miércoles, 15 de abril de 2015

UPyD Y LOSTRANSFUGAS OPORTUNISTAS



 Vaya por delante que no siento la menor simpatía política por Rosa Díez, más allá de sus elocuentes intervenciones en el parlamento denunciando la corrupción y poniendo en evidencia la mediocridad y las mentiras del todavía presidente del gobierno,  así como su firmeza contra la irracionalidad de la derecha nacionalista que defiende desigualdades entre los ciudadanos.

   Pero los apegos de Rosa Díaz a las políticas más reaccionarias de la caverna con respecto al derecho de la mujer al aborto; sus contantes alineamientos con los dos partidos del régimen en sus ataques contra los gobiernos latinoamericanos que intentan quitarse de encima la bota intervencionista y criminal de los Estados Unidos que los aplasta; y sus simpatías por el Estado terrorista de Israel, obviando los sufrimientos del pueblo palestino, hace imposible que un pensamiento progresista, pueda simpatizar con Rosa Díez, que pasó a militar en un partido socialista, al menos de nombre, a crear un partido de derechas. 

  Pero dicho esto, me parece obsceno el espectáculo que los tránsfugas de UPyD están dando. Porque no se deben tales decisiones transfuguistas –tomadas conspirando colectivamente, no se olvide este detalle–, a  reflexiones y análisis hechos en el tiempo, sobre determinadas políticas.
  
   Se trata simple y llanamente de traición a la formación a la que  pertenecen, sin antes haberse planteado cambiar las cosas, o retirarse en silencio, sin espectáculo. Y ya se sabe, quien traiciona una vez, puede traicionar otra y mil veces más. 

  Aquellas personas honradas que tengan la tentación de votar a los traidores, sean del partido que sean, y pienso también en IU de Madrid, deben tener en cuenta, antes de depositar su voto, que no son de fiar. Y que, si se les presenta otra oportunidad más rentable, lo harán sin la menor duda.

   El partido de Albert Rivera, que parece ser el destinatario de esos tránsfugas, entra muy pronto en ese túnel obscuro de la política sucia de los manejos en las cloacas, y eso que aún no tiene poder. 

    Ciudadanos, que como ya hemos dicho en alguna otra ocasión, jugó su papel como única oposición a esa suerte de fascismo, aparentemente nebuloso, pero efectivo, patrocinado por la gran burguesía catalana, tan corrupta como la del resto de España, con el acompañamiento de todo un coro de palanganeros  y bufones, que pusieron en bandeja la liquidación de la izquierda. 

   Pero el salto dado a la política nacional de Ciudadanos lo convierte en la esperanza, en la  reserva de la derecha, si los dos partidos del Régimen que han garantizado los privilegios del franquismo real, el económico, durante los últimos 35 años, acaban hundiéndose a corto o medio plazo. 

   Así que Ciudadanos, al recoger a los traidores de UPyD, ya entra en el terreno de la obscenidad, además de que se convierte en un partido peligroso para las clases populares, como el PP, evidenciado en las últimas declaraciones de sus dirigentes, para situarse como recambio de éste. Y es peligroso, porque, defendiendo las mismas políticas de expolio de lo público de toda derecha –pertenece al grupo europeo liberal junto a CDC–, eso que llaman liberalismo, pasará, al menos de momento, como que en España hay por primera vez una derecha no franquista, y hasta con ribetes laicos. 

   Naturalmente, a medida que el PP de Fraga y Aznar vaya adelgazando y no haya cargos que repartir, irán engrosando las filas de Ciudadanos, volviendo a la casilla de salida de ese juego diabólico de la mentira. Resultando otra obra maestra de arquitectura política de los poderosos, como lo fue la de la Transición, con los dos partidos que han sostenido sus privilegios.

   Por lo tanto, que un partido como Ciudadanos acoja sin titubeos a los que abandona UPyD, será un partido contaminado. Y la aparente y engañosa frescura de su líder, quedará marcada por la realidad de ser idéntico a la derecha herrumbrosa, ya agotada. 

Ubaldo Plaza