jueves, 29 de enero de 2015

OPERACIÓN TROIKA, NO DE SUSANA


   Pactar con los presuntos socialistas (presuntos porque nadie en su sano juicio puede acusar a los dirigentes del actual PSOE inventado por González y otros, de socialistas) –los dirigentes, no sus bases y ni sus votantes–, es lo peor que se puede hacer desde la izquierda. E IU debía haberlo sabido antes de comprometerse con "los que no son de fiar", como dicen ahora. Desde el primer día hubo advertencias en ese sentido, que desoyeron. Las de Julio Anguita, entre otros.

   De todos los proyectos de ley previstos en el pacto entre IU y PSOE en Andalucía, casi todo ha quedado en aguas de borrajas. Los dirigentes del PSOE son maestros en eso de dilatar las cosas para que no se aborden los problemas que de verdad puedan cambiar la situación. Ahora, en IU dicen que la ambiciosa aspirante que tiene la vista en Madrid, los ha traicionado. Pero ese es el ADN de la socialdemocracia desde hace 100 años, que ya ni siquiera es socialdemocracia, porque ha perdido todas sus señas de identidad.

   Son la reserva de la derecha cuando ésta pierde las posibilidades de seguir gobernando en favor de los suyos, los poderosos. Y, sin duda, Susanita la del ratón chiquitín, y ambiciones gigantescas no es diferente. La que blinda a sus imputados sin rubor –seguramente por imposición de quien en la sombra así lo exige– con aforamientos indecentes, también traicionará a Andalucía, llegado el momento. La Andalucía que no es más que el trampolín para sus desaforadas ambiciones personales de quien no es nadie y aspira a todo, sin importarle cómo lo consiga. Porque está ahora en otro escenario que nada tiene que ver con los intereses andaluces y populares. 

   Porque Susanita es la manijera del caudillo que se sienta en el Consejo de Administración de una multinacional; el que apuesta por una "Gran Coalición" con quien ha arruinado a las clases populares, para frenar la ola de indignación ciudadana, que puede dar al traste con toda la ingeniería política y social urdida por los dos partidos del Régimen. 

  Es, salvando la distancia en el tiempo, pero no los objetivos, la misma trampa de la llamada Transición. Ponerse de acuerdo para que todo siga igual. Y tratan de que la historia se repita. Aunque es posible que si entonces fue una tragedia que la pagamos todos los españoles con una democracia de bajísimo contenido, ahora lo sea como farsa, como dijera Marx; y el resultado se parezca mucho a esa caricatura llamada PASOK, por querer llevar a las últimas consecuencias la Gran Coalición. Incluso si se hace con pactos ocultos, y broncas públicas entre ambos partidos del régimen, para confundir al personal. Porque parece que hay ya mucha gente que no comulga con las ruedas de molino con las que la han lapidado hasta ahora.

    Porque el verdadero hombre de la derecha en la Transición fue el caudillo de aquel recién inventado PSOE, que nada tenía que ver con el histórico; el que hoy se desespera por lo que pasa en Venezuela. Pero no dijo ni dice nada de cuando su maestro y amigo Carlos Andrés Perez (CAP), el presidente de Venezuela (en realidad de las multinacionales yanquis en Venezuela), mandó disparar en el "Caracazo" con el resultado de miles de muertos. Aquella Venezuela era para él mejor que la actual. 

  Y era el caudillo del aquel PSOE el verdadero hombre de la derecha, para garantizarle los privilegios al franquismo de los negocios, el verdadero franquismo, el que persiste, el de la banca y el de las leyes mordaza; el de leyes laborales esclavistas; el de los desahucios. Por eso nunca, ni en los casi 14 años de su cacicato, ni en los casi 8 del posterios "zapaterato" merkeliano quisieron desmontar el franquismo. Les iba bien a los dos partidos del régimen.  Y ahora eso está en peligro y saltan las alarmas. 

   Y hoy, Susanita se presta a una operación contra IU y Podemos, para ver si pueden enderezar las cosas para que nada cambie. Es una operación de altos vuelos, como fue la de la transición. Nada regional. Si les sale bien, podrán acometer la principal en toda España. En este y  no en otros escenarios hay que buscar las "razones" –ambiciones personales aparte– en la convocatoria de las elecciones andaluzas, cuando el gobierno era perfectamente estable. Hay excusas de mal pagador, que quedan al descubierto. Y para eso no dudan en poner a los pies de los caballos a su recién elegido secretario general.

   Porque los gurús que mueven los hilos están en otra cosa. Y que la izquierda esté en un gobierno, aunque sea regional, no gusta a los verdaderos amos, porque puede ser un mal ejemplo para el gobierno de España. Y eso sí puede ser grave. Y los servidores del estatus son fieles y cumplen. Porque tras la "tragedia griega", para inquietud de los amos del mundo, de los fabricantes de miserias, todos los manijeros se han puesto manos a la obra para ver si pueden corregir la "anomaía" de que lo que decidan los ciudadanos se cumpla.  Para que todo siga como hasta ahora: tragedia, pero de verdad, para los pueblos. Porque la Operación "Gran Coalición", es más "Operación Troika". 

Ubaldo Plaza