martes, 30 de julio de 2013

LA ADVERTENCIA DE LOS MOSSOS D´ESQUADRA A LOS ANCIANOS


El diario local de Tarrasa, publicó el otro día una muy relevante advertencia. Decía así: “Los Mossos d´Esquadra aconsejan a las personas mayores extremar la precaución a la salida de los bancos”.

  Es relevante la advertencia de la policía a los ancianos. Importante sin duda. Pero incompleta. Muy incompleta. Porque al peligro que supones descuidarse a la salida de los bancos, ocasión que pueden aprovechar los descuideros desalmados, hay que sumar un mayor peligro todavía: el que puede acarrearle a los ancianos, la entrada y la permanencia durante cierto tiempo de descuido en los bancos, sin duda mucho más peligrosa. Los que hayan sido estafados con las preferentes lo saben de buen grado y de primera mano. Además, los desgraciados descuideros de la salida, si son pillados, irán a prisión. Los  aprovechados de la entrada y permanencia, se irán de rositas y hasta contarán con ayudas protectoras añadidas, como estamos viendo. Sea con el apoyo de la Fiscalía, sea por el indulto de un presidente amigo.

  Los descuideros de de la salida, si no provocan daños físicos a sus víctimas, son mucho menos peligrosos que los que  inducen, a los ancianos, o no ancianos, a aceptar lo que no conocen ni están en condiciones de conocer. Y lo hagan aprovechándose de la confianza que el anciano cliente tiene en el empleado de toda la vida. Y sin duda inducido a que estafe, por los que lo hacen desde las mullidas moquetas, sueldos y primas de escándalo. 

  Ya se sabe que por muchos robos de bancos que haya, los principales se suelen hacer desde dentro y por la decisión de los banqueros. Y hasta legalmente. Que ni así les satisface y lo hacen también de forma truculenta. Y con la colaboración de los que debieran proteger el dinero público. Por eso creemos que los Mossos d´Esquadra han hecho una buena advertencia, pero insuficiente, incompleta. Pero claro, eso no es políticamente correcto. El poder es el poder. Hoy, como siempre, los únicos bancos fiables, por desvencijados que estén, son los del mobiliario público. 

Ubaldo Plaza

viernes, 26 de julio de 2013

EL DESEMBARCO DEL PSOE EN CATALUÑA, ÚNICA ALTERNATIVA AL PSC


   Sigue el baile de máscaras o de disimulo entre el PSC de Pere Navarro y el PSOE de Rubalcaba, sin que nada quede claro salvo que cuando termina la discusión, ambos manifiestan  su"indestructible voluntad, o poco menos, de unidad". Pero no es creíble, porque todo sigue en el mismos sitio, porque no hay solución. Ambos dirigentes siguen atrapados en sus propias contradicciones, fruto de la situación que cada uno de ellos tiene en su seno.
   Navarro, al que en principio no hay por qué negarle la voluntad de solucionar el problema, sigue prisionero de sus propios demonios nacionalistas, que lo atormentan, por más que quiera disimularlo. Y no ha sido capaz, por esos mismos tormentos psicológicos, de tomar cartas en el asunto y despejar la pesadilla que provoca tener que convivir con los contrincantes nacionalistas de su partido, que lo asfixia, y si persisten lo liquidarán, para mayor gloria de la derecha convergente, hoy más ultra que nunca. 
  No se comprende, bajo la luz del farol socialista, o simplemente  de sentido común tanta condescendencia, cuando no paciencia con los que quieren que el PSC sea una copia de CDC. Pero sí se entiende si se mira bajo el prisma nacionalista de la derecha. Y es ahí donde queda Navarro inmovilizado, tratando de contentar a aqueos y troyanos. El resultado es que la formación que encabeza sigue paralizada, entendiendo como tal, para los intereses populares, no para la burguesía, que se frota las manos.    
   Y Cuando Navarro se entrevista con Rubalcaba, se tiene la impresión de que en lugar de ser él, el que encabeza el sector mayoritario, es decir, el socialista, para entendernos, lo hace en nombre de sus adversarios nacionalistas del partido, poniendo encima de la mesa de negociaciones cuestiones que sabe no pueden ser aceptadas por un partido socialista, por descafeinado que éste esté, por disparatado, aceptando postulados de la derecha nacionalista, que  ha llevado al PSC al lugar en que se encuentra.
  Y Rubalcaba, carente de autoridad para tomar decisiones –y posiblemente por falta de voluntad política por desconocimiento de la verdadera faz reaccionaria del nacionalismo–, porque los socialistas de toda España parecen estar escarmentados del "victimismo" de sus, al menos por ahora, compañeros del PSC. "Victimismo" que tantos réditos ha reportado a la derecha catalana –no a los ciudadanos catalanes–, por la falta de decisión de todos los gobiernos de España, ante todo tipo de chantaje. Y esos “compañeros socialistas”, parece que han llegado a la lógica conclusión, que intentar calmar a la fiera nacionalista, por muy "compañeros" que se digan, dándole carnaza, al final acaba tragándose o escupiéndoles a la cara. Y han decidido plantarse. Y siguen embarrancados.
   Porque la solución, como ya hemos apuntado aquí en alguna ocasión, no pasa por negociar nada con nadie al respecto, para que PSOE sea el partido socialista en toda España. Y "la solución federalista" así, sin más, improvisada, carece de sentido, y no es creíble. Y lo que deben hacer,  pensamos, es que el PSOE debe decirle por cortesía a Navarro que se van a instalar en Cataluña como partido. Y que invitan a los socialistas catalanes, tanto a los del PSC como a los que no lo son –que a estas alturas son mayoría, sobre todo votantes que los abandonaron, precisamente por su persistencia en copiar a la derecha convergente– para que se integren en el partido, si lo desean. Nada más.
   Estamos seguros que esto tendría una rápida respuesta de esa masa de socialistas que andan desorientados, desperdigados y  con deseo de “desmontillarse”, en asociaciones, plataformas y todo tipo de intentos de “crear algo útil en favor del socialismo”, que los libere de las pesadas cargas de los nacionalistas que  ha inmovilizado hasta ahora al PSC. 
   Esto tendría la inmediata clarificación de la posturas, toda vez que los actuales dirigentes del PSC tendrían que pronunciarse, tomar partido, o arriesgarse a desaparecer con mayor celeridad que ahora. 
  Y sería beneficioso por varias razones: Los socialistas o socialdemócratas, tendrían un punto de referencia, alejado de ese batiburrillo de la indefinición, en que, dependiendo con quién se hable, “es más nacionalista que socialista”. O simplemente nacionalista. Pero que unos y otros tiran para su bando. Y los que son socialistas se ven  en la necesidad, a su pesar, de defender lo que no creen, es decir, lo mismo que la derecha convergente, al fin y al cabo, aunque lo nieguen en público. 
   El aterrizaje orgánico del PSOE tendría la virtud de revulsivo entre los votantes que desde hace tiempo han abandonado al PSC (no olvidemos que el PSOE ha ganado siempre las elecciones generales, salvo la última vez por el caos del zapaterato; y que cuando ha ocultado al PSOE las ha perdido todas), además de que Ciutadans crecería, pero, no a costa del voto socialista, entre otros, como sucede ahora, por el abandono del PSC. 
   Además, muchos votantes que no siendo entusiastas de los socialista por sus políticas, ante la desaparición de hecho de la izquierda catalana, apuntada al desvarío patriotero de la derecha, se verían inclinados a votarles como mal menor, visto que los iniciativos se han convertido en la cuarta pata de la mesa nacionalista, ayudando a Artur Mas a ocultar su desastrosa gestión, y afán privatizadora, además de la corrupción que rodea a su partido, CDC, en lugar de preocuparles EXCLUSIVAMENTE, como formación que se dice de izquierdas, de la lucha políticas en defensa de las capas populares, hoy ya excluidas de la sociedad, y va a peor, organizándolas para combatir las privatizaciones. En lugar de empujar el carro de la peor derecha posible, en Cataluña.
  De inmediato, los nacionalistas del PSC volverían a la que moralmente es su casa –de hecho algunos ya volvieron a la mínima oferta de cargo–, sin que se pudiera descartar la permanencia de alguno "dormido", a la espera de tiempos mejores para su causa. Pero eso sucede en todas partes.  Y volverían a la “casa gran” del nacionalismo con un triunfo y una derrota: El triunfo es el de haber logrado que el PSC durante más de 30 años no consiguiera levantar cabeza, favoreciendo que la derecha con un escaso 25 % de los votos catalanes como máximo, gobernara Cataluña (hoy incluso con menos). Lo que sin duda se les serán  reconocidos los servicios prestados por por los prebostes de esa casa gran. Y la derrota porque a partir de la clarificación ideológica, ya despojados de la rémora que los encorsetaba,  los socialistas catalanes, sin el desvarío patriotero reaccionaro de la derecha, podrían al cabo de un tiempo ser de verdad la alternativa a CiU y sus acólitos, y no mera sustitución. 
  Si Rubalcaba –o sus sustituto– estudiara la situación con un análisis frío del pasado; y lo hiciera con vistas al futuro, aparte de reconsiderar las políticas del PSOE hasta el presente, tanto de González, como de Zapatero, claramente favorables al neoliberalismo, debería considerar un fracaso las relaciones atípicas con un PSC dirigido por los adversarios, y recomponer los errores. Y sólo se pueden recomponer atacando el mal, si es preciso con el bisturí. No con aspirinas para calmar el momentáneo dolor de cabeza, jaqueca que saben los socialistas, también Navarro, volverá una y otra vez.

