jueves, 12 de septiembre de 2013

MÁS DE 6 MILLONES DE CATALANES, "DESENCADENADOS"

   Cuando en una sociedad una minoría se apodera de los medios de comunicación, es fácil falsear la realidad y convertir lo blanco en negro, lo desastroso en óptimo, la mentira en verdad y ésta en mentira.

   Es lo que sucede en Cataluña donde los dos partidos de la derecha nacionalista se han apoderado de todos los medios de comunicación, privados por la vía de la subvención con el dinero de todos, y los públicos, obviamente también, porque los pagamos todos. Y una sociedad en la que no haya prensa a disposición de todas las opiniones, no puede llamarse democrática; es más, está en vías de la intolerancia, del miedo y de ahí a una dictadura más o menos larvada al principio, y descarada después, sólo hay un paso.

   De haber unos medios de comunicación democráticos, el titular  hubiera sido si duda algo parecido al que encabeza este humilde artículo. Porque si nos atenemos a las propias cifras que has dado los organizadores, es decir los dos partidos de la derecha, CDC –sin Unió– y ERC, con el apéndice del CUP, sobre los "encadenados", lo cierto es que la inmensa mayoría de los catalanes no hemos seguido las consignas de esa derecha, la misma que nos está dejando sin sanidad pública, porque estos patriotes, piensan más en sus negocios que en la supuesta patria, que como todos debieran de saber, va ligada a sus cuentas corrientes, no siempre limpias. Y esta operación no es más que una operación financiera más, que esperan les rindan sus réditos, a cuenta del moderno y gran toco mocho que prometen al desinformado ciudadano –o que se "informa" sólo por los medios controlados por el régimen–, entre ellos, que "viviremos más años con la independencia". Hasta ahí llega la manipulación de los sacerdotes de la nueva religión.

   La mayoría de esos ciudadanos, más de seis millones –según las infladas cifras dadas por los portavoces del régimen–, no han querido "encadenarse". Ciudadanos que deben tener muchos motivos y muy diversos para no hacer caso de los cantos de sirena de un gobierno más interesado en sus delirios identitarios que en los problemas reales de la gente. Y sin duda algunos de ellos, acaso se identifiquen con la idea de fondo de los "encadenados" por la derecha tramposa. Pero son tantos  los problemas que los aquejan, precisamente por la acción o no acción y desgobierno de Cataluña desde hace ya tanto tiempo, que han preferido intentar salir adelante sin proclamas patrioteras que sólo ayudan a que los que les están arruinando a vida lo sigan haciendo con mayor ahínco. 

   Así que no es cierto que “Cataluña haya salido a la calle a "encadenarse”. Todo lo contrario. Ha salido una parte  y por las razones propagandistas antes descritas, sin duda respetable. Pero la mayoría lo que desea es precisamente deshacerse de las cadenas que una minoría, eslabón tras eslabón, a través de la escuela y los medios de comunicación públicos secuestrados, y los privados subvencionados,  en sus manos, ha ido enlazando. 

Ubaldo Plaza

miércoles, 11 de septiembre de 2013

EL 11 DE SEPTIEMBRE.

El 11 de septiembre es una fecha que toda persona decente, las capas populares, y sobre todo los trabajadores de todo el mundo, debieran de tener presente. Es una fecha en la que se mancilló los deseos de un pueblo que aspiraba a desembarazarse del yugo que los oprimía y lo sigue oprimiendo.

Me refiero, obviamente, al 11 de septiembre de 1973 cuando el golpe de Estado dado por los Estados Unidos en Chile, por los militares traidores y sin honor ni  principios, (de eso los españoles sabemos mucho por desgracia), vendidos a los intereses norteamenricanos; golpe preparado por un genocida, al que para mayor burla, habían dado el Premio Nobel de la Paz, Henry Kissinger.

