunos de esos burócratas o gobiernos hacen caso omiso y no atienden las protestas ciudadanas, confiándolo todo a decisiones represivas. Y afirman que el fenómenos del auge de la extrema   derecha es temporal, controlable, que no irá a más. 

Recordemos como acabó la política de mirar para otro lado, de apaciguamiento del fascismo de otros tiempos. Cuando se alimenta la bestia, crece. Y la Unión Europea con sus decisiones, la está alimentando, la han hecho crecer y sacado a pasear. Después será muy difícil devolverla a su reducto, como se sabe por amarga experiencia en el Continente Europeo. 

Ubaldo

lunes, 12 de noviembre de 2018

SOLIDARIOS...CON LA BANCA

"La sociedad española fue solidaria con la banca, y la solidaridad es recíproca" (Pedro Sánchez, presidente del gobierno)


Es curioso el manejo y la manipulación del lenguaje. "La sociedad española fue solidaria con la banca...". Esta es una afirmación de Pedro Sánchez, presidente del gobierno, en una reunión con sus partidarios. Dice que los españoles fuimos solidarios con la Banca, cuando en ningún momento nos  consultaron si deseábamos salvarla a costa de los salvajes recortes en derechos sociales que vinieron a continuación de tan generosa "solidaridad".  

En ningún momento nos dijeron si deseábamos cambiar derechos por expolio. Si deseábamos sacrificarnos para que los pobrecitos millonarios, la Banca y los esclavistas, que no empresarios,  pudieran sacar adelante  sin coste alguno sus tropelías y hundimiento de la economía. Nunca, Nunca nos consultaron. 

Así que, ¿a qué viene eso de la solidaridad con la Banca? Fue un trágala. Y los gobiernos, tan solícitos ellos con los banqueros,  no se quedaron ahí; para facilitar que la "solidaridad" se mantuviera en sus justos términos,  se les ocurrió, entre otras muchas cosas, una ley de relaciones laborales esclavista, que la complementaron, para que la solidaridad ciudadana con los banqueros fuera más efectiva, con una Ley Mordaza. Más que nada, por si algunos ciudadanos insolidarios disentían, y hubiera que explicarles, de forma contundente, en qué consistía el esfuerzo solidario del ciudadano con la Banca. Y si se comportaban mal, recibiría su castigo. Y claro, como advertencia para otros insolidarios.

La "solidaridad", mejor decir  imposición, la tuvieron los gobiernos con sus amos, que aceptaron deteriorar la vida de millones de ciudadanos, para que los multimillonarios banqueros siguieran llenando sus arcas, muchas veces personales, con sus escandalosas primas, que decidían ellos mismos, y de las insultantes y jubilaciones de sus directivos.  

Los gobiernos, al servicio de la banca, no sólo les entregaron nuestro dinero, sino que ni siquiera después, una vez pasada la Gran Estafa Político Financiera,  y llevado a la miseria y el desespero a millones de españoles, se aseguraron de que devolvieran lo que tan "solidariamente" le habíamos entregado. Todo lo contrario. Manifiestan con el descaro e impunidad, y la poca vergüenza  que los caracteriza, que no lo van a devolver, convirtiendo en normal, lo que es un expolio social de factura calculada.

La solidaridad se ejerce voluntariamente, y lo suelen hacer  los pobres con otros aún más pobres; no la ejercen los millonarios con los pobres. De haberlo hecho alguna vez, ni los pobres serían tan pobres, ni los millonarios tan millonarios, que son los que han sacado tajada de tener a su servicio a los gobiernos, que salvan a los banqueros y se olvidan de los millones de personas víctimas de esa acción inmoral.

Si realmente la Justicia fuera igual para todos, como suelen decir  los que les va bien, los presidentes de los gobiernos responsables de tal desaguisado, debieran haber sido llamados de oficio para que declararan sus acciones. Y que respondieran con sus patrimonios de las decisiones políticas que toman, cuando van contra la inmensa mayoría de los ciudadanos. Quizá se lo pensarían antes. 

Los romanos tenían un código que así  lo indicaba.  Era una Ley Anticorrupción (Repetundis) que castigaba los delitos de corrupción, cohecho y trafico de influencias que se la aplicaban a aquellos funcionarios que defraudaban, a parte de la condena que tuvieran (generalmente inhabilitación u ostracismo) debían devolver tres veces los expoliado. No hemos avanzado en tantos siglos transcurridos, todo lo contrario, viendo cómo se van de rositas los defraudadores, o con unos cuantos meses de cárcel, pero con su patrimonio intacto. 

Cientos de miles de ciudadanos, esos "solidarios con los banqueros", han sido desahuciados de sus viviendas por éstos, sin el menor problema moral. La mayoría de las veces para que esas viviendas, espoliadas, quedaran vacías.

