Parece que tras los primeros bombardeos sobre Libia por parte de los sheriff o gendarmes del mundo, las cosas no están tan claras y felices tal como se las prometían los bombardeadores; incluido para nuestra vergüenza el ya claramente belicista y servidor de sus amos, Rodríguez Zapatero, ya en retirada por desahucio. Porque, que si bien todo apuntaba a que quedaría en la historia como un personaje vacío y mediocre por sus bandazos políticos si sentido, ahora ha sumado la de belicista voluntario y converso a la fe y a la servidumbre de los poderosos, para poder codearse con ellos, como jefe de una potencia y salir en la foto con los grandes, aunque sea para llevarles el botijo o repartir las vergüenzas. Está visto que todo es posible empeorarlo, hasta la ignominia, por muy allá que se haya ido en tal empeño.
Parece ser que lo que nos han ido afirmando de que todo una retahíla de naciones apoyaban los bombardeos, para ayudar a la población libia, camuflado con el eufemismo de "controlar el espacio aéreo", es falso. La liga Árabe, en declaraciones de sus secretarios general, Amor Musa, ha condenado los bombardeos, a pesar de que una de las bazas que decían tener más sólida y que propagaron era su apoyo. Pero es que además, tanto Rusia como China también han condenado los bombardeos, que según diversas informaciones están causando muchas víctimas civiles, algo previsible. Sin olvidar que dentro de los propios "Estados Mayores" de los protagonistas se oyen voces discrepantes. Todo esto está causando una profunda división entre los supuestos aliados, muchos de los cueles consideran una flagrantes intromisión en la soberanía de Libia. Curiosamente entre estos aliados "para ayudar a los ciudadanos libios", está el sanguinario dictador marroquí, el torturador del pueblo saharaui y su propio pueblo, al que reprime sin contemplaciones. Una vez más, un canalla es menos canalla si es un servidor dócil al los intereses de los dueños del mundo.
Pudiera ser que el conflicto tuviera mayores consecuencias en el tiempo y se complicara como en Iraq y Afganistán–con todo lo que de implicación representa participar en una guerra– emponzoñando la situación en el Mediterráneo, que pudiéramos pagar muy caro todos los ciudadanos europeos, y ahora, también los españoles.
Una vez más nuestros gobernantes, ahora Zapatero, como antes lo hizo Aznar, nos ponen el el punto de mira y en el ojo del huracán por sus delirios personales de querer estar con los amos. Porque en este fregao nos ha metido Zapatero sin contar con los ciudadanos, aunque ¡faltaría más! es en algo tan bárbaro como una guerra de intervención en lo único que se ha puesto de acuerdo el gobierno y sus sumisos diputados "socialistas" con la derecha dura y belicista–a parte de lo ya sabido para mantener sus sueldos y demás privilegios–.
Estamos en una crisis de la que los grandes bancos y otros especuladores, se enriquece sin límite; mientras cada día se engrosan más y más las listas del paro y hacen leyes recortando derechos a las clases populares; pero en lo único que son capaces deponerse de acuerdo los dos partidos mayoritarios, es en ponerse al sercivo de los bombardeos de Libia que deciden otros, por razones sobradamente conocidas, y que nada tienen que ver con lo humanitario. Esperemos, para bien de todos, que termine pronto la aventura del "Equipo A" de los matones ricos del mundo. Pero mucho nos tememos que no será así. Porque zapatero pasará, pero los ciudadanos españoles tendremos que apechugar con sus errores, y pagarlos, como pagamos los delirios de Aznar.
U. Plaza
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