jueves, 30 de diciembre de 2010

LOS PARLAMENTOS, INSTITUCIONES SIN PODER REAL

Nueva York



Este final de año  tras tantos sobresaltos a los que nos han llevado a los ciudadanos los amos del mundo, con la colaboración de sus siervos bien alimentados de los distintos gobiernos,  debería servirnos como mínimo, y entre otras muchas cosas, para pensar en qué mundo de ficción estamos viviendo. En el que nada es como parece o nada es como nos aseguran que es. 
Madrid

Solemos decir, aquellos que vivimos en la supuesta Europa rica, democrática y de valores humanos, que vivimos en democracia. Sobre todo lo suelen decir los que sí viven en SU democracia de opulencia muy particular mientras cada día hay más pobres sin derechos. Lo dicen los que acumulan grandes fortunas y sus servidores; a a pesar de lo cual  nos adoctrinan constantemente a través del  Gran Hermano que constituye la inmensa mayoría de los medios de manipulación, asegurándonos que no podemos seguir en la misma dinámica, que se han de recortar los logros sociales que han costado tantos sacrificios. Y vemos cómo la constante idiotización  planificada de amplias masas de ciudadano, nunca mejor dicho lo de masas, hace que poco a poco muchas de las víctimas de esa Gran Delincuencia Universal que lo domina todo,  repitan como zombis el mensaje de que hay que perder derechos para sostener de alguna manera lo que queda y no perderlo todo. 
Fráncfort

Por la falta de una respuesta firme y decidida del ciudadano ante tanta agresión, han logrado que sea la propia víctima la que colabore en su propia ejecución, y además con sumisión y convencida de que el verdugo está en lo cierto al aplicarnos el garrote de liquidación social. 
Bombay

Ante la evidencia de lo que pasa ¿No deberíamos dejar de decir de una vez por todas que  vivimos en democracia, y que estamos dando pasos, sin prisa al principio, pero ya de forma acelerada hacia la esclavitud? Habrá quien diga que es una exageración, pero basta echar la vista atrás para darse cuenta de cómo han sabido comernos el coco con todo tipo de artilugios y manipulaciones para que esa que es  la meta, no otra la asumamos con resignación: "hemos vivido como ricos, eso no podía ser". Pero, ¿quiénes han vivido como ricos? Los mismos que siguen viviendo como más ricos todavía, precisamente porque han expoliado a los pbres lo poco que habían conquistado de bienestar. 
Méjico

¿Alguien medianamente informado puede dudar de que hace ya bastante tiempo que las elecciones a los diversos  parlamentos de los distintos países no son más que una liturgia de apariencias, más de adorno que otra cosa? 

¿Alguien puede creer que la elección de un parlamento con una supuesta opción política sirve para que se cumpla lo que el ciudadano han votado? Es evidente que no. En el aspecto práctico, en el resultado en cuanto a decisiones e interés del ciudadano, las elecciones se podrían suprimir y todo seguiría igual, es decir, tan mal para la mayoría como ahora. Si acaso sólo sería un choque mental al despertar de un sueño, una ilusión de que hasta el momento éramos los ciudadanos los que con nuestro voto decidíamos nuestros destinos. Todo eso es falso. 

Elegimos un parlamento y un gobierno, que no gobiernan nada importante. Esos gobiernos inmediatamente se ponen a las órdenes de los que realmente deciden. Los que no los ha elegido nadie. Entonces, ¿por qué seguimos creyendo que vivimos en una democracia?  En realidad la democracia nunca ha existido, si eso significa "gobierno del pueblo". Pero los parlamentos decidían, bien o mal, pero decidían.  Hoy eso ha desaparecido por completo. Todo lo deciden los grandes poderes financieros que han anulado toda decisión parlamentaria, ya que los parlamentos legislan de acuerdo con los intereses   de esos poderes, no de los de los ciudadanos. 

Y además no tienen necesidad de hacerlo ellos directamente. Para eso tienen a los gobiernos que hace de serviles mercenarios, disfrazando lo que es una dictadura del dinero, con una apariencia de democracia. Por eso mantienen la liturgia de las elecciones, porque les son útiles. De no ser así, hace tiempo que lo abrían anulado. Y por este camino, todo lo andarán. 

Así que la democracia, la poca que había, ha muerto. Y empezar a recuperarla será ardua tarea. Mucho más que cuando las luchas del siglo XIX, o la larga odisea de las clases populares en el siglo XX. Porque, que nadie lo dude, si no despertamos de la anestesia idiotizante, poco a poco volveremos a las condiciones del siglo XIX o principios del XX. Y es la juventud, la principal víctima, la que ha de tomar el timón y la responsabilidad de que la Humanidad no siga hacia el camino de la barbarie, tan evidente ya.

U. Plaza



miércoles, 29 de diciembre de 2010

YA SIN CARETA


El presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se ha despojado totalmente de la careta que ha llevado durante estos últimos años de apariencia socialista. Ha abrazado sin ningún tipo de complejos la política de la ultaderecha salvaje y liberal que viene aplicando, culminando el año con  subidas escandalosas de la luz –al tiempo que las eléctricas se repartes suntuosos beneficios–, el gas y los transportes más utilizados por los ciudadanos como son los de cercanías. 

Ha aplicado sin el menor rubor las tarifas que más satisface y han querido  los de las eléctricas, muy en su línea de favorecer a los poderosos, a costa de seguir hundiendo en la miseria a amplias capas de la población, en su peor momento.   Mayor inmoralidad no cabe, aunque conociendo al personaje es posible que nos sorprenda aún con alguna ayudita más para sus poderosos jefes: banqueros y grandes especuladores, haciéndonos pagar algún  que otro de sus descalabros financieros. 

Y todo, Zapatero  lo ha hecho con el consenso incomprensible de su partido. Y al más antiguo estilo de  la derecha, sin siquiera sonrojarse, por tantas mentiras: por decreto y sin tener en cuenta a los damnificados de sus agresiones políticas. Ni a sindicatos y a las asociaciones de consumidores. Ha puesto  en marcha un paquete de agresiones más, que se juntan con las ya insoportables por el ciudadano,  culminando su deriva sumisa y derechista, ya desbocada en una orgía  y delirium tremens en su adicción al liberalismo. Ha seguido los consejos, sino las órdenes, de los poderosos aun a costa de la miseria de millones de personas, muchas de las cuales, ya no es que no lleguen a fin de mes, es que han de acudir a los comedores sociales para no morirse de hambre. Muchos de ellos expulsados de sus casas por los banqueros y poderosos, culpables de la crisis, a los que sin embargo ha ayudado  con dinero público o con leyes favorables a sus intereses. 

Porque una ley que impidiera que fueran desalojados de sus casas por no pagar la hipoteca, por falta de trabajo, por esa tribu de beneficiados de la crisis, ayudaría a la tranquilidad de muchos ciudadanos arrojados al pasto del hambre y la desesperación. Pero eso no lo hará Zapatero, porque va en contra de los que de verdad mandan: los bancos. Y ponerse contra ellos no está en su ideal político actual, si es que tiene alguno más allá de servirlos.

El Partido Socialista está abocado al más absoluto de los fracasos. Zapatero es el mejor agente de Rajoy, y trabaja para que se salga con la suya. Cuando por fin haya dejado el cargo, cuando deje el poder, será el PSOE  quien  sufrirán una travesía del desierto larguísima, no el presidente que los habrá llevado a la ruina. 

