Uno de los gritos de los ciudadanos que estos días, indignados, han lanzado al viento, es: "le dicen democracia y no lo es, no lo es". Y la evidencia de que esos ciudadanos tiene razón, es que pocos minutos después de las agresiones a las pacíficas personas de la Plaza Cataluña, el señor Felip Puig, no fue detenido –y sigue sin serlo–, y conducido ante un juez para que respondiera de sus acciones ante la justicia, sin esperar siquiera a que su jefe, Artur Mas, lo decidiera. Ha sucedido todo lo contrario: contra toda lógica democrática, Mas ha apoyado el atropello y el apaleamiento de su hombre del garrote a los concetrados.
Los que ya somos mayores recordamos las "heroicidades" de Martín Villa y Fraga Iribarne repartiendo leña–hasta con muertos de por medio– , contra los que reclamaban democracia. El segundo hasta se permitía expropiarnos del derecho de estar en la calle, proclamando que la calle era suya, "la calle es mía" decía el ministro de la dictadura. Ninguno de ellos, obviamente, fue detenido y conducido ante el juez para que respondiera de sus actos, pero es que aquello era una dictadura.
El señor Puig ha hecho lo mismo que los ministros franquistas: agredir a los ciudadanos que reclaman democracia. Si el señor Puig sigue en su cargo, si nadie lo ha llevado ante un juez, detenido por agredir a los ciudadanos que exigen también, como entonces, democracia, ¡como hace más de tres décadas! ¿alguien puede considerar seriamente que esto es una democracia? Pues seguimos igual: "lo llaman democracia, y no lo es, no lo es". El señor Puig, sigue sin ser detenido, y siendo un peligro para los ciudadanos. Por ahora, impunemente, como entonces. Pero es que los que esgrimen el garrote, dicen que estamos en democracia. Y claro, la aplican como sabe el señor Puig, con el garrote, como siempre. Eso sí, los palos recibidos, si son por policía nacionalista, "la nostra", duelen menos. ¡Donde va a parar! Por cierto que que los de Martín Villa y Fraga, también eran nacionalistas. De otro tipo, pero con el garrote igual de efectivo. Es lo que pasa, al final coinciden en los palos, porque coinciden en los interese. ¿Y cuáles son? expoliar al ciudadano, sea la sanidad sea cualquier cosa pública susceptible de ser negocio.
U. Plaza
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