domingo, 8 de septiembre de 2013

LAS OLIMPIADAS DEL PP

  La capital de la República, Madrid, sus habitantes, no se merecían una humillación como la que ha recibido por parte del COI, eso es evidente. Madrid es una ciudad que tiene la mejor gente y muy luchadora, como estamos viendo con la movilizaciones para evitar que les saqueen la sanidad pública –como también pasa en Cataluña, mi tierra– para que unos cuantos amiguetes hagan pingües negocios con la salud y hasta con la vida de sus ciudadanos. 

    Pero es que los Juegos Olímpicos, concretamente estos que se decidían para el 2020, constituían una rémora de no te menees. Y no sólo porque, como han asegurado los expertos, no constituyen ninguna ventaja esencial para la mayoría de los ciudadanos, económicamente, más bien todo lo contrario. Sino porque quizá en ningún otro momento un acontecimiento semejante hubiera tenido mayor manipulación política por parte del gobierno y su partido, que con tanto celo defiende los intereses de banqueros y grandes empresarios, en contra de las clases populares.

   Al gobierno y a su partido, que están en los papeles judiciales desde hace ya tanto tiempo,  con el caso Gürter, al que se ha añadido una pieza más como el Caso Bárcenas que es más de lo mismo, le hubiera venido muy bien para distraer al personal, una vez lo de Gibraltar habría perdido fuelle (sin desmentir la siempre piratería británica respecto al Peñón, que esa es otra cuestión). 

   Hubiéramos estado durante todo lo que queda de sufrimiento de esta legislatura, y vete a saber si hasta el mismo día de la clausura de los Juegos, aguantando al gobierno de PP, montando todo tipo de eventos, con sus pesebristas mediáticos de manipulación, ahogando los principales problemas que aquejan al país con una versión moderna de Panem et circenses, aumentando hasta el infinito las manipulaciones que ya padecemos.

   Las Olimpiadas eran una tabla de salvación propagandística para el régimen, que nos hubiera apabullado, y cuyo gasto correría, como todo lo que hacen estos “servidores públicos”, de nuestra cuenta, para que lo paguen hasta nuestros tataranietos.(Con la deuda que ha dejado el ultra Gallardón ya  es suficiente). Así que no hay que rasgarse la vestiduras. Y más bien respirar aliviados, y en todo caso darle las gracias al COI porque, en última instancia, no ayude a que los que hoy tiene a España como una finca particular, se perpetúen. La capital de la República, Madrid, sus gentes, es mucho más que unos juegos deportivos.

Ubaldo Plaza



sábado, 7 de septiembre de 2013

LA RUTA DEL PSC, DE SU NACIMIENTO HASTA EL ABISMO

   Muchos se preguntan en estos tiempos de sufrimiento del PSC del porqué de tanta pasividad durante tantos años. De cómo era posible que, contra todo pronóstico, desde que perdieran las primeras elecciones al parlamento de Cataluña no se preguntaran las razones de semejante contradicción, de que al ganar todas las elecciones  generales, arrasando y arrollando a sus contrincantes, perdieran todas las catalanas. 

   Muchos observadores lo analizaron minuciosamente; unos tratando de llevarlo al abismo por el camino de imitar a la derecha convergente (que en aquellos años seguía con la careta de "moderada"), al que al final llegó un PSC agónico; y otros que advertían del dislate de querer competir en el mismo terreno de la derecha nacionalista;   pero que estos gritaban en el desierto y que eran descalificados por los mismos dirigentes nacionalistas del partido.

   Así que se apresuraron a ir por el camino contrario del que aconsejaba  el sentido común de una formación que exhibía la “S” de socialista en sus siglas: ser más nacionalista, y hasta haciéndolo ostentosamente eliminando precisamente de su logotipo  lo que les daba las mayorías, que no era otro que su identificación con el socialismo español, con el PSOE, cuya base electoral indiscutiblemente engrosaba la representación catalana del partido en el Congreso de los diputados. La "independencia" del PSC con respecto al PSOE más propagandística que real para contentar a la derecha nacionalista, fue un paso más hacia la hecatombe.

  Cuando el señor Montilla llegó al gobierno catalán, creó esperanzas en ese electorado popular y obrero de los barrios, que pronto fue defraudado, porque resultó que el que  la gente suponía que podía introducir algo de racionalidad en los desastres anteriores, resultó un fraude: “nuestro presidente nos ha salido rana, se ha vuelto más papista que el papa y le está haciendo el trabajo a Convergencia en el desvarío identitario”, se comentaba.  Hasta llegar a dislate de apoyar una manifestación ultra desde la presidencia contra el Tribunal Constitucional, algo insólito desde las instituciones, sólo concebible en un estado paranoico en el que está asentada la política nacionalista catalana.

