lunes, 26 de marzo de 2012

SE FRENÓ LA WEHRMACHT DE LA MERKER



La Wehrmacht del IV Reich de la Merker, ha sido frenada por los descamisados en Despeñaperros. Por esta vez, el señorito cabo que mandaba la fuerzas locales y el sargento  que dirigía las operaciones desde la capital, no han podido evitar la derrota de los nacionales, a pesar de contar con todos los ingredientes posibles, algunos ocasionados por las propias fuerzas progresistas por sus nada edificantes prácticas. 

Todo estaba de parte de la reacción. Toda la manipulación y la mentira, que le hizo retrasar los Presupuestos Generales del Estado, cuyo hachazo, a lo Artur Mas, preparan con sigilo, nocturnidad y alevosía contra los más débiles, ya estaba cocido. La Contrarreforma esclavista ya en vigor, que con tanto entusiasmo celebró el jefe de la ultraderecha empresarial, Juan Rosell sin el menor disimulo, por lograr de hecho liquidar los derechos ciudadanos de dos siglos de lucha, por lo menos, hizo que el tal nefasto personaje pidiera más sin la menor contención verbal; la liquidación del derecho de huelga constitucional eran las medida que pedía el personaje. Ya logrado que los trabajadores se vieran sometidos con grilletes simbólicos al  puesto de trabajo,  de rodillas ante los amos, ahora ya era coser y cantar para que fueran físicos los grilletes y uncidos al yugo sin ninguna cortapisa legal. 

Esto alentó a muchos trabajadores que le vieron las orejas al lobo empresarial, al victoriano Rosell, y a las intenciones de los servidores políticos de éste.  Pero los andaluces, que arrastran hambre y caciquismo secular, entraron en un estado de reflexión ante lo que los caciques que le pedían el voto para así esclavizarlos más fácil y por libre elección y ya anunciaban, y que postergaron hasta que el triunfo y sometimiento de los trabajadores fuera un hecho. 

Nadie declaraba la verdad de lo que pensaba votar. De ahí el estrepitoso fracaso de las encuestas.  "Votarle al amo no era la mejor opción", debieron reflexionar muchos trabajadores andaluces. "Responder con cabreo dándole tu voto a tu enemigo de clase, porque haya habido acciones repudiables como los ERES, era pegarse un tiro en la pierna propia". Sobre todo porque esos caciques, obviaban, o quitaban importancia y ponían sordina a los mayúsculos escándalos  de Valencia y Madrid gurterianas, y lo de Mallorca, con la ayuda de los medios de su cuerda.  

Así que muchos debieron pensar que había que castigar al gobierno andaluz, pero no de la forma que deseaban los amos de la dehesa, sino dándole parte del voto, pero evitando que siguieran engolfados con mayoría absoluta; y dándole el voto a la opción que podía poner algo de cordura y coherencia desde la izquierda a la soberbia del PSOE cuando lo puede manejar tododo, IU, que ha cosechado uno de los mejores resultados, y le han dado la llave para decidir un gobierno decente, sin raros ERES, y con el compromiso público de la ética, tan rara en la casta política española, sobre todo si maneja presupuestos. 

Una vez más los caciques, aunque se hayan envalentonado, no han podido evitar que Andalucía, la Andalucía más noble y laboriosa, siga siendo, como siempre, progresista y de izquierdas, combativa. La Wehrmacht merkeriana  y sus servidores, se han estrellado ante la firme decisión de los andaluces, del "no pasarán". En el 200 aniversario de la Pepa, es un aliciente para recordar lo mucho que ha costado y sigue costando, que los súbditos españoles sean ciudadanos, para regresar a principio  siglo XIX, que adonde nos quieren llevar con las políticas de saqueo neoliberales, que nada tiene que ver con los liberales aquellos que propiciaron la Constitución de 1812.

Ahora, lo que cabe es sentido común, buena negociación entre IU y los socialistas, para remontar desde las tierras del Sur, la sumisión al crimen financiero, y al destrozo de Zapatero en Toda España, y de Montilla en la taifa catalana. Cabe huir de sectarismos y lograr acuerdos que permitan que el gobierno andaluz sea verdaderamente un gobierno de izquierdas que demuestre que se pueden hacer las cosas de otra manera. Que el saqueo sanitario y docente para enriquecer a unos pocos contra la inmensa mayoría, llevado a cabo por la ultraderecha catalana de CiU, con el apoyo del PP; y que también prepara éste para toda España, es la peor de las soluciones para los ciudadanos, aunque sea la mejor para enriquecer a unos cuantos mercaderes sin escrúpulos. 