Ubaldo Plaza





martes, 23 de julio de 2013

LAS ESTRUCTURAS DE DEFENSA DEL RÉGIMEN


Desde los primeros momentos del golpe de Estado franquista –por no remontarnos a su preparación–, los golpistas trataron de comprometer a mucha gente en acciones, que en una situación de normalidad sin la presión de los sediciosos jamás hubieran participado. La implicación alcanzó a actos menores y a los mayores y repudiables crímenes. Era la manera que los golpistas tenían de comprometer en actos criminales a mucha gente, y  de que los que participaran en semejantes complicidades con los que habían traicionado la legalidad, no tuvieran vuelta a tras. E hicieran todo lo posible porque sus fechorías quedaran saldadas con el triunfo del golpe fascista, como garantía de que jamás serían puestos ante los tribunales para responder de sus acciones. Es una táctica perversa, pero efectiva para los que dieron el paso de romper la legalidad democrática.

   Tras la victoria  franquista  se forjó una especie de connivencia, que algunos autores han llamado “franquismo sociológico”. El mismo se extendió al comportamiento de los defensores de la dictadura, con toda suerte de atropellos, que hacía que la impunidad de sus acciones estuviera garantizada, por el mero hecho de ser adicto al régimen  dictatorial. Y semejante actitud se extendería, no sólo a las acciones de tipo político, como era obvio, sino a todo acto delictivo.

   Si se era del régimen se tenía la absoluta seguridad de que no tendría que rendir cuentas de sus actos... salvo que lesionaran los intereses de otros franquistas más poderosos y mejor situados en el poder. Y esto iba desde el mero sereno o simple guardia municipal, policía o guardia civil, hasta un alto cargo de la administración franquista. Las Instituciones franquistas garantizaban en un acuerdo no escrito, la impunidad de los defensores de la dictadura. 

   “El franquismo sociológico” caló de tal manera en todo el cuerpo social, que sigue intacto: lo único que cambió al llegar lo que se llamó transición –aquella puesta en escena y lavado de cara a la dictadura para adaptarla a los tiempos, para que el verdadero poder siguiera en las mismas manos– fue su diversidad: la extensión a otros sectores que se convirtieron también en parte del nuevo régimen, recién lavado y peinado y alisadas sus arrugas, cicatrizadas las heridas provocadas; mas sin haberlas cauterizado. Por lo tanto seguirían pudriendo el cuerpo social muchos años después, con las  purulencias de toda la herencia del franquismo, que seguiría funcionando para la defensa del régimen. Que en cuanto a los poderes reales seguiría siendo el mismo, como muy bien se puede comprobar  por la impunidad de los poderosos, que son defendidos a capa y espada de cualquier contingencia, por los medios que sean. Los mecanismos puestos por la dictadura para defender a los que sostienen el régimen, siguen intactos. 

   El régimen, tras la llamada transición, sabía que ya no sería monolítico y que habrían nuevos actores en la escena. Que fueron incorporados también como “régimen”, por contradictorio que pudiera parecer a primera vista. Se había abierto el abanico a otros personajes, ahora necesarios para el sostenimiento del régimen, aparentemente distinto. A actores de pensamiento variado, pensamiento político, en sentido superficial, pero con idénticos intereses. 
  
   La diversidad y extensión de la impunidad, ahora era necesario que alcanzara a muchos otros personajes. Los mismos que si bien en los primertos momentos pudieron considerar, de cara a la galería, negativo el estado de impunidad, en seguida se darían cuenta de las ventajas que les reportaba, que hicieran lo que hicieran, no pasara nada. De que los instrumentos de protención del régimen franquistas seguían protegiendo a los actores nuevos, al nuevo régimen, que seguiría defendiendo los mismos intereses, nombre a nombre, casta a casta, familia a familia, de siempre.
  
