martes, 30 de junio de 2015

¡¡CHANTAJE!!


 La Europa democrática y unida que los ciudadanos soñábamos no existe. Todo lo contrario. Está en manos de una banda de destructores de vidas. Lo mejor es acabar con esta ficción y volver a empezar. Es preferible que los pueblos recuperen sus soberanía que ser colonias de esclavos de estos mercaderes que lo único que les preocupa son sus desmesuradas ganancias aunque sea a costa de la vida de millones de seres humanos. Esta Europa que moldean los poderosos y sus lacayos es lo más parecido al sueño de Hitler y los banqueros que financiaron la guerra; los que, al fin y al cabo son los mismos banqueros canallas de hoy que arruinan a los griegos y que pretenden arruinar a toda Europa, pues no otra cosa es lo que están haciendo.  La deuda que tienen los griegos fueron los préstamos que los bárbaros tudescos les hicieron a sus amigos banqueros griegos: que la paguen esos canallas amigos suyos y enemigos del pueblo. 

Es curioso ver cómo la propuesta del gobierno griego de subirle los impuestos a los más ricos para reducir la deuda, en lugar de hacerle sufrir a los más pobres que ya lo vienen sufriendo desde hace tantos años por decisión de la Troika y sus vendidos gobiernos del PASOK y ND (los equivalentes al PP y PSOE respectivamente de España)  ha sido rechazada por la Troika que no quieren que los ganster griegos, sus amigos, paguen más. Y prefieren que sean los ya exprimidos los que lo sigan siendo hasta la extenuación. 

Con esto se ve claramente la inmoralidad de estos salvajes de la Troika cuyo deseo es hundir a los griegos y salvar a sus amigos  millonarios y multimillonarios, que como sucede en todas las crisis, son los que mejor favorecidos salen de ellas, porque los gobiernos, y en este caso los de la UE, están a su favor.  Y es así, porque de esa manera  le dan un aviso a los demás europeos diciéndoles que la democracia es una formalidad que no va con ellos; que eso es sólo un formalismo, que lo aceptan si son ellos y sólo ellos  y sus lacayos los que deciden, no si es el pueblo quien toma otro rumbo para liberarse de la dictadura del terrorismo financiero. Y que si les molesta la democracia no controlada por sus criados, no la tienen en cuenta. En definitiva es un golpe de Estado. Porque lo que se pretende es cambiar el rumbo y los deseos democráticos expresados por un pueblo, que claro, no coincide con sus proyectos esclavizadores.  Y que en otras ocasiones lo hacían con otros métodos, pero el resultado es el mismo.


La inmoralidad de la propuesta de Juncker (Recordemos que su país era un paraíso fiscal) sólo cabe en cabezas maquiavélicas y calculadoras para ir minando la resistencia del pueblo, pero nunca, nunca un gobierno decente y democrático puede ceder, en ninguna circunstancia, al chantaje terrorista, aunque venga del la mayor organización depredadora que jamás haya existido contra los pueblos europeos.

Esta Unión Europea es de los mercaderes, no de los pueblos. Así que todos aquellos que soñamos con una Europa democrática y Unida, debemos empezar a pensar que es posible, pero con otros parámetros, con parámetros democráticos y no chantajistas de los millonarios que han convertido a los ciudadanos en meros instrumentos mercantiles para sus escandalosos negocios. 

Ubaldo Plaza



lunes, 15 de junio de 2015

LA FALTA DE EDUCACIÓN, POR CABREO

Que la derecha española no ha sido nunca democrática, y sigue sin serlo, lo demuestra no solo en el estilo de gobernar, con sus leyes insolidarias y represivas, que favorecen a los poderosos, sino hasta con los gestos, algunos infantiles y gratuitos, que sólo le reporta un retrato público de sus profundas convicciones reaccionarias, y hasta en su falta de elegancia y educación.

Lo hemos visto con la “espantada” de Rita Barberá en Valencia, cuyos  genes autoritarios no soportaban tener que entregarle la vara de mando, el testigo, a su  sucesor, al que sin ninguna duda debe considerar un intruso, porque se cree llamada a dirigir la alcaldía hasta que ella y sólo ella tuviera a bien decidir hasta cuándo los valencianos se merecer que ella dirigiera el municipio.