Lograr un buen acuerdo es fundamental para que las ilusiones de muchos andaluces y de todos los españoles, no se vean frustradas con más de lo mismo, a lo que nos tiene acostumbrados la cúpula socialista desde el desastre González hasta el nefasto Zapatero. Los socialistas deben tomar nota de que cuando se está en la cumbre, es cuando más fuerte puede ser el batacazo, y que deben aprender de los errores. Los socialistas deben ser conscientes del momento político singular al que asistimos. 

También IU  debe razonar sus propuestas y exigencias para que el pacto sea posible y efectivo en bien de un avance y empezar a desmontar desde el Sur, la liquidación de los derechos sociales del PP y CiU. 

Y más que nunca, hoy hay que hacer hincapié en la necesidad de que la Huelga General del 29, pasado mañana,  sea asumida por todos los colectivos agredidos por la Contrarreforma Laboral y el saqueo del PP y sus hermanos de clase de CiU, es decir, el 99% de la ciudadanía.

U. Plaza



domingo, 25 de marzo de 2012

EL HEREDERO


    El único mérito que se le conoce al recién designado para dirigir el tinglado convergente, es ser hijo del jefe y amo de la cosa. Tanto es así que sin ningún pudor, como en toda  monarquía, se designa al heredero por vía sanguínea, para la continuidad de la dinastía–en este caso de intereses muy bien tramados–, donde no falta de nada, todos los beneficiarios ven como una garantía de sus máxima aspiración–los negocios–la permanencia en el tiempo, del invento que tan buenos resultados les ha dado. 

 Hay quien estaba nervioso en la corte convergente ante la posibilidad de que el reinado del inventor se diluyera, y esperaban con impaciencia desde hacía tiempo a que su majestad designara por fin al heredero, al sucesor. Pero, parece ser que, a pesar de que ya no es un niño, la criatura no estaba preparada para semejante responsabilidad, le faltaba un hervor; por lo cual han estado durante toda una serie de años gobernados por un regente o un valido, como en las viejas monarquías absolutas; y, aunque éste  valido provisional  no tuviera muchas más capacidades que el heredero,  como es notorio, al menos su vieja majestad y la reina madre –que es de armas tomar–,  tenían la seguridad de  que obedecería en todo lo que le ordenara el rey inventor de la dinastía, sin criterio propio.

 Ahora, tras mucho tiempo de preparación, y aunque parece que el chico no da para mucho, al fin se ha decidido su designación, y que vaya aprendiendo, si es posible, sobre la marcha mientras el jefe siga coordinando, por si hay que corregir en algo al neófito.

  De momento, como era de prever, no por su juventud, que ya no lo es tanto, se ha lanzado al ruedo–con perdón–con una propuesta de talibanismo irracional, que seguro a las grandes fortunas a las que representa CiU, no hará mucha gracia, ya que éstas están  más por el negocio–¿recuerdan El Padrino?– que por las aventuras  de chicos fanatizados en los institutos bajo la cuatribarrada y la égida de la casta política catalana, casi toda tan identitaria ella. Esas grandes fortunas tienen sus negocios por toda España, y pueden temer otra absurda guerra del cava, provocada por la bufonada  de aquel ya olvidado visceral converso Carod-Rovira–pero extendida a otras áreas mucho más importantes–; porque no se olvide que como respuesta a una idea visceral y disparatada como la que le han dejado decir para que se luzca y divierta al nuevo e inexperto monarca  de la cosa convergente–, aparece otra no menos disparatada, la de los que en lugar de ver un discurso hacia la clientela idiotizada de CDC, para mantenerla en la misma fanática idea soberanista –para que hagan abstracción y se olviden de la realidad, de que colaboran con sus hermanos de ideología, el siempre de boquilla repudiado PP–; y nos vean con ojeras de burro, en el resto de España, como si todos los catalanes fuéramos tan irresponsables disparatados, provincianos y ombligistas de sacristía, como lo es la casta política catalana, que en eso pocas diferencias hay, llámense de izquierda o derecha, la idea reaccionaria de la patria, los une a todos, que hay que traducir como prebendas.
  
