Ante la guerra de agresión que los Estados Unidos prepara contra Siria, todos sabemos desde siempre que lo que se sigue llamando Gran Bretaña, para el egocéntrico gobierno ingles, no es más que el perrillo faldero y seguidor incondicional de todas las aventuras imperialistas que emprende el gobierno de los Estados Unidos. Que en realidad lo decide el Complejo Industrial Militar. Que son los que hacen su agosto con todas las guerras que emprenden, para enriquecer a unos cuantos a costa de la vida de muchos inocentes, incluidos los soldados de los imperialistas.
Que no nos vengan ahora con que lo hacen para defendes nada, que afecte a la Humanidad, sino a sus inmensas riquezas. Son demasiados años de saqueos imperiales para que cuele nada que tenga que ver con nada humanitario: el “Premio Nobel de la Paz" –para vergüenza de la Academia sueca– vuelve a mandar a su soldadesca para que maten y a su vez mueran para que unos pocos millonarios que ni quiera saben dónde esté "el campo de operaciones" se froten la manos y puedan llevar una vida de fábula en sus ranchos.
El gobierno inglés muy en su papel de perrillo faldero sigue sacando pecho para animar a su amo yanqui a que emprenda la guerra, sin importarle que mueran ciudadanos británicos, disfrazados con uniformes. Da igual que el presidente yanqui sea un protohomínido mononeuronal como Bush, o que sea uno que los ilusos creyeron que era diferente por el hecho de tener la piel obscura. Si Obama está de presidente es porque a los grandes millonarios, los que de verdad mandan, les interesa. Los gobiernos ingleses siempre atentos a la voz de su amo yanqui.
Es normal dentro de la anormalidad, que los británicos hagan de niñeras de los yanquis en sus aventuras de muerte. Pero lo realmente sorprendente es que el gobiernos francés–socialdemócrata dice que es– haya caído tan bajo y colabore como un vulgar criado a lo Blair o Cameron, con los que no respetan ni los mínimos principios del derecho internacional, como sabemos hasta el hartazgo. Nosotros tenemos a Couso, asesinado, sin que se haga justicia.
Ya es la segunda vez en poco tiempo que el gobierno Francés –entre otros gobiernos como el español– se convierte en lacayo de los intereses espurios de los grandes millonarios yanquis. Primero colaborando con ellos contra un presidente soberano de verdad, como Evo Morales, poniendo en peligro su vida. Acto absolutamente vergonzoso; y ahora ayudándole a que la maquinaria bélica de los poderosos no pare, agrediendo a Siria en una guerra que nada tiene que ver con los motivos que aluden, todo lo contrario.
Ubaldo Plaza
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