viernes, 9 de agosto de 2013

INNECESARIO PRONUNCIAMIENTO


El señor Fernández Toxo, secretario general del sindicato Comisiones Obreras –el que nació en la luchas antifranquistas y que se proclamaba “sindicato sociopolítico de nuevo tipo”– ¡ay! Se  despachó días pasados diciendo que se fía más de Rajoy que de Bárcenas. Son unas declaraciones sorprendentes que huelen  muy mal. Aunque comprensibles tras la deriva que desde hace  años llevan las cúpulas sindicales de “los sindicatos mayoritarios”. Baste recordar que uno de sus representantes votó junto a la patronal dar una vuelta de tuerca más contra los trabajadores, cuando ya el tornillo está atascado; y que se sepa el sindicato no ha y excuido de sus filas a tan complaciente “representante sindical” con el gobierno.

  Es evidente que nadie en sus sano juicio va a decir que el extesorero del partido ultraderechista –a sus políticas que están extendiendo el hambre por España me remito–, sea un dechado de virtudes. Todo lo contrario. Es un golfo y por imperativo legal, presunto. Pero no se olvide de que quien lo puso en el cargo fue precisamente Rajoy, y lo ha estado defendiendo, él y su coro de guardia pretoriana, de forma escandalosa con mentiras infumables, hasta hace tres cuartos de hora: “nunca se podrá probar que sea culpable”. 

   Pero de ahí a verse el señor Toxo en la necesidad (¿?) de salir en defensa del tan nefasto personaje, que está llevando a los trabajadores a ponerse de rodillas ante una gran patronal insaciable y esclavista, con la contra reforma laboral que nos devuelve a épocas trágicas, en que los trabajadores carecían de los mínimos derechos, hay un abismo. Además de que, como estamos viendo, ante la falta de reacción a las agresiones esclavistas, piden más sangre y sufrimiento a las clases populares, para liquidar ya todo vestigio de derechos logrados en un siglo de luchas.

   Parece que el régimen heredado del franquismo, ya caduco, necesita ser defendido no sólo por la oligarquía de partidos que viven bien con él, que sacan provecho de la situación, sino que también los sindicatos arriman el hombro para que el desprestigio de las castas dominantes, se palié de alguna forma que le permita seguir. Porque no se explica esta salida de tono de un dirigente sindical, con lo que está haciendo  el personaje "del que se fía" el señor Toxo. Si el dirigente sindical no tenía ánimo para pedir tesponsabilidades al presidente, y su dimisión, por todo lo que ya se sabe de la corrupción, en sintonía con la inmensa mayoría de los ciudadanos, podría muy bien haberse estado calladito. 

Ubaldo Plaza


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