miércoles, 8 de agosto de 2012

SÁNCHEZ GORDILLO, LA ACCIÓN SOLIDARIA Y LOS TERTULIANOS DE CÁMARA

La recua de tertulianos, opinadores y expertos en todo, que continuamente nos vienen adoctrinando para defender las posiciones del gobierno de turno, más atentos a la voz de sus amos que al sentido común y a la realidad en la que se vive, han salido como una exhalación tratando de ladrones a los trabajadores que, en una acción solidaria y simbólica, han cogido comida de primera necesidad, para entregársela a las organizaciones que tratan de paliar la situación de hambre que ya se está dando en España, en esta supuesta democracia.

La prensa de derechas –toda la prensa en España es de derechas–, incluida la que va de progre, que no hace falta mencionar su nombre, pero que defiende los mismos intereses de la oligarquía que el resto, salvo con el matiz del leguaje, dignificado por alguna pluma ilustre que justifica esa falsa aureola  progresista, se ha despachado esta mañana llamando ROBO a la acción de los trabajadores.

Y hay que decir que podríamos estar de acuerdo. Sin ninguna duda. Podríamos... salvo que perdamos de vista lo principal: Si en España, utilizando el supuesto Estado de derecho en el que dicen que vivimos; y desde hace ya varios años, los responsables de los bancos que han hundido la economía, y que, dígase lo que se diga, han estafado a cientos de miles de españoles su dinero y su tranquilidad,  y han llevado a la ruina al país, estuvieran en la cárcel; si lo políticos que gobiernan o han gobernado con mentiras, y se han hecho cómplices de esos estafadores, en lugar de estar al lado de los ciudadanos, estuvieran junto a los anteriores en la cárcel; si los delincuentes que han defraudado a Hacienda, en lugar de ser amnistiados por el gobierno estuvieran en la cárcel; si los que tienen dinero en los paraísos fiscales fueron perseguidos y fueran a la cárcel; si cuando un ciudadano, sea político o no, pero sobre todo si lo es,  porque tiene en sus manos los recursos públicos, mete la mano donde no debe, fuera de inmediato destituido, y cuando fuera declarado culpable, en lugar de amnistiarlos el gobierno, fueran a cumplir su condena a la cárcel. 

Entonces sí que habría que considerar que la acción de Sánchez Gordillo y sus compañeros sería un robo que habría que condenar. Porque todo lo anterior demostraría que hay leyes que se respetan y se hacen cumplir por todos sin mirar la alcurnia  y sin tener en cuenta la posición que tiene el que delinque. Y quien roba, sea lo que sea, pero más el que más roba, lo paga. 

Entonces habría que decir que la acción que han llevado a cabo Sánchez Gordillo y sus compañeros habría sido un capricho de kaleborroka,  como algún indigno e inmoral persebrista de cámara ha dicho.  Porque semejante acción carecería de sentido, porque sería el gobierno, las instituciones democráticas quienes se encargarían de que nadie pasara hambre, por la estafa de unos cuantos, que estarían ya pagando su delito. 

Pero llamar ladrones a unos trabajadores que tienen un alto  grado de conciencia social, solidarios con sus semejante, para hacer lo que debiera hacer el gobierno, porque fallan las leyes –o están hechas con finalidad de embudo–,  sí que es una canallada. Mientras, los responsables del saqueo financiero, y el saqueo de la Sanidad y de la Enseñanza por parte de los gobiernos,  siguen burlándose de todos, sabiéndose protegidos, como siempre como príncipes medievales. 

Lo que han hecho Sánchez Gordillo, como representante del pueblo, como diputado andaluz, que no se dedica a calentar el escaño, como casi única función de los políticos que son elegidos con los votos de los trabajadores, que se sienten encantados con su cargo, y que se olvidan con tanta facilidad de cuáles son sus verdadera funciones en la lucha de clases –que algunos han olvidado que existe y que se muestra con mayor crudeza si cabe–, es algo que por desgracia se irá generalizando. Y seguramente con menos difusión mediática, pero de forma cotidiana, si sigue el saqueo del gobierno y sus sumisión a la banca alemana y a los poderes económicos incontrolados, como ya nos anuncian reiteradamente, para que ésta recupere el dinero que no supo invertir, en connivencia  con sus colegas banqueros españoles. 

Porque se está llevando a miles de padres de familias al extremo de la desesperación. Y cuando una madre o un padre no tienen qué dar de comer a sus hijos, no hay leyes por muy represivas que las hagan los lacayos de los financieros, que los frene. No  habrá diques que los frene. Porque lo que sucede ahora, no es más que el principio de lo que vendrá, si se sigue defendiendo  políticas de expolio gansteril, y se lleva al pueblo al hambre y a la desesperación, como está sucediendo. Y más cuando, como en este caso, carece de sentido una crisis, que no es sino una enorme estafa, de la que el 99% son víctimas. Y cuando los gobiernos han dejado de ser de los ciudadanos, si alguna vez lo fueron,  para ser de los banqueros.

U. Plaza