   A partir de ahí el abismo al que se acercaba el PSC estaba despejado. Muchos de sus votantes, mayoritariamente de las clases populares y que le votaban por “socialista” se sintieron desconcertados y decidieron quedarse en casa la mayoría o una parte desviar su voto a Ciudadanos. 

   Y Cabía preguntarse: ¿Es que en el PSC no había nadie con capacidad de análisis que comprendiera los motivos por los que una tras otra se perdían las elecciones catalanas, mientras se ganaban de calle las generales?

   No creo que esa fuera la razón. En el PSC, sin duda hay personas capacitadas que se percataban del problema. Pero el principal escollo  no era otro  que el partido estaba dirigido por la misma clase social, la burguesía, que el “otro” partido de la derecha, con sus mismos eslóganes patrioteros, aunque algo atemperados con algún tiente verbal "socialista". 

   Y la intención de esa fracción que copaba los cargos y decidía en el PSC no estaba por la labor de ganar unas elecciones en clave de izquierdas, sino en competir con CiU en su terreno nacionalista y "nacionalizar" al partido. Porque, en última instancia, CiU representaba los intereses que en el fondo deseaban los dirigentes del PSC: los de  la burguesía. 

  Con esos mimbres nacionalistas pocos cestos socialistas se podían tejer. Y cuando llegó Montilla y sus colaboradores, muchos de ellos sin embargo nada proclives al nacionalismo, en lugar de dar un giro copernicano al partido, que era lo que necesitaba,  persistió en el error por una especie de complejo, que no sólo lo llevó a ser como decimos más papista que el papa, encabezando algunas de la políticas que no se atrevieron a poner en práctica los convergentes en su día, como las multas por la rotulación. Mientras, la derecha aguardaba frotándose las manos, con la valiosa ayuda de ERC, el otro partido de la derecha, y en parte  de ICV, a que se quemara y se estrellara. 

   Pero, cuando llegó el desastre, la nueva ejecutiva encabezada por Pere Navarro, en lugar de hacer los propio, que no era otra cosa que dar el giro que no había dado Montilla, y limpiar el partido de aquellas personas que trabajaban con los mismos patrones destructores. Pero los dejó que siguieran minado desde posiciones nacionalistas, es decir de derechas, a la nueva ejecutiva. Lo que impedía que todas las energías las dedicaran a rehacer la formación sin enemigos dentro.

   Es evidente lo que el PSC debiera de hacer: O es un partido socialista con apoyo popular, junto a sus compañeros del resto de España, sin rémoras que lo identifiquen con la derecha nacionalista;  o bien se integra en la casa gran –que cada vez es Mas barraca– de CDC. O sigue por el mismo camino que es la extinción como partido de las clases populares. 

Ubaldo Plaza

miércoles, 4 de septiembre de 2013

LA DERECHA INDEPENDENTISTA, SOLA, "ENCADENANDO" CATALUÑA


 Parece que después de tanta parafernalia subvencionada, de cara a “encadenar” Cataluña, la mayoría de los partidos se han desenganchado; esperemos que sea por haberse dado cuenta de que iban a validar el desgobieno de ERC, que ejerce Artur mas por delegación y permiso de Junqueras. 

  Así que sólo apoyan la fuga hacia adelante de la aventura independentista los dos partidos de la derecha catalana ERC y CDC –Unió, que forma coalición con ésta, se ha desmarcado, pues aspira a tener futuro político, el que Mas está dilapidando. Estaba cantado que la particiàción del PSC e ICV validarían las desastrosas políticas llevadas a cabo por quien nos está dejando sin sanidad pública, y vendiendo nuestro patrimonio para hacer negocio. Cuyo principal actor es Ruiz al servivio de la sanidad privada, el mismo que le ha negado al Sindic de Greuges, hacer algo para solucionar el problema de la desnutrición infantil en Cataluña.

A este desvarío se suma también la CUP. Que salvando evidentemente las distancias políticas e históricas, me ha recordado estos días que he releído a Stanley Payne, a la Falange. El que teniendo un programa de nacionalización de la Banca, reforma agraria, expropiación de los latifundios, derechos de los trabajadores en las empresas, etc.,  todo un sin número de mejoras anticapitalistas, su enemigos eran la izquierda, a la que combatían, y de qué manera, aliándose con la derecha, cuyos  objetivos compartían.