   Esperemos que quien tenga algo de sentido común, o intereses, que en esto es lo que funciona entre la casta político-financiera, le aconseje a los jefes con experiencia de Convergència que atemperen a l´hereu del reino de la ultraderecha convergente, por su supina ignorancia. Porque si el estropicio causado por Carod le costó trabajo recomponerlo al sector del cava, esto puede ser mucho más serio. Y no se olvide de que cuando el  sector de la producción del cava se vio afectado, no sólo fueron los dueños de las bodegas  o las viñas los que sufrieron las consecuencias, sino todo cuanto hay alrededor, es decir muchos trabajadores que vieron peligrar su futuro por la irresponsabilidad del antiguo conseller del converso Montilla, Carod. No olvidemos que los catalanes vendemos el 80% de nuestros productos a los ciudadanos del resto de España. Y eso nos beneficia mutuamente. Y que beber cava como Rioja, es una bendición de los dioses laborales, que no nos lo estropeen estos talibanes.

  A los que corresponda, debieran bajarles los humos del discurso al nuevo rey aventurero de CDC, por el bien de todos. 

U. Paza

viernes, 16 de marzo de 2012

EL SAQUEO SANITARIO: GRAVES CONSECUENCIAS


El saqueo que se está llevando a cabo en la sanidad púbica catalana por parte de los privilegiados de la derecha mercantil catalana, cuya expresión política es CiU, es de un calado y unas consecuencias terroríficas.

Relato un caso ocurrido en primera persona al que esto escribe: Hace pocos días fui intervenido en un hospital de los más importantes de Cataluña, para la extirpación de un riñón, tras detectase una anomalía, y para prevenir posibles indeseados males mayores. Fui intervenido a las ocho de la mañana, con varias horas de quirófano y con total éxito quirúrgico, saliendo de los efectos de la anestesia unas diez horas más tarde del inicio. 

A la mañana siguiente–es decir una noche entubado con el gota a gota y sondado– aparecieron en mi habitación un grupo de sanitarios. La que parecía llevar la voz cantante, es decir la jefa, que me dio la impresión de ser más burócrata que otra cosa, me hace la insólita pregunta de si me veo con fuerzas para marcharme a casa aquel mismo día.

Ante mi escepticismo por lo insólito de la pregunta,  me la repite. Una vez restablecido del choque tan impropio de un médico, lo que supongo es la tal señora,  a un paciente que hace pocas horas ha sido intervenido quirúrgicamente, y aún  atado a los tubos y catéter,  le respondo ¡que ya está bien! Que yo comprendía que ellos, los médicos, estaban siendo acosados y presionados por el saqueador Baudilio–Boi para la fauna nacionalista–con las tijeras de los recortes en ristre sin otros criterios; pero que tuvieran en cuenta otros muchos factores. Ante mi respuesta, que sin duda no esperaba, salió de la habitación visiblemente molesta, y espero por su propia integridad moral, ruborizada.

Al día siguiente, sin embargo, me dieron el alta hospitalaria. Salí del hospital con muchas dificultad para orinar, lo que  atribuyeron a una situación pasajera tras quitarme la sonda. A los dos días seguía con la  misma dificultad y generalizándose el malestar, que atribuí a una pasajera infección de orina. Pero las cosas no mejoraban a pesar de ingerir un antibiótico. A los cinco días tuve que ingresar de urgencia. Me diagnosticaron retención de orina que me provocó una subida de la creatinina, que pudo haberme inutilizado el riñón.

Tras mi ingreso en Urgencias, los médicos y enfermeras–una médico en este caso, mallorquina para más señas, muy atenta y profesional–, de inmediato me aliviaron los dolores, sin que tenga la menor queja de ellos ni del resto del personal de urgencias ni  del hospital, todo lo contrario. 

Pero raya el ridículo la codicia y la ambición de los políticos encargados del saqueo–no se olvide que la sanidad la hemos pagado todos los ciudadanos, no los que la manejan aunque se crean dueños de todo–y si la privatizan nos la están robando. El saqueo sanitario llega hasta términos realmente codiciosos en aspectos incomprensibles para una mente racional. 

Ingresé en Urgencias a eso de las cuatro de la madrugada.  El urólogo que me atendió tras la primera intervención de la doctora mallorquina, me iba informando de la evolución a medida que se conocían los  resultados de los análisis. Cuando habían transcurridos unas diez horas de mi ingreso, le pregunté al doctor si podía ingerir alimentos, a lo que asintió diciendo que él ya había dado la orden de que me dieran de comer. 

