Que Europa está raptada desde hace mucho años, por un maligno Monstruo, con la cabeza de la Medusa-Merkel y los téntáculos destructores, devastadores, mortales de continentes enteros, llamado Troika, es algo que ya pocos niegan. Aunque para lograr el Rapto y la seducción, no se transformaron, como Zeus, en un bello y hermoso toro blanco. Sino que tan malignos raptores se pusieron el traje seductor de demócratas, y hasta de seres civilizados, que tanto valoraba la seducida Europa, ahora despojada de todos sus encantos. Traje del que pronto se desprendió el Monstruo y sus "hierofantes". Y apareció con su verdadera faz monstruosa dispuesta a convertir en estatuas de piedra a todo el que osara mirarla y desafiarla.
Ahora pagamos con miserias, hambres, privaciones e imposiciones del Monstruo-Merkel depredador del Olimpo de las finanzas, de lo que no es más que el crimen organizado llamado capitalismo, nuestra candidez, por seguir a la grupa del que nos raptó y destruirá, si no ponemos remedio a su sanguinaria acción cortándole sus letales colmillos.
Ahora pagamos con miserias, hambres, privaciones e imposiciones del Monstruo-Merkel depredador del Olimpo de las finanzas, de lo que no es más que el crimen organizado llamado capitalismo, nuestra candidez, por seguir a la grupa del que nos raptó y destruirá, si no ponemos remedio a su sanguinaria acción cortándole sus letales colmillos.
Y si bien es cierto que el Monstruo liquidador y esclavista, contó y cuenta con la complicidad de nuestros próceres –o que creímos que lo eran, y no meros mercaderes, cuando aquel se quitó el disfraz, los supuestos negociadores patrios de los pueblos de Europa, no fueron, no han sido capaces de dar marcha atrás, salir del euro –en realidad es el marco al servicio de la economía alemana y de los bancos alemanes con otro nombre–, o modificar la función del mismo, para poder manejar nuestra soberanía financiera.
Los que quedaron encantados como catetos ante todo cuanto les enseñaron de maravillas de la gran ciudad, llamada UE, y su futuro prometedor, en lugar de atender las advertencias de las muchas Casandras-economistas que advertían de que el Banco Europeo era una sucursal del Bundesbank. Y que por lo tanto seríamos sus esclavos, hicieron oídos sordos. Y los aqueos con su caballo de Troya del liberalismo salvaje, fabricante de hambrunas en continentes enteros, están destruyendo lo más preciado que tenía Europa: sus avances sociales. Y en cuyo empeño en destruirlos llevaba años soñando el Monstruo. Hoy es un hecho de que el Rapto conduce a su liquidación y muerte. Si los pueblos no deciden que no quieren ser esclavos de la Medusa-Merkel, organizando la defensa, que constantemente nos muestras sus ensangrentados ojos y sus cabellos de sierpes; y nos va convirtiendo uno a uno en estatuas de piedra, que hace que los gobiernos pierdan la movilidad y la voluntad de acabar su dependencia del Monstruo, de ella.
La salida del euro, o la modificación de sus función para que sirva a los pueblos de Europa, no a las oligarquías depredadoras, exterminadoras, es un paso importante, imprescindible, que hay que dar.
Lo que, si se empezara a hacer de forma controlada, o por algún país importante demográficamente –Francia, Italia o España–, al que se le unieran otros que aún tuviera gobiernos dignos –hipótesis lejana en España–, no dependiente o sumiso, permitiría remontar la situación. Con sacrificios, por el desmadre financiero y el expolio habido estos últimos 30 años de salvaje capitalismo por los poderosos. Aunque infinitamente menor sacrificio que si continuamos a las órdenes del Monstruo y la Medusa-Merkel, pagando la deuda indebida, como hacemos ahora, de los bancos privados españoles, a los bancos privados alemanes. Y además, tendríamos la certeza de que no acabaríamos como esclavos de la Troika, cosa que hoy es evidente que acabaremos siéndolo para unos cuantos, que ya consideran a los países del sur de la Europa raptada, protectorados suyos, con virreyes autóctonos a su servicio.
Lo que, si se empezara a hacer de forma controlada, o por algún país importante demográficamente –Francia, Italia o España–, al que se le unieran otros que aún tuviera gobiernos dignos –hipótesis lejana en España–, no dependiente o sumiso, permitiría remontar la situación. Con sacrificios, por el desmadre financiero y el expolio habido estos últimos 30 años de salvaje capitalismo por los poderosos. Aunque infinitamente menor sacrificio que si continuamos a las órdenes del Monstruo y la Medusa-Merkel, pagando la deuda indebida, como hacemos ahora, de los bancos privados españoles, a los bancos privados alemanes. Y además, tendríamos la certeza de que no acabaríamos como esclavos de la Troika, cosa que hoy es evidente que acabaremos siéndolo para unos cuantos, que ya consideran a los países del sur de la Europa raptada, protectorados suyos, con virreyes autóctonos a su servicio.