Los españoles hemos sido y seguimos siendo solidarios con los que siguen siendo víctimas de esos banqueros y sus gobiernos. Los de Zapatero y los de Rajoy, (sin olvidar al inefable Artur Mas, primero en recortar, para tapar la corrupción de su banda) por no remontarnos más lejos. Porque ambos dos decidieron  cambiar el Artículo 135 de la "intocable" para según qué,  Constitución, y que fuera posible tal desvarío anti democrático. Con lo que queda claro que los artículos de la Constitución, si interesa a los que mandan, se esgrimen, si no, se cambia, como los principios, de Groucho Marx.

Y los españoles, mayormente los jubilados, seguimos siendo solidarios con nuestros familiares para que puedan comer cada día, tanto si están en el paro provocado por un sistema injusto de la ley de relaciones laborales, como con aquellos que, aun estando trabajando, reciben sueldos de hambre, de esclavos y son pobres. Todo gracias a la solidaridad o entrega, no de los ciudadanos, sino de  los gobiernos, a sus amos banqueros.

Ubaldo




miércoles, 7 de noviembre de 2018

EL SISTEMA, LOS PODEROSOS CORRIGEN EL TIRO


Que el capitalismo fabrica los instrumentos necesarios para luchar por su permanencia, es harto sabido. Y que a sus naturales crisis cíclicas añaden las creadas en cada momento para tapar algunas de las grietas que les puedan aparecer al sistema, está en sus manuales, a veces ni siquiera escritos, pero sí presentes.

Sin duda, al hecho de que las clases populares tuvieran cierto respiro con lo que llamamos sin demasiada base real “estado del bienestar” (sólo del mundo desarrollado, que el el llamado Tercer Mundo los ataques son continuos y en aumento, por cualquier método, con agresiones bélicas principalmente, o presiones sobre los gobiernos que se atreven con tímidas reformas) era demasiado para los poderosos, que desde siempre han pergeñado la posibilidad de retornar en cuanto a derechos sociales, al Siglo XIX, y si era posible, más atrás. 

Se decía que en una sociedad avanzada y tecnificada, el capitalismo, los amos que se apropiaron de los medios de producción, no podrían rebajar los derechos de los trabajadores, toda vez que era necesario personas muy cualificadas, muchos universitarios; que un ingeniero, un médico, un científico, no se prestaría semejante explotación con sus capacidades. 

Estamos viendo cuán falsa era esa afirmación. Hoy hay montones de personal muy capacitada –ingenieros, científicos, médicos y de otras profesiones altamente cualificadas, engrosando los precarios puestos  en los supermercados y todo tipo de trabajos, con sueldos de miseria; e incluso cuando tienen la suerte de trabajar en lo que han estudiado, son míseramente pagados, mientras las cuentas de resultados de los amos del tinglado, aumentan invariablemente paralelo a la miseria que generan en la sociedad.

Que una de sus cíclicas crisis haya sido aprovechada para liquidar derechos conquistados desde hacía un siglo, pergeñando una monstruosa Gran Estafa Político Financiera, lo confirma: el abismo ya existente entre las clases populares –los trabajadores y las llamadas clases medias– y los grandes estafadores del mundo empresarial financiero, es algo que desde siempre han acariciado los poderosos. El pacto que se llevó a cabo por la socialdemocracia tras la Segunda Guerra Mundial, que de alguna manera mantenía un grado aceptable de derechos sociales, ya hacía tiempo que los grandes gurús del expolio no lo aceptaban y venían acariciando la idea de liquidarlo desde hacía tiempo. 

El sistema tiene instrumentos muy bien elaborados para mantenerse, frente a las inmensas mayoría de desheredados. Esos que algunos vaticinaban que en el mundo desarrollado y próspero, tendían a desaparecer. “Ya no hay proletarios, los nuevos trabajadores están en otro plano, la lucha de clases desaparece por sí misma”. Lo que ha ocurrido es todo lo contrario: los que antes se consideraban no proletarios, pese a que eran igualmente explotados, aunque no fueran conscientes, hoy son el grueso del proletariado, eso sí, sin concentración trabajadora, que dificulta su lucha, pero no la anula, ni mucho menos. 

La agresividad insaciable de los amos del sistema, consideró llegado el momento para volver a lo que desean: mantener a las clases populares bajó mínimos, con ejércitos de reserva de parados de millones de trabajadores; con sueldos de hambre los que logran un trabajo, al mismo tiempo que las grandes fortunas se incrementan de forma escandalosa, por decisión política de sus servidores, los gobiernos a su servicio.