   Y viene a  colación precisamente ahora, cuando otro Premio de la Paz (otra burla de la Academia sueca) pretende agredir a Siria, causando muchos muertes inocentes, como todas las guerras, con la peregrina excusa de las armas químicas, que dice han utilizado el gobiernos sirio.  Obama pasaría a engrosar la nómina de criminales de guerra y el primer negro que lo hace para defender los intereses de los multimillonarios blancos. Esperemos que la oposición de mucha gente, en los propios Estados Unidos, logre impedirlo la matanza planificada.  

   Recordemos que quien más crímenes ha cometido con ese tipo de armas químicas, pasandose por el forro el derecho internacional, ha sido precisamente los Estados Unidos: por ejemplo en Vietnam, donde lanzaron millones de toneladas de Gas Naranja, cuyas consecuencias todavía las sufre ese pueblo, que siguen limpiando lo contaminado, y que sufren hasta los que siguen naciendo a día de hoy, con malformaciones.

   Que yo sepa, en ningún momento ningún pistoleros internacional a lo Bush o a lo Obama propuso que fueran bombardeados los Estados Unidos por aquellos horribles crímenes cometidos por sus gobiernos, como ahora proponen los jefes de Obama que haga éste, es decir los multimillonarios, para controlar la zona, por los muchísimos intereses que tienen en ella, junto a Israel, y no por razones humanitarias, lo que queda fuera del ámbito moral de los que durante toda sus existencia han masacrado a los pueblos que explotaban.

  El 11 de septiembre chileno es un punto de referencia para que los pueblos sepan quiénes son sus enemigos. Cuando muchos chilenos fueron asesinados, incluido su presidente Allende, que en nada se parecía a los colaboradores con el imperialismo que usurpan el noble nombre de socialista, que hoy se prestan a colaborar en semejante atrocidad, algunos con sueldos millonarios y que privatizaron empresas para enriquecer a los amigos. Ese es el 11 de septiembre que debe ser recordado, por cierto y trágico.

   No los 11 de septiembres mitológicos  y folclóricos que la burguesía sabiendo que miente y manipula la historia, conmemora con la colaboración vergonzosa de los que debieran desmitificar el saqueo al que esa burguesía somete a las clases populares, en lugar de colaborar con ella. 

   El 11 de septiembre chileno debiera ser el que marque  la verdadera pauta  de la solidadridad entre las clases populares;  no el falso invento. Sólo basta un lectura somera de la verdadera historia para desmontarlo. Y que los que lo saben y colaboran con la farsa desde una perspectiva de supuesta izquierda no lo hagan, y sigan ayudando   a mantener la mentira en la procesión en la que cada año  desfilan para llevar ofrendas al nuevo santo de la nueva religión, San Rafael de Casanovas, lo que demuestra es que tal izquierda se ha suicidado, o ha traicionado sus principios sociales. 

Ubaldo Plaza

lunes, 9 de septiembre de 2013

EL TRAJE GRANDE DE PRESIDENTE

Si algo ha quedado claro en los casi dos años que lleva el PP gobernando y destrozando a las clases populares en España, es que el traje de presidente que le regalaron a Mariano Rajoy, o que ganó con mentiras, y falsas promesas no sólo le viene grande, sino que le sobran muchas varas de tela. No da la talla; ni siquiera tiene tablas para defender lo indefendible como harían otros de sus misma cuerda. Sino que rodeado de su guardia pretoriana de mentirosos, se esconde cobardemente cuando hay que dar la cara. 

   Y a lo sumo aparece tras un pantalla de televisión para que nadie pueda hacerle preguntas. Y cuando ha tenido que acudir al parlamento forzado por las circunstancias ha mentido con un descaro jesuítico, escondido tras la mayoría absoluta; la que en una democracia debe servir para sacar adelante sus políticas, pero no para impedir que el parlamento funcione y debata, "parlamente", paralizándolo en la práctica, con la colaboración vergonzosa del presidente del Congreso; que si bien es del partido del gobierno, una persona con un mínimo de principios democráticos, sabe que se debe al cargo y ha de garantizar el funcionamiento de la Cámara, defendiendo los intereses de todos los grupos, aunque sea formalmente. Después, en las votaciones, tras el debate, decidirán, no antes, para evitar que Rajoy se vea obligado a responder. No colaborando en silenciar a la primera institución supuestamente  democrática de España. 

