Que el actual tripartito de la derecha del gobierno catalán haya llevado sus aventuras hasta el disparate, en compresible. Porque las mismas no se pueden disociar del gran expolio del que los ciudadanos catalanes estamos siendo víctimas. Y no por parte de España, con esa fábula de “España nos roba” que la prensa amarilla del "presebre" catalán con dinero público, y sus corifeos no menos "pesebristas" tienen como doctrina para incautos y fanáticos.
El gobierno catalán, por llamarlo de alguna manera, porque gobernar, lo que se dice gobernar, no lo ha hecho nunca Artur Mas, si gobernar significa solucionar problemas a los ciudadanos; más bien ha hecho todo lo contrario: nos los ha creado, como puede comprobar cualquier usuario de la sanidad pública, hace poco una de las mejores, hoy en pleno desmantelamiento, y negocio de la sanidad privada.
Problemas, además que, como son visibles, alcanzan a las diputas familiares con claras evidencias de rupturas, o condenados a guardar silencio sobre temas que se han convertido en tabúes, si quieren que una reunión no acabe como el rosario de la aurora, rompiendo amistades. En general, los nacionalistas habían conseguido que los no adictos, o indiferentes callaran cuando se suscitaba temas patrioteros. Lo que a uno que ya es mayor, le recuerda otras situaciones que creíamos olvidadas, de silencios obligados. Pero, claro, como siempre pasa, a una acción opresiva, aparece la reacción. Y la cosa va a más en cuanto a división social, porque ya responden los silenciados, que no quieren ser ciudadanos de segunda, o que los conviertan en apestados, o en extranjeros en su tierra.
La apuesta radical de Mas, para no quedar a la zaga de su jefe Junqueras no tiene otro objetivo en estos momentos que el de ahogar las protestas de los ciudadanos por los recortes, en los que el gobiernos de Cataluña es tristemente líder en España. Pero está dentro de su lógica expoliadora de partidos de la derecha; y lo único que cabe es combatirlas desde las clases populares.
Lo que ya no es tan lógico es que ICV- EUiA, si nos atenemos a lo que dicen sus escritos y lo que sus líderes proclaman, de ser formaciones de izquierdas. Porque cuando debieran estar denunciando a tiempo completo el expolio de esos servicios públicos, y la corrupción que embarga a la derecha catalana, resulta que van de la mano de esa derecha para ayudarle en su "hoja de ruta", y a mantener la cortina de humo que lanzaron contra los ciudadanos, para que se desmovilizaran, respecto a lo que de verdad les interesa, y se crean el cuento y los delirios y masturbaciones mentales de los que siempre han decidido: la burguesía. Pero no nos dejan decidir, por ejemplo si queremos que nos saqueen los hospitales para que los amigos o jefes de representantes de la sanidad privada hagan pingües negocios con la salud de la gente.
Lamentablemente en su intervención en el Congreso de los Diputados, el que representaba a los que llaman “la izquierda plural”, puso más fe en la defensa de la propuesta de los partidos de la derecha y ultraderecha nacionalista –CiU-ERC– que éstos. Y más lamentable aún, es que IU se haya prestado a apoyar lo que no es más que la defensa de los negocios de la gran burguesía catalana.
¿Alguien desde un pensamiento mínimamente popular y de izquierdas puede creer que una Cataluña en manos de CDC-ERC, sin el menor control, sería democrática? ¿Alguien en su sano juicio puede creer que una Cataluña dirigida por los que patrocinan la independencia, la que hace negocios con la salud y la vida de los ciudadanos sería favorable a los intereses de la mayoría? ¿Se puede creer que los trabajadores estaríamos mejor, cuando ya hoy los recortes y la corrupción que afecta al poder, son insoportables?
Lo que hoy son recortes para el negocio privado, mañana sería el cacicato sin límites de unos cuantos en su finca particular, es decir de los mismos, los 400 que siempre estamos en todas partes, como diría el recaudador Millet.
Parece que Coscubiela, y Herrera así lo creen, y sin el menor pudor se han prestado a ser palanganeros de la derecha para defender los planes de Convergent-ERC –cuando el propio Más no ha sido capaz de defenderlo él y se ha quitado de en medio.
Es de agradecer, aunque sólo sea para que la imagen de IU en toda España, y en particular en Cataluña, donde la izquierda brilla por su ausencia, no quede más deteriorada por la decisión de apoyar lo que decide la derecha de los recortes, que no saliera Cayo Lara a defender los despropósitos de quienes desde la supuesta izquierda han perdido todo sentido y orientación de clase. La ha perdido la otrora izquierda política, y la ha perdido la sindical, con el vergonzoso caminar de los jefes de los sindicatos, de la mano de los independentistas, desmintiendo todo sentido solidario de clase de los mismos, con 800 mil parados en Cataluña, miles de desahucios, y con otros tantos miles de niños desnutridos; mientras se dedican recursos a los delirios independentistas de los que siempre han sido independientes, porque son las clases adineradas.
Y ver a los tres representantes de PUC, (Partit Únic Catalá), supuestamente de diferentes opciones políticas defender lo mismo, aunque lo hayan querido adornar con otros colores, es todo un espectáculo de "integración de clase". En la dominante, claro, que los ricos no están para juegos estériles, y cuando los pobres se acercan a ellos, ha de ser para servirlos, nunca para igualarse en derechos.
Ubaldo Plaza
No hay comentarios:
Publicar un comentario