Todo movimiento y actuación en las alturas está milimetrado por sus decisiones políticas, policiales o judiciales, lo que constituye la estructura dictatorial, de todo sistema, por más que se insista que vivimos en una democracia. Todo está elaborado para que todo les funcione. Si es necesario provocarán las guerras que les convengan para que se cumplan sus fines de expolio. Y si esas guerras se pueden llevar lejos, tanto mejor, porque así las justificaran con cualquier mentira, que sus medios de difusión y propaganda difundirán para que nos las creamos. Y si algunos gobernantes de algún país intenta suavizar el sufrimiento de sus pueblos, tratarán de ahogarlo económicamente, y si lo consideran, darán un golpe de Estado, para que no levante cabeza y sean un mal ejemplo para otros pueblos oprimidos de su entorno.

Y sus medios harán propaganda de sus “reparadoras guerras necesarias, para llevarles la democracia”, y se volcarán en verter mentiras, tildando de “terribles dictaduras” a esos pueblos rebeldes para convencernos de lo malo y peligroso que es intentar romper las cadenas. Y que aceptemos que la esclavitud camuflada del siglo XXI, no es tan mala, o que podría ser peor. 

Todo el sistema es una estructura que van modificando en función de las necesidades que corresponda a cada momento. Nada se les escapa, y cuando eso sucede, lo corrigen de inmediato. A veces caemos en la trampa de considerar que aunque la justicia no es igual para todos, a veces, los grandes delincuentes, sí pagan y van a la cárcel. Es un espejismo. 

Cuando vemos que la Justicia castiga a algunos de los prebostes del sistema, porque incluso siendo éste injusto, rompen hasta sus propias reglas, y son condenados a unos meses o años de prisión (ser condenados estos personajes, no significa cumplirla en su totalidad), no es más que una forma de engrasar el propio sistema, para que muchos incautos consideren que viven en el mejor de los mundos, en el que, pese a todo, de verdad hay justicia, y los que la hacen la pagan. Sirve como cortina de humo para que la gente se olvide de los miles de estafadores “legales”, que nunca pagarán por sus fechorías –políticos, banqueros esclavistas que se hacen llamar empresarios, y una larga lista conocida por todos–. Son daños colaterales del sistema; algunos van a la cárcel, eso sí, dulcificada de mil maneras, que tampoco se trata de que sufran como los demás mortales, ¡sólo faltaría!

Todo eso es posible, mientras no se toque el núcleo de los intereses verdaderos que sostienen el tinglado. Ah, pero si lo que se pone en cuestión es ese núcleo, el verdadero poder, el financiero, que es quien lo decide todo, entonces son palabras mayores. Entonces saltan las alarmas, se pone en marcha el mecanismo sin el menor sonrojo, y lo corrigen; es de pura lógica del sistema. La lucha de clases, los poderosos, el gansterismo, la tiene siempre presente, cosa que algunos que dicen defender a las clases populares la hayan olvidado. 

Que unas sentencias firmes, favorables a las clases populares contra los grandes poderes económicos, se haya modificado porque “ponía en peligro el sistema financiero”, es de una aplastante lógica en este sistema. Han corregido el tiro, no por la importancia de la cuantía económica, eso es una falacia, sino porque también es un mal ejemplo que podría contagiarse por jueces honestos que de verdad creen en la Justicia.

El sistema financiero no se podía poner en peligro. ¡Faltaría! Nada que decir de la puesta en peligro de forma escandalosa, la vida de millones de personas, con desahucios, enfermedades de todo tipo, y la liquidación de las esperanzas de varias generaciones, hundidas en la miseria, reducidos a meros esclavos del siglo XXI, mientras que durante la Gran Estafa Político Financiera, las grandes fortunas se incrementaban de forma exponencial. 

Como la lucha de clases no sólo no se ha acabado, sino que va camino de proletarizar la inmensa mayoría, solo cabe que las clases populares, como viene pasando desde siempre, se organicen para la lucha, adaptándose a las condiciones actuales, pero con los mismos objetivos. Todo lavado de cara no es más que adecentar el sistema. Es una lucha larga, tan larga que es paralela a la Humanidad. Renunciar a eso es aceptar la esclavitud, aunque la adornen de modernidad. Y no cabe desespero, la lucha es larga, pero, como todo tiene un fin. Y las contradicciones del sistema lo aceleran. Y, en la medida que se agudicen, los servidores, los gobiernos, se volverán más agresivos, y utilizaran todos los medios a su alcance, los ya mencionados y otros. Para eso tienen servidores, desde economistas–sicarios, hasta sectores supuestamente progresistas. 

Ubaldo

viernes, 2 de noviembre de 2018

CUANTO MÁS UNO SE AGACHA....