Sus dirigentes, los que no se hayan manchado con las decisiones de las políticas disparatadas y reaccionarias de Zapatero, no debieran seguir callados. De lo contrario no podrán en un futuro próximo alegar ignorancia y echarle la culpa a toro pasado al desnortado presidente. Es ahora, en pleno declive y destrozo cuando han de levantar la voz y reivindicar, si más no, al menos una política con ciertos visos de normalidad socialista, democrática, que haga que el coste social de la crisis la paguen los culpables. Y la paguen en todos los sentidos, también ante los tribunales de Justicia. Y eso, aún puede estar en mano del  partido socialista, si queda algo de eso en él.

U. Plaza 


lunes, 27 de diciembre de 2010

UN MISIL DE ARTUR MAS, A LA LÍNEA DE FLOTACIÓN DEL PSC

Ferrán Mascarell
"El nuevo conseller defiende el copago sanitario" (el Mundo)


El misil lanzado por Artur Mas a la línea de flotación de un PSC ya bastante hundido, por méritos propios, ha sido una obra maestra para acabar de  una golpe con la oposición. Tras hacerles votar la investidura del nuevo president y quedar, aunque lo nieguen ahora, maniatados por inconfesables pactos entre nacionalistas,  que anula de hecho una oposición eficaz, toda vez que en los proyectos que interesan, tanto a CiU como al sector nacionalista del PSC, son muy similares. Ahora Artur Mas integra en su gobierno  a un nacionalista del PSC, Ferrán Mascarell, que ha pillado con el pie cambiado al partido y dejado sin los pocos argumentos de oposición que pudiera aparentar de cara a la galería: hasta los suyos se pasan al contrincante Mas, después de haberlo hecho presidente con su abstención sin otras contrapartidas, al menos declaradas.
Joaquim Nadal

En la propaganda vendida por unos y otros de que un socialista será Conseller de Cultura, es de una pretensión realmente engañosa, pero eficaz para Mas y CiU que ha desactivado por completo al PSC. Nada que decir de la capacidad y preparación del señor Mascarell para desempeñar su función, que seguramente será óptima, dentro de su ideología nacionalista, y por ende, de derechas. Pero el hecho de que milite o haya militado en el PSC, que se dice socialista, no dice nada de que Mascarell lo sea.  De  hecho en el PSC hay bastantes  nacionalista, y Mascarell lo es, como lo son  principalmente en su cúpula dirigente y en los cargos medios. Talón de Aquiles del PSC que es lo que hace que nunca haya  ganado unas elecciones catalanas, ni se pueda prever que las gane  en mucho tiempo; mientras, ha ganado todas las nacionales, precisamente porque en éstas se presentaba como socialista, junto al PSOE y sin la rémora de eso que de forma machacona e imposible,  llaman catalanista y socialista. A pesar de lo empíricamente  demostrado hasta la saciedad, que es lo que les hace perder las elecciones. Baste como muestra un botón: el PSC, es decir en buena lógica el PSOE en Cataluña para sus electores, tiene en el Congreso 25 diputados; CiU, sólo 10. El millón de votantes del PSOE en Cataluña, no les votan en las catalanas porque no consideran que el partido, el PSC sea socialista. Así de sencillo. Y lo saben. Pero siguen empecinados en negar la realidad que es tozuda.

Ahora, este misil de Artur Mas es un regalo envenenado –y vendrán otros – que sólo podría conjurarlo el PSC si de verdad éste se dejara de veleidades identitarias como las que viene aplicando, desde que nació el partido fruto de pactos antinatura,  se convirtiera en un partido socialista, o que se identificara con el PSOE en Cataluña, e hiciera una oposición en esa clave.  Lo contrario de  lo que harán, y sino al tiempo. Se diría que en el pacto primigenio de la creación del PSC estaba precisamente que la derecha nacionalista  ganara las elecciones, mientras ellos hacían de comparsas. Y no es cuestión de adivinanza: en 30 años nunca fueron capaces de ganarle a CiU, a pesar de que el Cataluña se concentra el mayor número de votos socialistas en el cinturón obrero de Barcelona. Pero esos obreros, está visto que piensan otra cosa del partido. Tanto es así que, aunque vengan los líderes del PSOE a apoyarlos, los votantes no se lo creen, saben que al final primará en el partido las políticas nacionalistas con los votos socialista. Es la maldición del PSC, aunque sea asumida voluntariamente. Lo saben y persisten aunque vayan de derrota en derrota, sin rectificar. 

U. Plaza

domingo, 26 de diciembre de 2010

EL DISCURSO



Es más que seguro que los discursos del rey son elaborados y escritos por el gobierno de turno. Lo que da  más argumentos si cabe para considerar la necesidad avanzar democráticamente  hacia la III República, por considerar la poca necesidad que hay de la monarquía, si realmente es así como todo indica. Ya que, curiosamente en el discurso no se hace mención a lo realmente importante para los ciudadanos: la denuncia de los responsables y beneficiados de la crisis. Lo que hace creer que efectivamente es el gobierno quien lo elabora, y es el más  interesado en no señalarlos, además de elaborar políticas a su favor.

Y si no es así –algo increible–, si el rey o sus colaboradores son los que hacen el discurso, entonces es mucho peor, ya que  ha venido a decir lo mismo que el gobierno, tomando partido por los que están de acuerdo con los poderosos. Ha tomado partido por las medidas elaboradas por el gobierno, de hacerle pagar la crisis a los trabajadores, a las clases medias a los más débiles, sin tocarle un pelo a los culpables de la crisis, a los que  expulsan de sus casas a gente honrada, por no poder pagar una hipoteca por haber perdido el trabajo, sin que el gobierno haga nada para impedir semejante atrocidad por parte de los mismos que han recibido dinero público para sanear el desastre. Y cuyos responsables sin el menor pudor se reparten cuantiosos beneficios, a pesar de la crisis.

Se dice que el rey, la  monarquía, es neutral; que no se inclina hacia ninguna opción política. No parece que pedir que se profundice en las medidas y reformas salvajes que sólo perjudican a las clases populares;  las que defienden a los sectores mejor situados, cuando no responsables de la crisis, sea lo más adecuado, de  las que discrepan algunas opciones políticas de la izquierda, los sindicatos incluidos, sea una forma neutral de actuar.  

Tendrían más sentido democrático tener un presidente de la República elegido por sufragio universal, que respondiera ante todos los ciudadanos, que tuviera cierto poder institucional reconocido, para frenar los excesos de los gobiernos, sobre todo cuando se producen agresiones tan desmesuradas de los más poderosos contra los más pobres, como ha hecho el gobierno mal llamado socialista a su servicio. 

Tanto si el discurso del rey ha sido por decisión del gobierno, o motu proprio, queda en evidencia que hay muchos sectores de las clases populares que no pueden compartirlo. Y es sorprendente la actitud de la inmensa mayoría de los medios, que lo valoran en positivo, cuando las medidas tomadas por el gobierno, son criticadas sin embargo, cuando no es el rey quien las menciona. También hace falta en España una prensa verdaderamente libre y republicana, sin sumisiones lacayunas. 