Algo parecido, aunque con menos ostentación, pero con similar desprecio, ha hecho Teófila Martínez, alcaldesa de Cádiz con su sucesor, que tampoco ha usado en ello los mínimos gestos de dignidad, educación y civismo que debía al cargo que ha desempeñado durante dos décadas.

Tampoco ha sido elegante la salida del alcalde de Valladolid –tan “educado” con las mujeres, que como todos, le pagaban el sueldo–, que se empecinaba seguir en su puesto, aunque la justicia lo había puesto en el lugar que le correspondía.

Nada que ver, y hay que reconocerlo, aunque represente a la misma derecha expoliadora, la actitud de Trías en Barcelona con Ada Cola –otra cosa es el aventurero Artur Mas que no desaprovecha ocasión, venga o no a cuento, para vender su burra ciega de menguante cadáver político–. Lo que demuestra que puede haber una derecha civilizada, al menos en las formas, de la que queda muy lejos la actual gobernante del PP.

Pero ha sido el presidente del gobierno, el que se supone representa a todos los españoles sin excepción, el que por el cargo que ocupa ha dado la campanada con su falta de educación y su no saber estar;  lo que  explica la escasa pátina democrática, y la falta de elegantes formas a la hora de comportase, a pesar de que, como decimos, resulta gratuito por no servirle a él para nada y sí, como a su subordinados antes mencionados, servir como ejemplo de lo poco capaces que son a la hora de mostrar respeto a las formas democráticas, y de elegancia y de educación requeridas.

En campaña electoral, se suelen decir muchas cosas que están fuera de lugar, pero que todos asumen como propio de la misma. Pero una vez han sido elegidos los cargos, en buena lógica todos ellos merecen el mismo respeto y atención, y mucho más por el máximo mandatario. Y no, como ha hecho Rajoy, que ha tildado de antidemocráticas  y “peligrosas para la estabilidad” –se debe referir a la estabilidad  suya y a la de los poderosos por los que tanto ha hecho y sirve–, aquellas candidaturas que no le gustan. E incluso atacando a quienes pactando con esas candidaturas, en buena lid democrática, acusándolos de todos los males y “colaborar con los extremistas”; y no asumiendo que el mayor extremista ha sido él y su partido, que ha llevado a millones de españoles a extremos de inestabilidad social, inseguridad y pobreza inadmisibles en una sociedad democrática, al tiempo que los más ricos incrementaban sus niveles de riqueza. Eso es extremismo. Y del peor.

Que el presidente del gobierno se dirija sólo a los suyos para felicitarlos, puede hacerlo en una reunión a puerta cerrada de su partido, pero no como presidente del gobierno. Porque además, el dislate lo ha llevado a felicitar incluso a aquellos que han sido derrotados, según él por pactos raros con los "antisistema".  

No es talla política precisamente lo que abunda en este hombre; pero ha demostrado que tampoco, ni mucho menos, educación democrática. Siempre ha demostrado que el cargo de presidente era excesivo para él; aunque se haya tapado o disimulado con propaganda. Decir, habiendo tantos casos de corrupción que afectan a su partido, y que no ha hecho nada efectivo para destaparlos y solucionarlos, todo lo contrario, que se debe a “un defecto de comunicación”, y porque los casos salen en televisión y se hablan demasiado de ellos,  ya está todo dicho. 

Y cuando Rajoy podía haber salido airoso guardando las formas educadas, resulta que le brota la vena antidemocrática propia de la derecha, le da una patada al tablero, y ni siquiera protocolariamente se comporta. 


Ubaldo Plaza

domingo, 14 de junio de 2015

¿QUÉ ES PODEMOS EN CATALUÑA?


Una vez ya constituidos los ayuntamientos con las nuevas formaciones, en los que estos han tenido una notoria relevancia en algunos municipios, cabe analizar los criterios seguidos  por la formación de  Pablo Iglesias, que a mi se me escapa si de verdad saben quién es quien en cada uno de los pactos, algunos de ellos sorprendentes. 

