Pocas dudas caben de que Cataluña es una tierra con el mayor número de patriotas por metro cuadrado. Y menos duda cabe aún de que el patriotismo de estos indiscutibles patriotas lo son por sus relaciones y vinculación financiera, y que cada uno de estos patriotas lo son en función del grosor de su cuenta corriente. El patriota Pujol fue el primero en preocuparse de la patria, fer país lo llamaba el Molt Honorable y lo demostró como sabemos con Banca Catalana. Todo un ejercicio patriótico.
Pero los patriotas son de todo pelaje y a diversos niveles y responsabilidades, a pesar de lo cual, siempre como denominador común, está la cuestión del vellocino de oro, sin el cual el patriotismo pierde mucho como se sabe.
Sin pretensión de ser exhaustivo ni mucho menos, referiremos algunos de los más destacados patriotas que nos han ido deleitando a lo largo de los años con sus gestos y acciones de altruismo patriótico, digno de estar grabado en letras de oro–nunca mejor dicho– en el escudo o el frontispicio de la Generalitat y del Ayuntamiento de Barcelona, al mismo tiempo, y porqué no, de todas las instituciones patrióticas.
Uno de los ejemplos de patriotismo más significativo lo pusieron en escena dos de los patriotas más notorios en aquel debate del tres por ciento, cuando el patriota Maragall le reprochaba su exceso de patriotismo a Artur Mas. Fue tan sabroso dicho debate que ambos patriotas tuvieron que ajustar sus niveles efusivos de patriotismo, para que ni uno ni otro se sintiera agraviado por el exceso de patriotismo del contrario. ¡Todo un ejemplo de solidaridad, de patriotismo solidario!
Llegando a la conclusión en esa conversación entre tal excelsos patriotas, de que todo se podía arreglar entre ambos patriotas, para que todo se pudiera controlar, sin necesidad de sacar trapos sucios que, pensándolo bien, sólo perjudicaría al patriotismo mismo. Porque dicho patriotismo, como los antiguos dioses, cambiaban de forma y se transformaban en números con muchos ceros, que mareaban. Y no era caso de molestar al pueblo en semejantes menesteres, propios de entendidos patriotas, ajenos a los que no lo son y por tanto no lo comprenden.
También, el izquierdista Àngel Colom i Colom (seis alas), antiguo jefe de ERC, y que tras el fiasco de la aventura–la ocurrencia– del patriota Partido de la Independencia, viéndose ahogado en deudas patrióticas, se despertó súbitamente del sueño y comprobó la realidad: que el partido que hasta entonces se suponía era su contrincante, la derecha pura y dura, de CiU, era en realidad el más patriótico y que por tanto le podía solucionar sus patrióticos problemas financieros, y se afilió a él como un verdadero y sin fisuras patriota, partidario del, ahora, partido de la derecha.
Para ello, qué mejor que recurrir a uno de los agentes más patrióticos y de fiar, como el patriota Félix Millet, –como sabemos por su patriótica actuación en la dirección del Palau–, que con todo el patriotismo que lo caracteriza, y sin duda con alguna consultita patriótica a algún destacado despacho patriota mayor, le solucionó el patriota problema, con dinero patriota, al parecer, del Palau de la Música Catalana. Pero, ¿que mejor provecho se le podía dar al dinero del Templo de la Cultura Catalana que dárselo al patriota Àngel Colom i Colom, para que lo empleara en obra tan patriótica por los desvaríos contables de tan patriota personaje?
También en Santa Coloma, en la llamada Operación Pretoria, unos patriotas de primer orden, algunos antiguos consellers del Molt Honorable patriota Jordi Pujol, trataron de continuar fent país por la vía patriótica de, presuntamente, meter mano en la orza de la patriótica manteca. Y la guardia civil tuvo la osadía de mostrarlos esposados ante la opinión pública–como hacen con todos los que son conducidos ante los tribunales–sin tener la delicadeza de tratarlos como los patriotas que son. Semejante actitud fue afeada y criticada, con razón, por toda una recua de patriotas de todo pelaje, prensa patriótica incluida, con el patriota argumento de que aquello era una afrenta a tan patriotas personajes representantes de nuestra patria: "una condena de telediario, dijeron visiblemente molestos. Y hasta el propio patriota y Molt Honorable Jordi Pujol, como no podía ser de otra manera entre patriotas, se solidarizó con ellos, con un patriota gesto de reconocimiento patriótico de amistad.
El superpatriota Joan Laporta, ha sido denunciado por el Fútbol Club Barcelona, patriota en sí mismo dicho club por, al parecer, algunas irregularidades patrióticas, que según dicen, son del orden de varias decenas de patrióticos millones de euros. Parece que el Club patriótico por excelencia de Cataluña, en una pérdida del sentido patriótico de la situación, en lugar de optar por la vía patriótica del tres por ciento de Maragall-Mas, lo ha hecho por la de exigir el dinero de forma tan poco patriótica de llevarlo a los tribunales. Por lo que nos hemos enterado de algunas cosillas de forma innecesaria; ya que de una forma discreta se resuelven los problemas mucho mejor en el campo patriota como, por otra parte, viene haciéndose desde siempre. Por lo que en el lago patriota las aguas siempre están tranquilas, aunque como es obvio, un centímetro más abajo, las mismas sean pestilentes. Pero el patriotismo solidario ayuda a perfumarlas, y a que pase desapercibido el hedor. Porque el patriotismo es la verdadera seña de identidad y el que aporta grandes dividendos a los patriotas.
Los patriotas Josep Núñez i Navarro, y su cachorro, con otros cuantos más, defraudaron a Hacienda, con la patriótica idea de fer país por la vía de defraudar al Fisco, que parece ser una tareas muy patriótica, pero que el Tribunal, poco dado al patriotismo no lo ha entendido así. Por lo que, ¡20 años después de los hechos! los han condenado a diversas penas de prisión. Y sin tener en cuenta el dicho Tribunal la personalidad patriótica de los condenados, por lo que se nos antoja una falta de consideración de dicho Tribunal al patriótico comportamiento tan habitual de estos y otros patriotas, que los catalanes tanto hemos de agradecerles; siempre y sin descanso, pensando en hacer país, fer país.
Que la manera de hacerlo coincida con el crecimiento de sus cuentas corrientes, no es más que pura coincidencia. Los patriotas siempre se salvan porque sus desvelos van dirigidos a hacer patria. Y cualquier otro pretexto para atacar el patriotismo de tan destacados representantes de los patriotas catalanes, es pura envidia de quienes no sienten la patria en sus corazones–que están muy cercanoa al bolsillo de sus carteras–como lo sienten nuestros insignes patriotas.
Sin ninguna duda, Cataluña, nuestra querida patria, es la que más patriotas posee por metro cuadrado. ¿Qué digo por metro cuadrado? ¡Por centímetro cuadrado! Basta ver los patrióticos deseos de privatizar la Sanidad y la Enseñanzas públicas, con el patriótico deseo de ayudar financieramente a otros patriotas para continuar fent país, que como sabemos, se trata sólo del de ellos, del país de los patriotas. ¿Que por hacer semejantes negocios patriotas mueran gentes por no poder ser atendidas? Eso no es importante ya que sin duda se tratará de enemigos de la patria. Y al contrario, será un acto más de patriotismo que los verdaderos patriotas–los amigos–lo agradecerán.
U. Plaza
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