   De otra manera no es posible entender que los continuos casos de corrupción a lo lago de los años, vayan quedando impunes en la práctica. Y todo parezca que sea propio del rutinario paisaje con el que se convive sin el mayor problema moral. Los actores de semejantes “irregularidades” están tan seguros "de que no les pasará nada", que han perdido todo respeto al ciudadano, y a sí mismos. Entre otras cosa porque éste mismo ciudadano, educado en el franquismo primero, y en el individualismo interesado de la casta política mayoritaria, de los dos principales partidos del régimen, da por hecho de que todo lo que va saliendo, imputaciones incluidas, es un paripé, que al final, aunque sean condenados, quedará en nada. Que tras la “condena de telediario” del que se quejan sus cómplices o allegados, con indisimulado enfado chulesco de dolidos intocables, salen de la cárcel, si es que llegan a entrar, tras escasos días de encierro, y todo queda ad calendas grecas. O se alarga tanto el proceso que toda ejemplaridad queda inservible. ¿Alguien se acuerda del Caso Pretoria? 

  “El franquismo sociológico” es el que permite a Rajoy hoy, como ayer a González, a Pujol o a Artur Mas,–o a Jaume Matas como acabamos de ver–, y a tantos que por estar en escalones más bajos no son tan notorios,  que todo cuanto pasa a su alrededor les resbale. Se aferran, como en la dictadura, a su estructura de poder para no asumir sus responsabilidades políticas.  Y continúan en el cargo como si nada, hasta que lo tribunales decidan, cuando llegue. Que, como sabemos, se puede eternizar por la complejidad de los casos, los trucos de recursos leguleyos, que saben les favorece, sin olvidar la falta de medios de los juzgados. 
  No sería así si los inculpados esperaran la resolución de sus casos en  la cárcel. Y, sobre todo, si sus bienes quedaran bloqueados por la justicia, a la espera de que, una vez resuelto todo, si son declarados culpables, respondan  con sus patrimonios al daño hecho a la sociedad. Pero nada de eso sucede. Y saben que en el peor de los casos saldrán al cabo de poco tiempo con una fabulosa fortuna. Y podrán convertirse en asesores de cualquier gran empresa, que quizá no sea ajena a los motivos de su procesamiento. ¿Les suena lo de asesores?

   En una sociedad sana eso sería imposible. Un responsable político es responsable políticamente de lo que él hace y de lo que hacen sus subordinados. Sea por haberlos elegidos mal, haberse equivocado, o haber sido traicionado en su confianza por ellos; sea por haber tolerado ciertos comportamientos, o no haber vigilado sus movimientos. 

  Con todo el desastre de corrupción que llevamos, ininterrumpidamente, heredado por la dictadura –que en sí misma una dictadura es la mayor corrupción posible por el mero hecho de serlo– lo patológico es que no estén cumpliendo condena decenas de respondables políticos, empresarios corruptores necesarios para que la corrupción se mantenga, por el sistemas heredero del franquismo sociológico, que sigue defendiendo a los que sostiene el régimen, lo mismo hoy que antaño. Y semejante conformidad y convencimiento ha alcanzado al cuerpo social, que sabe que “los grandes nunca pagan sus delitos”. Y que cuando acaban condenados porque  los procedimientos no han podido ser trucados, en última instancia aparece la mano ya defintiva del poder político, para exonerarlos de cumplir la pena impuesta por los tribunales. 
   Mientras el franquismo sociológico no sea depurado definitivamente, acabadas sus complicidades corporativas de políticos, más connivencias con el verdadero poder, la banca, no podrá decirse que en España hay un verdadero Estado de Derecho, eficaz. A pesar de que haya un número determinado de jueces que se empeñen en hacer justicia, pese a todos los obstáculos que puedan encontrar; además de la frustración que pueda conllevar comprobar que su trabajo, a veces titánico, queda en nada. Sólo sera teoría. El ciudadano no percibe, la ejemplaridad de la justicia en los  delincuentes de cuello blanco del régimen. Todo lo contrario. Y cae en la trampa de la corrupción de los grandes, y, como se decían antaño cuando alguien era cogido en una pequeña estafa, respondía a modo de disculpa: “más roban ellos”. Con esa frase quedaba todo claro y justificado.

   Se hace referecia muchas veces al tan recurrente “con IVA o sin IVA”, del que dicen somos los españoles proclives al pequeño fraude. Pero eso no tendría lugar si los que de verdad deben dar ejemplo lo dieran. Y en caso contrario fueran castigados de forma ejemplar. Con ejemplos de cultura democrática, honesta de la administración, todo ciudadano condenaría una acción reprobable de sus convecinos; sería consciente de que lo estafado lo ha sido a todos. Hoy eso es imposible cuando ve el río de dinero que vuela hacia los poderosos desvergonzados, al tiempo que al más débil lo expolian de mil maneras, sin que a los responsables políticos de los gobiernos se les alteren los pelos de las cejas, mintiendo con el mayor descaro, tratando a los ciudadanos como menores de edad, dispuestos a tragar las mentiras que les digan en todo momento y en todo tiempo. La impunidad de la que se consideran disfrutan, les impide un mínimo de rubor.

   Mientras el franquismo sociológico y las estructuras de defensa de los notables del régimen no sea eliminadas de raíz, seguiremos con procesos interminables. Y los políticos apalancados en sus cargos sin la menor ética, negando con el mayor descaro la evidencia, dispuestos a resitir, como hace hoy el presidente del gobierno y su partido, a los que importan más sus cargos y el poder, que el daño que están haciendo. Y con la tomadura de pelo de decir que no dimiten “por responsabilidad”. 

Ubaldo Plaza



domingo, 21 de julio de 2013

EL RAPTO DE EUROPA



 Que Europa está raptada desde hace mucho años, por un maligno Monstruo, con la cabeza de la Medusa-Merkel y los téntáculos destructores, devastadores, mortales de continentes enteros, llamado Troika, es algo que ya  pocos niegan. Aunque para lograr el Rapto y la seducción, no se transformaron, como Zeus, en un bello y hermoso toro blanco. Sino que tan malignos  raptores se pusieron el traje seductor de demócratas, y hasta de seres civilizados, que tanto valoraba la seducida Europa, ahora despojada de todos sus encantos. Traje del que pronto se desprendió el Monstruo y sus "hierofantes". Y apareció con su verdadera faz monstruosa dispuesta a convertir en estatuas de piedra a todo el que osara mirarla y desafiarla. 
  Ahora pagamos con miserias, hambres, privaciones e imposiciones del Monstruo-Merkel depredador del Olimpo de las finanzas, de lo que no es más que el crimen organizado llamado capitalismo, nuestra candidez, por seguir a la grupa del que nos raptó y destruirá, si no ponemos remedio a su sanguinaria acción cortándole sus letales colmillos.
   Y si bien es cierto que el Monstruo liquidador y esclavista, contó y cuenta con la complicidad de nuestros próceres –o que creímos que lo eran, y no meros mercaderes, cuando aquel se quitó el disfraz,  los supuestos negociadores  patrios de los pueblos de Europa, no fueron, no han sido capaces de dar marcha atrás, salir del euro –en realidad es el marco al servicio de la economía alemana y de los bancos alemanes con otro nombre–, o modificar la función del mismo, para poder manejar nuestra soberanía financiera. 