    Un presidente digno de serlo, no rehuiría ningún debate ni se escondería tras la máscara de la mayoría. En una democracia más o menos formal, saldría a la palestra a defender sus posiciones, y si no tiene argumentos firmes y limpios, dimitiría, nunca se apalancaría numantinamente en el cargo tratando de dejar pudrir los problemas, para ver si se solucionan solos, lo que es propio de las dictaduras o régimenes autoritarios, como se revela es cada vez más el régimen español del PP. Esta anomalía no es ajena a la pérdida del peso político de España, como dice hoy el periódico británico The Independen, y el lastre de su corrupción. 

     Lo que a uno le hace creer que Mariano, en su pusilanimidad y cobardía política no sólo le viene grande el traje de presiente, sino que ni para hacer de vocal de una comunidad de vecinos sería aceptable, si no contara con la llave del cajón del pan –la prebendas– para repartir entre los que componen sus guardia pretoriana, que sin el menor rubor mienten por el presidente para que no tenga que sonrojarse ante tantas mentiras, suponiendo que a estas alturas tenga capacidad para ello. 

   También ha quedado claro que hay que modificar totalmente los mecanismos democráticos para que sea posible remover a un cargo público de inmediato, cuando se compruebe que es incompetente, como es el caso del actual presiente; y que las promesas electorales no puedan ser tan escandalosamente incumplidas, sin que sea invalidada su elección, por fraude. Además de tener consecuencias penales para los que haya mentido o hayan sido elegidos con engaños, considerándolo fraude. 

Ubaldo Plaza

domingo, 8 de septiembre de 2013

LAS OLIMPIADAS DEL PP

  La capital de la República, Madrid, sus habitantes, no se merecían una humillación como la que ha recibido por parte del COI, eso es evidente. Madrid es una ciudad que tiene la mejor gente y muy luchadora, como estamos viendo con la movilizaciones para evitar que les saqueen la sanidad pública –como también pasa en Cataluña, mi tierra– para que unos cuantos amiguetes hagan pingües negocios con la salud y hasta con la vida de sus ciudadanos. 

    Pero es que los Juegos Olímpicos, concretamente estos que se decidían para el 2020, constituían una rémora de no te menees. Y no sólo porque, como han asegurado los expertos, no constituyen ninguna ventaja esencial para la mayoría de los ciudadanos, económicamente, más bien todo lo contrario. Sino porque quizá en ningún otro momento un acontecimiento semejante hubiera tenido mayor manipulación política por parte del gobierno y su partido, que con tanto celo defiende los intereses de banqueros y grandes empresarios, en contra de las clases populares.

   Al gobierno y a su partido, que están en los papeles judiciales desde hace ya tanto tiempo,  con el caso Gürter, al que se ha añadido una pieza más como el Caso Bárcenas que es más de lo mismo, le hubiera venido muy bien para distraer al personal, una vez lo de Gibraltar habría perdido fuelle (sin desmentir la siempre piratería británica respecto al Peñón, que esa es otra cuestión). 

   Hubiéramos estado durante todo lo que queda de sufrimiento de esta legislatura, y vete a saber si hasta el mismo día de la clausura de los Juegos, aguantando al gobierno de PP, montando todo tipo de eventos, con sus pesebristas mediáticos de manipulación, ahogando los principales problemas que aquejan al país con una versión moderna de Panem et circenses, aumentando hasta el infinito las manipulaciones que ya padecemos.