U.Plaza

sábado, 25 de diciembre de 2010

NÚRIA DE GISPERT


Si  hubiera que destacar algo del debate de investidura de Artur Mas en el parlamento de Cataluña– aparte de la ya conocida liturgia circense, innecesaria en tiempos de crisis, pero a la que no renuncia la casta política– sin ninguna duda debiera ser la actitud de la presidenta del parlamento, Núria de Gispert en el desempeño de su cargo. Ha sido, al menos en las tres sesiones del debate, de una eficacia exquisita. Ha sabido situarse en el papel que se le asigna sin intentar protagonismo alguno, que no le correspondiera. Pero, además ha hecho gala de un sentido de la neutralidad y de la tolerancia a la hora de dejar que los oradores intervinieran, dignos de tener en cuenta. La seriedad y buen hacer es un buen augurio, si más no, de libertad para todos los grupos políticos, sin intentar limitarlos. La tolerancia de la presidencia hace que los debates sean más llevaderos y permite a los oradores no estar permanentemente esperando la intromisión y la bronca de la presidencia.

Nada que ver, por el momento, de lo que sucede en el Congreso de los Diputados. Cuando los ciudadanos queremos seguir por radio o televisión un debate, de forma cansina e insoportable, oímos a cada momento el ronroneo de monseñor Bono, que más parece querer chupar cámara que dirigir el debate. Muchas veces nos impide saber lo que ha dicho el diputado porque Bono ha decidido meter cuchara, y echar la bronca. Cierto que el trogoldismo del Congreso es bastante impresentable, pero si su excelencia Bono se callara, no interrumpiera, no molestara en definitiva,  sería más soportable. Y no digamos con la obsesión que tiene con marcar los tiempos, sobre todo con aquellos diputados molestos con su partido, como Rosa Díez y algún otro, dependiendo del tipo de debate. El encorsetamiento  monástico al que el abad Bono somete a la cámara  hace insoportable seguirlo por radio o televisión.

Por eso, y salvo que en el futuro la señora Núria de Gispert se malogre, hay que felicitarla por  su trabajo en estos primeros días de sesiones del parlamento catalán. Su filiación a UD le hace ser más tolerante que sus socios de coalición, CDC, más escorados a la derecha del nacionalismo radical, muy entroncado  con el mercantilismo que hacen de la política. La señora de Gisper no se atrinchera en   la inquisición de  los tiempos,  porque parece saber que debe haber cierta elasticidad si no quiere destrozar el discurso del orador.

U. Plaza


viernes, 24 de diciembre de 2010

CONSUMMATUM EST



Los dos partidos catalanes mayoritarios que defiende los intereses de la derecha catalana, ambos nacionalistas, CiU y el PSC– éste, engañoso y tratando de disimularlo con el nombre de socialista–, han consumado lo que todos ya sabíamos iban a hacer. Pero lo hacen con el ya clásico sistema de poner al día  el oasis catalán: con un pacto a la vista de "responsabilidad para hacer posible la gobernabilidad";   y otro oculto o disimulado en el que los silencios dicen mucho más que las palabras. 

Volvemos a lo de siempre: ¿verdad que no nos vamos a hacer daño, doctor? Lampedusa sigue guiando a  ambas formaciones. Porque en realidad de lo que se trata es de que todo cambie para que todo quede igual. Ninguno de los dos partidos en lo que todo el mundo ha bautizado como "sociovergencia", ha dicho una palabra de la corrupción. Ninguno ha dicho nada de las responsabilidades políticas que se derivan de ella, por lo menos para comprometerse con la erradicación de esa plaga que viene de lejos. Seguimos anclados en el tres por ciento y Mas, de Maragall. Nadie ha hecho mención al escándalo del Palau de la Música Catalana ni del caso Pretoria, todo lo contrario: hacen lo posible por ocultarlo o para quitarle importancia. Ahora con el pacto lo que queda es un gobierno con el apoyo de la oposición–algo insólitoto en una democracia parlamentaria–, con lo que en realidad no existirá oposición efectiva, aunque sí aparente. Todo quedará en casa. Lo que ha cambiado es que quien antes era el paciente se ha convertido en el dentista: "¿seguiremos sin hacernos daño, verdad doctor?"

Una vez más los votantes, los ciudadanos son burlados a la hora de utilizar sus votos. Ni los votantes de CiU ni los que le votaron al  PSC pueden sentirse conformes con el pacto entre bastidores, aunque ambas fuerzas sean nacionalistas. Sobre todo porque se hace en la penumbra y lo niegan. No se hace con luz y taquígrafos. Si es que era necesario el pacto, según ellos, había que hacerlo con programa de gobierno, no de manera vergonzante y soterrada.  

Los que le votaron a CiU sin duda deben sentirse inquietos porque sus votos dejen de ser "puros" para "transición hacia la independencia" que les vende Más; los que le votaron al PSC, se sentirán mucho peor  y una vez más decepcionados. Porque creyeron ingenuamente  que le votaban a un partido de izquierdas y remotamente socialdemócrata, para que hiciera una política vencida a los intereses populares, si seguían estando en el gobierno; o de dura oposición, si  es que perdían las elecciones. Al final se demuestra que da igual a quién se vote, si se optas por uno de los dos dominantes: en cualquier caso seremos engañados. Se habla del "voto útil". Se comprueba que no hay voto más inútil que el que se le da a un partido que después lo manipula. Estamos en lo de siempre: la democracia está enferma.

Se pondrán de a cuerdo para defender lo que a ellos, no a los ciudadanos que les votaron, les interese, previo acuerdo que nos venden como "políticas responsables". Taparán las Pretorias o los  Palaus molestos. Volverá el Oasis engañoso; el lago tranquilo de aguas quietas, sin removerlas para que no aflore la realidad pestilente y putrefacta de sus profundidades. 


U. Plaza


jueves, 23 de diciembre de 2010

CATALUÑA SIN PARTIDOS DE IZQUIERDA



Un partido de izquierdas, por definición es un partido internacionalista. Por eso  la pretensión del Joan Herrera, representante de del grupo que  asesino al PSUC, de pretender encantar a un sector de esa izquierda al mismo tiempo que se ofrece de forma reiterada y cansina  a la derecha que representa CiU, y en gran parte a la derecha nacionalista que domina el PSC, para la defensa identitaria de los valores más reaccionarios posibles, es realmente descorazonador. Porque se demuestra con esa práctica política de la inexistencia de la izquierda en Cataluña; y lo que es peor, sin esperanzas para que pueda existir en un  tiempo próximo, más o menos prudencial. La experiencia del tripartito lo demuestra, ya que no sólo han repetido las políticas de la derecha en cuestiones nacionalistas, sino que incluso las han empeorado. Y los sectores de izquierdas les han retirado su apoyo por la vía de quedarse en casa por no sentirse identificados con  ellos, por ser más de lo mismo: un pujolismo sin Pujol. 

La liquidación del PSUC, acompañado de la ruptura táctica ahora, con el resto de la izquierda española, con IU, de forma evidente, les ha dado buenos frutos a la derecha catalana, como todos sabemos.

El nacionalista Herrera, en su servil y hasta lacayuno  ofrecimiento al nacionalismo –a la derecha catalana–, en todo a lo que tenga que ver con el sentido reaccionario de "la  contrucció nacional", ha renunciado hace mucho tiempo a crear una alternativa de izquierdas. De hecho, en el origen de la creación de IC, tras la liquidación del PSUC, está precisamente eso: imposibilitar que la izquierda avance y hace que la burguesía catalana siempre ostente el poder. Así ha sido en los 23 años de cortijo pujoliano, y así ha sido el los 7 de un PSC dominado por la derecha nacionalista del partido, que renunció a lo que le podría hacer ganar todas las elecciones, si se presentara como socialista sin esa cosa imposible de ambas almas.  