   Los que quedaron encantados como catetos ante todo cuanto les enseñaron de maravillas de la gran ciudad, llamada UE, y su futuro prometedor, en lugar de atender las advertencias de las muchas Casandras-economistas que  advertían de que el Banco Europeo era una  sucursal del Bundesbank. Y que por lo tanto seríamos sus esclavos, hicieron oídos sordos. Y los aqueos con su caballo de Troya del liberalismo salvaje, fabricante de hambrunas en continentes enteros, están destruyendo lo más preciado que tenía Europa: sus avances sociales. Y en cuyo empeño en destruirlos llevaba años soñando el Monstruo. Hoy es un hecho de que el Rapto conduce a su liquidación y muerte. Si  los pueblos no deciden que  no quieren ser esclavos de la Medusa-Merkel, organizando la defensa, que constantemente nos muestras sus ensangrentados ojos y sus cabellos de sierpes; y nos va convirtiendo uno a uno en estatuas de piedra, que hace que los gobiernos pierdan la movilidad y la voluntad de acabar  su dependencia del Monstruo, de ella.
   La salida del euro, o la modificación de sus función para que sirva a los pueblos de Europa, no a las oligarquías depredadoras,  exterminadoras, es un paso importante, imprescindible, que hay que dar. 
  Lo que, si se empezara a hacer de forma controlada, o por algún país importante demográficamente –Francia, Italia o España–, al que se le unieran otros que aún tuviera  gobiernos dignos –hipótesis lejana en España–, no dependiente o sumiso, permitiría remontar la situación. Con sacrificios, por el desmadre financiero y el expolio habido estos últimos 30 años de salvaje capitalismo por los poderosos. Aunque infinitamente menor sacrificio  que si continuamos a las órdenes del Monstruo y la Medusa-Merkel, pagando la deuda indebida, como hacemos ahora, de los bancos privados españoles, a los bancos privados alemanes. Y además, tendríamos la certeza de que no acabaríamos como esclavos de la Troika, cosa que hoy es evidente que acabaremos siéndolo para unos cuantos, que ya consideran a los países del sur de la Europa raptada, protectorados suyos, con virreyes autóctonos a su servicio.
   Pero hay demasiados burócratas que viven –y muy bien– del Rapto de Europa. Por eso el fin será traumático. Repito, si los pueblos europeos no dicen basta al suicidio al que nos lleva el Monstruo-Troika y sus servidores, navegando por sus aguas del liberalismo expoliador, estrellándonos contra los acantilados de   Caribdis y Escila,  la liquidación de los derechos conquistados en cien años. Naturalmente aplicado el remolino marino que  nos estrellará, por los gobiernos locales obedientes y serviles al Monstruo-Troika, que aplica la Medusa-Merkel con el sadismo que la caracteriza.  
  Las continuas mentiras que nos dicen de que saldremos de la crisis, no se aguantan. Todo es falso para ir tirando, y seguir engullendo una a una partes de la distraída Europa, mientras la situación empeora para ella que sigue anonada y sin rebelarse al Rapto. 
   Y no tiene solución, todo es mentira, porque es un problema de fin de ciclo. El sistema capitalista no tiene ya salida. Porque todo tiene un principio y un fin. Y el cuerpo social que sostenía el capitalismo ha llegado al final. Pero el Monstruo de la Troika, los poderosos quieren mantenerla a costa de la esclavitud de los pueblos, empobreciéndolos cada vez más, con el señuelo de que "estamos a punto de ver la luz del túnel". O con fantasiosos "brotes verdes". Todo para alargar la agonía de la raptada Europa.   Y harán todo tipo de barbaridades, mayores aún de las que  están haciendo para lograrlo. 
   Que nadie se llame a engaño: cualquier supuesta mejora, no será más que un espejismo, que la realidad empeorará. Lo grave es que el sistema esclavista que fragua el Mostruo, puede durar muchos años...o menos. Dependerá de que los pueblos sean conscientre de que no habrá mejoras sustanciales. Todo lo contrario, irá a peor si el Monstruo ve que no hay la respuesta que merecen sus deseos criminales, genocidas, de esclavizar al continente entero. Porque iremos cayendo en la esclavitud país a país, mujer a mujer, hombre a hombre. Y nuestros hijos no recordarán que Europa un día fue una zona de cierta libertad. De la Ilustración que nos sacó del idiotismo en que nos sumió la superstición de la Iglesia durante más de un milenio. Todo lo contrario. Y además, con la complicidad de los gobiernos al servicio de los caprichos del Monstruo. 

   Hay que tomar conciencia de que la única salida es cambiar las formas productivas. La devolución de los medios de producción, y su pase de manos privadas, del Monstruo Financiero a manos públicas, producción que hoy enriquece a unos cuantos –a cada vez menos– y empobrece al resto de la población. 
  Los avances técnicos han de servir para mejorar las condiciones de vida de la Humanidad. Hoy es posible producir en una hora de trabajo, lo que necesitaba 50 o más hace medio siglo. Pero esos avances creados por los seres humanos laboriosos y científicos están secuestrados por los poderosos. Y sólo han ido a favorecer a los depredadores del salvajismo del Monstruo capitalista. Hay que distribuir el trabajo entre todos, no enviar al paro y a la miseria a millones de trabajadores. Los avances científicos se han de socializar para que sirvan a la mayoría, no a unos cuantos desalmados. 
  Es una salvajada que retrata muy bien lo que es el sistema capitalista salvaje de hoy, que se aumente la edad de jubilación, mientras más de la mitad de los jóvenes están en paro. Es un sistema enfermo, genocida, dirigido por matarifes sin escrúpulos. 

Ubaldo Plaza

miércoles, 17 de julio de 2013

CADENAS MÁS CORTAS, LÁTIGOS MÁS LARGOS: TANATORIOS


  Los dueños de España, los que de verdad mandan, el Poder con mayúscula, se han reunido con el presidente del gobierno, al que según dice su prensa,  “han dado todo sus apoyo”.  Y lo hacen pocas horas después del escándalo, ya en sesión continua, de los cada vez más frecuentes casos de corrupción sobre la presunta financiación del partido del gobierno –es un decir– y el recibo, según la documentación aportada por su exgerente y extesorero, de sobresueldos en negro.  
   Le han dado todo sus apoyo a su servidor como no podía ser de otra manera. Toda vez que el presidente del gobierno les ha regalado una esclavista Contrareforma Laboral, que hace retrocede en derechos conquistados durante más de un siglo, a los los trabajadores y a la mayor parte  de la población, la más apaleada por el régimen timocrático que padecemos, poco menos que al siglo XIX.
   Pero “nuestros” muy condescendientes con su servidor, el gran empresariado –no olvidemos este detalle, que no es todo el empresariado, ni el que crea mayor empleo y por lo tanto riqueza–, pero sí es el que mueve el cotarro del Poder, no está contento.  Esa élite de millonarios no sólo ha dado su apoyo a Rajoy  sin que les importe al parecer las formas antidemocráticas –al menos formales según sus códigos tramposos de falsa democracia– utilizadas, secuestrando de hecho la función del Congreso, por una mala concepción de lo que representa la mayoría absoluta, que en realidad lo es por una ley electoral –una más– antidemocrática.
   Pero según se ha publicado, algunos de los más destacados banqueros ha pedido a su sumiso, malherido y acorralado presidente, “que profundice más en la reformas”. Eufemismo utilizado por los poderes para enmascarar mejor sus intenciones; y decir que todavía los españoles que no sean de los poderosos, no están en el lugar que ellos, al parecer, aspiran a que estén.