   Las Olimpiadas eran una tabla de salvación propagandística para el régimen, que nos hubiera apabullado, y cuyo gasto correría, como todo lo que hacen estos “servidores públicos”, de nuestra cuenta, para que lo paguen hasta nuestros tataranietos.(Con la deuda que ha dejado el ultra Gallardón ya  es suficiente). Así que no hay que rasgarse la vestiduras. Y más bien respirar aliviados, y en todo caso darle las gracias al COI porque, en última instancia, no ayude a que los que hoy tiene a España como una finca particular, se perpetúen. La capital de la República, Madrid, sus gentes, es mucho más que unos juegos deportivos.

Ubaldo Plaza



sábado, 7 de septiembre de 2013

LA RUTA DEL PSC, DE SU NACIMIENTO HASTA EL ABISMO

   Muchos se preguntan en estos tiempos de sufrimiento del PSC del porqué de tanta pasividad durante tantos años. De cómo era posible que, contra todo pronóstico, desde que perdieran las primeras elecciones al parlamento de Cataluña no se preguntaran las razones de semejante contradicción, de que al ganar todas las elecciones  generales, arrasando y arrollando a sus contrincantes, perdieran todas las catalanas. 

   Muchos observadores lo analizaron minuciosamente; unos tratando de llevarlo al abismo por el camino de imitar a la derecha convergente (que en aquellos años seguía con la careta de "moderada"), al que al final llegó un PSC agónico; y otros que advertían del dislate de querer competir en el mismo terreno de la derecha nacionalista;   pero que estos gritaban en el desierto y que eran descalificados por los mismos dirigentes nacionalistas del partido.

   Así que se apresuraron a ir por el camino contrario del que aconsejaba  el sentido común de una formación que exhibía la “S” de socialista en sus siglas: ser más nacionalista, y hasta haciéndolo ostentosamente eliminando precisamente de su logotipo  lo que les daba las mayorías, que no era otro que su identificación con el socialismo español, con el PSOE, cuya base electoral indiscutiblemente engrosaba la representación catalana del partido en el Congreso de los diputados. La "independencia" del PSC con respecto al PSOE más propagandística que real para contentar a la derecha nacionalista, fue un paso más hacia la hecatombe.

  Cuando el señor Montilla llegó al gobierno catalán, creó esperanzas en ese electorado popular y obrero de los barrios, que pronto fue defraudado, porque resultó que el que  la gente suponía que podía introducir algo de racionalidad en los desastres anteriores, resultó un fraude: “nuestro presidente nos ha salido rana, se ha vuelto más papista que el papa y le está haciendo el trabajo a Convergencia en el desvarío identitario”, se comentaba.  Hasta llegar a dislate de apoyar una manifestación ultra desde la presidencia contra el Tribunal Constitucional, algo insólito desde las instituciones, sólo concebible en un estado paranoico en el que está asentada la política nacionalista catalana.

   A partir de ahí el abismo al que se acercaba el PSC estaba despejado. Muchos de sus votantes, mayoritariamente de las clases populares y que le votaban por “socialista” se sintieron desconcertados y decidieron quedarse en casa la mayoría o una parte desviar su voto a Ciudadanos. 

   Y Cabía preguntarse: ¿Es que en el PSC no había nadie con capacidad de análisis que comprendiera los motivos por los que una tras otra se perdían las elecciones catalanas, mientras se ganaban de calle las generales?

   No creo que esa fuera la razón. En el PSC, sin duda hay personas capacitadas que se percataban del problema. Pero el principal escollo  no era otro  que el partido estaba dirigido por la misma clase social, la burguesía, que el “otro” partido de la derecha, con sus mismos eslóganes patrioteros, aunque algo atemperados con algún tiente verbal "socialista". 

   Y la intención de esa fracción que copaba los cargos y decidía en el PSC no estaba por la labor de ganar unas elecciones en clave de izquierdas, sino en competir con CiU en su terreno nacionalista y "nacionalizar" al partido. Porque, en última instancia, CiU representaba los intereses que en el fondo deseaban los dirigentes del PSC: los de  la burguesía. 