El identitarismo es lo único que persigue Herrera y su grupo. Y eso es lo más alejado de la izquierda, aunque lo revista con un discurso aparentemente social.  La pequeña burguesía nacionalista, que es al fin y al cabo la que sustenta ideológicamente IC, y a EUiA como comparsa, veremos por cuanto tiempo, es  siempre pusilánime, suele actuar tratando de contentar a unos y otros, pero siempre es reaccionaria. 

En Cataluña es más necesario que nunca un discurso de izquierdas y u partido de izquierdas. Mientras los que se dicen serlo prefieran hacerle el caldo gordo a la derecha populista de CiU, y a la parte dominante del PSC nacionalista, la izquierda sólo será de nombre. Pero gobernará la derecha, a pesar de que la sociedad catalana es mayoritariamente de izquierdas. 

U.Plaza

miércoles, 22 de diciembre de 2010

LA LOTERÍA NACIONAL, BOCADO SABROSO PRIVATIZADO



Desde que nació la lotería nacional, traída de Nápoles  por Carlos III, primero en 1763, llamada Lotería Primitiva,  y después la lotería actual nacida en Cádiz en 1811, limitada a unas determinadas zonas, se hizo con  intención de recaudatoria,  para el erario público. 

Desde entonces España ha atravesado por toda clase de vicisitudes. Hemos pasado por monarquías de despotismo ilustrado de Carlos III; y de las absolutas, entre otras, como la del felón Fernando VII. Sufrimos  la isabelina y la efímera Iª República; padecimos la primera Restauración de monárquica de Alfonso XII y la de Alfonso XIII. Después por la Segunda República y por el golpe de los bandidos franquistas y por su dictadura.  Después por la Segunda Restauración de la monarquía de Juan Carlos, designado por el dictador.

Durante todo este largo espacio de tiempo, la Lotería Nacional ha ido afianzándose en el subconsciente de los españoles, sobre todo por navidad y año nuevo. Pero, con la misma intención con que nació, la lotería ha servido para que el Estado recaudara dinero, para que, a menos en teoría, sirviera para financiar proyectos necesarios para todo el país, y de alguna forma repercutiera en beneficio de todos. Es una de las fuentes de dinero para el Estado más sólidos y saneados.

Nunca a ningún gobierno a lo largo de tantos años, fuera el que fuera, se le pasó por la cabeza privatizar semejante fuente de financiación y de la importancia simbólica que tiene para los españoles.  A partir de ahora   veremos la Lotería Nacional como una rifa privada para beneficio de unos pocos que la explotarán, en principio una parte, pero acabará siéndolo en su totalidad, para satisfacción privada. Nada tendrá que ver con la lotería conocida como Nacional.

Ha tenido que ser ese descubrimiento asombroso  por parte de  la derecha salvaje e incivilizada –disculpas por la redundancia– que ha encontrado en el presidente del gobierno, José Luis Rodríguez  Zapatero, para que semejante pastel se privatice. 

Este será el colofón de la carrera política del que llegó a ella diciendo que era de izquierdas, y nada menos que socialista, y ha acabado abrazando las prácticas políticas liberales de esa derecha trogoldita e insaciable, las más letales e inmorales posibles. 

Si los dioses no lo remedian, y nos tememos que  estén tan escarmentados con la casta política como los mortales,  la privatización de la Lotería Nacional será el último gran favor que Rodríguez Zapatero, desde la presidencia del gobierno de España, haga al sector privado. Es curioso que en España, primero el inefable González, después  el ultra patriota de las Azores, Aznar, y ahora Zapatero, privaticen precisamente aquellas empresas que son más rentables. Si tuvieran pérdidas las nacionalizarían o les daría dinero público para sanearlas. Los bancos son el gran ejemplo. No nacionalizan las hipotecas de los trabajadores, inducidos por los bancos a hacerlas. Así pasó con Iberia, con Telefónica entre otras, y ahora con la Lotería nacional. El desmantelamiento de los recursos del Estado va viento en popa.

¿Tendrá algo que ver eso con el buen trato que  les dan algunas importantísimas empresas a los expresidentes y otros que han sido cargos públicos? No es posible, es inimaginable semejante idea. Nadie en su sano juicio puede pensar eso ¡Dónde va a parar, qué disparate!

El constante deseo de pasar recursos públicos a manos privadas de los gobiernos de la derecha, es inmoral, pero es la inmoralidad es la moral de los desvalijadores,  es hasta lógico. Que lo haga un gobierno que se llama de izquierdas y se autodenomine socialista, aunque esté muy descolorido e irreconocible, es sencillamente vomitivo. Y sobre todo que  además,  el partido, sus militantes, el PSOE, calle y haga de comparsa de todas las ilusiones liberales de su secretario general y presidente del gobierno, y que en su harakiri ideológico arrastre al partido socialista, no se comprende. 

U. Plaza

martes, 21 de diciembre de 2010

EL DESCRÉDITO POLÍTICO, BASE DEL POPULISMO AVENTURERO SIN IDEAS



La mediocridad del  que no sabemos si aspira a ser el Berlusconi o el Gil Catalán, se ha puesto de manifiesto. Su discurso monocorde y atropellado, se le ha acabado pronto. Tanto que ni ha sido capaz de agotar el tiempo, corto ya en sí, por su escasa representatividad, cuando los demás grupos se suelen pasar de largo, por tener muchas cosa que decir. Laporta pronto ha terminado. Su absoluta ignorancia lo lleva a leer unos folios, a pesar de suponérsele maduro su discurso por ser de un solo punto: la independencia, así, a palo seco y sin otro añadido, como muy bien le ha afeado el candidato Mas. Realmente, más que otra cosa daba  pena la absoluta falta del sentido del ridículo, porque su supuesto independentismo debiera haberlo sustentando con algo más de base, ideológica y política, con un programa claro y creíble aunque sólo fuera para sus adeptos, y por disparatado que fuera. 

Ni siquiera ha tenido la elegante educación, por su obcecación irreflexiva, de saludar al presiente saliente de la Generalitat, señor Montilla; ha entrado a embestir, sin más, cosa que muy bien ha sabido aprovechar Artur Mas para decirle, muy elegantemente que es un maleducado. 

La aparición de pintorescos personajes populistas, de de extrema derecha  en la vida políticas, como  Laporta o Anglada,  que aunque  éste por poco no haya logrado representación por una ley electoral poco democrática, sin programa– o con uno de un sólo punto  y fuera de toda lógica razonable. sea la emigración, sea la independencia–, se debe al descrédito que las formaciones políticas han cosechado durante años; por el cabreo de muchos ciudadanos que  acaban arrojando el voto, más en contra de los partidos desacreditados que a favor de los votados como estos populistas. 