Siendo más de la dos de la tarde le pregunté a una enfermera cuándo me traerían la comida, a lo que me respondió: "Por orden de la dirección y por los recortes, no se le da comida a nadie que no lleve como mínimo doce horas ingresado en urgencias". Yo llevaba diez, y según el criterio frío y mercantilista de Artur Más y su ejecutor, Boi, en nuestra Sanidad, que no de ellos, digámoslo una vez más, todavía no tenía derecho a comer. 

Y todo esto lo deciden los que se adjudican sueldos y prebendas escandalosos y hacen y deshacen con lo que no es suyo. Los mismos que dedican cientos de millones de euros a sus delirios identitarios y patrioteros, con embajadas de lujo por todo el mundo que no sirven para nada útil al ciudadano, sólo para enchufar a unos cuantos de los suyos, pero que realzan los delirios nacionalistas de una ultraderecha saqueadora, decimonónica, y de sacristía, que sin duda va devotamente cada domingo a misa, suponemos que para que le sean limpiados sus muchos pecados de la semana precedente. 

Desconozco los términos médicos, pero me dijeron que  los motivos de mi estado, tras la salida del hospital podían ser atribuidas a varias causas.  Pero de lo que estoy seguro es de que sin las presiones mercantiles de los saqueadores de la sanidad pública, de CiU, no habría sucedido; si me hubieran mantenido un día más en el hospital, sólo un día más, o unas horas porque salí por la mañana, y porque ya salí con dificultad, se hubiera detectado el problema y puesto remedio de inmediato, y no una semana después.

Para entender el saqueo de la sanidad pública hay que remontarse un tiempo atrás. Sabemos que durante la dictadura no se invirtió en sanidad lo necesario para las mínimas necesidades ciudadanas.De hecho no existía una verdadera red sanitaria pública. Y que sobre esas deficiencias se montó toda una red de sanidad privada, que auguraba pingües beneficios para sus inversores. Pero la condición para que el negocio funcionara–negocio con la salud ciudadana–, era que hubiera una sanidad pública precaria, de segunda o tercera calidad, casi de beneficencia; vamos, para certificar la muerte del paciente.

Pero resultó que, aun con las carencias con respecto al nivel de otros países de nuestro entorno, se logró una de la mejores redes sanitarias públicas, con los mejores profesionales  y con una entrega de éstos para lograr resultados óptimos con raquíticos presupuestos, comparativamente con la Europa de los 15, a los que según la casta política nos equiparamos, en lo que a ellos les interesa, naturalmente.

Sin duda esto era un mal asunto para en negocio de la sanidad privada, que había hecho muchas inversiones en centros sanitarios, que en el terreno de atención estrictamente médica, estaban–lo están– muy por debajo de la pública. Lo que era un contrasentido que los ciudadanos acudieran a la privada con las excelencias de la pública. Trataron de mejorarlo con lo único que podían: con cuestiones accesorias, no médicas; pero ni aún así las expectativas de la sanidad del negocio eran alentadoras. Todo lo contrario.

¿Cuál era la solución? Por supuesto pensando en términos de negocio, acabar con el competidor, liquidar la sanidad pública y que se convirtiera en una sanidad para pobres, donde la gente acuda como se hacía  antiguamente a centros de caridad, al tiempo que se realzaba la excelencia de lo privado, que además sería pagado con dinero público, vía concierto o cualquier otro manejo urdido para tal fin, por el corrupto sistema político de concesiones a dedo, sin concurso público.

Empezaron por cerrar plantas y a precarizarlo todo, hasta mostrar en muchos aspectos una estampa de sanidad tercermundista, con enfermos durante días en camillas en los pasillos; con lo que ya habían dado el primer paso. También se trata de que los ciudadanos culpabilicen a los  trabajadores sanitarios de la situación, por cercanía, en lugar de a los verdaderos culpables. Si un médico no recetaba una exploración porque el jefe lo impedía, la culpa era  del médico. Si, por eliminación de puestos de trabajo una enfermera no atendía con la premura que lo hacía antes, era culpa suya, no de los que habían despedido a los trabajadores para ahorrar y desprestigiar a la sanidad pública.