Al margen de esa retórica de "los de arriba y los de abajo", lo que sí es cierto es que en principio Podemos está con los movimientos sociales, es decir contra la derecha explotadora, la burguesía que ha venido disfrutando y utilizando  el poder desde siempre en su beneficio, como por otra parte es obvio. 

Sin embargo Podemos ha dado  su voto a Junqueras en Sant Vicenç dels Horts para hacerlo alcalde. Es posible que Podemos, sus dirigentes crean a pie juntillas que el nombre determina el contenido; y que eso de "Esquerra Republicana", se corresponde con un partido de izquierdas. Cuando, como muy bien saben los profesores politólogos que dirigen la formación morada, eso no significa nada y que son los presupuestos sociales los que en todo caso determina  a quién favorece una formación u otra y cuales son sus objetivos; si es a los poderosos o a sus víctimas.

Y, hoy por hoy, ERC es el aliado real más necesario para la burguesía nacionalista de CDC; entre otras cosas porque también ellos, ERC son parte de la burguesía, a la que ayuda al desmantelamiento de la Sanidad Publica con sus presupuestos;  impidiendo que el Coseller  Boi Ruiz, deje de hacer daño a la Sanidad que pagamos todos y  que se siga haciendo negocios con la salud y la vida de los catalanes, generalmente más vulnerables. Lo de "esquerra" en esta formación es más de pose interesada que otra cosa.  También hubo partidos denominados "socialistas" que eran todo lo contrario, como sabemos.

Por lo tanto les bastaba a los de Podemos, suponiendo que Podemos en Cataluña, muchos rebotados de formaciones nacionalistas –y por tanto insolidarios y con objetivos diferentes–,  tenga,  algo que ver con lo que dicen es el Podemos del resto de España.  De ahí pueden venir esos desvaríos de que se apoye a una formación de la burguesía como ERC... o que no les importe. Lo que sería peor.

También Podemos debiera aclarar quiénes son y quiénes no sus representantes reconocidos en Cataluña, para  que la gente sepa quién es quien y no pase como en Sabadell donde también  Podemos ha ayudado a hacer alcalde a otro candidato de ERC, aunque se dice que no son reconocidos por la formación de Podemos nacional.  

Sabemos que en esta confusión de novatos y avalancha, caben muchos errores, pero apoyar a la burguesía, y diferenciar el nombre y el contenido, es de manual si de verdad se quiere estar con "los de abajo". Porque ERC a quien ayuda es a "los de arriba", como se ha dicho con algo tan importante para a vida de los ciudadanos como la salud. Los derechos sociales, no digo que no los tengan los muchachos de Junqueras, pero lo que sí es seguro que están muy, pero muy por debajo de sus prioridades, que como todos sabemos son otros: justamente las mismas  que las de CDC, partido de la derecha con sus sedes embargadas, no precisamente por ruidos nocturnos molestos al vecindario. Cosa que no importa al parecer a Junqueras. 

Y otro tanto, casi calcado se podría decir de los de la "samarreta" y la sandalia, que su jefe no pudo contenerse de alegría, fundiéndose  en una abrazo con  el jefe de la derecha, el principal privatizador de la sanidad pública y del patrimonio de todos, y el que nos ha llevado a los catalanes a una división artificial, que ha provocado estragos en amigos y familias. 

Así que habría que preguntarse: ¿Qué es Podemos en Cataluña?  

Ubaldo Plaza 


miércoles, 10 de junio de 2015

"PURO TEATRO" DE CIUDADANOS

La escenificación teatral a la que hemos venido asistiendo  por parte de Albert Rivera, de Ciudadanos, desde que se convocaron las elecciones municipales y autonómicas, es uno de los mayores fraudes al que hemos podido asistir en un país en el que el fraude en la política está a la orden del día.

Rivera y sus muchachos se han venido presentando con la esencia de la ética política, insistiendo que ellos tenían unas líneas rojas contra la corrupción, que jamás traspasarían. En particular en Andalucía y Madrid, por el grado corrupción alcanzado en estas dos comunidades por parte del PP.