Cuando los partidos con arraigo dimiten de sus obligaciones; cuando el ciudadano se percata de lo poco que se hace contra la corrupción, y cuando ve ante sus narices lo fácil que les resulta ponerse de acuerdo entre ellos para blindar sus interese de casta, aparecen estos aventureros que en realidad son filibusteros de la política, como muy bien ha dejado claro el antiguo presidente del Barça, que ha dicho más o menos, que todas sus intervenciones en la cámara catalana irán de principio a fin en la misma dirección y onda. Es de suponer que con el tiempo, y pasada la novedad, se atempere el fogoso Laporta– que por cierto nunca le preocupó la política hasta que se hizo famoso por ser presidente del Barça–, y adquiera algo de sentido del ridículo. Porque aunque el club catalán sea más que un club, el parlamento catalán, es más que un juego de aventuras.


U. Plaza

domingo, 19 de diciembre de 2010

VIAJE "PRESIDENCIAL" DE RUBALCABA

Rubalcaba: ¿en campaña?

La visita por sorpresa  a Afganistán de Alfredo Pérez Rubalcaba tiene un valor muy significativo; no porque un ministro se haya hecho presente donde están las tropas españolas, según él para defender nuestra libertad; según otras fuentes para hacerse perdonar  Zapatero  la fuga precipitada de Irak, desobedeciendo al amo yanqui. Pero estamos en el lejano país, sobre todo–diga lo que diga el ministro–, para garantizar los intereses de Estados Unidos en la zona. 

Pero el significado político del viaje tiene una apariencia  de mucho mayor calado, si tenemos en cuenta el protagonismo de primera fila que ha adquirido el ministro del Interior, y el nerviosismo que intranquiliza a los barones del PSOE, que temen que la descarada apuesta de Zapatero, su enamoramiento por las políticas de derechas salvajes,  que agreden a los más débiles, puedan hacérselo pagar a ellos los electores. De ahí que, desde hace ya algún tiempo se esté cerniendo a la organización  para sustituir al presidente, de la manera menos letal posible. Y Pérez Rubalcaba, por su trayectoria frente al Ministerio del Interior, es el más valorado. Y aunque sin duda en su partido también tiene detractores y afloran los navajeos  por estar en primera fila, parece que si no hay elecciones primarias, que piden los que no dominan el aparato, pero que  intentan eludir los que sí  lo hacen, Rubalcaba puede ser el Hombre, el sucesor, si se hace antes de que lleguen las elecciones para darle tiempo para intentar recuperarse. Difícil lo tiene, ya que el desastre parece irreversible. Lo difícil es que acepte heredar el desastre si no dimite el presidente pronto y le deja todo el poder. Aunque se equivocarán quienes crean que Rubalcaba aplicará una política menos de derechas, pero ya se sabe, puede despistar a muchos ingenuos.

Así  que,  es muy posible que el viaje presidencial de Rubalcaba, tenga ese sentido de ir poniendo las bases para convencer al resto de los barones, de que lo mejor es que lo apoyen a él y se dejen de mudanzas en tiempos  de tormenta. En definitiva Rubalcaba puede haberse  adelantado a sus compañeros contrincantes  y toma el mando, mientras Zapatero se inmola en la pira de los recortes sociales, como le exigen sus superiores: los mercaderes. O, conociendo el maquiavelismo del ya veterano Rubalcaba, puede ser una cortina de humo. De todas formas el tiempo trabaja en su contra. 

U. Plaza

sábado, 18 de diciembre de 2010

¿POR QUIÉN DOBLAN LAS CAMPANAS?


BRUTO

Las campanas hace tiempo que empezaron a doblar.  Premonitorio tañir de un cadáver que se sabe, está pronto a llegar. Cadáver político, sin duda, no hay que alarmarse. Pero, seguramente, el cadáver,  con una proyección privada brillante, como la que ha acabado teniendo Felipe González, en su día tan "socialista" como  ahora   José Luis. Pero eso ya será otra historia.

El abrazo entusiasta  a la ideología de la derecha del todavía nominal presidente del gobierno es tan escandaloso que ya ni siquiera intenta disimularlo; y fuga hacia adelante en su propósito de cumplir lo que le ordena esa derecha a la que obedece sin inmutarse, adquiriendo todos sus tics y al parecer objetivos;  hundiendo cada día más a su centenario partido, aunque con grandes paréntesis, pero centenario al fin, y con páginas gloriosas escritas en lejanos tiempos. Con dirigentes absolutamente irreconocibles hoy día. Son otros tiempos, claro. Pero la ética  política socialista no debiera tener épocas y debieran ser valores permanentes. 
CÉSAR

Lo lamentable, aunque sea para sus intereses de grupo, es que todavía el PSOE,   sus dirigentes; sus alcaldes y sus militantes, y suponiendo que siga estando vigente alguna de sus centenarias siglas,  tan obsoletas ya, visto el poco  uso que hacen de ellas, es que no se hayan decidido todavía  a buscar un Bruto que elimine a César de la escena, a enterrar su cadáver, a pesar de que algunos hace tiempo que entonan su réquiem  y siguen  doblando las campanas por el presidente. Tanto Marco Antonio–Bono que se la tiene jurada, como Bruto-Rubalcaba parecen dispuestos a un magnicidio controlado. Habrá que ver si no es demasiado tarde como le ha ocurrido al representante de César en Catalonia, Montil·li. Por discrepancias entre el el Senado  y sus leyes y la provincia, a la hora de aplicar tributos. Pero también por sus alianzas con Herodes. 

Pero, debido al cesarismo imperante en los partidos políticos, todos critican a César soto voce, sin dar el paso definitivo, por si acaso éste se recupera y Bruto no logra su objetivo. Esa dilación en la resolución antes de la elecciones puede ser letal para el PSOE.  

Lo lógico sería–siempre, repito, con la vista puesta en sus interese de partido–enterrar definitivamente el cadáver antes de que  se corrompa, y acabe corrompiendo su entorno, el Senado y hasta todo el Imperio de las provincias  en forma de comunidades autónomas y alcaldías que todavía mantiene César bajo su estandarte de águilas, bajo la rosa y el puño, cada vez más amarillentos. Haciendo así imposible ni siquiera intentar la recuperación  en el escaso año y medio que queda para las elecciones. 

¿Por quién doblan las campanas? Si el partido no hace algo pronto, doblarán por él.  César lo arrastrará definitivamente hacia el abismo. Y no será Cartago quien venza, serán los bárbaros, los incivilizados bárbaros. Y tras ellos, ya sabemos que viene una oscura,  larga, brutal y fanática Edad Media, de la que costará salir.  


U. Plaza   

viernes, 17 de diciembre de 2010

SUS SEÑORÍAS BLINDAN LAS PENSIONES... LAS SUYAS, CLARO


Es desolador comprobar cómo la ética de algunos políticos es tan elástica y variable como les sea conveniente; se puede hacer o decir una cosa y la contraria sin siquiera mudar un gesto sus duros rostros, sin despeinarse. Quizá pensando que la opinión pública carece de criterio para darse cuenta la falta de ética. O de que ésta  aguanta todo lo que le echen sin protestar por escandaloso que sea. Y quizás no les falta razón visto que llevan tanto tiempo sin que los ciudadanos reaccionen de forma contundente.  

Como es frustrante comprobar cómo un señor puede manifestarse junto a los sindicatos el día de la huelga general del 29 de septiembre,  contra las agresiones del  gobierno de un partido que se sigue llamando socialista, y que aplica las políticas de la más salvaje e incivilizada derecha,  y a renglón seguido defender esas mismas agresiones como ministro de trabajo sin que tenga eso visibles consecuencias en su estado mental  y emocional. La elasticidad de la moral de algunos políticos es realmente sorprendente.