   Con la Contrareforma Laboral, Rajoy –en realidad de esos empresarios-banqueros– les ha dado todo lo que querían. Pero parecen insaciables. Ahora los trabajadores están a expensas de sus deseos y caprichos, como lo estaban los esclavos en las plantaciones, cuando el amo estaba de mal humor. 
   Aunque no se vean–de momento– las cadenas ya están sujetas a los tobillos de millones de trabajadores, actuales y futuros. Ahora el látigo que esgrimen, que aunque tampoco se vea, está muy presente en forma de represión y amenazas, a veces veladas, aveces descaradas cuando protestan los fustigados. Ahora lo que se suponer deben pedir, es que las cadenas sean más cortas y los látigos más largos. Cortas las cadenas para que no puedan alejarse demasiado de la máquina y se distraigan en pensar. Y el látigo más largo, para poder fustigarlos desde mayor distancia, para que sus delicadas narices no perciban los olores del esclavo. Que la miseria provoca desaliño y malos efluvios.
    Y si a esto añadimos el expolio sanitario que se está llevando a cabo, que enriquecerá a algunos ilustres personajes relacionados con el poder político por delegación, sólo cabrá certificar cómo los trabajadores pasan directamente de producir las plusvalías que hacen posible la vida regalada de unos pocos, directamente al tanatorio. 
   Con lo que que la sanidad pública será innecesaria, y por ende baratísima. Sobre todo porque los hospitales pagados por todos durante décadas y sustraidos, serán de unos pocos, que sufragarán con el esfuerzo de los esclavos, pero que usarán los privilegiados. 
    Así que es normal que “el gran empresariado”, apoye a quien ha hecho tan bien el trabajo encomendado. Nada nuevo. esperemos que como la historia enseña, llegue el momento en que los esclavos que son la inmensísima mayoría, se den cuenta de esta obviedad, y digan ¡Basta!.

Ubaldo Plaza




lunes, 15 de julio de 2013

NOS TOMAN POR TONTOS


  No sabemos qué es más lamentable del caso, primero denominado Bárcenas y ahora por todos llamado “caso Rajoy”. Se supone que, según todas las informaciones que sobre los portavoces del PP tenemos, son personas preparadas, cualificadas y con títulos académicos reconocidos. Por lo tanto nadie se atrevería a tratarlos de tontos por el espectáculos que están dando, por los disparates que van hilvanando, renovando o reconociendo, a la luz de las nuevas informaciones que van llegando al ciudadano, y la numantina defensa de su jefe. Que contra toda lógica democrática acaba de  dar un “golpe desde dentro al Congreso”, en palabras de la diputada Rosa Díez. 
   Por lo tanto lo único que cabe pensar es que los dirigentes del PP que salen a dar “explicaciones”, nos toman por imbéciles a todos los españoles que pagamos sus sueldos, y al parecer, algo más.
   En cualquier democracia de las europeas a las que dicen que nos parecemos, hace ya muchos meses que un cargo público como el presidente del gobierno habría dimitido, a la luz de lo que se ha publicado. Y por mucho menos de los que se ha ido amontonando desde que empezó esta historia con el caso Gürter, con ramificaciones por doquier, y con trajes levantinos del presidente de la comunidad. 
   Aquí, nuestros gobernantes  carecen de la cultura política para entender que si uno mete la pata, no digamos la mano, se va a casa y asume responsabilidades políticas. A la espera de que los tribunales decidan si las hay judiciales, que nada tienen que ver las unas con  las otras. Hoy por hoy, lo que los ciudadanos deben exigir a Rajoy, es su dimisión y convocatoria de elecciones, es decir responsabilidad política. Porque ha mentido a los españoles y así no puede continuar. 
  Porque hemos pasado de, “no se podrá encontrar ninguna prueba contra  Bárcenas”, a “Bárcenas es un delincuente y por lo tanto no es creíble”. Pasando por “todo es mentira”. Y hasta con una ligereza verbal, fruto, creemos del nerviosismo intranquilo, que les hace perder los papeles, a culpar a la oposición de querer sacar tajada de lo que es su exclusiva responsabilidad. Porque el tesorero o “empleado” como dice el escudero de Rajoy Paco Marhuenda, defensa digna de mejor causa. Sin el menor respeto al ciudadano que escucha anonadado, porque al tesorero lo puso en el cargo el PP, y concretamente Rajoy. Además de utilizar desafortunadamente, como ha hecho González Pons, el asesinato por ETA de Miguel Ángel Blanco, como contrapunto de Bárcenas.
  
  Todo esto que está pasando, también es consecuencia de aquella transición tan desastrosa, como constatamos ahora, por la falta de controles democráticos y eficaces establecidos, para que cuando un caso de corrupción aparezca, de inmediato sea subsanado por el propio cuerpo al que pertenezca el infractor. Sin que la justicia  tenga que  solventarlo. En todo caso, son planos distintos, las responsabilidades políticas y la judiciales, como se ha dicho y sabemos. 
   Porque el numantinismo está en todas partes. Cuando un cargo público es acusado, imputado o hay sospecha sobre él, en seguida acude el coro numantino de su partido a la consabida presunción de inocencia. Y pueden pasar años en el cargo hasta que se dilucide en los tribunales, sin que responda ante los ciudadanos, políticamente.  Pero al parecer piensan que los españoles somos tontos. Sus comportamientos así lo indica. 