Empezaron las negociaciones y así lo parecía, vendiendo muy caro su voto en Andalucía, con exigencias a Susana Díaz, acorde con esos límites. Parecía que efectivamente iban a cumplir sus promesas exigiendo que los dos expresidentes de la junta de Andalucía dimitieran. Al final han decidido apoyar al PSOE, con promesas verbales, que como e sabido pueden ser papel mojado, ya que todos sabemos lo volátiles que son las promesas, además de que estaba cantado que tanto Chaves como Griñán  se apeaban de la política; pero tras exigencias para que haya limpieza y transparencia, quedó diluido sin más.

Pero lo realmente fraudulento por parte de Rivera a los ciudadanos de toda España es su apoyo al PP en la Comunidad de Madrid, foco de negocios y venta del patrimonio público de los  gobiernos   de Esperanza Aguirre y su sustituto Ignacio González. Comunidad inmersa en una macro operación por parte de la Justicia, y en la que el que fuera secretario general del partido, y mano derecha de la presidenta de la Comunidad, está en la Cárcel, por la Operación Púnica por los múltiples negocios y enriquecimiento ilícito. 

Si hay algún lugar donde es fundamental levantar las alfombras y auditar lo que se ha hecho en estas dos últimas décadas, es la Comunidad de Madrid, donde eso que llaman “liberalismo”, ha hecho estragos, cuyo nombre real es “gansterismo”, porque es el más descarado expolio de los recursos públicos para pasar a manos privadas, con contratos oscuros de obras faraónicas y haciendo negocios con la Sanidad Pública –lo que en los últimos años también se han apresurado a hacer otros gobiernos sin escrúpulos, como el de CiU en Cataluña con la ayuda de ERC–, convirtiendo la que era un a Sanidad modélica, en precaria,  negocios privados, con dinero público. 

Era fundamental que todo cuánto han venido haciendo los gobiernos de la Comunidad de Madrid quedara transparente, para que todo se esclareciera tras el resultado de las elecciones. Y parecía que así iba a ser si lo prometido por Ciudadanos se cumplía

Mientras el discurso de Ciudadanos se mantenía montado en la ética de las “líneas rojas innegociables”, la Operación Púnica de la guardia civil se reanudaba; apareciendo más que indicios de que algunos de los diputados electos en lista  del  PP a la comunidad de Madrid, alcaldes de algunos pueblos registrados incluidos, estaban implicados. Y todo hacía rever que la situación se complicaba cada día más. 

Sin embargo, en plena Operación Púnica, Rivera le prometía a Rajoy su apoyo a Cifuentes, procurando mantener la comedia. Cuando más razones tenía Rivera para negarse a apoyar al PP, siguiendo su propio límite de limpieza de la corrupción, porque no es extraño que en el curso de la Operación Púnica, aumente la lista del PP implicados en la misma. 

Las exigencias de Ciudadanos sólo eran de cara a la galería. Y los hacían en un lugar donde era más urgente que nunca que entrara aire fresco, como la comunidad de Madrid.

Queda claro que no sólo el fraude es de hoy. Un partido que se autodefinia como de “centro izquierda”, en realidad ha quedado retratado con su verdadera faz de partido de la derecha. Y las afinidades con el PP son sustanciales y defienden las mismas políticas. Y el poder, el verdadero poder, el financiero, haría todo lo posible para que los establos de la Comunidad de Madrid no se ventilaran. Hay demasiado en juego, y Ciudadanos podría evitarlo, manteniendo al PP en el gobierno autonómico.  

El empuje que los poderes financieros dieron al “Podemos de derechas”, no ha hecho todo el efecto deseado, pero sí en el lugar más importante: “Salvar al PP de Madrid”, parece ser la consigna. Y ciudadanos está ahí, “no para que haya limpieza en las instituciones”,  como venían diciendo, sino para que todo siga igual. Porque Cifuentes de ha pronunciado por la continuación de la privatización sanitaria. 

Aquellos militantes y votantes de Ciudadanos, que vieron  su aparición como una bocanada de aire fresco, sobre todo en la putrefacta política catalana, de casi partido único hasta su aparición, habrán podido comprobar que su paso a la política nacional, es de apoyo a las políticas más negativas para la población. Y que a la hora de la verdad, como todo partido de derechas, Ciudadanos prefiere los “barcos sin honra que la honra sin barcos”. Y, sobre todo sabrán esos votantes que, al menos en Madrid, su voto ha ido a evitar que haya la renovación tantas veces prometida, que tanto han proclamado en campaña.  

