Rubalcaba: ¿en campaña? |
La visita por sorpresa a Afganistán de Alfredo Pérez Rubalcaba tiene un valor muy significativo; no porque un ministro se haya hecho presente donde están las tropas españolas, según él para defender nuestra libertad; según otras fuentes para hacerse perdonar Zapatero la fuga precipitada de Irak, desobedeciendo al amo yanqui. Pero estamos en el lejano país, sobre todo–diga lo que diga el ministro–, para garantizar los intereses de Estados Unidos en la zona.
Pero el significado político del viaje tiene una apariencia de mucho mayor calado, si tenemos en cuenta el protagonismo de primera fila que ha adquirido el ministro del Interior, y el nerviosismo que intranquiliza a los barones del PSOE, que temen que la descarada apuesta de Zapatero, su enamoramiento por las políticas de derechas salvajes, que agreden a los más débiles, puedan hacérselo pagar a ellos los electores. De ahí que, desde hace ya algún tiempo se esté cerniendo a la organización para sustituir al presidente, de la manera menos letal posible. Y Pérez Rubalcaba, por su trayectoria frente al Ministerio del Interior, es el más valorado. Y aunque sin duda en su partido también tiene detractores y afloran los navajeos por estar en primera fila, parece que si no hay elecciones primarias, que piden los que no dominan el aparato, pero que intentan eludir los que sí lo hacen, Rubalcaba puede ser el Hombre, el sucesor, si se hace antes de que lleguen las elecciones para darle tiempo para intentar recuperarse. Difícil lo tiene, ya que el desastre parece irreversible. Lo difícil es que acepte heredar el desastre si no dimite el presidente pronto y le deja todo el poder. Aunque se equivocarán quienes crean que Rubalcaba aplicará una política menos de derechas, pero ya se sabe, puede despistar a muchos ingenuos.
Así que, es muy posible que el viaje presidencial de Rubalcaba, tenga ese sentido de ir poniendo las bases para convencer al resto de los barones, de que lo mejor es que lo apoyen a él y se dejen de mudanzas en tiempos de tormenta. En definitiva Rubalcaba puede haberse adelantado a sus compañeros contrincantes y toma el mando, mientras Zapatero se inmola en la pira de los recortes sociales, como le exigen sus superiores: los mercaderes. O, conociendo el maquiavelismo del ya veterano Rubalcaba, puede ser una cortina de humo. De todas formas el tiempo trabaja en su contra.
U. Plaza
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