Cada vez más analistas políticos de todas partes coinciden que ese movimiento llamado Tea Party, no es otra cosa que el fascismo todavía más descarado del que ya existe desde hace muchos años en los Estados. En realidad lo único que diferencia el fascismo estadounidense del que conocimos en Alemania, Italia y España, son las formas visibles y sus parafernalias; aunque también en el país americano son propicios a un exagerado patrioterismo, que utilizan como cortina de humo para idiotizar, a los ciudadanos y que se olviden de los verdaderos problemas y de quiénes son los responsable. Han conseguido que la masa amorfa apoye las ideas más reaccionarias, asesinatos legales incluidos, aun siendo contrarias a sus intereses, de las clases más pobres de la sociedad, previa la utilización del gobbeliano medio de comunicación en manos de los grandes capitales. Y con un Tribunal Supremo al servicio de lo que interesa a los poderosos, como vimos con el pucherazo en la elección de Bush, el nieto del admirador de Hitler.
Ahora parece, y así lo afirma muchos observadores, que los fascistas de USA del partido llamado republicano muy acorde con el nazismo, poco a poco se van quitando la careta, y ante lo que consideran su sagrado derecho de ser los poseedores del poder y a regir los destinos del mundo, han acabado con eufemismos y simplemente recurren a los métodos que sean para completar sus propósitos. No ya sólo de disponer de todo poder, que lo ha tenido siempre, sino para desposeer a los ciudadanos de los pocos logros que hayan logrado.
El fascismo hoy, no necesariamente tiene que ir acompañado de todo el aparato simbólico de antaño, aunque también es usado por algunos sectores. Puede perfectamente, como pasa en Estados Unidos y otros países a los que llaman democráticos; y con la utilización, eso sí, como los nazis, de los medios, para desinformar, manipular y adoctrinar.
Cada vez veremos más signos de que la derecha fascista, ahora encarnada con el nombre de Tea Party, se hace con todos los resortes, si es que no los tenía ya.
Y no olvidemos que en España existe una derecha tan impresentable, cavernícola y fascista, que también va por esos derroteros, aunque aquí lo disimulen con el nombre más castizo de Partido Calimocho, con la ultraderechista Esperanza Aguirre, y otros vendedores de las delicias del franquismo como, Mayor Oreja, que según se desprende de sus palabras, estaba encantado con el golpista y su dictadura.
U. Plaza
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