El jefe de una de las fracciones del tetrapartido del que se compone el, PUC–Partit Únic Català–, tras la reincorporación vergonzantemente del PSC al mismo, ERC, Oriol Junqueras, le ha dicho al caudillo mayor de la cosa del negocio independentista de la derecha catalana, que apoyará sus presupuestos, si le echa todas las culpas del deterioro social al España. Se supone que lo que quiere decir el señor Junqueras es que apoyará la continuación del destrozo de la Sanidad Pública, dando por buena la privatización de los servicios, para que los mercaderes del negocio privado hagan su agosto a costa de la salud y la vida de los ciudadanos, y la liquidación de todos los servicios sociales que ya vienen liquidando desde el anterior gobierno del Bienio Negro, que Mas interrumpió en su afán redentorio mosaico, en el que se estrelló, y que sobrevive gracias al apoyo explícito o implícito del resto de los partidos de la derecha nacionalista, principalmente el del señor Junqueras.
Hasta aquí, todo dentro del guión de una formación que es solidaria con la derecha más ultra y liquidacionista contra los más desamparados de la sociedad, al convertirse ella misma al más corrosivo ultraliberalismo, que está haciendo estragos en la población catalana. Pero es su opción, decidir liquidar de un plumazo el falso discurso ilusionista de magos de feria pueblerina, de formación de izquierdas que había mantenido para aquellos de su Iglesia que comulgan con ruedas de molino.
Pero lo que realmente es de saltimbanqui y de excusas de mal pagador, es que le diga al iluminado Moisés-Artur, que la condición para lograr su apoyo a los presupuestos, y claro, a la travesía de desierto–suponemos que entre la Diagonal y el Besós–, para que se ensanchen las aguas del río, que los conduzca a la Tierra Prometida...de los mercaderes, está en que culpe, cuantas Mas veces mejor, y en todas partes, del deterioro de la vida social y del los recortes, a "Madrit". Al parecer, muy en la tónica de los inventos y tergiversaciones históricas de las mitologías nacionalistas– de todas, también las españolas y las de Corruptostán–, lo importante no es que los hechos que pide denunciar sean ciertos o no. Esto al parecer de jefe de ERC es lo de menos. Lo importante es la propaganda; vendernos la burra ciega a los ciudadanos catalanes que sufriremos su acomodo a la ideología de la ultraderecha de CiU, sin el mayo sonrojo ético, machaconamente, con los medios a su servicio que difundirán muy atentos la voz de su amo que los subvencionan con nuestro dinero. La propaganda hace, estragos, y hasta milagros, en manos de según quien esté y el uso que se haga de la misma.
Es evidente que hay que cargarle sus culpas a Rajoy y al PP de todo lo que ha hecho mal, que es mucho, y debiera estar ya dimitido, en el estercolero de la historia, por mentir hasta la saciedad, como todos sabemos, y haber demostrado su incapacidad para dirigir ni una pequeña comunidad de vecino, donde las cosas se sesenvuelvan con trasparencia. Pero pretender que con una acción propagandista y una cortina de humo cegador la gente se olvide del desastre de los servicios públicos catalanes, obra de lo que Mas llamó "el gobierno de los mejores", que resultó el peor que ha tenido Cataluña, que es mucho decir, porque nunca hubo un gobierno que trabajara para todos, sino para su casta, es fundamentar su supuesto país independient, como toda sus manipulaciones, sobre una gran mentira.
Mentira, que por otra parte, parece ser lo Mas cotidiano en la vida política de hoy–en Cataluña y en toda España–, sin el menor respeto al ciudadano que les paga sus sueldos y prebendas. Mientras éste se tiene que apretar el cinturón, si es que no lo ha empeñado. O, mientras, como tantos, rebuscan entre los contenedores de basura para llevarse algo a la boca; o poder dormir en un jergón en la calle, por haber sido expulsados de su viviendas, sin que todos estos salvadores de patrias pasen de meros gestos inútiles de cara a la galería, sin hacer nada positivo. Porque esta casta vive, según todos los indicios, al margen de esas molestas pequeñeces, utilizando la propaganda y la mentira, sobre futuros paraísos, como único programa. Dejando las soluciones para la eternidad celestial, tras la independencia. Mientras, los ciudadanos de a pie, es decir los pobres, seguirán soportando el Valle de Lágrimas. Y los sacerdotes que así lo prometen, seguirán viviendo como dios. Goebbels habría ensanchado sus conocimientos propagandistas, de haber vivido en la Catalunya Triomfant del PUC, con semejantes ocurrencias.
U. Plaza
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