Un partido de izquierdas, por definición es un partido internacionalista. Por eso la pretensión del Joan Herrera, representante de del grupo que asesino al PSUC, de pretender encantar a un sector de esa izquierda al mismo tiempo que se ofrece de forma reiterada y cansina a la derecha que representa CiU, y en gran parte a la derecha nacionalista que domina el PSC, para la defensa identitaria de los valores más reaccionarios posibles, es realmente descorazonador. Porque se demuestra con esa práctica política de la inexistencia de la izquierda en Cataluña; y lo que es peor, sin esperanzas para que pueda existir en un tiempo próximo, más o menos prudencial. La experiencia del tripartito lo demuestra, ya que no sólo han repetido las políticas de la derecha en cuestiones nacionalistas, sino que incluso las han empeorado. Y los sectores de izquierdas les han retirado su apoyo por la vía de quedarse en casa por no sentirse identificados con ellos, por ser más de lo mismo: un pujolismo sin Pujol.
La liquidación del PSUC, acompañado de la ruptura táctica ahora, con el resto de la izquierda española, con IU, de forma evidente, les ha dado buenos frutos a la derecha catalana, como todos sabemos.
El nacionalista Herrera, en su servil y hasta lacayuno ofrecimiento al nacionalismo –a la derecha catalana–, en todo a lo que tenga que ver con el sentido reaccionario de "la contrucció nacional", ha renunciado hace mucho tiempo a crear una alternativa de izquierdas. De hecho, en el origen de la creación de IC, tras la liquidación del PSUC, está precisamente eso: imposibilitar que la izquierda avance y hace que la burguesía catalana siempre ostente el poder. Así ha sido en los 23 años de cortijo pujoliano, y así ha sido el los 7 de un PSC dominado por la derecha nacionalista del partido, que renunció a lo que le podría hacer ganar todas las elecciones, si se presentara como socialista sin esa cosa imposible de ambas almas.
El identitarismo es lo único que persigue Herrera y su grupo. Y eso es lo más alejado de la izquierda, aunque lo revista con un discurso aparentemente social. La pequeña burguesía nacionalista, que es al fin y al cabo la que sustenta ideológicamente IC, y a EUiA como comparsa, veremos por cuanto tiempo, es siempre pusilánime, suele actuar tratando de contentar a unos y otros, pero siempre es reaccionaria.
En Cataluña es más necesario que nunca un discurso de izquierdas y u partido de izquierdas. Mientras los que se dicen serlo prefieran hacerle el caldo gordo a la derecha populista de CiU, y a la parte dominante del PSC nacionalista, la izquierda sólo será de nombre. Pero gobernará la derecha, a pesar de que la sociedad catalana es mayoritariamente de izquierdas.
U.Plaza
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