Curiosa manera la que tiene la derecha, heredera de la dictadura, de entender la solidaridad. Porque si hay algún dinero bien empleado por el gobierno es el que ha dedicado a Somalia; aunque sólo sea para poder sentirnos personas, y no alimañas indiferentes ante la tragedia de millones de personas que se mueren de hambre. Los 25 millones de euros para paliar la miseria extrema en Somalia, aunque se haga, como sabemos, para quedar bien, bien destinados sean si con eso se logra salvar vidas, a veces in extremis.
Pero los cavernícolas señoritos de la derecha tratar de que millones de personas de tan castigadas tierras sufran algo menos de los que ya vienen haciéndolo, precisamente por la explotación a la que han sido sometidas por el colonialismo y el neocolonialismo durante décadas, les parece un derroche de tontos.
Sin embargo en ningún momento han cuestionado, todo lo contrario, ni nuestra aventura en Iraq, decidida por el políglota edecán de Bush, ni el enorme gasto que nos ocasiona la guerra de Afganistán para favorecer los negocios de las multinacionales del petróleo y el gas, además de estar perdiendo vidas.
Ni tampoco cuestiona esta derecha los miles de millones que les regalamos a la Iglesia todos los españoles, seamos o no católicos; ni el gasto enorme que nos costarán las vacaciones del jefe de esa Iglesia, para el que pondrán a su disposición todo tipo de lujos, protección y coberturas televisivas públicas. Lo que está siendo criticado por amplios sectores laicos, pero también por las comunidades católicas de base, que consideran con toda razón, un derroche innecesario, digno de mejor destino. Ni tampoco han cuestionado en ningún momento, todo lo contrario, el enorme gasto que constituye el mantenimiento de la monarquía.
Nada de eso le parece al cachorro de la derecha pepera importante, a pesar de los miles de millones que se destinan a ambas instituciones. Sí que todos los españoles aportemos una ínfima parte del dinero necesario para achicar en lo posible los sufrimientos de muchas personas, con la demagogia ya utilizada por algunos de sus conmilitones, sin considerar el abismo que hay entre la situación de los millones de hambrientos y nosotros, a pesar de todo. Y porque nuestra crisis la ha traído el salvaje saqueo por parte de los financieros, y que algo tendrán que ver también con la miseria y la hambruna de los somalíes y otras zonas del llamado Tercer Mundo.
También bastaría que los sueldos y prebendas de Sus Señorías, del Congreso, tan blindados ellos, en lo suyo, se los rebajaran a la mitad; y hacer desaparecer el cementerio de elefantes que constituye el inútil Senado, para que nos ahorráramos mucho más dinero que el entregado para ayuda al Cuerno de África hambrienta.
Pero es que las mentes primarias de estos señoritos de la derecha biempensante, y bienestante, que recibirán al jefe de la Iglesia sin reparar en gastos, no saben de sufrimientos ajenos. Pero sí sabe utilizarlo para confundir a la gente con demagogia fácil de prender en una situación bastante candente por la situación de millones de españoles. Pero que sin embargo, no señalan a los culpables, más allá del gobierno, y por puro interés de desgaste electoral.
U. Plaza
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