viernes, 12 de octubre de 2012

MARIO VARGAS LLOSA Y ROSA DÍEZ


Mario Vargas Llosa, el gran escritor hispanoperuano, nos ha dado muchas alegrías con sus novelas, aunque para mi gusto las que escribió en su primera etapa, cuando el llamado Boom de la Literatura Latinoamericana, me resultaron mucho más incisivas y elocuentes, pero eso no deja de ser más que un gusto literario personal.

Vargas Llosa es sin duda uno de los mejores y más ilustres personajes vivos de nuestras letras, al que por lo mismo no dejaremos de leer y de felicitar cada vez que nos ofrezca algún nuevo trabajo.

Pero este gran personaje, en cuanto se dedica a impartir opiniones políticas, queda reducido a un mero señorito reaccionario, defensor de las políticas neoliberales–que no se reflejan en sus novelas curiosamente–, que han llevado a que Continentes enteros se hundan en la miseria, naturalmente los pobres y clases medias, como sucede ahora con la Gran Estafa financiera,  en pro de que los que dominan el mundo, sigan convirtiendo el Planera en una finca particular de los poderosos.

Lamentablemente, otra que en su día dijo ser socialista, ¡que lejos queda aquello! que gobernó con el muy reaccionario PNV, en el País Vasco y que hoy se disputa el  espacio electoral con el partido de la ultraderecha española heredera del franquismo, el de las mentiras en campaña electoral, el PP–paralelo con CiU del ahora independentista Artur Mas, para ocultar el fracaso de su escandalosa gestión y el saqueo de los servicios públicos–, ha tomado como ejemplo y estandarte al gran escritor y reaccionario personaje. 

Don Mario y doña Rosa Díez  han defendido frente a Chavez, al oligarca millonario, Henrique Capriles, perteneciente a las familias que han sido dueñas de Venezuela desde siempre, y que nunca se preocuparon de los pobres, más que para que fueran sus esclavos. Mario Vargas Llosa, y claro, Rosa Díez, tienen una obcecación con los movimientos de liberación de Latinoamérica, que han roto de alguna manera la hegemonía de la castas dominantes en algunos de aquellos países, al servicio de las oligarquías y del amo yanqui. Y lo hacen desde el más profundo pensamiento político reaccionario clásico, el caciquismo neocolonial latinoamericano. Y lo quieren vender como soplo de aire nuevo, el regreso a Venezuela, de los de siempre, con lo que no vemos adónde está lo nuevo.

Para bien de Mario y para la literatura, mejor haría el gran escritor en seguir escribiendo para que nos deleitemos con su inventiva, y deje de apoyar a los canallas explotadores del patio trasero yanqui con su pluma; los que simplemente han perdido un poquito de todo lo que tenían, pero que siguen teniéndolo todo aún en los países en que los pueblos empiezan a despertar, a pesar de lo cual ponen el grito en el Olimpo por el atrevimiento de discutirle el poder, que se lo concedieron los dioses, según ellos. Y Vargas Llosa y Rosa Diez, hacen de palmeros. Hay cuestiones que son aceptables en las ideas de la jefa de la formación magenta, como la lucha contra el terrorismo y las derivas decimonónica del reaccionario nacionalismo. Pero en cuanto uno rasca la superficie del proyecto, o se le oye opinar, es de un reaccinario clavadito al PP y a CiU.

U. Plaza