jueves, 14 de julio de 2011

TARRASA SE MOVILIZA CONTRA EL SAQUEO DE LA SANIDAD Y LA ENSEÑANZA PÚBLICAS

                                              


La constante parálisis mental, interesada, por no llamarlo simplemente aborregamiento,  de los ciudadanos ante todas las tropelías del poder, era de tal magnitud, que ni reaccionó ante las gravísimas agresiones que el gobierno de Zapatero asestó a los trabajadores del sector público, a los pensionistas y a los trabajadores en general, colocándolos indefensos ante la cada vez más voraz imposición de la patronal. Todo lo podían hacer con la mayor impunidad sin que por eso se les turbara el descanso. Se las prometían tan felices que ni de lejos podían pensar, desde sus cómodas y bien retribuidas poltronas, que pudiera ser de otra manera. La domesticación ciudadana se daba por descontada por parte de la insaciable  trama financiera y de sus servidores, la casta política, acomodada a tal situación.
                                     

En Cataluña las cosas no eran muy diferentes. Tras siete años en que una derecha que se presentaba como izquierda, pero que quiso emular a la auténtica derecha en todos sus desvaríos identirarios más rancios, todo hacía presagiar que el dorado estanque de las aguas políticas catalanas seguirían plácidas para sus beneficiarios; más porque a ningún partido le interesaba agitarlas, que porque efectivamente lo estuvieran. Todo lo contrario: todo hacía presagiar que en realidad lo que subyacía bajo las aparentes aguas tranquilas, era una pestilente cloaca, mas con la que convivían, perfumándose  los unos a los otros, para que el hedor no trascendiera a la opinión pública y todos los pequeños desacuerdos  los pudieran ventilar entre los propios decorados del tinglado de la farsa representada. 
                                  

Y tuvo que ser a partir de las movilizaciones que se iniciaron el 15 de mayo, que dio lugar a la visualización de movimiento 15-M, cuando esas aguas empezaran a hacer olas y a intranquilizar al  establishment. Fue un pequeño meneo, casi imperceptible, que por  la primaria inteligencia bruta del ultra Felip Puig, al intentar reprimirla a la vieja usanza, dio más brío a oleaje. Tanto fue así, que el panorama cambió absolutamente. Sólo faltó que el mediocre consegliere Artur Mas incriminara al movimiento ciudadano, para que aún afloraran con mayor virulencia lo que ya se venía cociendo en la sociedad, por las constantes agresiones al ciudadanos  de la casta política, que poco a poco empezó a perder la paciencia y el miedo.
                                

Y lo que culminó en ese arranque de movilización ciudadana, fue la respuesta a las agresiones del poder, que los ciudadanos dieron en la manifestación multitudinaria de Barcelona del día 19 de Junio. Fue sin duda un antes y un después en lo que a movilización y toma de conciencia ciudadana. 
                                   

Pero la batalla se presentaba y se presenta larga. La casta política, principalmente la banda de CiU, comprometida con los beneficiarios de la sanidad y la enseñanza privadas, aceleraron el expolio, ya sin el menor disimulo, con todo descaro,  y con el apoyo implícito, o silencio cobarde, del resto de los políticos, incapaces de reaccionar en contra de tales salvajes medidas contra la población. Todo lo limitaban, si acaso, al baile de salón de la farsa parlamentaria. 







Los trabajadores sanitarios  y los profesores se movilizaron, por ser ellos los directa e inmediatamente víctimas del saqueo, pero advirtiendo al público en general de que las consecuencias de la eliminación de miles de profesionales, de médicos, enfermeras, maestros y personal en general,  tenía como fin la liquidación de la sanidad  y enseñanza públicas para convertirlas en un negocio privado, y que de inmediato los que íbamos a padecer de verdad  el expolio seríamos todos los ciudadanos, en primer lugar los más débiles y pobres de la sociedad, que no podrían  pagarse la sanidad privada, aunque  se extendería inmediatamente a todos los usuarios, y que muchos podrían morir, por falta de asistencia.
Es el responsable del expolio, es Baudilio (o Boi) Ruiz

Durante todo el tiempo los  trabajadores sanitarios y enseñantes se  movilizaron para informar a los ciudadanos de la verdadera dimensión del saqueo de lo público por parte de la banda de CiU, siendo lenta la respuesta de la ciudadanía. No es fácil despertar a un pueblo anestesiado por los medios de manipulación al servicio del poder, y de los partidos gubernamentales, que en Cataluña lo son casi todos, pues todos, como decíamos, se perfuman mutuamente para que no trascienda el hedor de un sistema endogámico que corroe nuestra sociedad. Pero poco a poco fue calando el mensaje de la realidad urdida por la banda. Y ayer, 13 de julio, se puede decir que en Tarrasa fue un antes y un después en la lucha por la sanidad de todos y para todos. Por la dignidad ciudadana arrebatada desde hace décadas a la población que asistía impávida e impotente a todo tipo de tropelías, acobardado y en sielncio.

Miles de personas, de toda edad, situación y condición,  salieron a la calle para gritar contra lo que ya sí perciben, es uno de los mayores saqueos y genocidio sociales jamás cometido en Cataluña, además por una banda que tan sólo tiene el 22% de apoyo electoral.

Los ciudadanos, ya sí se empiezan a concienciar  de que la única forma para impedir que nos  roben los servicios públicos para convertirlo en negocios privados, es la movilización. Es una respuesta contundente contra los expoliadores. Y pase lo que pase  ahora, se ha de continuar por el camino abierto ayer; si se continúa haciendo presión contra los saqueadores, sin duda se logrará derrotarlos, porque ellos no son nada si los ciudadanos así lo creen. Su soberbia chulesca se viene abajo.

Ayer, 13 de julio, también en Tarrasa fue un antes y un después, como lo fue el 19 de junio en Barcelona y en toda España. Fue un paso muy importante para que toda la ciudadanía se conciencie de la necesidad de parar esta cadena de injusticias. Las miles de personas que salieron a la calle deben ser los que hagan posible que otros muchos más se movilicen como ellos lo han hecho, en los próximos días, principalmente el próximo miércoles día 20, en Barcelona, víspera de  la aprobación de saqueo. 


Y muy importante: todas las movilizaciones se han hecho sin que intervinieran, ni partidos políticos, ni los sindicatos llamados mayoritarios. Lo que demuestra que, por una parte los ha cogido con el pie cambiado, y siguen sin reaccionar, o reaccionan con la soberbia del que siente peligrar sus privilegios. Y por otra, que es posible la movilización ciudadana cuando los partidos y sindicatos llamados a cumplir esa función, no sólo no la cumplen, sino que se comportan como obstáculos para las movilizaciones ciudadanas.  Y que por lo tanto es necesario que imaginemos diversas formas de lucha, para que en el futuro puedan aparecer partidos y sindicatos capaces de ser ellos los que se movilicen y movilicen a los ciudadanos, contra los atropellos y saqueos como los que estamos viviendo. 


Ayer, ni el alcalde "socialista", Pere Navarro, ni el teniente de alcalde, el iniciativo, Manuel Pérez, estuvieron presentes en defensa de los ciudadanos de Tarrasa. Sí estuvo, y eso parece ser una rara excepción,  que le honra, el de Viladecavalls,  Carlos Rodríguez, de Iniciativa, que a título individual se puso al lado de sus vecinos, cumpliendo con su obligación. 

U. Plaza