viernes, 19 de noviembre de 2010

ERC: NO TAN D´ESQUERRES


Esquerra Republicana de Catalunya, a pesar de su nombre nunca fue un partido de izquierda, ni siquiera cuando se fundó, aunque muy diferente a la actual, que fue la expresión de una pequeña burguesía, timorata, la que como es sabido  siempre  inclinada  a vencer la balanza que más le conviene, y normalmente hacia la derecha. Lo vimos en las primeras elecciones catalanas que el inefable xenófobo Heibert Barrera prefirió a Pujol antes que una alianza con la entonces más de izquierdas, a socialistas y comunistas del PSUC. En realidad su anticomunismo ha sido enfermizo.

Ahora la cosa puede repetirse. ERC ya ha puesto sobre la mesa que retira sus aventureras propuestas del referéndum independentista, pal de paller de sus supuesta ideología, para hacer posible su pacto con la derecha, CiU. 

En realidad a los jefes del tingladillo independentista, lo único que les interesa es seguir mojando en las mieles del poder, que es lo importante, y es lo que completa todas sus satisfacciones. Y ante la catástrofe que auguran las encuestas, intentan, como la zorra del la fábula, decir que está verde– el referéndum–, y puede esperar sin con eso se pueden enganchar alguna Conselleria.  Y para ese objetivo lo mismo da que sea del brazo de un partido tan variopinto como el PSC, con una dirección nacionalista– y por ende de derechas,  como CDC–, pero que recibe su poder de los trabajadores del cinturón industrial, mayormente de la antigua emigración. 

Da lo mismo. Así que no es nada extraño este nuevo intento de enrolarse en la bandera de la burguesía, a la que por otra parte pertenece. Y si las cosas fueran peor de lo que ya auguran los pronósticos, nada extrañaría que algunos dieran un paso más, aunque fuera a nivel individual, que es a la postre lo único que les importa, y acabaran en el CDC. No sería nada nuevo, ya lo hizo el millerado del Palau de la Música Àngel Colom i Colom, conocido como "seis alas" por confluir en él tan angélico nombre y apellidos. El furibundo otrora independentista y d´esquerres, cuando vio que perdía sus nada desdeñables posibilidades de seguir en el machito, se le quitaron todas las brumas y aceptó un cargo de la derecha pura y dura. Fue una entrega total. La ERC de otros tiempos no tiene nada que ver con aquella de Lluís Companys ni con la de Tarradellas, es otra cosa. Si alguien tiene dudas que repase un poco la actitud de aquellos dirigentes con la España republicana y verá que los de ahora están a años luz de aquellos ciudadanos. Para ellos España es la enemiga, no la oligarquía, que obviamente también es catalana. Y la última rectificación de Puigcercós, no es más que responder al meneo que se ha producido entre sus conmilitones. Pero llegado el momento, Conselleries son amores.

U. Plaza 


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