viernes, 3 de junio de 2011

LAS PARCAS Y FELIP PUIG

El "amo" de la Plaza Cataluña



Es curioso el caprichoso desenlace que las Parcas (moiras) nos tienen reservado a cada uno de nosotros, en coordinación perfecta con la diosa Clío. Para la mayoría de los mortales se circunscribe a nuestro pequeño entorno de unos pocos conocidos, transcurrido un tiempo prudencial desaparecemos sin dejar vestigio alguno de nuestra presencia. 
Las hilanderas. Parcas (Moiras)


Otros, para bien o para mal, siempre serán recordados. La diosa Clío se encargará de ello a través de sus sentencias recordatorias, manteniendo eternamente vivo al personaje en la Historia.

Fraga, por ejemplo, es recordado por dos circunstancias, entre otras muchas, que seguro  tiene un saco lleno, mientras sirvió a su caudillo golpista; será recordado por ser hacedor de una Ley de Prensa, que pasaba de la censura aplastante, que rayaba la demencia, a otra más perversa si cabe, que obligaba a los autores, a todo bicho viviente, a ser ellos sus propios censores, lo que se llamó "autocensura". Naturalmente  el entonces ministro de la dictadura, tenía sus mecanismos disuasorios que aconsejaban el camino a seguir, como el TOP  (Tribunal de Orden Público); y como este Tribunal era parte integrante de la dictadura, de aquellas medidas, la cárcel para los que se atrevieran a desafiar el buen criterio de don Manuel. El otro motivo por el que será recordado Fraga, el que en definitiva marcó la memoria de los ciudadanos, fue aquel grito de guerra contra los que reclamaban libertad y democracia y luchaban contra su dictadura: de "La calle es mía". 

A Felip Puig,  personaje anodino, con cara de pocos amigos,  permanentemente cabreado hasta en una boda  gitana, las Parcas le tenían reservado el paso por este mundo, el mayor de los anonimatos, por carecer de interés su vida para ellas,  más allá del de cualquier insignificante mortal, que tenían la vista puesta en otros personajes mucho más interesante que tan vacío personaje. 


Pero hete aquí, que por una de aquella cosas que al parecer no siempre las hilanderas controlan del todo, por meterse por medio la diosa de la Historia, Clío, el señor Puig sí estará señalado por la diosa. Y pasará a ser recordado por ella, por la Historia, como el mayor  represor habido en Cataluña en estos momentos, de forma innecesaria, contra sus ciudadanos. Por fin, por una de esas cosas de discusión, y quizá desacuerdo entre inmortales, los ciudadanos hartos ya de estar hartos de salvajes banqueros y políticos depredadores, decidieron salir a la calle a protestar, reclamar democracia, y de paso dar un oportunidad a nuestro hombre,  al malcarado Felip el amargao, para merecer unas letras en el libro de la diosa Clío. A partir de ahora, haga lo que haga Felip Puig, salvo que empeore lo ya hecho, cosa posible conociendo la catadura moral del personaje, será recordado para siempre, para la Eternidad, que no es poco, como el que dio la orden que provocó los desordenes y apaleamientos en la Plaza Cataluña a centenares de ciudadanos en el ejercicio de sus derechos; y además por no tener la capacidad mental de reconocer su error, y persistir en él. Eso será lo que quedará, ese será su epitafio. 

Las Parcas se habrán hecho un lío y tendrán que recomponer su inicial deseo. O quizá no, y ya lo tenían  previsto, que las inmortales hilanderas son muy suyas. Pero seguro que cuando  Morta (Átropos) decida cortar el hilo negro, no le quedará para entregarle a Clío más que els fets de la Plaza Cataluña. Y  se lo habrá ganado por decisión propia. Y una vida sin renombre, destinada al olvido –a lo que es normal en la mayoría de nosotros–, pasará a la historia, triste, pero historia al fin.  !!Sí, las Parcas son caprichosa!!



U. Plaza