Lo grave no es que el gobierno de los Estados Unidos, el imperio, se comporte como el sheriff mundial emulando el añorado Oeste cazando indios como si fueran conejos. Eso es algo que está asumido, toda vez que ese país ha invadido decenas y decenas de países a lo largo de su corta historia, imponiendo dictaduras y pasándose por el arco del triunfo el derecho internacional, cuyo Tribunal no reconoce si considera que va contra sus intereses de potencia dominante. Al fin y al cabo es en los Estados Unidos donde, como en ninguna otra parte, se ha perfeccionado el fascismo hasta convertirlo en una obra de arte, y hacerlo pasar por democracia, y que gran parte de los lacayos de todo el mundo, se desgañiten en decir que es "la primera democracia y la más avanzada del mundo", aunque allí se pueda morir una persona-un niño como sucedió recientemente- por no tener seguro médico. Eso, en un país civilizado es impensable. A esto algunos de nuestros desnortados e interesados lacayos del imperio, lo llaman democracia y libertad. Todo esto ya lo sabíamos. Porque una cosa son las grandes cabezas y grandes hombres y mujeres de una elite, cultural y científica, y otra la masa del pueblo manipulada por los medios de idiotización dominados por la gran oligarquía, que es la que sí tiene SU democracia. Porque, como se sabe, "Estados Unidos ha llegado del salvajismo a la barbarie sin sin pasar por la civilización". Lo dicen algunos de sus más insignes hombres y mujeres del país, no nosotros. Es tal como se entiende en la Europa nacida de la Ilustración.
Así que no nos extraña que en lugar de poner en marcha toda la maquinaria del Estado para detener y juzgar a un terrorista como Osama Ben Laden–el mismo Ben Laden que antes, cuando estaba al sevicio de la CIA y haciendo negocios con el clan Bush, era un luchador por la libertad contra los ocupantes soviéticos, y que haciendo lo mismo que entonces sea ahora un terrorista–, se haya ido a la caza del personaje, sin tener en cuenta que un Estado de derecho no puede actuar como los terroristas, por lo menos tan descaradamente, aunque cloacas, como bien sabemos, haberlas haylas también por estos pagos. Y además, que se vanaglorien de tener un campo de concentración y tortura como Guantánamo, donde dicen han sacado la información, validando de hecho dichos campos de tortura, como "necesarios y útiles".
Todo esto es, por decirlo de alguna manera, "normal" en el código ético que rige la política de los Estados Unido. Nadie puede pedirle ética humanitaria a quien ha apoyado y sostenido dictaduras durante más de un siglo en todo el mundo. La larga lista de países invadidos es interminable.
Pero lo que sí es extraño, o así lo parece, es que los gobiernos democráticos de Europa no cuestionen en lo más mínimo los métodos del sheriff–Nobel de la Paz, que tiene guasa el ojo clínico de la Academia sueca, desee Kinssiger, como mínimo– y que además salgan todos en tromba haciendole la pelota al matón del barrio global, y no cuestionen la barbarie, y no digan que lo que han hecho es simplemente un asesinato, una venganza, aunque el prepotente presidente estadounidense, diga "que se ha hecho justicia". Hasta el Estado que utiliza el terrorismo como norma, y avanzadilla del imperio, Israel, cuando ha secuestrado a algun asesino, aun despreciando el derecho internacional, ha llevado ante los tribunales a los asesinos como hizo con Adolfo Eichmann.
Si sólo hubiera sido la actuación del gobierno estadounidense, con la crítica del mundo civilizado, simplemente habría que considerar que en esa parte del mundo, a su gobierno aún no le ha llegado el Derecho. Pero con el beneplácito lacayuno de todos los gobiernos europeos, incluido el de Zapatero, hay que empezar a pensar si no hemos retrocedido siglos de historia, hasta la Ley de Talión.
U. Plaza
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