De antiguo hay un dicho que reza así: Contra más te agachas más se te ve el culo. Es lo que pasa cuando uno intenta congraciarse con alguien que no atiende a razones ni respeta los mínimos tratos de convivencia, rompiendo todas las reglas legales, al tiempo que insiste en tener razón. 


Es lo que le pasa a Pedro Sanchez, que ha repetido una y otra vez, cuando estaba en la oposición y poco antes de acceder al gobierno, que el golpe de los nacionalistas de la derecha, era rebelión. 

Es evidente que ese cambio de actitud del presiente del gobierno se debe a la necesidad de contar con los votos de los partidos-chantaje para aprobar los presupuestos; y Sánchez cae en la misma trampa y dejación en la que han incurrido todos los gobiernos de la democracia, en lugar de haber hecho lo que debían, que no es otra cosa que darle a los nacionalistas el peso que realmente tienen, por sus votos, y no  primarlos con más escaños de los que les corresponde, con una ley electoral antidemocrática. Pero esa es ya una historia vieja, que nadie ha querido enmendar, ni el presunto "socialista" González, ni Zapatero, y ni mucho menos Aznar, que le entregó al jefe del nacionalismo  lo que quiso, para gobernar. Y nada que decir de Rajoy, que pasará a la historia como el "presidente ausente", o sesteante

Sánchez en un juego de bolillos incomprensible, trata de capear el temporal con medias verdades, que también son medias mentiras, para agradar a los nacionalistas –algo extendido entre la falsa o connivente izquierda que sigue considerando a la derecha, a la burguesía depredadora, su aliada, de alguna manera–. Y éstos responden con más agresiones verbales, crecidos, aquelarre tras aquelarre, viendo la debilidad del presidente del gobierno, llegando al delirio de pedir, no que los indulten, que ya sería un disparate, sino que lo que quieren en vencer al Estado imponiendo que sean declarados inocentes. 

Y Sanchez sabe que eso es imposible, pero se sigue agachando y mostrando su trasero. Claro que hay parte de teatro, pero  le está dando a los nacionalistas, que siguen en su golpe a pesar de la soledad en la que viven internacionalmente, grasa para que sigan animando las llamas de sus fanáticas huestes de la Cataluña profunda y decimonónica.

Ubaldo

jueves, 1 de noviembre de 2018

LA REPÚBLICA TALIBANA DEL 3% A 10 Euros




Todos los charlatanes, sean de la secta que sean, montan sus negocios en promesas de paraísos futuros. De una forma u otra, los destinatarios de su charlatanería han de contribuir con sus óbolos, o sus complicidades para que el tinglado siga funcionando para el negocio de sus promotores. No es nada nuevo. Desde que la religión dejó de serlo como una reflexión personal en la infancia de la Humanidad, apareciendo los espabilados, los "sacerdotes" que "interpretaban" lo que cada uno había sentido o deseado sobre su futuro, para prometer cualquier cosa que les permita aprovechar las debilidades humanas para la manipulación. Y cualquier promesa puede ser válida por disparatada que sea. A eso lo llaman fe.


Hoy otros personajes de la misma catadura hacen promesas similares, aunque con otros mimbres. 

Ahora, los catalanes podemos "comprar" una República-Paraíso por el módico precio de 10 euros inscribiéndonos en esa nueva religión, inventada por unos cuantos espabilados, tramposos, capaces de vender el mismo humo que los chamanes de otras sectas, aunque se parecen como dos gotas de agua, tanto en los métodos como en la falta de ética, y sobre todo por el mismo fanatismo inyectado, con promesas tan vacías como las otras, porque la fe, como dicen, mueve montañas, con la gran ayuda de los medios goebbelsianos en sus manos.  

Que después de las mentiras, reconocidas por algunos de los protagonistas del procés, haya gente que siga creyendo religiosamente en unos personajes cobardes y mediocres para ponerse a salvo abandonando a sus compinches, eludiendo sus responsabilidades, que huyen para vivir en carísimas mansiones, dejando a los creyentes, nunca mejor dichocon dos palmos de narices. Y los charlatanes que prometen la gloria,  y poder estar a la diestra de su futuro  dios de la República talibana del 3%,  que se inventó la burguesía para tapar sus corrupciones y el saqueo sanitario y en general los derechos sociales de las clases populares, tiene todos los ingredientes para creer que los sacerdotes del procés, como sus beatos creyentes, son paralelos. 

Prometer una República dirigida por los mismos burgueses que se enriquecen con la corrupción y el expolio de lo publico, los del Palau, Banca Catalana, y tantos y tantos chanchullos, a sabiendas de que esa promesa de República sólo son los mimbres con los que fabrican sus cestos para que haya gente que siga alimentando su Iglesia. Y así seguirán mientras no despierten del engaño alimentando delirios y negocios. Sobre todo negocios. 

Ubaldo