miércoles, 2 de marzo de 2016

PEDRO SÁNCHEZ Y LA CREDIBILIDAD DEL PSOE


El problema de Pedro Sánchez no radica en las propuestas que haga, que pueden se mejores o peores desde el punto de vista de los intereses populares. El problema es la credibilidad del PSOE a la hora de aplicarlas y hacer efectivas sus promesas, no "la semana que viene" como ha dicho, sino ni en toda la legislatura. Todos sabemos lo fácil que le resulta a un presidente del gobierno buscar excusas para ir alargando el tiempo hasta que se llega al final sin cumplir lo prometido y, como ya hiciera Susana Díaz, la cacique andaluza, con las promesa que le hizo a una IU cándida, que prefirió convocar elecciones antes que cumplir lo prometido a la formación de izquierdas.

Pero es que, sobre todo, ¿vamos a olvidar que fue un presidente que, impúdicamente, también como Sánchez se decía socialista, Rodríguez Zapatero, el que vino obediente a aplicar las órdenes de la siniestra Troika y la terrorífica Merkel contra su pueblo para que la deuda de los banqueros las pagaran los ciudadanos? ¿Y que llegó eufórico sin el menos rubor con aquella frase, "me cueste lo que me cueste". a sabiendas de que a él poco le iba a costar nada? 

¿Y vamos a olvidar que fue Zapatero, presunto socialista el que dio el golpe a los derechos ciudadanos, cargándose el articulo 135 de la Constitución, con nocturnidad y alevosía, contando para ello, como siempre si se trata de hacer tropelías contra los más débiles, con el apoyo del PP y DDC, del aventurero y "patriota" Artur Mas?  

¿Podemos olvidarnos que en la votación de semejante desvarío antisocial el hoy candidato Sanchez votó a favor del expolio, como el resto de los diputados del PSOE, el lenguaraz Alfonso Guerra incluido, y con la única excepción digna, del socialista Pérez Tapias, que votó en contra?

¿Vamos a olvidar que fue un presidente del gobierno, Zapatero, el que congeló las pensiones y que hizo la primera reforma laboral, para contentar al gangsterismo financiero tal como le pedían los planificadores de la miseria de los pueblos, eso que llaman Troika, que nos están llevando al siglo XIX en cuanto a derechos sociales?

Todo cuanto Sánchez promete es un canto a la luna y tiene poca credibilidad. Porque si  el candidato  hubiera tenido el deseo de ir por camino de recuperar los derechos sociales destrozados por el PP y, no se olvide, también por Zapatero, hubiera empezado por querer un pacto con la izquierda; no llevarlo a cabo con el nuevo invento de los banqueros, su nueva marca blanca.  Máxime si se tiene en cuenta de que en la izquierda hay más de 30 diputados más que en el pacto con Ciudadanos.  Por lo tanto, la voluntad de incumplir lo prometido ya está en el origen. 

Y en todo caso, Sanchez está permanentemente vigilado por los que llaman barones de sus partido, que no es más que la derecha interior, para que el partido nunca sea, no ya socialista, sino ni siquiera socialdemócrata, en el sentido clásico del término.  Porque a la hora de la verdad, siempre estarán los vigilantes, los reaccionarios como los Sevilla o los González, y otros llamados liberales, para impedir cualquier política progresista que no agrade los verdaderos poderes, que son los amos del dinero expoliado a las clases populares. 


Ubaldo Plaza