  Lo mismo que entonce muchos ingenuos creyeron que estaban luchando por la justicia social desde Falange; me pregunto si no habrá honestos e idealistas jóvenes del CUP, que también crean que apoyando a Convèrgencia a extender su cortina de humo para que la gente se olvide del saqueo del patrimonio público, están luchando por esa misma justicia social que dicen reivindicar. Cualquier fuerza política, si no quieren hacer de tontos útiles, deben mirar primero cuáles son sus aliados, por puntuales y limitados que sean, y si sus amistades son peligrosas. O, si en el caso de la CUP, en realidad se sienten cómodos junto a la gran burguesía que se ha quitado a careta y hoy es más ultra que nunca. Recordemos que en la primera comparecencia en el Parlament, el diputado de la CUP se ofreció a Artur Mas, en clave patriotera, "como un catalán de Zamora", como reafirmando que a pesar de lo cual, era auténtico; lo que ya es un síntoma, de por dónde van las razones de clase, muy por detrás, si es que las hay, de sus patrioteros objetivos. 

Ubaldo Plaza

lunes, 2 de septiembre de 2013

LOS GENES IMPERIALISTAS


Siempre se ha sabido que quien manda y decide en Los Estados Unidos, los que ordenan invadir países, asesinar selectivamente, dar golpes de Estado y organizar guerras que cuestan cientos de miles de vidas,  son los grandes grupos empresariales, el capital financiero especulativo, los grandes millonarios a los que la vida ajena importa un bledo, si con eso consiguen aumentar su poder  y sus cuentas corrientes. Eso no es ningú secreto. Y todo el sistema está organizado para ello.

   Por eso es sorprendente que haya quien crea –al menos hubo ingenuos que lo creyeron– que con el cambio de un presidente belicista,  de mente primaria, de nulas convicciones humanitarias y propenso al terrorismo de Estado como Bush;  a otro que, para que colara el engaño –una vez más– lo presentaron como algo nuevo, y además les dieron el premio Nobel de la Paz, para ir haciendo boca; creyó mucha gente que “era otra cosa”, gracias a eso que llaman marketing, que no es más que un lavado de cerebro a los ciudadanos. 

   Le  dieron el Premio Nobel cuando hay que ser muy tonto –lo que no creemos, más bien es connivencia de la Academia sueca–, para creerse que un presidente del imperio, los Estados Unidos, estaría al margen de la guerra, cuando uno de su cometidos es precisamente ese, ¡la guerra imperialista! Porque así está en los genes del sistema, de todo imperio, hasta que decae y se hunde, como todos los imperios.

   Así que el señor Obama –como antes Bush, y antes los que les precedieron, no son más que los primeros funcionarios del Estado al servicio de los grandes capitales. Eso de la democracia es un camelo, como por otra parte lo es En España y en tantos lugares, por no decir en todos. Porque el capitalismo es incompatible con la democracia. 

  El Presidente, cuando sale a decir "A", es porque se lo han ordenado, o él ya sabe que ha de actuar así porque lo tiene escrito en el guión –como Rajoy tenía escrita la contrarreforma laboral esclavista, dictada por la CEOE o gentes tan ilustres parecidas. 

  Por eso, en estos momentos si los grandes estrategas de la geopolítica han decidido que hay que acabar con el gobierno sirio, pues se inventarán lo que sea para justificar ante su opinión pública, escamada por las guerras de agresión que emprende sus gobirnos, siempre con mentiras, lo acepte, “por razones humanitarias”. Y como hicieron con las dos guerras de Irak y para echar a los rusos en Afganistán, si les conviene se aliarán con Alqaeda, porque los imperialistas –como toda la burguesía, también la española, incluida la catalana patriotera–, no tienen  amigos, tienen intereses. 

  Así que aquellos que se hayan sorprendido porque el presidente que parecía civilizado y menos bestia comparado con el primario tejano Bush, deben entender que el presidente, en realidad no es más que el primer empleado, es decir, el primer mercenario del Poder imperialista de la oligarquía. Y que si está de presidente es porque lo han puesto sus amos. Que nadie caiga en la tentación de pensar que ha sido elegido por los ciudadanos. Antes del circo electoreo, que los yanquis lo bordan, los millones de  dólares  han circulado para convencer al americano medio de su bondad. Y en última instancia, si conviene, el Tribunal Supremo tendrá la última palabra, como pasó con Bush. 