Que le prometiera su apoyo a Rajoy, el presidente de los mensajitos a Bárcenas; el PP de la financiación ilegal y que lo hiciera en plena Operación Púnica, sin esperar al resultado, demuestra que todo cuanto  prometían era puro teatro. 


Ubaldo Plaza

lunes, 8 de junio de 2015

RAJOY PIERDE LAS FORMAS


Mariano Rajoy nunca debió ser presidente del gobierno. Fue elegido por el dedo divino del tercer hombre del cuarteto de las Azores, Aznar –recordemos que también estaba  el ultra portugués Joao Barroso–. Y lo eligió, porque tal vez éste consideró que le resultaría más fácil gobernar él desde la sombra con un personaje de tan escasas cualidades como dirigente político, en lugar de optar por   otro que sí las tuviera. Aunque estuvo deshojando la margarita entre Mariano y Rato. Y tal vez llegó a considerar que éste último era demasiado espabilado y ambicioso y que eso le impediría sus manejos.

Pero cómo es sabido, cuando personajes como el presidente se sienten investidos de la púrpura del poder, se trasmutan; y no aceptan que nadie los aconseje, si el consejo no coincide con sus deseos.  Así que decidió ir por su cuenta.

Su labor se desarrollaba por el enmascaramiento de sus limitadas dotes políticas, facilitadas por un partido cesarista, de ordeno y mando, sin democracia interna. Como diría el General: “todos atentos al mando” cuartelero. Sus paniaguados le hicieron un cinturón protector para salvarlo de toda inclemencia. Con la mayoría absoluta, se sentía amo del mundo y la democracia, el parlamento, era puro formalismo.

 Lo que a todas luces era falta de liderazgo y capacidad para tomar las decisiones que requería su responsabilidad, se atribuyó a que su “meditación y análisis de hombre tranquilo le llevaba a no precipitarse.  Y al principio hubo quien lo creyó, porque la propaganda funciona. Aunque la mentira no se pueda mantener por mucho tiempo. Y pronto se vería que estábamos ante un fraude. Que lo de hombre analítico y templado era simplemente indecisión y mediocridad.

Se fue viendo cada vez más y más frecuente, que cuando afirmaba que haría respetar la ley, después era incapaz de hacerla cumplir, como muy bien se vio ante el desafío desde el propio Estado, del aventurero Mas y sus palmeros de la derecha nacionalista, en colaboración con la supuesta izquierda, que se pasaban por el forro la legalidad,  sin que el presidente fuera capaz de reaccionar; asustado ante los problemas, los dejaba pudrir, a la espera de que se solucionaran por sí solos,  a  que escampara, se decía.

Ni siquiera era capaz de tomar el toro por los cuernos y enfrentarse a verdaderas ruedas de prensa, con todas las consecuencias, y hablaba escondido tras una pantalla de plasma; y cuando aceptaba una rueda de prensa,  la selección de los “preguntadores”, de sus mediáticos, era evidente. O, en las vergonzosas “ruedas de prensa”, en las que no se admitían preguntas; algo insólito en un dirigente político democrático.

Cuando estalló el escándalo de “los papeles de sus tesoreros, y le envió los mensajes a Bárcenas, parecía el colmo, que no se podría superar, tras lo cual  dimitiría.  Lo habrían hecho dimitir como presidente en cualquier país de los llamados democráticos. Pero no sólo no dimitió, sino que elevó un escalón más el desprestigio de la institución que representaba, al mentir en el parlamento y no pasar nada. Parece que había demasiadas confidencialidades para que su partido tomara semejante decisión. El escándalo de los sobres  repartidos entre la cúpula del partido era suficiente para que el gobierno dimitiera y convocara elecciones. Pero en el ADN del partido de la derecha eso no se contempla. Los hábitos democráticos, existentes en otros lugares, tras casi cuarenta años de parlamentarismo, aún no han cuajado, y el bipartidismo  ha disfrutado de los privilegios alternantes y sin otra intención de modificar nada, que mantenerse el el poder para perpetuar el poder oligárquico, pactado en la llamada transición por los sectores del poder que tenían necesidad de lavarle la cara al régimen, para adecentarlo.