También sorprende el poco empeño que la mayoría de sus señorías pone–tanto en las taifas como en el Congreso–para ponerse de acuerdo para solucionar las cuestiones de Estado, que son comunes y de urgente abordaje;  al tiempo en que casi en su totalidad están de acuerdo a la hora de recortar las prestaciones de las pensiones  y los salarios de mil maneras a los ciudadanos; sólo diferenciándose en matices y por pura oportunidad electoral.

Sin embargo es revelador y desolador al un tiempo para el ciudadano que asiste impotente al trágico esperpento del espectáculo, comprobar lo rápido y sin apenas discusión con que esos mismos señorías, se apresuran a ponerse de acuerdo para blindar sus propias pensiones, prebendas y privilegios. 

Los mismos que insisten una y otra vez, que nosotros, los ciudadanos, no ellos, estamos viviendo por encima de nuestras posibilidades, y que  tenemos que apretarnos el cinturón. Y ni tan siquiera aparece en sus caras una sombra de rubor por la vergüenza; hasta esa condición humana parecen han perdido, porque deben considerarse con derecho de casta medieval, que ingenuamente creímos liquidado. 

Y se blindan sus pensiones, al tiempo que exigen aumentar la base de cotización de todos los españoles; los mismos señores que con tanto descaro calientan con sus honorables posaderas los escaños del Congreso –o de los parlamentos regionales, que en eso no se diferencian–, si es que se dignan acudir, porque todos vemos  el espectáculo de los escaños vacíos en los plenarios, cuando la primera puesta en escena de los dos números principales ha acabado, sin tenerle el menor respeto y atención por lo que dicen los oradores de los partidos pequeños, que son cómo mínimo tan respetables como los que que abandonan el escaño.

Todos sus señorías saben el escaso prestigio que tienen ante la opinión pública, ganado a pulso. Pero no parece importarles, visto con que doble moral aplican la ley del embudo, sea para sus sueldos o para blindar sus pensiones con el mínimo esfuerzo para ellos, y el máximo  para todos los demás. No parece ser la ética precisamente  lo que mueve a sus señorías a dedicarse a la cosa pública. ¡Qué lejos estamos de aquella ética republicana!

U. Plaza


jueves, 16 de diciembre de 2010

AMBAS DERECHAS



Nadie en su sano juicio puede negar que el gobierno de Rodríguez Zapatero ha dado un volantazo hacia la derecha de forma escandalosa, poniendose al servicio de la alta delincuencia  de la casta banqueril y ese otro oscuro y depredador  tan letal para el ciudadano, llamado mercado. Pero que el PP, partido  liberal en el peor sentido de la palabra –el que en su programa e intención  lo lleva a la práctica allí donde manda–,  están todo tipo de privatizaciones y de apoyo a los sectores más reaccionarios; los que nunca se preocuparon por las condiciones de pensionistas o trabajadores en las peores condiciones, nos venga ahora con la cantinela , y sean ellos los que una y otra vez se quejen de la rebaja de las pensiones o el recorte de los salarios, es como poco inmoral. 

Porque todos sabemos, y lo ha adelantado con una de sus muchas vomitadas y exabruptos su presidente honorífico, defensor de lo más impresentable de la derecha extrema, José María Aznar, el de la boda faraónica y servidor de Bush en la guerra de Iraq, que pide, sin el menor rubor, porque eso no es propio de su manera de actutar,  que se le limiten las prestaciones a los trabajadores. Que se elimine lo que ellos llaman el estado de bien estar, porque según él no podemos permitírnoslo. Naturalmente el PP, que se queja de la eliminación de derechos de boquilla, en lo que está pensando es que no podemos permitirnos nosotros, la mayoría de los ciudadanos, porque tenemos que pagar las suyas, incrementadas. 

Esas son en realidad las intenciones, y lo que intentará llevar  la práctica, si los ciudadanos somos pasivos y se lo permitimos, de la derecha del PP. Por lo tanto todas las protestas que una y otra vez enarbola en el parlamento y por boca de sus representantes, por toda la basura televisiva que nos invade. Así que toda la ofensiva del PP y su pretendida defensa de los débiles, no es más que una estratagema para ganar votos. Es increíble que quien pide recortes por, por considerarlos  excesivos  de los derechos de los trabajadores, le preocupe lo más mínimo su situación.

Que el gobierno socialista se haya pasado con armas y bagaje a la derecha, en sus propuestas de liquidar las conquistas sociales para satisfacer a los buitres de los mercados, no debe en modo alguno hacernos caer en el canto de sirena de creer que los que tienen en su formar de entender la sociedad el enriquecimiento de unos pocos en detrimento de la mayoría, vayan a solucionar nada. Todo lo contrario. Aviso para navegantes: Retirarle el voto al PSOE no debe ser para dárselo a los que sin ningún problema aplicarán las políticas que le convengan a los más poderosos.  Debemos buscar otras opciones que no sean no los de derecha gobernante, ni los de ultraderecha en la oposición, que por cierto también gobiernan el algunas taifas, donde no son un modelo precisamente. "Ser más tonto que un obrero de derechas",  se paga. Y muy caro. 

U. Plaza 

miércoles, 15 de diciembre de 2010

LAS ELECCIONES PRIMARIAS EN LOS PARTIDOS


Las elecciones Primarias en los partidos políticos, debieran ser de obligado cumplimiento. Esa práctica haría que la tan devaluada democracia española se saneara, o al menos mejorara y limitara los abusos de las ejecutivas. Pero los cacique de los paridos temen a las Primarias más que a un pedrisco. Saben muy bien que sus convicciones democráticas no llegan a tanto. Están enfrentadas a sus intereses personales o de grupito. Darle la oportunidad a las bases de los partidos,  a los que todo lo dan sin recibir nada a cambio, constituye sin ninguna duda un ejemplo de democracia, pero también un peligro incontrolable para los intereses del caciquismo paritocrático que domina el panorama político español, fraguado con tanto esmero para que no se les escape nada: que lo que digan los jefes sea ley sin la menor discusión. 

Cuando alguna vez se han hecho las elecciones Primarias en algún partido de los grandes, ha sido por una circunstancia excepcional, o de desencuentro entre facciones o personales; a pesar de figurar en las normas internas y estatutarias, de la que los jefes guardan un amargo recuerdo, la norma se elude a veces con elegancia, a veces burda y caciquilmente. Lo vimos con José Borrell, y cómo  el  antiguo falangista González, pensó que las ganarían los suyos, los del aparato; pero resultó que no, que Borrell arrasó, demostrando que las bases estaban hartas del aparato felipista y querían democratizar el partido. Felipe y su poderoso clan, con la actitud de soberbia que lo caracteriza, con su poder omnímodo de entonces, no aceptó la derrota y puso  en marcha el juego sucio.  Sacó a la luz que un colaborador de Borrell, había sido cogido en falso. Y aunque  Borrell no tenía nada que ver con aquello, salvo que él era el responsable político, por coherencia, dimitió. Era lo que el aparato felipista deseaba, por ser el de la Seo de Urgel molesto y no entrar en el juego tan nefasto, a pesar de que muchos lo lamentaron por considerar a Borrell un hombre honesto, y nada inclinado a los pasteleos con los nacionalista, que tanto daño llevan haciendo a la democracia y al propio partido socialista, aunque no a sus privilegiados barones. 

