viernes, 29 de junio de 2012

MONTILLA, DIFERENCIA COMO RESERVA

El que fuera garante de las esencias e intereses de la derecha nacionalista catalana durante cuatro años,  José Montilla, incluso yendo más allá en su fe de converso de lo decentemente aceptado por los ya deteriorados ideales de la socialdemocracia, llegando al disparate insólito  de convocar una manifestación desde la presidencia de la Generalitat contra una sentencia de los tribunales que no agradaba al nacionalismo sobre el estatuto, manifestación  que resultó ser de lo más añejo por reaccionario del talibanismo independentista; el que abandonó a su electorado natural, las clases populares, por aparecer ante los que de verdad mandan, ahora y siempre, como más papista que el papa en la defensa de las esencias identitarias, con más de un ridículo gesto que hubo de sonrojar a más de uno; el que trabajó toda la legislatura para colocar las pasarelas en perfecta posición para la llegada al gobierno de Cataluña de la derecha salvaje y depredadora que hoy liquida de forma demoledora todos los derechos ciudadanos logrados durante décadas, como la sanidad y la enseñanza públicas, amén de liquidar el patrimonio público de siglos; este paladín y biempagao servidor, ahora junto a otros de sus antiguos colaboradores, se erige como el defensor de diferenciase de los depredadores de la derecha gobernante, de lo que el victimismo nacionalista llama Concierto Económico, y en el que todos los partidos nacionalistas, desde la derecha salvaje de CiU, hasta IC, pasando por el de el partido de Montilla, abrevan y tienen  como faro y guía de sus objetivos políticos de casta.

Pero ¡ojo!, no lo hacen porque consideren que todo eso sea un disparate y traten de rectificar su anteriores servilismos en pro de una verdadera política racional y de clase, de defensa de los intereses de las clases populares, tan expoliadas por la fauna  Convergente, ahora en unión de los nuevos conversos al nacionalismo del PP de la señora Camacho, no. Lo hacen porque  creen que deben diferenciarse del gobierno de CiU, tan parecidos hasta ahora a los ojos de los ciudadanos,  para no aparecer con el mismo discurso, con lo que sería imposible que a medio plazo puedan recomponer la situación, para volver a ser de nuevo el "otro" gran partido que garantiza los intereses de la oligarquía catalana, tan bien entroncada con toda la española, lo que no debe olvidarse, cuando los calculados disparates de los prebostes de la derecha catalana nacionalista, trata de confundir a las gentes de buena fe, con el conocido discurso de víctimas inventando enemigos de fuera, para aparecer ellos inmaculados, a pesar de la corrupción que nos aplasta en este celebrado oasis catalán.

No tratan de rectificar, sino de volver a las andadas, cuando las condiciones lo permitan. Sería bueno, de una vez por todas, que desde dentro del propio PSC hubieran voces que de verdad fueran por  senda distinta, no de parecer una opción diferente a la de la derecha, sino en serlo  efectivamente, alejándose de lo que sin duda es la principal lacra de la izquierda, no sólo política, sino social. Entonces sí que podríamos pensar que de verdad se podía recuperar el pensamiento democrático y de izquierdas. Pero de ninguna manera semejante idea pasa por las mismas embotadas cabezas identitarias responsables del desastre. Es necesario recuperar el sentido de clase–no pude ser otro si se quiere recomponerse del desastre–de los partidos de izquierda, inexistentes en Cataluña, por lo menos en la instituciones, pero que se presentan como tales cuando les interesa, lo que es peor. De lo contrario se seguirá alimentando el monstruo, devastador, que ya nos devora.

Ubaldo.

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