lunes, 3 de octubre de 2011

CORTINAS DE HUMO

Que la desafortunada ocurrencia de un personaje tan mediocre  como Artur Mas, haciendo burla de las formas de hablar  de los españoles de Andalucía,  Galicia o Aragón el castellano, haya tenido tanta repercusión en sus  medios pesebristas, así como la respuesta de algunos políticos, entre ellos el ministro José Blanco y el presidente de la Junta de Andalucía, Griñán, no es más que una cortina de humo para mantener distraído al personal mientras le saquean sus hospitales y reducen a la escuela pública a meros centros de amontonamiento  de niños pobres por falta de recursos, al tiempo que se favorece el negocio de las escuelas privadas. 

Como es sabido las cortinas de  humo son los medios utilizados por toda la fauna política de los gobiernos para esconderse tras de ella en todo momento, máxime cuando cada día hay más protestas del ciudadano, víctima de sus negocios, y su sumisión a los intereses de los mercaderes.

Sucede ahora con semejante desliz de un hombre al que en ese terreno hay que dispensar, porque el pobre no da para más, ya que como es sabido el cargo de president de la Generalitat es un traje que le viene muy grande, y no deja de meter la pata cuando se sale del guión que le marcan los potentados que le mandan y ha de improvisar por su cuenta. 

Ahora ha sido esa metedura de pata despreciativa que define al personaje y muestra lo que realmente piensa esta derecha limitada y alicorta, pero descaradamente ambiciosa y mercantil.  No hay que olvidar que la derecha–ya ultraderecha– que así mismo se llama nacionalista,  en realidad esa cuestión le importa un bledo, por no ser más que su instrumento principal para embaucar a ingenuos de buena fe que se lo creen, cuando lo que de verdad interesa a los mercaderes son sus cuentas corrientes. Y que por lo tanto que la gente caiga en la red de pasar por alto lo principal: que le están dejando sin Sanidad y sin escuela Pública dignas de tal nombre en una país supuestamente moderno.

Sacan a la palestra la cuestión de la lengua, creando un problema institucional, cuando no lo hay en la calle, o cualquier otra cosa que les sea rentable, cuando sabemos que también eso es una cortina de humo para sus negocios. Pero lo lamentable es que esta derecha saqueadora es capaz de poner a su lados a los partidos que así mismos se llaman de izquierda y hasta los sindicatos que olvidaron hace tiempo de cuál es su misión, logrando que a través de su patrioterísmo farsante se anule todo el potencial que debieran dedicar para denunciar el saqueo de lo público y a movilizar a los ciudadanos contra los saqueadores.  

Sin embargo la derecha ha logrado que a la hora de la verdad todos esos partidos, y sobre todo los sindicatos, estén ausentes de la protesta, al tiempo que van como corderillos en la misma dirección que le manda los lobos que nos están devorando. Porque no es de recibo que los que se dicen defensores de los intereses populares y de los trabajadores, vayan de la mano de los saqueadores, en nada y por nada; ir con ellos es traicionar sus ya bastante maltrechos ideales.  Cualquier connivencia con los privatizadores es un engaño a las clases expoliadas. 

Mientras en Cataluña están desmantelando la Sanidad  y la Enseñanza públicas, para hacer negocios con la salud y el futuro de los ciudadanos no se puede aceptar ningún trato más que de la movilización contra sus pretensiones de negociantes. Y entrar al trapo de sus  cortinas de humo es engañar al ciudadano, que mientras tanto ve que no tiene organizaciones que los defienda del afán privatizador, más que al movimiento popular de protesta 15-M. 

U. Plaza

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