Desde entonces no se han vuelto a hacer primarias en el PSOE a nivel nacional. Y cuando alguien las propone, enseguida es desactivada la idea. Es muy peligrosa. Y  lo es tanto que como hemos podido ver en Madrid, por más que el máximo jefe quiso imponer su candidata, Trinidad Jiménez, las bases, con el criterio democrático del que carecen los que se benefician del tinglado llamado partido, decidieron votar al que consideraban más cercano, en lugar de al burocrático Aparato, es decir, a Tomás Gómez, que se enfrentó a la soberbia del jefe.

En el Otro partido mayoritario ni siquiera se llega a intentarlo porque ahí todo es piramidal y hasta digital por el dedo del dios del momento, como sabemos. 

Consentir como lógica democrática las Primarias, es tanto como desnudar a los supuestos líderes, que lo son por los mecanismos encorsetados que controlan  las direcciones. Pero los dirigentes se sabes ídolos con los pies de barro. Y si se deja votar a las bases, los ídolos muy probablemente se vendrían abajo, demostrándose que su liderazgo obedece más a circunstancias  puntuales, que a un liderazgo ganado democráticamente, a pulso y con el consenso de los militantes. Por eso se niegan a dar libertad de voto a las bases de los partidos con toda naturalidad estatuaria, y se buscan subterfugios para no hacerlas, como lo del candidato único, consensuado entre ellos,  para hacerlas a su manera que les garantice el resultado deseado. El absoluto control lo permite. Hasta los Congresos, más si cabe por la importancia de los mismos, están milimétricamente calculado su desarrollo y resultado. Cualquiera que conozca el vientre de los partidos lo sabe.  Y cuando algo no sale como se ha previsto, se convierte en un verdadero terremoto– como sucedió en el Vº Congreso del PSUC, hará pronto 30 años–, cuando debiera ser norma democrática su resultado.

Es lo mismo que sucede con las ansiadas elecciones con listas abiertas. De celebrarse de este modo las mismas, se comprobaría de verdad el apoyo popular qué  candidato tiene más consenso entre la ciudadanía para ser diputado, alcalde o jefe de gobierno; pudiéndose dar la paradoja de que aquel que con tanto relumbrón de líder salen a la palestra como intocable y con popularidad, quedara muy por sebajo de otros mucho menos valorados por los Aparatos, pero más por los ciudadanos. Sería admirable que la democracia funcionara de esa forma. Pero como en el caso de las Primarias, las burocracias de los partidos lo saben muy bien, y por nada del mundo consentirán que eso pase. Y para evitarlo, que nadie dude que se pondrán de acuerdo los grandes partidos, tanto a nivel de España, como de las taifas, con los partidos nacionalistas como fuerzas imporantes o mayoritarias en las mismas, en las que toda discrepancia desaparece para asegurarse sus privilegios, acuerdo digno de mejores causas, que la de impedir que se extienda la democracia. 

La democracia en los partidos figura en la Constitución. Pero como tantas otras cosas, que tambien se escribieron en la misma Norma de Normas, no se cumplen. Es más, están para que no se cumplan ¿o no es cierto que figura el derecho al trabajo, a la vivienda, y a la igualdad de oportunidades, por sólo citar algunas de las que no se cumplen de forma escandalosa?

Sin embargo hay millones de parados y al mismo tiempo sueldos escandalosos; La gran delincuencia banqueril desaloja a los ciudadanos de sus casas y los lleva a la desesperación y ningún poder público enarbola la Constitución en su defensa; todo lo contrario.  ¿y alguien puede pensar sin soltar una carcajada, amarga, que en España, al amparo de la Constitución todos tenemos las mismas oportunidades?  ¿O hay que recordar las cada vez más diferencia entre ricos y pobres y cómo el gobierno expolia a éstos mientras permite que las grandes fortunas sigan creciendo? Y así podríamos seguir. 


Las Primarias en los partidos, contrariamente a lo que algunos pudieran pensar, no es sólo de la incumbencia de  los militantes de los mismo, sino de todos. Porque es la primera condición para sanear la vida pública tan emponzoñada; hacer que el ciudadanos tenga los resortes para acabar con los corruptos, e incluso que no lleguen a ocupar cargo alguno, por actuar el militante de base como primer dique sanitario. Situaciones como las de Cataluña con lo de Pretoria o Palau, así como lo de la Comunidad valenciana, y en tantos y tantos ayuntamientos, serían impensables con partidos democráticos, que las elecciones primarias hacen posible. Y la triquiñuela de lograr que sólo haya un candidato, es el principio del caciquismo en los partidos.

U. Plaza.


martes, 14 de diciembre de 2010

EL PATRIOTA AZNAR



El Patriota
La derecha española, y la extrema derecha con mayor énfasis, suele exhibir su patriotismo, que como se sabe coincide con sus intereses de clase y hasta personales. 

El Emperador de "Pucherazo"

                                  


El patriótico ex presidente del gobierno, José María Aznar, no tuvo el menor empacho en ponerse al servicio de una mente atrofiada y criminal y seguir sus pasos en una guerra ilegal, con falsedades, por  tal de hacerse simpático a su ídolo el emperador, que lo fue por "pucherazo", el tejano Bush. Los intereses de Aznar nada tenían de patrióticos, pero él nos lo quiso vender así, sacando pecho junto al desquiciado ultra yanqui. Todos sabemos el resultado de esa  guerra abominable y los cientos de miles de personas que murieron para satisfacer las insaciables ansias de las compañías petrolíferas de de Estados Unidos, por apropiarse del petróleo, así como las constructoras, que primero destrozaron un país, para después justificar su reconstrucción, con lo de dividendos que eso les aportaba. También sabemos el resultado en el incremento del terrorismo que ha tenido y tiene en el mundo aquella decisión imperial.
El sustituto digital (del dedo de Aznar)
                                                    

La miserable actuación de lacayo de Bush, Aznar, no reportó a España nada bueno. En todo caso nos puso en el ojo del huracán, como vimos con los atentados de Madrid en los que murieron cerca de 200 personas y un sinnúmero de heridos con consecuencias de por vida. Ese fue el resultado del patriotismo de un personaje, que en buena lógica debiera–, como el otro lacayo, Toni Blair y el jefe Bush–, ser puesto ante un tribual  por crímenes de guerra. Pero ya se sabe, los poderosos siempre eluden la justicia.

Este personaje tan patriótico él, anda desde que perdió las elecciones, porque las perdió él que era el presidente del gobierno, no su digital candidato, Rajoy, largando por esos foros de lo más reaccionario del mundo, contra el presidente del gobierno español, por una enfermiza ojeriza, sin sentido. Porque lo que él anda diciendo por todas partes, debiera estar en el código penal como sedición y traición a los intereses de España. Cada vez que suelta una vomitada, hace que se ponga en entredicho la solvencia de España, sus finanzas y su tejido empresarial e industrial; y hasta nuestro propia condición de ciudadanos laboriosos, para satisfacción de los buitres, con los que tan bien se lleva Aznar, de eso que llaman mercados, y que la gente llama Gran Delincuencia Mundial, dedicada al expolio de los más pobres.