Para lograrlo había que montar toda una estrategia que justificara el saqueo de los hospitales. Y naturalmente los agentes sin escrúpulos–o con escrúpulos mercantiles–dispuestos a llevarlo a cabo. Y, claro, CiU una vez logrado el poder por un sistema electoral antidemocrático, con las mentiras habituales en campaña, adoctrinamiento y con sólo el 22% del voto ciudadano, se apresuró al desmantelamiento de la Sanidad pública.

Y contrata para dicha inmoral labor, como conseller de Sanidad al jefe de la sanidad privada. Algo así como poner a la zorra a cuidar las  gallinas. Para entender la moralidad de mercader del conseller, baste recordar sus declaraciones de que "la sanidad no es un derecho", lo que viene a decir que no lo es la vida de los ciudadanos. Y deja al desnudo  la intención y la moralidad de este sujeto. Palabras que debían haberle llevado a su destitución y por supuesto ante  un juez por constituir dicho personaje un peligro público.

El ciudadano debe ser consciente de que hasta ahora su salud dependía de los médicos y del resto del personal sanitario. Ahora, obviamente también, pero si la solución a un problema se valora en dígitos, que no le quepa duda  de que su salud en ultima instancia dependerá de la decisión de un político sin escrúpulos que será quien decidirá su suerte. Eso sí, tratarán siempre de escudarse en los profesionales a los que sin duda echarán las culpas de sus políticas saqueadoras en beneficio del negocio privado. Hasta ahí ha llegado la degradación moral de la acción política, que ha perdido todo su origen del término griego;  que  debiera de cambiar de nombre, aunque sólo fuera para llamar a las cosas con propiedad. Y lamentablemente todos sabemos cuál es el nombre de lo que todavía se le sigue llamando "hacer política".

Si uno acude hoy a un hospital catalán, se da cuenta del estado de presión y estrés en que se trabaja. A todas luces falta personal, y el que hay trata con toda su entrega profesional de paliar las carencias que han provocado los recortes decididos por los mercaderes políticos Artur Mas y Boi Ruiz, ahora con el apoyo del PP–quien acaba de indultar a unos cuentos delincuentes ligados a CiU, condenados por corrupción–, tras el idílico matrimonio incestuoso de ambas formaciones  ultras.

El problema del saqueo sanitario no es, ni de lejos, de los trabajadores sanitarios, aunque sean ellos los que en primer lugar y de inmediato, sufran el robo descarado con la bajada de sus ya escuálidos sueldos, y despidos, que los políticos no se  aplican así mismos, como sabemos. 

Lo que a mí me ha sucedió, sin duda le está sucediendo a mucha gente, incluso con resultados mucho perores, fatales; y cada vez sucederá más, a medida que vayan logrando desmantelar la sanidad pública, privatizando servicios, y logrando que la mente calculadora mercantil del conseller de Sanidad imponga sus criterios privatizadores.

Sólo con la movilización ciudadana se puede evitar que se salgan con la suya. Por eso es importante participar en todas las protestas y movilizaciones que se convoquen en defensa de los servicios públicos–sanidad y enseñanza fundamentalmente–por el 15-M o por cualquier otro colectivo que lo haga. No olvidemos que el saqueo lo están haciendo lentamente, poco a poco para que vaya colando sin que la gente reaccione. Pero si nos quedamos pasivos, pensando que a nosotros, de forma individual, no nos afectará, cuando nos demos cuenta no tendremos sanidad pública digna de tal nombre: nos la habrán robado para el negocio de las clínicas privadas, para aquellos que se las puedan pagar–con dinero público– y la inmensa mayoría de los ciudadanos serán las víctimas del manejo y de los negocios a  los que sirve el conseller de Sanidad y CiU.

Valga decir, también para aquellos que aun en contra de sus razones éticas, se muestran pasivos o renuentes ante el destrozo que se está provocando con el saqueo, que las mayores atrocidades de la historia, aunque ordenadas por uno o varios dirigentes políticos, sólo pudieron llevarlas a cabo por la colaboración activa o pasiva de mucha gente que pensaron que con ellos no iba, que quedarían a salvo de lo que la mayoría era víctima, si miraban para otro lado. Después se demostró que estaban en un error. Así sucedió con los crímenes de Franco y Hitler y con tantos otros. Aceptar las injusticias acaba pasando trágicas facturas. Y la factura social que pagaremos los ciudadanos catalanes si dejamos que el saqueo sanitario y de enseñanza siga adelante, será pavoroso, inimaginable, un crimen de lesa humanidad. Y no les servirá de nada a aquellos que pudiéndose oponer ahora, se muestren pasivos o colaboracionistas con las atrocidades fríamente planeadas para enriquecerse con la salud ciudadana.

