miércoles, 23 de octubre de 2013

QUO VADIS, PSC?

Al PSC de Navarro que está en caída libre –Como CiU– y casi desahuciado por su política nacionalista y el olvido de los que realmente le hacían ganar las elecciones, las clases populares, no se le ha ocurrido otra cosa que unir sus votos a la derecha y a la ultraderecha catalana –la nacionalista con barretina, (y también a la de boina de la caverna del PP), que como vemos cuando se trata de defender intereses  de clase se apartan los desvaríos medievales y talibanes–, para  rebajarle en un 10%  los impuestos a los CASINOS. No para apoyar que se acaben los desahucios, por ejemplo, no.

Bonita manera tiene Navarro de hacer política de izquierdas –si es que sabe lo que significa eso, en consonancia con las vomitadas de Zapatero: “bajar impuestos es de izquierdas”– ayudando a Artur Mas y a su jefe ultra, Oriol Junqueras para que los ricos puedan pagar menos. Mientras tanto el PSC parece mudo –como el resto de la supuesta oposición– ante todas las salvajadas y hachazos que vienen  asestándole a  la Salud Pública por parte del desgobierno catalán, que un día sí y otro también hace el ridículo. Lo que con tanto énfasis  Tarradellas advertía, que era lo que un político no podía –no debía– nunca hacer. Aquí,  en el cacicato catalán de iluminados oráculos  mesiánicos, está a la orden del día.

Por ese camino es evidente que los dirigentes actuales del PSC, junto a los nacionalistas anteriores  –que hoy están en las filas del talibanismo o cercano a él–, que lo han llevado a la inanición, completarán la faena para el entierro definitivo del partido. Al menos como instrumento útil de las clases populares, que era por lo que los que le votaban, lo hacían, aunque los dirigentes no se enteraran más allá de la celebración del Día de la Rosa.

Cuando parecía que intentaban hacer un discurso que acabara con el desastroso recuerdo que la gente tiene del zapaterato en toda España y el montillato en Cataluña, justamente vuelven a meterse en la peor faena apoyando un disparate como ese, para favorecer a la derecha para que los muy ricos paguen menos. Desconocemos qué tipo de cambio de cromos está a la vista, pero nada bueno, seguro.

Es evidente que cuando alguien se quiere suicidar, los dioses antes lo vuelve loco. O así lo parece. Unir los votos socialistas– porque los que les votaron así lo creyeron– a los de la ultraderecha, no es manera de enmendar el camino, sino de ir hacia el abismo de la mano de los responsables del actual desastre que sufre tanto Cataluña como el resto de España. ¿Adónde vas, PSC?


Ubaldo Plaza