Ubaldo Plaza



sábado, 13 de julio de 2013

"MILLET Y BÁRCENAS" JOSÉ MARÍA MENA, LAS DIFERENCIAS EN EL CACICATO CATALÁN


  Un artículo clarividente de José María Mena, jurista de reconocimiento internacional, publicado en el diario El País, es imprescindible para todo aquel que quiera entender  el porqué de  lo que pasa  en el cacicato de la derecha nacionalista catalana. Porque en Cataluña todos son del mismos bando. Porque todos son de "los 400 que nos encontramos, siempre los mismos, en todas partes", según declaró el propio Millet. Y los que no lo son, ansían a poder mover la  cola junto a ellos.
   Los que han expoliado Cataluña in illo tempore, desde siempre.  Porque daba –y da– lo mismo que quien mandara en España fueran unos u otros. Porque en Cataluña, todo son los mismos. Se llamen  de centro, de derechas o de izquierdas. Todos van  una. Ninguno quiere ser menos que el Mas patriotero; con un síndrome de Estocolmo de algunos, que sonroja y provoca vergüenza ajena. Esa es la desgracia de las clases populares catalanas, adormecidas por los que debieran defenderlas: que en Cataluña a los catalanes nos engañan todos. Todos, los "suyos" los "nuestros" que también son "suyos". En esencia, los mismos. Y disculpe el lector el trueque de palabras.
   Nos expolian desde dentro. Y no pasa nada. Porque, como muy bien dice Mena, los presuntos delincuentes de esa casta, no tienen porque fugarse. Porque en ningún sitio se sentirán más protegidos que en el propio cacicato, donde el silencio es atronador, valga el oximorón, que no lo es tanto en a práctica política.  
   La burguesía, los que dicen ser nuestros, pero que son de los suyos –de sus negocios, como vemos con la sanidad pública y tantas otras fuentes de privatización–-. Los mismos que idiotizan a mucha gente, vendiéndoles que son patriotes, pero que viajan a paraísos fiscales, quizá por su maravillosas playas. La misma burguesía que en tiempos pasados decían que eran franquistas. Al menos le rendían homenaje al Caudillo para que siguiera garantizandoles sus enormes ganancias con represión, para que los trabajadores no interfirieran, con sus molestas reivindicaciones, en sus cuentas corrientes. 

 Ahora les es Mas rentable ser nacionalista, e incluso independentista, porque la derecha no tiene patria y cambia de insignia en función de la rentabilidad que promete la misma. Eso siempre ha sido así. Lo chocante, lo lamentable es que a ese proyecto de la derecha se sume la supuesta izquierda. La que la acompaña haciendo de  coro y le ayuda a extender la niebla para que los ciudadanos no vean que los saquean–. Que lo saquean los "suyos", "su" burguesía patriotera.  Le ayudan a los amos a que, como en el mito de La Caverna, persistan las sombras en la mente de gente que las cree realidades, para que aquella siga siendo esclava y no se desprenda de las cadenas. 
  Porque, como mínimo sería de esperar, de que tanto los iniciativos como los cupidos, debieran recordar si es que lo han sabido alguna vez, de que la única manera de combatir las injusticias y las desigualdades que impone la derecha, es recuperando –o asumiendo, según el caso–, la condición de clase de su lucha, la lucha de clases. No  incorporándose como meros figurantes al circo de los que manejan la llama que produce las sombras ilusionantes que impiden rebelarse a los encadenados. 
   Cabría esperar que cada vez que alguno de los partidos que se dicen de izquierdas, en los escasos minutos que suelen otorgarles los amos del régimen para intervenir en el Parlament los utilizaran para denunciar, una vez y otra también, sin descanso, sin tregua, todo tipo de corrupciones. No jugando con las mismas cartas marcadas y siempre para ganar, de la derecha. Denuncias con nombres y apellidos por hechos que aparecen constantemente.  Sin dejar que la opinión pública lo olvide por la manipulación mediática que controla el régimen de múltiples formas. Y no ofreciéndose a Mas como buenos edecanes al cacique,  para ayudarle Mas en su proyecto, que nunca podrá ser el de las clases populares. 
  Y no debieran ir esos discursos–denuncia dirigidos a los que mandan, que están al cabo de la calle. Sino a los ciudadanos, para que se quiten la venda de los ojos y la niebla que los envuelve para que el proyecto de la derecha no triunfe. Y menos que  lo haga con el apoyo patriotero de la supuesta izquierda, olvidando que si se colabora con la derecha, sea en lo que sea, se entra en su terreno y la izquierda desaparece como proyecto de cambio. Sea política o sindical. 

Ubaldo Plaza




Enlace del artículo de José María Mena en El País

viernes, 12 de julio de 2013

¡DIMITE, MARIANO!

   La cobardía va unida a la irresponsabilidad. Pero la realidad es muy tozuda. Así que Mariano puede esconderse dentro de sí mismo, pero está completamente desnudo ante ella. Debe dimitir, y si tuviera la honestidad que se le supone según sus monaguillos corifeos, ir al juez y explicárselo todo. Es muy duro bajar del pedestal de los dioses hasta la altura de los mortales. Pero seguro, que, pasado un tiempo y confundido con el mundo normal, ya fuera del Olimpo, descansará y se sentirá mejor. 

   Así que, Mariano dimite y explícalo todo. Porque seguro que todo tiene una explicación. Todo lo tiene. Otra cosa es que sea favorable y que lo pueda entender el común de los mortales. Siempre habrá eximentes: que todos hacían lo mismo, que te volviste ciego, en fín ya sabes que los leguleyos con minutas millonarias tienen recursos para explicarlo todo. Y con un poco menos de sordidez de como lo hace tu secretaria general, en directo, no en diferido. Una  "confesión general" como se hacía antaño con la beatas  ricas cuando llegaba un nuevo confesor. 

   Dimite Mariano, convoca elecciones y ya verás como, cuando los focos se alejen de ti, duermes mejor; y hasta se te pone la cara menos agria, esa cara que, lo confieso, a mí me da mucha  pena. No hay para la templanza de la psiquis, o del alma, según prefieras,  nada mejor que "confesar". Supongo que tú, con tan buenas relaciones como tienes con tu Iglesia, a la que favoreces tanto, te lo habrán explicado.  Ya sabes que una de las esencia de ella, consiste en confesarse; y de inmediato ya se está en condiciones de volver a pecar sin problemas. Así lo han hecho los poderoso desde siempre, y no les ha ido nada mal. Y que, por aquello del camello y la aguja, los ricos vivirán muy, pero que muy bien es este Valle de Lágrimas, para los pobres, claro. Con la condición de  que después se abrasen en el  infierno, invento de terror que tan buenos dividendos reportaron. 

  Pero tú sabes, que todo eso se puede solventar con unos sobres, como bula, para que la Iglesia, tan perspicaz, rece por las almas maltrechas y descarriadas. Y si son de los suyos, ¡qué te voy a decir! Para que todo quede en  unos cuantos aves marías, y a vivir como un banquero  o un político, devoto, naturalmente. 

   Dimite Mariano, que ya este país no aguanta estar sin gobierno, o lo que es peor, con un gobierno que sólo favorece a los ricos y humilla a los pobres. Dimite ahora antes de que sea tarde. Porque, al menos, haya una línea de luz en los libros de historia que te favorezca –la que hable de tu dimisión, todas las demás serán muy oscuras– y haya quien diga que al final tuviste la entereza (¿?) de dimitir para no seguir hundiendo más esta maltrecha y cuestionada finca por otros como tú, llamada España. Finca de banqueros y corruptos, tan semejante a la  del general, a la que cada día retrocedemos más por tus decisiones. Por tu bien,  y por la de millones de Españoles, dimite Mariano. Aunque le des un disgusto a la Merkel, dimite Mariano. Te mereces un descanso. Y los españoles más empobrecidos, también. 