  Y así llevan más de 200 años, invadiendo, dando golpes de Estado, y engrosando su poderío; sembrando de miseria y de muerte continentes enteros; al tiempo que la mayoría de ciudadanos americanos se empobrecen cada vez más. Que para acallarlos, harán una campaña patriótica, banderas estrelladas en ristre –¿les suena?– con lo que todos aceptarán el nuevo genocidio, en nombre de la libertad, que sólo rechazan minorías informadas. Lo de Siria en una más. Nada diferente. Es la naturaleza del imperialismo: conquistar poder al precio que sea, que pagan los inocentes. 

Ubaldo Plaza

miércoles, 28 de agosto de 2013

EL GOBIERNO FRANCÉS, COMO EL BRITÁNICO, DE PERRILLO FALDERO DE LOS YANQUIS


   Ante la guerra de agresión que los Estados Unidos prepara contra Siria, todos sabemos desde siempre que lo que se sigue llamando Gran Bretaña, para el egocéntrico gobierno ingles, no es más que  el perrillo faldero y seguidor incondicional de todas las aventuras imperialistas que emprende el gobierno de los Estados Unidos. Que en realidad lo decide el Complejo Industrial Militar. Que son los que hacen su agosto con todas las guerras que emprenden, para enriquecer a unos cuantos a costa de la vida de muchos inocentes, incluidos los soldados de los imperialistas. 

    Que no nos vengan ahora con que lo hacen para defendes nada, que afecte a la Humanidad, sino a sus inmensas riquezas. Son demasiados años de saqueos imperiales para que cuele nada que tenga que ver con nada humanitario: el “Premio Nobel de la Paz" –para vergüenza de la Academia sueca– vuelve a mandar a su soldadesca para que maten y a su vez mueran para que unos pocos millonarios que ni quiera saben dónde esté "el campo de operaciones" se froten la manos y puedan llevar una vida de fábula en sus ranchos.

  El gobierno inglés muy en su papel de perrillo faldero sigue sacando pecho para animar a su amo yanqui a que emprenda la guerra, sin importarle que mueran ciudadanos británicos, disfrazados con uniformes. Da igual que el presidente yanqui   sea un protohomínido mononeuronal como Bush, o que sea uno que los ilusos creyeron que era diferente por el hecho de tener la piel obscura. Si Obama está de presidente es porque a los grandes millonarios, los que de verdad mandan, les interesa. Los gobiernos ingleses siempre atentos a la voz de su amo yanqui. 
   
   Es normal dentro de la anormalidad, que los británicos hagan de niñeras de los yanquis en sus aventuras de muerte. Pero lo  realmente sorprendente es que el gobiernos francés–socialdemócrata dice que es– haya caído tan bajo y colabore como un vulgar criado a lo Blair o Cameron, con los que no respetan ni los mínimos principios del derecho internacional, como sabemos hasta el hartazgo. Nosotros tenemos a Couso, asesinado, sin que se haga justicia.
  
  Ya es la segunda vez en poco tiempo que el gobierno Francés –entre otros gobiernos como el español– se convierte en lacayo de los intereses espurios  de los grandes millonarios yanquis. Primero colaborando con ellos contra un presidente soberano de verdad, como Evo Morales, poniendo en peligro su vida. Acto absolutamente vergonzoso; y ahora ayudándole a que la maquinaria bélica de los poderosos no pare, agrediendo a Siria en una guerra que nada tiene que ver con los motivos que aluden, todo lo contrario. 

Ubaldo Plaza


martes, 27 de agosto de 2013

EL CUENTO DEL HUÉSPED INCÓMODO

   Se narraba en un cuento  que un señor de otra familia llegó a una casa de unos amigos, a su vez de otros amigos, para pasar unos días. Y parece que le gustaron los guisos que se hacían y el hombre con muy buen criterio de aprovechado, decidió alargar su estancia. Al principio todo fueron alabanzas. Pero pasaba el tiempo y no se decidía a volver por donde había venido. Los dueños de la casa empezaban a cansarse de tan pesado huésped. Y continuamente le decían 

  –¿Tienes previsto marcharte hoy? 
 –¡No!, contestaba, aquí se está bien; se come de fábula y además es gratis, decía como bromeando, lo que a los dueños les sentaba como un tiro. 

  Los dueños aunque iban perdiendo los nervios no querían incomodarlo a la espera de que tomara la decisión de marcharse por sí mismo para no quedar mal con los que lo habían recomendado. Pero la marcha se alargaba; y en lugar de ayudar en la casa, cuando se levantaba lo dejaba todo manga por hombro. Pero sí se acercaba a ayudarles a los vecinos que eran sus competidores en los negocios. Además de más que huésped, se consideraba parte de la familia y suplantaba al dueño, hasta con malos modos para reprocharle a la señora de la casa que el guiso no era del todo de  su agrado, conminándola a que mejorara su arte culinario. Y se lo iba contando a los vecinos, con los que los dueños de la casa no mantenían especial relación por la competencia que le hacían.

