Surrealismo. De puro surrealismo hay que calificarlo. Ahora resulta que cuando accedió al cargo de primer secretario del PSC, Pere Navarro, tras el desastre ocasionado por la dirección nacionalista del partido, con pactos antinatura, con resultados de supervivencia y respiración asistida, el que era su presidente y uno de los representantes del talibanismo trabucaire del nacionalismo, Joaquim Nadal, a día de hoy sigue en el cargo. Y están estudiando ver cuándo deciden el relevo. Sin prisas, al parecer. A pesar de que ese señor sigue paseándose por todos los foros de la derecha nacionalista, defendiendo sus mismas políticas aventureras, contradiciendo a la dirección de su partido que intenta no ahogarse.
Y en lugar de haber botado a Nadal, no sólo como presidente y de la Ejecutiva, sino del propio partido, como correspondía a tan desleal comportamiento, hacen lo contrario: sigue pudiendo hablar en nombre del PSC, al menos legalmente, porque es su presidente.
Si es que Navarro quería enderezar el entuerto y sanear el partido, en dirección hacia la izquierda tras más de 30 años trabajando con planteamientos nacionalistas, para que la derecha convergente siguiera teniendo a Cataluña como una finca particular, no parece que ese sea el mejor camino.
¿Cómo es posible tanta condescendencia con quienes desde dentro de la organización, que hasta ahora era el mayor partido catalán en votos, se permita tanta desleltad, cuando todo apunta que está cantado cómo acabará la historia de los que nunca debieron militar, y menos dirigir, un partido que de nombre, y suponemos que por parte de muchos antiguos afiliados y votantes, era socialista? ¿Surrealismo o cierto grado de complicidad, inseguridad o pusilanimidad por parte de la actual dirección? ¿Cuando se darán cuanta en el PSC de que su gran base electoral nada tiene que ver con los delirios de la burguesía nacionalista? ¿Cuando comprenderán que si cabalgas en dos caballos a la vez, acabas besando el suelo?
Ubaldo Plaza
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