sábado, 24 de mayo de 2014

EL DIFÍCIL VOTO



   Soy catalán. Y vivo en Cataluña. Pero si yo viviera en cualquier otra parte de España, sin ninguna duda mi voto sería para Izquierda Unida. A pesar de que pueda tener discrepancias en algunas cuestiones; como por ejemplo su apoyo –no sé si forzado– al disparate de la consigna de los partidos de la derecha catalana –CiU y ERC–, para contentar a los "iniciativos", tan abanderados y parte activa de dicho disparate, que nada tiene que ver con las necesidades de las clases expoliadas por la derecha, en este caso catalana.

  Pero es que resulta que mi humilde voto iría a parar a los iniciativos que ni siquiera en este caso han tenido la deferencia de colocar las siglas de IU en las papeletas de voto. Supongo que es para que quede claro su “hecho diferencial” que tanto esgrime la derecha catalana (ya sabemos que cuando alguien dice que es diferente, lo que está afirmando es que es mejor que el otro).

   Así que me lo han puesto verdaderamente difícil para votar la opción que desearía (IU). Sí, ya sé que en esta elecciones europeas todos los votos de toda España que van a un partido, se juntan. Y que si estuviera en otro lugar de España, también contribuiría a que los acompañantes del disparate secesionista de la derecha, obtendrían la cuota parte de mi voto. Pero no sería igual. Porque entonces no tendría la sensación de que, más que de haber tirado el voto, haberle votado a los que se alían con los enemigos de los trabajadores, a quien no deseo votar, por razones obvias.

   Porque la distancia haría que no percibiera que también habría votado contra mi deseo. Ya se sabe: el desconocimiento que la inmensa mayoría de los ciudadanos españoles, y sobre todo los políticos,  tiene de lo que hacen de verdad los partidos que se siguen llamando de izquierda en Cataluña. A pesar de que todos saben que van de la manita con la derecha. Habiendo logrando ésta que todas las protestas por la desastrosas políticas de CiU-ERC, se hayan escondido en parte, tras la cortina de humo del derecho a decidir, lo que ya han decidido ellos, y vienen decidiendo desde simple: explotar a los más débiles, si es posible con el apoyo de quienes debieran estar en contra.

 Además, aún tengo en la memoria cuando IU, sus votantes, le consiguieron un diputado al parlamento europeo a los incitativos.  Y le faltó tiempo al personaje para irse a otro grupo parlamentario, ajeno al que se integró IU. Y lo lamentable es que IU no parece haber aprendido la lección de aquella traición. Y ese personaje al que hicieron eurodiputado los votos de IU, hoy es uno de los "talibanes" del independentismo que promueven los partidos de la derecha catalana, al que se ha adherido ICV, con la incomprensible guinda de EUiA, con desaforada fe de conversos de algunos de sus dirigentes.

  Así que, como le viene pasando a tanta gente en Cataluña en reiteradas convocatorias electorales, tampoco en esta yo podré votar con la satisfacción de que mi voto haya ido a la opción deseada:  a un partido de izquierdas –inexistente en Cataluña–. 

   Y haciendo un repaso de las opciones nuevas que se proclaman de izquierdas, resulta que todas ellas han sido "abducidas" por el mensaje de la derecha nacionalista, del "derecho a decidir"; y hasta llegan a considerar menos reaccionaria a la derecha catalana, a CiU-ERC, que el PP. A pesar de que, como hace éste en todas partes, aquellos nos están dejando sin servicios públicos, exactamente igual que la derecha española. En eso no hay diferencia. CiU vota en el parlamento todo aquello que perjudica a las clases populares, junto al PP. E incluso van mucho más allá, pues los catalanes tenemos el triste récord en recortes, especialmente en el sistema sanitario. 

Ubaldo Plaza