jueves, 28 de octubre de 2010

NÉSTOR KIRCHNER


La muerte del ex presidente  Néstor Kirchner hace que uno vuelva la vista a los países americanos. A este hombre, que como todos, tiene sus luces y sus sombras,  el pueblo argentino tiene que agradecerle que haya dignificado la vida pública argentina, no con proclamas demagógicas, que seguramente también, sino haciendo que los argentinos recuperaran la dignidad colectiva. 

 Sacando a flote y denunciando los crímenes de la dictadura, anulando la amnistía que aquel delincuente que le precedió en la presidencia, Carlos Menen, le otorgara a los asesinos militares, que se habían ido de rositas y con actitudes chulescas. Los puso ante los tribunales que fueron, esta vez sí, condenados por sus crímenes. También convirtiro  la Escuela de la Marina (ESMA) en un museo de los horrores como testimonio de las tortura y asesinatos cometidos durante la dictadura, para la memoria de las futuras generaciones de argentinos.

Y logró una cierta reconciliación y estabilidad entre los diversos países americanos, siendo parte importantísima en el tablero político de América Latina, siempre sufriendo terribles dictaduras propiciadas  por los intereses de los Estados Unidos, para su independencia de la tutela del poderoso vecino del norte.

Sin duda, como españoles, debemos sentir envidia sana de que los argentinos, gracias, a la lucha de las valerosas Madres de la Plaza de Mayo, pero también por la decisión política del presidente, la memoria histórica se recupere para que nunca más los argentinos sean devorados por a barbarie fascista.

Porque hay que recordar que en España, tras 32 años de nuestra Constitución, de los cuales más de 20 ha sido gobernada por el partido socialista, todavía no se han dado los pasos para una verdadera Ley de la Memoria Histórica digna de ese nombre. El Estado, no ha puesto todos los resortes de los que dispone para tal fin necesario para cerrar definitivamente una etapa de horror de nuestra historia; todo lo contrario. 

Existen mecanismos para que se vaya diluyendo y se le puedan poner trabas al para que lograr que los familiares, ya nietos y bisnietos de los asesinados, que son decenas de mies durante el franquismo, puedan ser desenterrados de las fosas comunes y las cunetas, para que le del la sepultura que consideren oportuna. Además, cuando ya quedan muy pocos familiares vivos.

En España, al contrario de lo que ha ido sucediendo en Argentina y de alguna manera en el resto de aquellos países hermanos, no han pagado por sus crímenes los asesinos.  Todos lo contrario. Ministros de Represión que fueron responsables de muchos de torturas en las comisarías, fueron premiados en consejos de administración de empresas, muchas públicas, que los gobernantes se apresuraron a desmantelar y privatizar. 

En España los torturadores como los hermanos Creix, los Polo, Yagüe, Conesa y tantos otros, nunca tuvieron que rendir cuentas, no ya ante los tribunales, sino ni siquiera ante la opinión pública que tenia derecho a conocer quiénes había sido los brazos ejecutores y asesinos de la dictadura.

Ni se ha depurado el sistema judicial, dándose la paradoja de que los herederos de aquellos bandidos que dieron el golpe de Estado y sostuvieron la dictadura durante casi cuatro décadas,  con todo el horror que eso representó para nuestro país en todos los ámbitos, fueran aceptados como acusación por unos jueces para encausar al juez–Garzón–. El mismo que hizo que la opinión pública se sintiera satisfecha por su petición de extradición del sanguinario Pinochet, y que después por las trampas que los gobiernos saben hacer no pudiera ser llevado ante los tribunales. 

Garzón actuó a petición de los familiares y se atrevió a denunciar los asesinatos de los golpistas  del  antiguo régimen de delincuentes, y se propusiera dignificarlos, devolviéndolos a la condición de ciudadanos asesinados. Hay una diferencia sustancial entre   la decisión política y judicial en Argentina y cómo se llevan las cosas en España.

Hoy, los familiares siguen luchando para lograrlo. Y el gobierno, en lugar de poner toda los medios a su disposición, se mueve en un montón de disposiciones que permiten que dependa de la voluntad de éste o aquel juez, de uno u otro gobernante en la zona. Mientras, la extrema derecha, crecida y a través de sus panfletarios medios de manipulación, reinventa la historia y  se burla de las víctimas de la dictadura, a tiempo que  se presenta justificando el golpe de Estado, ya sin el menor rubor.

Es por eso que hay que sentir envidia sana de los argentinos, con el ex presidente  Kirchner a la cabeza, al tiempo que vergüenza por no haber sido capaces como españoles de dignificar a las decenas de miles de asesinados. Ni siquiera de haber convertido el faraónico monumento de Cuelga Muros en un museo de los Horrores, como ejemplo negativo de aquella rebelión criminal y que de alguna manera siga sirviendo todavía de lugar de peregrinación, con curas fascistas  que exhiben las banderas franquistas en sus misas a la memoria de los representantes de la dictadura. 

Y que todavía no se haya podido completar le liquidación de los símbolos de la dictadura, porque muchos de los gobernantes de la derecha, heredera de la misma, se nieguen a acatar la ley que así lo exige. 

Es natural que sintamos, con todas las diferencia que se puedan tener con  fallecido presidente argentino, un respeto por sus actuaciones, respeto que sigue estado ausente en nosotros mismos, 35 años después de la muerte del dictador.

U. Plaza