lunes, 14 de marzo de 2011

JAPÓN, ESPAÑA Y LA GESTIÓN DE LOS TERREMOTOS


Tras el terrible terremoto de Japón, hay que destacar el comportamiento de los ciudadanos japoneses, e incluso de sus dirigentes, que  ante la adversidad tiene en sus horizontes mentales salir de la terrible situación con el esfuerzo de todos y sin reproches inútiles y estériles. 

Si algo parecido hubiera sucedido en España, a estas alturas los políticos estarías a la greña para ver qué rentabilidad electoral le podían sacar. Los de la oposición del PP estarían culpando al gobierno de "falta de previsión" ante los movimientos sísmicos, añadiendo que ellos lo harían mucho mejor, porque la derecha es mucho más efectiva, aunque la política que hace la supuesta izquierda sea calcada a la que le gusta a esa derecha salvaje y depredadora. 

 Por el contrario si en la poltrona del gobierno estuvieran los gürterianos, serían los otros los que les echarían en cara todas las imprevisiones, tratando de ver cómo se colaban en las encuestas para salir más guapos.

Así mismo los caciques de los cacicatos o las taifas lo primero que harían sería exigir "más autonomía para poder gestionar nuestras catástrofes sin tener que contar con el Estado opresor". 

Al mismo tiempo los aventureros de ERC–quizá también algunos de IC– o de los no menos aventureros de la ultraderecha, Laporta y López Tena, sacarían la cabeza haciendo proposiciones de independencia para poder exhibir con orgullo sus terratrèmols nacionals  mucho más auténticos, porque–dirían–los terremotos catalanes son más históricos y nada que ver con  los impuestos unilateralmente por el centralismo de Madrid. Y los catalanes, seguiríamos igualmente jodidos por la fauna política que padecemos, pero con la sensación de ser una nació con desgracias auténticas y autóctonas. 

La derecha nacionalista vasca, aseguraría que sus terremotos son los más genuinos por se ellos el pueblo más antiguo, y casi presentarían la denominación de origen, para que les fueran reconocidos en todas partes y para  que nadie del Estado español se pudiera apropiar de ellos. Y es posible que hasta Paco López (Patxi para el uso de converso), es posible que pusiera su granito de arena para exigir al gobierno que de España, el reparto de funciones en Asuntos de Movimientos Telúricos, para que el epicentro tuviera lugar en tierras vascas, y así hacerse algo simpático a algunos sectores.

Pero el resto de las taifas, tengan o no pedigrí nacionalista, algo se inventarían para no desentonar y exigir más autogobierno, que les permitiera gestionar, palabra mágica que conlleva financiación, sus propias catástrofes.

Sin duda el pueblo japonés no sabe lo que se pierde al no poder tener esta "pluralidad democrática de ideas y de territorios", que si para otra cosa no les serviría, sí al menos para distraerse. Eso sí, el precio es carísimo, pero divertido. La diversificación de la corrupción por taifas dá mucho juego y vidilla  y hace que el personal se olvide de lo esencial.

U. Plaza