  Con esos mimbres nacionalistas pocos cestos socialistas se podían tejer. Y cuando llegó Montilla y sus colaboradores, muchos de ellos sin embargo nada proclives al nacionalismo, en lugar de dar un giro copernicano al partido, que era lo que necesitaba,  persistió en el error por una especie de complejo, que no sólo lo llevó a ser como decimos más papista que el papa, encabezando algunas de la políticas que no se atrevieron a poner en práctica los convergentes en su día, como las multas por la rotulación. Mientras, la derecha aguardaba frotándose las manos, con la valiosa ayuda de ERC, el otro partido de la derecha, y en parte  de ICV, a que se quemara y se estrellara. 

   Pero, cuando llegó el desastre, la nueva ejecutiva encabezada por Pere Navarro, en lugar de hacer los propio, que no era otra cosa que dar el giro que no había dado Montilla, y limpiar el partido de aquellas personas que trabajaban con los mismos patrones destructores. Pero los dejó que siguieran minado desde posiciones nacionalistas, es decir de derechas, a la nueva ejecutiva. Lo que impedía que todas las energías las dedicaran a rehacer la formación sin enemigos dentro.

   Es evidente lo que el PSC debiera de hacer: O es un partido socialista con apoyo popular, junto a sus compañeros del resto de España, sin rémoras que lo identifiquen con la derecha nacionalista;  o bien se integra en la casa gran –que cada vez es Mas barraca– de CDC. O sigue por el mismo camino que es la extinción como partido de las clases populares. 

Ubaldo Plaza

miércoles, 4 de septiembre de 2013

LA DERECHA INDEPENDENTISTA, SOLA, "ENCADENANDO" CATALUÑA


 Parece que después de tanta parafernalia subvencionada, de cara a “encadenar” Cataluña, la mayoría de los partidos se han desenganchado; esperemos que sea por haberse dado cuenta de que iban a validar el desgobieno de ERC, que ejerce Artur mas por delegación y permiso de Junqueras. 

  Así que sólo apoyan la fuga hacia adelante de la aventura independentista los dos partidos de la derecha catalana ERC y CDC –Unió, que forma coalición con ésta, se ha desmarcado, pues aspira a tener futuro político, el que Mas está dilapidando. Estaba cantado que la particiàción del PSC e ICV validarían las desastrosas políticas llevadas a cabo por quien nos está dejando sin sanidad pública, y vendiendo nuestro patrimonio para hacer negocio. Cuyo principal actor es Ruiz al servivio de la sanidad privada, el mismo que le ha negado al Sindic de Greuges, hacer algo para solucionar el problema de la desnutrición infantil en Cataluña.

A este desvarío se suma también la CUP. Que salvando evidentemente las distancias políticas e históricas, me ha recordado estos días que he releído a Stanley Payne, a la Falange. El que teniendo un programa de nacionalización de la Banca, reforma agraria, expropiación de los latifundios, derechos de los trabajadores en las empresas, etc.,  todo un sin número de mejoras anticapitalistas, su enemigos eran la izquierda, a la que combatían, y de qué manera, aliándose con la derecha, cuyos  objetivos compartían.

  Lo mismo que entonce muchos ingenuos creyeron que estaban luchando por la justicia social desde Falange; me pregunto si no habrá honestos e idealistas jóvenes del CUP, que también crean que apoyando a Convèrgencia a extender su cortina de humo para que la gente se olvide del saqueo del patrimonio público, están luchando por esa misma justicia social que dicen reivindicar. Cualquier fuerza política, si no quieren hacer de tontos útiles, deben mirar primero cuáles son sus aliados, por puntuales y limitados que sean, y si sus amistades son peligrosas. O, si en el caso de la CUP, en realidad se sienten cómodos junto a la gran burguesía que se ha quitado a careta y hoy es más ultra que nunca. Recordemos que en la primera comparecencia en el Parlament, el diputado de la CUP se ofreció a Artur Mas, en clave patriotera, "como un catalán de Zamora", como reafirmando que a pesar de lo cual, era auténtico; lo que ya es un síntoma, de por dónde van las razones de clase, muy por detrás, si es que las hay, de sus patrioteros objetivos. 

