domingo, 17 de octubre de 2010

LOS "REFERÉNDUMS" EN CATALUÑA


 En un ejercicio sin el menor sentido de la realidad, en el que sólo creen unos cuantos que lo utilizan como palanca para seguir en el machito, justificando así los privilegios y disimulando delirios, los llamados referéndums soberanistes, que son vistos por la inmensa mayoría de los ciudadanos sin otro sentido que el que unos cuentos hacen una fiesta para ellos y su tribu, sin que esa  mayoría, a pesar del despliegue,  lo considere nada serio. 

Sin embargo, a pasar de que los ciudadanos con su ausencia a semejantes circos, les vienen diciendo "no es així, no es aixó el que volem", ellos siguen con sus pantomimas reivindicando el siglo XVIII en pleno siglo XXI. Los poderes públicos les permiten que lo hagan a pesar de ser a todas luces un disparate, estar alejado del deseo aplastantemente mayoriatario de los ciudadanos, por una mal entendida libertad de expresión y utilizando los recursos que el poder que tienen les otorga. Pero estoy de acuerdo que lo puedan hacer, ya que de no ser así se alzarían como "víctimas de la represión". Buscarse enemigos exteriores para justificar errores propios es muy recurrente, así como inventarse o reescribir la historia si conviene.

Pero cabe una pregunta: suponiendo que en un momento dado la mayoría de los ciudadanos catalanes nos volviéramos enajenados mentales y el referéndum determinara el sí, aunque sólo fuera con el 50 + 1 por ciento de los votos del censo, que lógicamente exigirían su aceptación "democrática" por el resto, es decir por la otra mitas menos uno de los ciudadanos en este caso, ¿volverían los tan democráticos impulsores de estas mascaradas a convocar un nuevo referéndum, pongamos por caso, al cabo de diez, quince o vente años para volver a saber la opinión de los ciudadanos, por si las generaciones recientes habían cambiado de opinión, o se reafirmaban en ella? Sería lo democrático, ¿no? ¿O se aferrarían a que ya se hizo una vez y con eso basta?

Que a nadie le quepa duda de que en tal caso no sería así. Los muy minoritarios independentistas sí podrán una y otra vez, machaconamente, insistir, probar, ensayar en esa lotería si comprar el billete, sin arriesgarse a nada, sin que el sentido común del rechazo ciudadano y del respeto a las leyes, los disuada de seguir haciendo el ridículo y dejar a nuestra tierra, otrora considerada  la más moderna y europea de España, en el hazmerreír provinciano en el que estos disparates nos convierten. 

Porque una vez logrado por ellos su meta, las imposiciones de sus puntos de vista unilaterales  y dictatoriales serían anatemas. Todo aquel que osara discutirlos quedaría excluido del reino de los cielos nacionalistas, como enemigos patrios, sin la menor posibilidad de intentarlo, ni una sola vez. Y no es una hipótesis, ya sucede ahora: o eres del pesebre o no eres nadie, o lo que es peor, ni siquiera existes.

U. Plaza