jueves, 30 de diciembre de 2010

LOS PARLAMENTOS, INSTITUCIONES SIN PODER REAL

Nueva York



Este final de año  tras tantos sobresaltos a los que nos han llevado a los ciudadanos los amos del mundo, con la colaboración de sus siervos bien alimentados de los distintos gobiernos,  debería servirnos como mínimo, y entre otras muchas cosas, para pensar en qué mundo de ficción estamos viviendo. En el que nada es como parece o nada es como nos aseguran que es. 
Madrid

Solemos decir, aquellos que vivimos en la supuesta Europa rica, democrática y de valores humanos, que vivimos en democracia. Sobre todo lo suelen decir los que sí viven en SU democracia de opulencia muy particular mientras cada día hay más pobres sin derechos. Lo dicen los que acumulan grandes fortunas y sus servidores; a a pesar de lo cual  nos adoctrinan constantemente a través del  Gran Hermano que constituye la inmensa mayoría de los medios de manipulación, asegurándonos que no podemos seguir en la misma dinámica, que se han de recortar los logros sociales que han costado tantos sacrificios. Y vemos cómo la constante idiotización  planificada de amplias masas de ciudadano, nunca mejor dicho lo de masas, hace que poco a poco muchas de las víctimas de esa Gran Delincuencia Universal que lo domina todo,  repitan como zombis el mensaje de que hay que perder derechos para sostener de alguna manera lo que queda y no perderlo todo. 
Fráncfort

Por la falta de una respuesta firme y decidida del ciudadano ante tanta agresión, han logrado que sea la propia víctima la que colabore en su propia ejecución, y además con sumisión y convencida de que el verdugo está en lo cierto al aplicarnos el garrote de liquidación social. 
Bombay

Ante la evidencia de lo que pasa ¿No deberíamos dejar de decir de una vez por todas que  vivimos en democracia, y que estamos dando pasos, sin prisa al principio, pero ya de forma acelerada hacia la esclavitud? Habrá quien diga que es una exageración, pero basta echar la vista atrás para darse cuenta de cómo han sabido comernos el coco con todo tipo de artilugios y manipulaciones para que esa que es  la meta, no otra la asumamos con resignación: "hemos vivido como ricos, eso no podía ser". Pero, ¿quiénes han vivido como ricos? Los mismos que siguen viviendo como más ricos todavía, precisamente porque han expoliado a los pbres lo poco que habían conquistado de bienestar. 
Méjico

¿Alguien medianamente informado puede dudar de que hace ya bastante tiempo que las elecciones a los diversos  parlamentos de los distintos países no son más que una liturgia de apariencias, más de adorno que otra cosa? 

¿Alguien puede creer que la elección de un parlamento con una supuesta opción política sirve para que se cumpla lo que el ciudadano han votado? Es evidente que no. En el aspecto práctico, en el resultado en cuanto a decisiones e interés del ciudadano, las elecciones se podrían suprimir y todo seguiría igual, es decir, tan mal para la mayoría como ahora. Si acaso sólo sería un choque mental al despertar de un sueño, una ilusión de que hasta el momento éramos los ciudadanos los que con nuestro voto decidíamos nuestros destinos. Todo eso es falso. 

Elegimos un parlamento y un gobierno, que no gobiernan nada importante. Esos gobiernos inmediatamente se ponen a las órdenes de los que realmente deciden. Los que no los ha elegido nadie. Entonces, ¿por qué seguimos creyendo que vivimos en una democracia?  En realidad la democracia nunca ha existido, si eso significa "gobierno del pueblo". Pero los parlamentos decidían, bien o mal, pero decidían.  Hoy eso ha desaparecido por completo. Todo lo deciden los grandes poderes financieros que han anulado toda decisión parlamentaria, ya que los parlamentos legislan de acuerdo con los intereses   de esos poderes, no de los de los ciudadanos. 

Y además no tienen necesidad de hacerlo ellos directamente. Para eso tienen a los gobiernos que hace de serviles mercenarios, disfrazando lo que es una dictadura del dinero, con una apariencia de democracia. Por eso mantienen la liturgia de las elecciones, porque les son útiles. De no ser así, hace tiempo que lo abrían anulado. Y por este camino, todo lo andarán. 

Así que la democracia, la poca que había, ha muerto. Y empezar a recuperarla será ardua tarea. Mucho más que cuando las luchas del siglo XIX, o la larga odisea de las clases populares en el siglo XX. Porque, que nadie lo dude, si no despertamos de la anestesia idiotizante, poco a poco volveremos a las condiciones del siglo XIX o principios del XX. Y es la juventud, la principal víctima, la que ha de tomar el timón y la responsabilidad de que la Humanidad no siga hacia el camino de la barbarie, tan evidente ya.

U. Plaza