Ubaldo Plaza

martes, 9 de julio de 2013

EL PROTAGONISMO DE LA MUJER EN LA LUCHA CONTRA LA AGRESIÓN DE LOS PODEROSOS


  Una de las más aleccionadoras y positivas experiencias que se viene observando en los últimos tiempos, desde que empezó la estafa financiera, es la cada vez más creciente participación de la mujer en la organización de la lucha contra los monstruos financiero–empresariales y sus servidores de los gobiernos –tanto del central como los de las taifas y cacicatos–,  del ultrarreaccinario  PP como de CiU, con ERC que  sostiene a éstos.

   La lucha organizada a través de las plataformas como la PAH para la defensa de sus viviendas, expoliadas por  los bancos que se ceban contra los más desamparados. Y que contra toda lógica los gobiernos apoyan, enviando a miles de familias a la calle, sin importarles  que en las mismas haya niños, ancianos o enfermos –las más de las veces para que el piso se quede vacío–. 

   Mientras que rescatar a los bancos de sus malas prácticas, cuya generosidad con ellos por parte del gobierno –del PSOE de Zapatero primero, y ahora del PP del gaseoso Rajoy– nos ha costado ya a cada español más de 850 euros, sin que nos hayan pedido opinión para hacerlo. Y que cuando dichas plataformas ciudadanas apoyan a las personas que van a ser expulsadas de sus viviendas, el gobierno que ha alcanzado el poder con mentiras, envía a la fuerza pública contra las víctima, no contra los estafadores. Al tiempo que las criminaliza sin el menor pudor utilizando a sus altavoces de los medios  pesebristas que controla.

  En esas luchas cada día, y con más brío y conciencia, participan miles de mujeres, que hasta hace poco eran anónimas, desconocidas en su ámbito,  como personas capaces de enfrentarse a los poderosos para defenderse de los depredadores financiero-empresariales insaciables y sus servidores políticos.

   La necesidad de defenderse de las agresiones del poder, ajeno a los ciudadanos,  ha llevado a miles de mujeres a la primera línea de lucha. Primero como participantes naturales para arroparse con los demás de forma solidaria.  Después como verdaderas organizadoras con claridad de los pasos que han de darse, ayudando a otras muchas a incorporarse a la lucha. Mujeres que en  el combate mismo contra los enemigos poderosos de los ciudadanos, las que han tomado conciencia y  saben que son ellas junto al resto de las personas, agredidas o no en ese momento, pero que sin duda lo pueden ser en un próximo futuro, las que deben coger en sus manos la dirección de la defensa de sus intereses, de los interese ciudadanos. 

 Y otro tanto pasa en los hospitales que los gobiernos mercantiles consideran que hay que sacarle rentabilidad económica y hacer negocio del dinero público, con la salud de la gente, sin importarle las consecuencias que semejante agresión tendrá sobre las personas. La inmoralidad de semejante actuación no es menor que la de los bancos y sus servidores, colocando al frente del expolio sanitario a personajes que no se ocultan que defienden los intereses de la sanidad privada con dinero de todos, muchos de ellos que después pasan a ser asalariados de tales corporaciones, si es que no lo son en ese momento.

  Aquí también las mujeres han demostrado ser las más combativas, tanto en el terreno profesional desde los mismos centros sanitarios, como desde los barrios, en la defensa de la sanidad pública, movilizándose y movilizando a sus vecinos contra las agresiones de los mercaderes, que ven el jugoso pastel  del que pueden apropiarse. Y sin importarles  la situación de los ciudadanos, que muchos de ellos morirán aguardando una intervención en la lista de espera, porque para los mercaderes no es rentable.

  La mujer está recuperando en la lucha el papel que le corresponde, y se lo gana a pulso con su predisposición a defender lo que es de todos y nos están arrebatando para que unos cuantos puedan seguir engrosando sus cuantas corrientes. Defenderse de las agresiones del régimen que  padecemos, que respira corrupción por todas las costuras que ya se van deshilachando, es tarea de todas las persona víctimas del mismo, hombres y mujeres. Pero qué duda cabe  de que éstas cada día adquieren mayor peso en la lucha. La Segunda República dio pasos agigantados para la igualdad de la mujer. La Tercera  debe ser la definitiva que le haga recuperar el lugar que le corresponde. Hoy, miles de mujeres están demostrando que no sólo es posible, sino que el actual régimen no podrá evitarlo.

Ubaldo Plaza



sábado, 6 de julio de 2013

"EL PACTO DE GRANADA" DEL PSOE CON EL PSC


  “El pacto de Granada”, entre el PSC y el PSOE, no es más que el aplazamiento de una ruptura anunciada. Es pan para hoy y hambre para mañana. Y si más no, los dirigentes del partido socialista demuestran, desde siempre, un total desconocimiento de la psicología de los nacionalistas catalanes, algunos de ellos   cobijados bajo las siglas socialistas. 

  La cesión a parte de los deseos de Pere Navarro por la dirección de PSOE y sus “barones” obedece, más que para solucionar los problemas definitivamente, a que dichos “acuerdos” hagan de cortafuegos, de momento, para calmar al talibanismo nacionalista que cohabita en el partido, y que lo ha dirigido desde el primer momento de su creación, anulándolo como fuerza transformadora  de izquierdas –y en la práctica haciendo posible el mantenimiento  de la derecha en el poder– sin que la dirección del PSOE haya sido capaz durante tantos años de reconducir la situación. Por ejemplo, recurriendo a la mayoría de las bases del PSC –las clases populares que le apoyaban pero que no contaban para nada pasadas las elecciones– que sí son socialistas; y limitar, e incluso eliminar como militancia al sector de la derecha nacionalista que lo conducía por circuitos paralelos a los de la derecha convergente. 

  Los acuerdos entre las dos partes de lo que debiera ser un  solo partido, pero que por ese deseo de la derecha de dividir a los socialistas y contentar al nacionalismo, se consideran dos partidos, se mantendrán aparentemente conformes...hasta el próximo envite y ataque de soberanismo, que volverá en la primera ocasión en que a los dirigentes del PSC le vuelvan los complejos y sientan la necesidad de demostrar que son tan nacionalistas y patriotes como sus homólogos de CiU.  En lugar de romper con los que ha ido cavando sus cimientos. Y declarándose abiertamente socialista y contrario al nacionalismo por reaccionario y anacrónico, desde el punto de vista del pensamiento de izquierdas y democrático. Entonces volverán a la casilla cero, y vuelta a empezar. Con el mismo discurso con pequeñas variantes, que los convergentes o los iniciativos o parte de ellos. 

   Y con el hachazo que la derecha está asestando a las clases populares, tiene el terreno abonado para denunciar la política corrupta y reaccionaria de CiU, y no echarle una mano para los delirios de Mas y Junqueras, con la cortina de humo para que la gente olvide que la están dejando sin sanidad pública, para hacer negocio.