Alguien debería decirle al edecán de Bush, y debiera ser Rajoy si es que se siente capaz de hacerlo,  que se calle. Que  cada vez que suelta algún improperio, no es Zapatero ni el PSOE quien lo paga, sino todos los españoles. Además de dar una imagen pésima de España. La crítica la puede hacer un ciudadano normal, anónimo. Pero uno que ha sido presidente del gobierno y que además nos cuesta un dineral sus devaneos, no. Además de pagarle otro  montón de dinero para su laboratorio de ideas ultra fachas, las FAES –¿Falange Española?–,no es posible tolerar que, como cualquier matón de verbena, vaya por esos mundos hablando mal de quien le da de comer, y le paga sus eternas vacaciones !y en qué cuantía! El patriotismo de la derecha, en este caso extrema del ex presidente del gobierno, queda de manifiesto por enésima vez. 

U. Plaza


lunes, 13 de diciembre de 2010

INCONSISTENCIA IDEOLÓGICA Y OPORTUNISMO



La diarrea mental resultante de la inconsistencia ideológica es  demoledora en algunos personajes. Les puede llevar a la esquizofrenia política; a hacer o decir una cosa y la contraria al mismo tiempo. Un estado mental cambiante sin apenas una reflexión, con bulla, y tratando de justificar cada paso en falso que dan, reafirmándose en el error anterior sin apenas darse cuenta, para a continuación  volverlo a repetir.

Es lo que le ha pasado al señor Montilla este fin de semana, que aunque ha reconocido su culpabilidad por el desastre en las elecciones,  en seguida ha repartido responsabilidades a los demás, sin  percatarse de que la responsabilidad es suya, y solo suya, y no sólo "por no haber sabido vender el producto" y haber dejado–hay que ser cándido–el aparato de propaganda que es TV3 en manos de los enemigos. 

Porque durante los cuatro años de mandato, ha ejercido de nacionalista furibundo, para hacerse simpático a la derecha, y a sus socios, permitiéndoles todos los disparates que se les antojaba, como si  tres gobiernos, y no uno, decidieran sobre los más variados temas. El mismo Montilla  renegó del tripartito nada más convocadas las elecciones, sin apenas darse cuenta de que echaba por tierra todo lo que había hecho, que por otra parte decía haber sido el mejor gobierno. 

Se ha pasado la legislatura haciendo todo lo posible para que se vieran de forma ostensible, sus discrepancias con el PSOE y el gobierno de España, al más puro estilo nacionalista, incluso independentista, postura que nada tiene que ver, no con un partido socialista que gobierna, sino con un poco de sentido común, ya que  hubiera sido más favorable para el PSC que los trabajadores susceptibles de darle su votos, hubieran visto lo contrario, que el partido socialista era uno. Mientras tanto en la derecha nacionalista convergente, encantados. No necesitaban esforzarse, el trabajo se lo hacía el capataz. 

Cometió uno de los errores más incompresibles que un gobernante pueda cometer: rebelarse contra una sentencia de Tribunal Constitucional. Por más que se discrepe de las sentencias han de ser respetadas. Cualquier ciudadano puede manifestar sus discrepancias, pero un gobernante no está en condiciones de hacerlo. No se puede tener una responsabilidad política de ese calado y no respetar las leyes. En todo caso que intente cambiar la Constitución. Aunque de ser así, debiera ser en sentido contrario del que provoca su enfado, si persiste en decir que es socialista.

Pero para el presidente Montilla no fue suficiente semejante barbaridad, sino que desde la presidencia, convocó una manifestación contra dicho Tribunal, lo que demuestra no sólo que él es incapaz de comprender las consecuencias de sus acciones, lo que lo inhabilita para el cargo, sino que ni siquiera supo rodearse de asesores que le dijeran que semejante actitud iba contra toda lógica y contra todo lo que es lícito y politicamente aceptable. Más bien parece lo contrario: que esos asesores, mucho más capacitados que él, pero  furibundos nacionalistas, en realidad lo empujaron a hacerlo, arrimando el ascua a su sardina,   para que se estrellara. 

Como sabemos, la manifestación fue una exaltación del independentismo, y hasta con tintes fascistoides, en la que el propio presidente se convirtió en objetivo, en el enemigo a batir, hasta llegar a la agresión. Lo que se desprende de esa fuga hacia adelante, apoyando a lo más reaccionario de la clase política catalana, es que en realidad Montilla, con la indeseada ayuda de los asesores nacionalistas de sus partido, se convirtió en el tonto útil, incapaz de comprender la  trascendencia de sus actos, que pagaría muy caro.

Se convocan la elecciones, y hete aquí, que lo primero que hace es hablar por primera vez en su lengua materna, en castellano, lo que no había hecho durante toda la legislatura de forma oficial–otra cosa era en los mítines de Gavá donde la mayoría eran charnegos como él– con el ojo puesto en todos aquellos que durante su mandato no contaron para nada. Y empieza a desmarcarse del tripartito, hace venir a los dirigentes del PSOE a Cataluña pidiéndoles ayuda para ver si  consigue darle la vuelta a las encuestas, recuperando el discurso que se parezca algo al del PSOE. Pero con tanta torpeza por su inconsitencia ideológica, que sigue queriendo contentar a la derecha nacionalista que corroe su partido, con ese discurso imposible de "catalanista y socialista". O se es socialista o catalanista. Ambas cosas imposible. 

A pesar de todo durante la campaña hizo venir a todos los grandes espadas del PSOE, compartiendo abrazos, y apoyos mutuos de hermanos del mismo partido. En esos momentos, ni por un instante se les ocurrió al trepa Montilla, considerar que los del PSOE o el gobierno, con Rodríguez Zapatero a la cabeza, fueran culpables de nada de lo que días después acusaría.

Perdidas las elecciones, y ya con las relucientes y engrasadas  navajas encima de la mesa,  y en el Consell Nacional lanza culebras contra el PSOE, al que hace referencia como si de un partido extraño para él se tratara, al que hace responsable de su mediocridad y de su incapacidad para saber dónde está y, al menos en teoría, de que él no preside un partido nacionalista, sino un partido socialista. Lo hace con la misma disparatada metedura de pata, que cuando compara un libro de historias mitológicas como la Biblia, con El Capital, sin apenas comprender lo que dice, suponemos que para hacerse simpático a un sector que jamás le votará, por mucho que se ponga de rodillas y simule rezos.

Montilla no sólo tiene una diarrea mental en cuanto a no saber qué significa cada cosa, en qué consiste una ideología u otra, de la que evidentemente carece, sino que además ni siquiera ha tenido el olfato político  de saber qué carta quedarse y qué le convenía.  Aunque fuera de forma oportunista. Seguramente creyó que apuntándose a lo mismo que domina a las castas políticas catalanas, es decir la cosa identitaria, y por lo tanto reaccionaria,  le iba a ser rentable. Que haciéndose simpático a la derecha de su partido, y al resto de la derecha pujoliana, le iban a perdonar su pecado de charnego, e  iban a considerarlo de los suyos. Pero ya se sabe: cuanto más se agacha uno, más se le ve el culo. 

En realidad ha estado remando en su contra durante toda la legislatura. Si Montilla hubiera tenido claro cuál era su ideología, de haberla tenido, hubiera actuado de muy distinta manera. Pero incluso ahora, cuando ya la catástrofe es un hecho, en lugar de reflexionar y ver adónde lo ha llevado su sumisión, trata de abundar en el error, cuando ya es un cadáver político. Pero precisamente  por carecer de guía ideológico, es incapaz de entender qué le ha pasado. Aunque por todo eso, quizá le importe poco.

U. Plaza