El PP, su partido, debiera haber tomado cartas en el asunto, y haber hecho que Rajoy se fuera a casa, para dignificar la institución democrática, o al menos no enfangarla más. Lo que sin duda habría aportado al partido de la derecha una pátina de partido democrático o menos autoritario, que diluyera de algún modo sus orígenes, mostrándose por primera vez una derecha democrática en España, nunca existente. Suponiendo que inmediatamente, hubiera abordado la plaga de la corrupción, principalmente en Madrid Y Valencia.  Pero no se hizo nada por preferir el pájaro en mano del poder, a la regeneración democrática.

Todo lo contrario. El presidente, en campaña electoral, ha ido ensalzando  y dando apoyo a los personajes corruptos, sin que eso provocara, ni en él ni a su partido la necesidad del menor cambio de táctica. Provocaba sonrojo ver cómo Ensalzaba  a Camps, a Matas, a Rita Barbará, sin darse cuenta de en la aberración en la que caía, sabiendo el fangal en el que estaban esos personajes. Porque si no lo sabía, todavía es mucho peor para quien se supone dirige un gobierno. Ninguna persona medianamente audaz hubiera caído en semejante dislate. Pero Mariano sí. ¿Por qué será? ¿Es prisionero de sus propios enemigos interiores por razones inconfesables? 

Su mandato, Rajoy lo ha podido llevar a cabo por que tenía mayoría absoluta. Y eso hacía que su soberbia de personaje mediocre le hiciera ver que tenía patente de corso y podía hacer todo cuanto quisiera, sin contar con el resto de la oposición. De haber tenido una mayoría limitada, y de haberse visto obligado a pactar con la oposición, se hubiera comprobado con mayor nitidez que a Rajoy le venía muchas varas ancho el traje de presidente. Porque es en esas circunstancias de mayoría simples es cuando se ve la talla política de un dirigente. Cuando ha de saber lidiar con propuestas y contra propuestas; negociar y llegar a cuerdos para llevar adelante el gobierno que, en teoría, representa a todos los españoles, lo hayan votado o no, sin que eso invalide quién tienen la última palabra como partido del gobierno. 

A Rajoy le basta el rodillo y las charlotadas de su secretaria general, la de los “contratos en diferido”... etc., y las ridículas explicaciones de los portavoces intentando justificar ante las Cámaras todo tipo de desaguisados cometidos por el rodillo de la mayoría absoluta.

Precisamente, cuando se tiene la mayoría absoluta es cuando un partido puede mostrase mucho más “generoso” y aparentar humildad, para negociar aquellas cuestiones presentadas por la oposición que considere razonables, en lugar de negarle el pan y la sal; lo que de hecho invalida al  parlamento. La falta de predisposición al diálogo es lo que ha convertido el PP en un partido con el que nadie sensato quiera pactar. Porque, hay que recordar, que ni tan siquiera acepta la creación de una comisión de investigación sobre la corrupción y sobre determinados personajes. Lo que, desde su punto de vista es razonable, por la avalancha de casos de corrupción del PP, pero nada democrática. Y mucho menos creíble que Rajoy haya tenido la más mínima intención de luchar contra ella. Sabía que aplastando a la oposición, llevando a cabo propuestas  antidemocráticas como la ley mordaza, nadie le discutiría, más allá del pataleo. 

Pero esas actitudes autoritarias han ido haciendo mella, no sólo en muchos ciudadanos, sino entre su propio electorado, que le dio la mayoría absoluta. Olvidando  Rajoy  de que su triunfo fue más fruto del “desastre Zapatero”, obediente a la Troika y a la Merkel como él,  que de sus méritos, o los del PP, enfangado e Valencia y Madrid. Y que con las políticas antipopulares que lleva a cabo, muchos de esos votantes migrarían de nuevo hacia las formaciones abandonadas, a las nuevas formaciones surgidas por la indignación creada entre la ciudadanía por el expolio de los servicios públicos, por la estafa financiera. O que muchos de sus votantes acabarían en la abstención ante la imposibilidad moral de votar a un partido con semejantes mimbres. 