Pero hay demasiados burócratas que viven –y muy bien– del Rapto de Europa. Por eso el fin será traumático. Repito, si los pueblos europeos no dicen basta al suicidio al que nos lleva el Monstruo-Troika y sus servidores, navegando por sus aguas del liberalismo expoliador, estrellándonos contra los acantilados de Caribdis y Escila, la liquidación de los derechos conquistados en cien años. Naturalmente aplicado el remolino marino que nos estrellará, por los gobiernos locales obedientes y serviles al Monstruo-Troika, que aplica la Medusa-Merkel con el sadismo que la caracteriza.
Las continuas mentiras que nos dicen de que saldremos de la crisis, no se aguantan. Todo es falso para ir tirando, y seguir engullendo una a una partes de la distraída Europa, mientras la situación empeora para ella que sigue anonada y sin rebelarse al Rapto.
Y no tiene solución, todo es mentira, porque es un problema de fin de ciclo. El sistema capitalista no tiene ya salida. Porque todo tiene un principio y un fin. Y el cuerpo social que sostenía el capitalismo ha llegado al final. Pero el Monstruo de la Troika, los poderosos quieren mantenerla a costa de la esclavitud de los pueblos, empobreciéndolos cada vez más, con el señuelo de que "estamos a punto de ver la luz del túnel". O con fantasiosos "brotes verdes". Todo para alargar la agonía de la raptada Europa. Y harán todo tipo de barbaridades, mayores aún de las que están haciendo para lograrlo.
Y no tiene solución, todo es mentira, porque es un problema de fin de ciclo. El sistema capitalista no tiene ya salida. Porque todo tiene un principio y un fin. Y el cuerpo social que sostenía el capitalismo ha llegado al final. Pero el Monstruo de la Troika, los poderosos quieren mantenerla a costa de la esclavitud de los pueblos, empobreciéndolos cada vez más, con el señuelo de que "estamos a punto de ver la luz del túnel". O con fantasiosos "brotes verdes". Todo para alargar la agonía de la raptada Europa. Y harán todo tipo de barbaridades, mayores aún de las que están haciendo para lograrlo.
Que nadie se llame a engaño: cualquier supuesta mejora, no será más que un espejismo, que la realidad empeorará. Lo grave es que el sistema esclavista que fragua el Mostruo, puede durar muchos años...o menos. Dependerá de que los pueblos sean conscientre de que no habrá mejoras sustanciales. Todo lo contrario, irá a peor si el Monstruo ve que no hay la respuesta que merecen sus deseos criminales, genocidas, de esclavizar al continente entero. Porque iremos cayendo en la esclavitud país a país, mujer a mujer, hombre a hombre. Y nuestros hijos no recordarán que Europa un día fue una zona de cierta libertad. De la Ilustración que nos sacó del idiotismo en que nos sumió la superstición de la Iglesia durante más de un milenio. Todo lo contrario. Y además, con la complicidad de los gobiernos al servicio de los caprichos del Monstruo.
Hay que tomar conciencia de que la única salida es cambiar las formas productivas. La devolución de los medios de producción, y su pase de manos privadas, del Monstruo Financiero a manos públicas, producción que hoy enriquece a unos cuantos –a cada vez menos– y empobrece al resto de la población.
Hay que tomar conciencia de que la única salida es cambiar las formas productivas. La devolución de los medios de producción, y su pase de manos privadas, del Monstruo Financiero a manos públicas, producción que hoy enriquece a unos cuantos –a cada vez menos– y empobrece al resto de la población.
Los avances técnicos han de servir para mejorar las condiciones de vida de la Humanidad. Hoy es posible producir en una hora de trabajo, lo que necesitaba 50 o más hace medio siglo. Pero esos avances creados por los seres humanos laboriosos y científicos están secuestrados por los poderosos. Y sólo han ido a favorecer a los depredadores del salvajismo del Monstruo capitalista. Hay que distribuir el trabajo entre todos, no enviar al paro y a la miseria a millones de trabajadores. Los avances científicos se han de socializar para que sirvan a la mayoría, no a unos cuantos desalmados.
Es una salvajada que retrata muy bien lo que es el sistema capitalista salvaje de hoy, que se aumente la edad de jubilación, mientras más de la mitad de los jóvenes están en paro. Es un sistema enfermo, genocida, dirigido por matarifes sin escrúpulos.
Ubaldo Plaza
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