  El nacionalismo –y el del PSC no es distinto a los demás– tiene el defecto decimonónico y reaccionario de la división de los ciudadanos entre buenos –ellos– y malos, todos los que no comulgan con su religión. Como por otra parte les pasa a los nacionalistas españoles, y a todo nacionalismo, por excluyente. Pero tiene también unas virtudes, para el propio nacionalismo, obviamente: las de la paciencia cuan gota malaya, que muchas veces pasa desapercibida, o se mira interesadamente para otro lado. Y que va corroyendo todas las arterias del cuerpo social, y obviamenete del cuerpo del partido que lo alimenta y soporta, si es incapaz de vacunarse de semejante despropósito en un  partido que se llama socialista –o progresista–, y acoge en sus seno al enemigo de clase que lo corroe.

  La única condición  de que “El pacto de Granada” fuera efectivo, es que el PSOE se olvidara del PSC, se presentara en Cataluña como tal, e invitara a los socialistas que militan en él a que ingresaran en el PSOE –lo que es facilísimo y factible,  toda vez que se vota más al PSOE en Cataluña que al PSC, como muy bien se comprueba en las elecciones generales– colocando un filtro ideológico –el de socialista– para que no se repitiera la historia de este despropósito de que un partido socialista sea dirigido por la derecha nacionalista. Como debió hacerse en su día, y no permitir que los nacionalistas lo dirigieran y lo anularan. 

  O convertir el PSC en la sección catalana del PSOE –también el PCE e IU debiera haberlo hecho, que rondan por los mismos derroteros–, y que se atuvieran a los acuerdos democráticos y solidarios para todo el territorio, de aquello que sea común. De lo contrario volverán a estar en lo mismo... al tiempo. 

  Claro, esto en el supuesto de que el actual PSOE tenga voluntad de ser el partido socialista de la clases populares. Porque  vista su última etapa del zapaterato, no está muy claro el rumbo que seguirá el partido. O lo está demasiado. El que  ahora haya "recuperado" su talante verbal de izquierdas,  por estar en la oposición, no garantiza que, si vuelve al gobierno, no "recupere" también su fe del liberalismo merkeliano, que padeció súbitamente Zapatero. Y sin que nadie de la Ejecutiva socialista ni de su grupo parlamentario hiciera nada para evitar caer en el abismo a donde dirigió al Partido y al país al poner el gobierno en bandeja al PP, con la victoria por sus mentirosas promesas electorales. 

  El PSOE debiera ser el abanderado, por ser el partido mayoritario de la izquierda –al menos todavía– de abrir un proceso Constituyente, reivindicar la Tercera República, y dejar de sostener el régimen corrupto nacido de aquella falsamente democrática transición, de "bipartidismo canovista".

Ubaldo Plaza



viernes, 5 de julio de 2013

PIRATERÍA MODERNA DE ENCARGO

   Aunque es de sobra conocida la dependencia lacayuna, de la inexistente, políticamente, Europa, la humillante actitud de algunos de los gobiernos de varios países europeos con respecto al vuelo del presidente Boliviano Evo Morales, incluido el gobierno español, es puro mamporrerismo. El gobierno español que por nuestras estrechas relaciones históricas, debiera haber obedecido más a la soberanía y relaciones con Bolivia que a las órdenes del amo yanqui, se ha comportado como buen servidor, sin valorar más que lo que agrade al amo. 

   De todas formas no nos ha sorprendido, sin embargo, la actitud  siempre favorable a los intereses de los Estados Unidos, del gobierno de  ultraderecha del PP. No podía, como era obvio por su ideología y por su falta de ese patriotismo, que tanto exhiben los reaccionarios –"la marca España" de pandereta, mientras los paraísos fiscales de los millonarios y la corrupción son paisajes habituales–; a los que no les importa vender la dignidad nacional, si con eso contentan al amo, o al sheriff yanqui.

   Pero lo que, como mínimo sí ha inquietado y sorprendido a la ciudadanía, no sólo francesa, es que Francia, el país que fue el abanderado de los derechos del hombre y del ciudadano; el que defiende su patriotismo con firmeza –a veces con un exceso de chauvinismo enfermizo, como todo nacionalismo–; el que presume de tener un gobierno supuestamente de izquierdas (aunque todos sepamos que la izquierda socialdemócrata olvidó tal posicionamiento hace un siglo), cayera tan humillantemente bajo, y se convirtiera en un colaborador servil de los caprichos de los que ha quedado claro, también son sus amos. 

   El gobierno Francés se ha puesto a la altura de gobiernos lacayos de la TROIKA, como el portugués, el español o el italiano, que están matando, o están en vía de hacerlo, de hambre a sus  ciudadanos. Los que le están arrebatando la sanidad pública para hacer negocios. Estos gobiernos que con tanta energía se enfrenta a sus ciudadanos, reprimiéndolos, llevándolos a la miseria, carecen de la entereza y la voluntad política de negarle una mala faena a los yanquis, aun a costa de incumplir los tratados internacionales y de hacer el ridículo.

  Ni siquiera un presidente como De Gaulle, de la derecha francesa, cuando ésta valoraba aún la dignidad de Francia, hubiera aceptado semejante papel de vigilante de la porra obedeciendo al gobierno que más incumple los tratados internacionales –de hecho si no les son favorables, los ignoran, no existen, como sabemos por Couso, asesinado por su soldadesca. Y como vemos por su poyo al gobierno de Israel contra el pueblo palestino, en las condenas en la ONU–. EE.UU, que avala todo golpe de Estado, si  favorece sus intereses, sin importarle lo más mínimo las formas democráticas, las mismas que exige a los países que no controla. Basta hacer un somero recorrido por las numerosas dictaduras que han apoyado, cuando no propiciado, incluida la de Franco. Otro patriota que le vendió media España para sus bases, que nos costó muy caro, como sabemos por Palomares, y nos pudo haber costado mucho más. 

   Pero es que el secuestro del avión de Morales es mucho más grave. Resulta que un avión presidencial no puede ser intervenido nunca sin la autorización del presidente que lo ocupa.  Es territorio nacional boliviano. Independientemente de quien  acompañe al mandatario. Pero la desvergüenza de los amos del mundo es de tal calibre, que parece que hemos vuelto a la época de la piratería y el filibusterismo

  Incluso entonces, los piratas ingleses, maestros en semejante  aventuras si eso les reportaba beneficios, trataban de  que los asaltantes fueran con ropajes de piratas, aunque obedecieran al gobierno de su majestad británica. Hoy, son los propios gobiernos los que se ponen en el primer tiempo de saludo de todo lo que decida los amos de la Casa Blanca. Sencillamente vergonzoso y humillante para cualquier demócrata europeo, que  comprende que esta Europa es, cada día más de los mercaderes que de los pueblos. Incluso, mercaderes por encargo. 

Ubaldo Plaza