U. Plaza

Enlaces interesantes sobre el robo sanitario
http://youtu.be/ru4GVlNWO4M



sábado, 3 de marzo de 2012

VENDER CATALUÑA


Alguna prensa de  Cataluña, que como se sabe dora la píldora y ensalza constantemente al poder en todo aquello que le permita seguir en el pesebre, ha titulado las excursiones a gastos desfondados de algunos de los miembros del gobierno de la ultraderecha de la Generalidad, por algunos países–ahora con en necesario apoyo del gobierno de España de la misma ideología ultra–, como que tales tournés son, Vender Cataluña; lo dicen, claro, en el sentido de ponerla en escaparate, promocionarla, vaya, al estilo que tanto le gusta a esta derecha ombliguista, de sacristía y alicorta.  

Pero la realidad es que lo que debieran titular los periódicos si no estuvieran más al tanto del pelotilleo que de la realidad de lo que está sucediendo, es que "El gobierno de la taifa catalana, Vende  Cataluña". Porque eso es exactamnete lo que estan hacendo estos mercaderes insaciables de CiU, particularmente el jefe de entregarle en bandeja la Sanidad pública. Porque están liquidándola  vendiendo los hospitales, o lo que es lo mismo, privatizándolos, esos hospitales que son de propiedad pública y que se los están quedando los saqueadores –primero poco a poco en algunos servicios que ya son irreconocibles–, hasta que no quede nada que no esté vendido y en manos de la sanidad privada, función principal del Coseller para la Privatización de la Sanidad Pública, Baudilio Ruiz, (llamado Boi, como converso) para sus jefes de los consorcios de la sanidad del negocio. 

Lo mismo que están haciendo con los centros de enseñanza públicos, que los están vendiendo para que la enseñanza dependa del poder adquisitivo, y no que sea un derecho, es decir, los convergentes y sus aliados, la gran burguesía, tiene asegurado–o así lo creen, esperemos que la gente lo impida con sus luchas– que sus retoños tendrán buena enseñanza–en catalán y castellano, que eso sí lo tiene claro si se trata de el futuro de los suyos–, porque ellos se lo pueden pagar, entre otras cosas porque al ser la clase social  explotadora, saqueadora,  serán los ciudadanos que no podrán llevar a sus hijos a unos colegios dígnos, los que paguen los de los ricos. 

Pero, además, CiU también tiene proyectado vender muchos edificios públicos, algunos con cientos de años de existencia, para hacer caja; naturalmente la caja la harán  los amigos que se queden con esos edificios, por mucho menos de la que valen–algunos de incalculable valor–. Pero de inmediato esos edificios serán alquilados a la misma Generalidad, que pagará sustuosos alquileres a los oportunista con información privilegiada, que los hayan adquirido, gracias a la predisposición de los gobernantes a vender  Cataluña, como una mercancía  que no es suya, sino de todos los ciudadanos. Estos son los patriotas que hablan de soberanismo y que se envuelven el la senyera, a la voz de ¡Visca catalunya! Y lo dicen porque creen que es suya y pueden venderla.

Así que lo de la Vender  Cataluña, es rigurosamente  cierto; sólo que a lo que se refieren los titulares de los betuneros de los algunos medios desinformativos, no tiene nada que ver con la realidad, que es la venta y el expolio, que es como habría que llamarlo, de los bienes inmuebles, sanitarios y culturales, es decir, Cataluña de la que algunos sacarán provecho. Y lo harán para, a río revuelto, en condiciones de una crisis provocada por ellos, para ganar más dinero.

Que esto lo pueda hacer un gobierno que no tiene ni la cuarta parte de los votos del electorado catalán–en torno al 22%– dice por sí mimo qué clase de democracia tenemos. Por eso los ciudadanos gritan en las plazas y cuando son agredidos: "No nos representan, que no". Y "Esta es vuestra democracia". Alguien debiera poner coto a semejante expolio. Es incomprensible que se pueda enajenar algo que es propiedad de todos, impunemente, sin que vayan a la cárcel. 

U. Plaza