sábado, 18 de julio de 2020

EL REY NO ESTABA SOLO



Vienen apareciendo en la prensa  noticias sobre los devaneos del que fuera jefe del Estado: Grandes fortunas evadidas, presuntamente. Todo con más o menos detalles, era conocido. Todos sabíamos lo de  "El campechano". Y todos sabíamos cada día los entresijos del Jefe del Estado, aunque fuera por Radio Macuto. 

La prensa callaba, protegía con un pacto tácito de silencio los asuntos que afectaran al rey y la monarquía. Contó con la propaganda y el beneplácito de toda la prensa lacayuna durante décadas. "El arco parlamentario" soslayó el tema.   Aunque revistas extranjeras, de las que llaman "del corazón", aunque yo las llamo con otro nombre menos romántico, lo publicaban. A los españoles nos llegaban los ecos, sin más.

Los pecadillos del monarca, no  podían salir a la palestra. Sólo los elogios orquestados. (Aun recuerdo aquella servil entrevista de Jesús Hermida, que sonrojaba a cualquiera). Si alguna cosa salía lo hacía con sordina. Lo referente a sus desenfrenados amoríos.   Cosa que a la mayoría de la gente le daba igual, si no fuera que esas diversiones borbónicas las pagábamos entre todos. 

Si tenemos en cuenta de que uno de los argumentos de los defensores de la monarquía es "la defensa de la familia tradicional y cristiana como pilar fundamental del la sociedad", etc,. no parece  que el ex jefe del Estado, ni en esto haya sido, ni por asomo, un ejemplo. 

Los pocos flecos que se le escapaban al monarca de los hilachos  aparecidos en algún medio,  de los muchos ovillos manejados por el jefe de Estado, generalmente extranjeros, era compensado con la permanente matraca de los propagandistas de lavado de imagen, de su trayectoria democrática,  tras la muerte del dictador etc, etc,.

Siempre el monarca estuvo protegido.  Tanto fue así, al parecer, al temor que debieron tener los legisladores que armaron la Constitución, que  blindaron al rey. No como habría sido natural, en el ejercicio del cargo. No. Lo blindaron en TODO. 

Teóricamente el rey, como si de un rey absolutista se tratara, podía hacer lo que quisiera; que no tendría problemas ante la Ley. Lo que al sentido común, en una democracia, se le antoja a cualquier persona, un disparate. 

Pensamos que le hicieron a Juan Carlos, al país y a la democracia aún sin echar a rodar, un flaco favor. De haber tenido sujeción jurídica, seguramente el rey habría sabido que había cosas que no se podían hacer, como cualquier ciudadano sujeto a la ley sabe. Así que para él, asimilada que era intocable, cualquier cosa, fuera la que fuera, la podía hacer. Y parece que se le fue la mano. ¡Y de qué manera!

Pero como dice el dicho, "se puede engañar a unos pocos todo el tiempo, a muchos algún tiempo; pero no se puede engañar a todos todo el tiempo". 

Y las cosas, por su propia dinámica de la Historia, cambian. El antiguo Jefe de Estado, asumió que no podía haber control legal sobre él y que nadie le podía pedir cuentas. 

Y empezaron a aparecer para el gran público noticias "inquietantes" (Pedro Sánchez). Porque no se trataba de cualquier cosa, sino de cifras millonarias. Ya hace tiempo el New York Times publicó que el rey tenía cuentas en el extranjero cantidades exorbitantes, que no podía haber acumulado con lo que le pagaba el Estado, como primer funcionario. 

Y en una situación rocambolesca, safaris mediante, en plena crisis de la Gran Estafa Financiera, el rey quedó desnudo. Y ya no hubo más remedio que decírselo a los españoles por parte de la prensa. Se abrió el Ánfora de Pandora. Sobre todo  porque un juez suizo lo tiene enfilando y quiere saberlo todo. Es lo que hace que las cosas se le compliquen a Juan Carlos. De no ser así, tengo mis dudas de que avanzara la causa. Tampoco lo tengo claro que lo hagan a pesar del suizo.

Pero Vale. Todo esto, repito, con más o menos bombo o detalle, lo sabíamos todos los españoles, porque sus aventuras no vienen de ayer. 

Pero la pregunta que se suscita es:

¿Mientras Juan Carlos se enriquecía,  (presuntamente), qué hacía para evitarlo y poner  coto a sus desvaríos financieros, los primeros ministro? Un tal González estuvo casi catorce años de mandato. Casi cuatro legislaturas. Y en tanto tiempo Gonzáles, ¿no se enteró de nada,  el hombre inventado por la derecha para que el franquismo mantuviera sus privilegios? ¡Miraba para otro lado? ¿Por qué?  

Estos días González ha vuelto a salir por segunda vez a los medios para exculpar a Juan Carlos; la primera fue cuando se supo judicialmente que Pujol era un estafador. Porque como en el caso que nos ocupa hoy, también lo de Pujol era vox populi.  También fue tabú en los medios del pesebre. 

No sabemos si está exculpación de ambos mandatarios se debe a su fe de defender a poderosos, o por no enterase, o exculpase a sí mismo. 

¿Y Aznar, qué hacía Aznar? Estuvo ocho años de presidente del gobierno. Tuvo tiempo ´Enmerdar–nos en una guerra de expolio, de la que no ha perdido perdón, lo que sí han hecho sus colegas de la vergüenza  de Las Azores.
    


¿Tampoco se enteró de lo que era vox populi, para corregir el desmelene del Jefe del estado?  ¿Tan ocupado estaba en aprender inglés con horroroso acento texano haciendo de muleta al belicista emperador yanqui?

¿Y Zapatero? El que con su entrega a los grandes intereses de los mercaderes de Europa, cambió la Constitución con nocturnidad y alevosía, con la ayuda de la derecha salvaje y corrupta, para liquidar el Art. 135. El que le puso la alfombra para que que un tal Rajoy hiciera el mayor ataque social  contra las clases populares, ayudando a los poderosos, convirtiendo en esclavos a millones de trabajadores, y enriqueciendo aún más a los multimillonarios? 

¿Qué hizo Rajoy para alertar al Jefe del Estado de que lo que estaba haciendo podría ir contra los intereses de España, e incluso de la propia Institución monárquica? 

Como sus predecesores como presidentes, ¿no se dio cuenta de nada?  ¿Tanto obnubila desde el Olimpo del cargo de presidente, que se vuelven ciegos, y no ven ni oyen lo que todos los  mortales veían?  Cuando el New York Times publicó lo que algunos profesionales de dar jabón al poder, tildaron de "calumnia". ¿No se le despertó el interés para averiguar, si efectivamente era cierto o una calumnia lo publicado; para acto seguido exigir rectificación al periódico Norteamericano y, si más no, dejar limpio el comportamiento de Jefe del Estado.

 Parece que ni se preocupó. ¿Estaría Rajoy en su atareada faena de dar ánimo a su tesorero de la Gürter, animándole?  "Luis aguanta?  Que ya  es un clásico. 

¿O tal vez Rajoy estaba repasando las obras completas de EL MARCA,  atento a las vueltas ciclistas,  a las que tan aficionado es? 

El resultado es que ninguno de los presidentes se enteraron de nada de lo que durante décadas sucedía, presuntamente.

Es de suponer que en un posible juicio algo tendrían que decirle al Tribunal, ¿No?

Ubaldo