El hijo del jefe de la cosa convergente, y en su día delfín para heredar el puesto de su padre, Oriol Pujol, ha sido imputado por tráfico de influencias por lo de las ITV. Lo que ya era la crónica de una muerte anunciada. La imputación, como se sabe, legalmente, no significa culpabilidad; pero políticamente es insostenible y debiera dimitir, no como lo ha hecho con esa burla a los ciudadanos, de los cargos de su partido, que es irrelevante, sino de los cargos políticos oficiales que desempeña.
Pero dicho esto, la duda está no en la cuestión que deberán decidir los jueces. Sino en ver ¿cuánto tiempo tardarán los partidos del PUC (Partit Únic Catala), de la burguesía nacionalista catalana: CiU, ERC, PSC e ICV-EUiA– en salir en tromba para decir que esto es "una maniobra de "Madrit" contra el soberanisme", para, como tantas veces han hecho–el papá del imputado en su tiempo lo hizo–en envolverse en la senyera–perdón, en la Estelada–para decir que ¡ATACAN CATALUNYA!
El victimismo de la derecha catalana ha funcionado. Principalmente porque los que se decían de izquierdas– hoy ya integrados sin complejos en el corpus de la derecha nacionalista que encabeza el iluniminado Mesías-Mas–, en lugar de exigir siempre responsabilidades ante cualquier hecho irregular, lo han tolerado en el mejor de los casos.
La finca particular del pujolismo, que era Cataluña, les permitía que construyeran alguna barraca particular; y con eso íbamos tirando. Las pocas críticas que se hacían eran para salir del paso.
Viene a colación, aquella vez en que Julio Anguita dijo "que Pujol era de una burguesía de las peores". Pues bien, el que entonces era secretario general del PSUC, Rafael Ribó, pidió audiencia a Pujol, !para pedirle perdón!, por las palabras de Anguita. ¿A alguien le puede extrañar lo del PUC?
Tiempo después, Ribó, era homenajeado por todos los partidos, como ¡histórico del PSUC! Nada que añadir, salvo que Ribó llegó al partido en el año 74. Es decir, un año antes de la muerte de Franco. Los miles de militantes que llevaban decenios en la clandestinidad, eran "menos históricos" que él. Ser de la burguesía, parece que también en eso, tenía un plus. Los obreros encarcelados durante muchos años, eran unos advenedizos.
Veremos cuánto tiempo tarda el PUC en unir fuerzas para defender a uno de los suyos.
U. Plaza
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