Ubaldo Plaza

lunes, 2 de septiembre de 2013

LOS GENES IMPERIALISTAS


Siempre se ha sabido que quien manda y decide en Los Estados Unidos, los que ordenan invadir países, asesinar selectivamente, dar golpes de Estado y organizar guerras que cuestan cientos de miles de vidas,  son los grandes grupos empresariales, el capital financiero especulativo, los grandes millonarios a los que la vida ajena importa un bledo, si con eso consiguen aumentar su poder  y sus cuentas corrientes. Eso no es ningú secreto. Y todo el sistema está organizado para ello.

   Por eso es sorprendente que haya quien crea –al menos hubo ingenuos que lo creyeron– que con el cambio de un presidente belicista,  de mente primaria, de nulas convicciones humanitarias y propenso al terrorismo de Estado como Bush;  a otro que, para que colara el engaño –una vez más– lo presentaron como algo nuevo, y además les dieron el premio Nobel de la Paz, para ir haciendo boca; creyó mucha gente que “era otra cosa”, gracias a eso que llaman marketing, que no es más que un lavado de cerebro a los ciudadanos. 

   Le  dieron el Premio Nobel cuando hay que ser muy tonto –lo que no creemos, más bien es connivencia de la Academia sueca–, para creerse que un presidente del imperio, los Estados Unidos, estaría al margen de la guerra, cuando uno de su cometidos es precisamente ese, ¡la guerra imperialista! Porque así está en los genes del sistema, de todo imperio, hasta que decae y se hunde, como todos los imperios.

   Así que el señor Obama –como antes Bush, y antes los que les precedieron, no son más que los primeros funcionarios del Estado al servicio de los grandes capitales. Eso de la democracia es un camelo, como por otra parte lo es En España y en tantos lugares, por no decir en todos. Porque el capitalismo es incompatible con la democracia. 

  El Presidente, cuando sale a decir "A", es porque se lo han ordenado, o él ya sabe que ha de actuar así porque lo tiene escrito en el guión –como Rajoy tenía escrita la contrarreforma laboral esclavista, dictada por la CEOE o gentes tan ilustres parecidas. 

  Por eso, en estos momentos si los grandes estrategas de la geopolítica han decidido que hay que acabar con el gobierno sirio, pues se inventarán lo que sea para justificar ante su opinión pública, escamada por las guerras de agresión que emprende sus gobirnos, siempre con mentiras, lo acepte, “por razones humanitarias”. Y como hicieron con las dos guerras de Irak y para echar a los rusos en Afganistán, si les conviene se aliarán con Alqaeda, porque los imperialistas –como toda la burguesía, también la española, incluida la catalana patriotera–, no tienen  amigos, tienen intereses. 

  Así que aquellos que se hayan sorprendido porque el presidente que parecía civilizado y menos bestia comparado con el primario tejano Bush, deben entender que el presidente, en realidad no es más que el primer empleado, es decir, el primer mercenario del Poder imperialista de la oligarquía. Y que si está de presidente es porque lo han puesto sus amos. Que nadie caiga en la tentación de pensar que ha sido elegido por los ciudadanos. Antes del circo electoreo, que los yanquis lo bordan, los millones de  dólares  han circulado para convencer al americano medio de su bondad. Y en última instancia, si conviene, el Tribunal Supremo tendrá la última palabra, como pasó con Bush. 

  Y así llevan más de 200 años, invadiendo, dando golpes de Estado, y engrosando su poderío; sembrando de miseria y de muerte continentes enteros; al tiempo que la mayoría de ciudadanos americanos se empobrecen cada vez más. Que para acallarlos, harán una campaña patriótica, banderas estrelladas en ristre –¿les suena?– con lo que todos aceptarán el nuevo genocidio, en nombre de la libertad, que sólo rechazan minorías informadas. Lo de Siria en una más. Nada diferente. Es la naturaleza del imperialismo: conquistar poder al precio que sea, que pagan los inocentes. 

Ubaldo Plaza