Esas políticas contra los trabajadores y eso que se dio en llamar “clases medias” han llevado a Mariano a perder hasta las formas. Atacando, una vez celebradas las elecciones –otra cosa son las campañas que parece que lo aguantan todo–, al PSOE y a Pedro Sánchez por pactar con otros partidos, tildando de “antidemocráticos” dichos pactos. 

No digiere Mariano que el otro partido con el que se han partido prebendas y sostenido el régimen monárquico y sus privilegios le ponga los cuernos; a ellos que tan bien se llevaban para cortar el paso a los “intrusos”. 

Esas formas despechadas es todo lo contrario de lo que se espera que haga un dirigente político democrático, contra nadie que se haya presentado a las elecciones y obtenido apoyos ciudadanos. Un dirigente demócrata jamás se atrevería a tildar en público, de anti españoles, antidemocráticos, y mucho menos considerar que esos pactos no son hechos entre demócratas y que son  apocalípticos, porque es tratar a los ciudadanos que los han votado de idiotas. Aunque lo piense. 

Lo que abunda aún más en la falta de actitud de Mariano para gobernar. Porque no se olvide que a Sánchez tampoco le gustan los pactos. Y se sentiría más satisfecho pactar con el PP, como apuntaba González, erigido como defensor de las esencias llamadas “liberales”, es decir el gran poder del mundo económico expoliador. 

Pero también saben en el PSOE y sabe Sánchez, que ese camino de abrazarse al PP, es el más corto para hacer crecer a los criticados “populistas”. Y también para “pasokerizarse” a marchas forzadas, inmolándose  como su partido hermano heleno, por ayudarle a la Troika a empobrecer a los griegos ya pobres, donde lo que ocurre es que están propiciando un golpe lento contra Grecia, tratando de humillar al pueblo griego. Es la lucha por la supervivencia de los pueblos, no sólo del griego, sino de Europa, defendiéndose de no caer en la esclavitud que planifican los mercaderes y sus servidores. 

La política llevada a cabo por Rajoy, su soberbia, más las practicas y relación con el resto de los partidos, lo convierte en alguien con quien es muy difícil pactar sin dejarse muchas plumas en la gatera, con los diversos partidos en liza, por haberse ganado a pulso la repulsa de todos con su rodillo –la aventura de Rivera le puede costar muy cara a éste,  si acaba dándole la comunidad de Madrid al PP–.

Hoy, Mariano, sigue teniendo la mayoría absoluta en el Parlamento, pero su soledad es aplastante. Y no sólo ante sus contrincantes políticos, sino frente a los enemigos interiores del PP, que han visto que los electores les han dado una patada a Rajoy, en sus culos, propiciando la pérdida de sus poderes en ayuntamientos y parlamentos regionales.

Desde luego, ¡menuda racha!: casi ocho años de zapaterato irresponsable–, tras los ocho del belicoso Aznar. Zapatero, un dirigente con escasas tablas, que desconocía las esencias manipuladoras y antidemocráticas del nacionalismo, de todo nacionalismo, también del español, con aquello de: “Pasqual,  aceptaré lo que el parlamento catalán decida”. Lo que es una metedura de pata de un novato absoluto, que alguien en el PSOE debió haberle enmendado; y cuatro de Rajoy que parecen una eternidad, por la decisión de Tío del “cuarteto de las Azores. 

Pero lo que es evidente es que ni al PP ni al PSOE les gustan los cambios que ellos con sus políticas han propiciado de mano de la Troika. Y ni a los unos ni a los otros –hablamos de los dirigentes, no de los militantes o votantes–, y que harán cuanto esté en sus manos para impedirlos o frenarlos echándoles el agua al vino que puedan. Los cambios sociales nunca van al ritmo deseado por los que luchan por ellos. Y serán duros porque el enemigo de la democracia es muy grande. Pero o hay un cambio que rompa con el expolio, o los ciudadanos se implican de forma decidida a que no les roben el futuro ya tan oscuro para los jóvenes, o ese futuro será la barbarie. A estas alturas donde nos han llevado los mercaderes financieros y sus servidores, no hay término medio: o triunfa la civilización, o lo dicho, será la barbarie. 



Ubaldo Plaza