sábado, 5 de agosto de 2017

EL PSOE DE SANCHEZ, ¿MANIOBRA DE SALVAMENTO? ¿ VUELTA A LA CASILLA DE SALIDA?



Siempre  hay que estar alerta y no fiarse de un PSOE, por mucho que lo aparente, porque la necesidad le obliga; de un partido que sigue teniendo en su seno a personajes como González, que pide algo tan democrático como un golpe de los militares en Venezuela, y hace de mayordomo de un multimillonario, cosa que removerá de sus tumbas a los fundadores del partido; de un partido que sigue teniendo a un Guerra, a un Bono, a un Solchaga y tantos servidores  de la derecha que engañaron a la gente autodenominándose de izquierdas y socialistas. 

Sánchez tuvo la ocasión de apoyar  la moción de censura de UP. Aunque no hubiera salido adelante, habría demostrado que realmente había dado un paso en la dirección de la izquierda – no de boquilla– cuando se está en la oposición, para hacer la mismas políticas que piden los terrorristas financieros, cuando están en el gobierno. 

Simplemente parece una táctica para recuperarse del descrédito que con esas políticas para banqueros y esclavistas, ordenadas por la Troika, lo habían llevado camino de la insignificancia. 

Soy de los que no cree en milagros. Y no creo que los poderosos den puntadas sin hilo. Y sabían muy bien éstos que con la marioneta de González, la cacique Susanita, el PSOE entraba en barrena. Y había que enmendar el error táctico y volver a la casilla de salida, que tan bien les funcionó en la Transición, con un González que se presentaba de izquierdas y hasta republicano y fue trasmutando hasta ser el perfecto buen gobernante de las élites, que hoy lo siguen teniendo como referencia.

No me creo que con lo tramposos que son los aparatos de los partidos del régimen –PSOE-PP, y también los nacionalistas–,   montados para que todo se mantuviera controlado, perdiera el aparato del PSOE  las primarias, con toda la prensa servil de su lado, y una recua de tertulianos desvergonzados apoyando a la sultana andaluza, que mandaba la lógica del régimen establecido.

Por otro lado, el cambio tan súbito de Sánchez, que pasó de apoyar lo del arti. 135 de la Constitución, de Zapatero, con el apoyo lógico de  la derecha corrupta de Rajoy, obedientes ambos de la terrorífica Merkel y a la Troika, para que se expoliara los servicios públicos y que los banqueros se salieran con la suya pagando los más pobres sus golferías y sus sucios negocios, con el sufrimiento de los más débiles, ahora vaya a emprender el camino contrario de enmienda. Tendrá que demostrarlo. Y no basta con las proclamas. Lo de la abstención de la CETA, que anula la democracia en los parlamentos nacionales, dándole todo el derecho a los especuladores de las multinacionales, y lo de la abstención de la Moción de Censura, es un mal augurio.

Cuando Sánchez demuestre que hace políticas de izquierda y se comprometa de verdad, no de cara a la galería, será creíble, porque la larga experiencia en cambalaches de los dirigentes del PSOE en colaboraciones con la derecha a lo largo de la historia del PSOE que se inventó González y su tropa, para que Lampedusa se paseara por España, es abrumador.   

Había que garantizarle los privilegios a los franquistas que se habían enriquecido durante la dictadura, y ciertamente supieron colarla con un personaje que jamás fue ni remotamente de izquierdas. Hoy lo vemos en las puertas giratorias como a otros del partido –exactamente igual que los herederos directos nominalmente de la dictadura–, culminando su historial de servicios a la derecha sin que nadie de la dirección del partido diga ni pío. Sonrojo de él no lo esperaba.

Esta situación lo único que hará será retrasar el cambio necesario en España por unos años, hasta que la gente se de cuanta de nuevo   de que ha sido traicionada con cantos de sirena. Esperemos equivocarnos , pero aún en la tesitura de que Sánchez  y su equipo sean de verdad sinceros, ya habrá en estos momentos movimientos telúricos bajo sus pies, con el caudillo González maniobrando, entre paseo y paseo en yate, y viaje y viaje a Venezuela, para apoyar a los golpistas de la oligarquía, que quieren recuperar su Venezuela, la de Carlos Andrés Pérez, el del "caracazo",  con todos  los barones damnificados posibles de la nueva situación, como los Guerra y demás comprometidos con la causa, para hacer descarrilar cualquier renovación verdadera posible, que nada tiene que ver con la normalidad democrática necesaria ni con el socialismo que dicen representar. 


Ubaldo Plaza