  Por más indirectas que le soltaban a cada momento, él no se sentía aludido. Y cuando ya toda la familia al borde del suicidio decidieron volverle a preguntar ¡que cuándo puñetas pensaba marcharse!, él como de nuevas, con aire de ofendido respondió:

   –¡Si alguien piensa que sobro en esta familia que lo diga!

   La señora de la casa, ya hasta la coronilla de tanta deslealtad para con los que lo habían mantenido durante mucho tiempo le respondió:

–Pues mira, sí. Sobras. Porque tú no eres de esta familia, sino que trabajas para nuestros rivales.  Sin ti esta familia se desarrollará más feliz y con menos problemas.

  Algo así parece que le sucede al nacionalista del PSC, Joaquim Nadal. Que también ha dicho "si alguien cree que sobro en este partido, que me lo diga".  Pero por más que haya oído que efectivamente sobra en un partido que no es el suyo, por ideología, y porque publicita como en el cuento, el producto del vecino –si es que este partido aspira a regenerarse–, Nadal sigue sin enterarse. Lo que falta es que el jefe de la casa,  o la familia, como en el cuento, le diga: 

   –Pues mira, sí, Sobras porque tú no eres de esta familia, y en buena lid, no lo has sido nunca, piensas como el vecino.  Y sin ti será mucho más fácil y  efectivo para el camino que deseamos. 
  Si es que realmente es así, claro. De no ser así, hay que dejar que el huésped acabe de arruinar la casa.

Ubaldo Plaza






lunes, 26 de agosto de 2013

EL SUEÑO DEL INCONSCIENTE

  Josep Rull, eterno alcaldable de la derecha, hoy ultra, de Tarrasa, que provine de la Juventudes  convergentes –que mientras sus mayores presentaban la cara amable de burgueses que hasta parecían  civilizados, antes del saqueo sanitario–, ellos con sus colegas de ERC la armanban de vez en cuando con actitudes que mejor quisiéramos haber olvidado, de nuestro pasado reciente; pero que la derecha hoy  resucita, tanto la del PP como la de sus colegas convergentes.  Porque, que nadie se engañe, defienden los mismos intereses de clase, unos en toda España, otros en Cataluña. De hecho siempre se han apoyado.
  Pues este  hombre, que vive de sus propios  sueños  y fábulas que los sacerdotes de sus religión le han inoculado, no se da cuenta de las incoherencia que dice, que sólo sirven para alegrarle los oídos a los fieles que adoran al muñeco. 
   Afirma que con una participación del 50 %  en su referéndum patriotero ya habría suficiente para poner en marcha los delirios independentistas de la derecha catalana, a la que sumisos compañeros de viaje le aguantan el cirio en el desfile de máscaras. Suponemos que será para que se tapen las desastrosas políticas de su jefe, que desgobierna y agita Cataluña en lugar de gobernar, por delegación de Junqueras, que acabarán devorándolos, sin que se den cuenta.

  ¡Hombre Rull. La derecha siempre ha sido salvaje, intolerante  reaccionaria, negociante y dispuesta a sacar provecho para engrosar sus cuentas corrientes sin mesura, sin medir –o midiendo muy bien– las consecuencias ajenas, para sus víctimas. Pregúntaselo a las que sufren los recortes sanitarios, mientras os gastáis un munt de diners, habiendo miles de niños desnutridos, diga lo que diga el inefable Ruiz–, en la promoción patriotera. A la derecha a la que perteneces le ha importado todo un bledo si sacaba provecho, pero no es idiota. No la hagas quedar mal. Sabes perfectamente, y si no lo sabes, peor que peor, que las cosas no son así, aunque te lo hayan explicado en clases de domesticación o adoctrinamiento particulares!

  Hasta hace un tiempo se consideraba  que necesitabas un hervor como líder de la derecha de Tarrasa;  ahora, después de los ejercicios espirituales a los que vienes asistiendo de la manos del Mesías  que nos quiere llevar, no a la Tierra Prometida, sino a la Sicilia de final de siglo XIX, creo que necesitas que la olla hierva una buena temporada. Hay que ser muy inconsciente o un alma cándida, para creerse lo que le dicen, o uno se fabrica en sus noches de delirios. 

Ubaldo Plaza