jueves, 23 de agosto de 2012

MÉDICOS, NO CÓMPLICES


Médicos del Mundo, así como otros colectivos sanitarios, se están rebelando contra la inhumana intención de los gobiernos de desatender a los emigrantes "sin papeles". No podía ser de otra manera, toda vez que un profesional de la medicina ha de poner por delante de todo, su condición de  ciudadano y de  profesional de la medicina, certificando el milenario  Juramento Hipocrático.

Un profesional de la medicina, como cualquier ser humano, pero más en este caso, no puede convertirse en cómplice de los saqueos que los gobiernos están llevando a cabo contra los servicios públicos en general, y en particular la sanidad, para poder satisfacer las malas prácticas de banqueros y sus servidores de la casta política para sanear sus agujeros financieros, entregándoles  fondos públicos. La misma casta que en ningún momento, ni siquiera como un acto de disimulo, si no de vergüenza, se plantea reducir sus privilegios, sean de sus escandalosos sueldos y prebendas, sean por sus delirios de grandeza, o con la corrupción.

Como en ningún momento se han planteado liquidar el escandaloso y medieval  regalo de miles de millones que se le siguen dando a una Iglesia, de todos los españoles, seamos o no católicos, y que no se amolda, ni de lejos, a un sistema democrático y de respeto a todas los puntos de vista, Iglesia que trata de recuperar los pocos privilegios que los ciudadanos en materia de libertades habían logrado arrebatarle, por ínfimos que hayan sido.

La defensa de la sanidad para todos no pasa porque los más desfavorecidos, sean quienes sean, se abandonen–mientras las grandes fortuna cada día son más escandalosas e inmorales–, como pretenden los mercaderes del saqueo al servicio de los estafadores financieros. 

Incluso, aunque sólo fuera por un estricto sentido egoísta, no se puede hacer. Porque una sociedad que no atienda la salud de todos sus ciudadanos, de todo el mundo sin excepción, estará expuesta a contraer enfermedades que pueden desembocar en situaciones sanitarias de mayor gravedad a nivel general.

Por eso es tan importante que cada día se sumen más colectivos en defensa de la sanidad, y contra las aberrantes decisiones de los financieros estafadores y sus lacayos. Pero en esa lucha, los profesionales de la medicina no pueden estar solos. Ha de haber un movimiento solidario de los ciudadanos. Como lo ha de haber contra todo intento de los gobiernos de ultraderecha, del PP y de CiU en este caso, de recortar las libertades y derechos ciudadanos, como vienen haciendo. 

Todo colectivo agredido por parte de los poderes financieros llevados a cabo por sus gobiernos–como el escandaloso chantaje a la organización de consumidores FACUA–, debe ser respondido por los ciudadanos con nuestra solidaridad y apoyo; porque defendiéndolos nos defendemos a su vez todos los ciudadanos, ya que la agresión a esos colectivos es la agresión a todos y a la democracia, ya tan desvalijada. 

La dignidad del colectivo sanitario no es, no puede ser, una lucha sectorial, como no lo es cuando defienden el derecho a la sanidad pública. Porque no defienden intereses propios, sino públicos, de todos, aunque el poder intente criminalizarlos, para enfrentarlos con los ciudadanos. Es la lucha por la supervivencia y contra los depredadores del sistema de injusticia que es el capitalismo. Los médicos son médicos, no cómplices del poder.

U. Plaza